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Confesión y arrebato de placer por Alex_Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola! Han pasado meses desde la última vez que publiqué algo y en un arranque de inspiración, decidí escribir este pequeño one shot. Espero y les guste. Acepto críticas y sugerencias. Eso sí, tengan compasión conmigo que hace meses que no escribía nada y no sé si me quedó bien. Y no sean tan duros con el lemon, que es el tercero que escribo):

                                                                                      

Disculpen si hay algún error ortográfico. Pero ahora disfruten.

 

Naruto no me pertenece. Es de Masashi Kishimoto. Yo sólo utilizo sus personajes para llevar a cabo mis deseos de yaoi entre los protagonistas.

 

CAPÍTULO ÚNICO.

 

 

Era un día hermoso y cálido. Los pájaros volaban tranquilamente por los cielos, los adultos salían de sus hogares en dirección a sus trabajos y los adolescentes en dirección a sus respectivos colegios. Más sin embargo, un joven continuaba entre sábanas. Disfrutando de un agradable sueño del cual parecía no querer despertar. Pero gracias a los rayos del sol que se colaban por la ventana y daban justo en el rostro de aquel joven, este comenzó a removerse adormilado y luego de algunos segundos, sus párpados comenzaron a abrirse con pesadez, dejando ver unos preciosos ojos azules

 

—Uhmm.... ¿Qué hora es?

 

Aún adormilado, el de ojos zafiros buscó una posición más cómoda para continuar con su apacible sueño, pero antes de poder lograrlo, sus ojos antes de cerrarse, captaron la hora de su despertador

 

—¡Joder! —espetó enojado

 

Ya eran más de las siete de la mañana y él aún seguía en cama cuando el día de hoy, no solamente era día de clases, sino donde también debía presentar un exámen para el cual no estaba preparado. Reprobaría, pero no era aquello el motivo de su preocupación

 

Totalmente apresurado, se levantó de la cama y se encaminó hacia el baño. En menos de diez minutos  había cepillado sus dientes, tomado una ducha y colocado el uniforme. El cual constaba de una camisa blanca manga larga, pantalón negro de vestir, zapatos negros y una chaqueta de vestir azul oscuro, casi tornando a negro la cual portaba el logo de Konoha, el prestigioso colegio al cual él asistía

 

Y sin darle demasiada importancia a las ojeras, a su desordenado cabello rubio y el aspecto deplorable de su rostro ante las escasas horas de sueño, se dirigió al colegio en una rápida carrera. Por primera vez, agradeció el hecho de que dicho lugar quedara a pocas cuadras de su hogar, por lo que en pocos minutos finalmente llegó al gran establecimiento. Pero sin detener su carrera, se encaminó a su aula de clases rogando internamente a que el profesor perdonara su falta y le permitiera entrar sin aplicarle ningún castigo

 

Grande fue su sorpresa cuando llegó al aula y no solamente notó la ausencia del profesor, sino que sus compañeros conversaban de manera animada. Y otros más, se burlaban ante el aspecto desaliñado del recién llegado

 

—Hey, Naruto. —lo llamó Shikamaru, un joven de cabellos castaños mientras le hacía un ademán con la mano en un claro gesto de que se acercara

 

El susodicho, aún cansado por la previa carrera, se mantuvo inmóvil algunos segundos, regulando su agitada respiración para seguidamente acercarse al lugar donde se ubicaba su compañero

 

—¿Dónde está el profesor? —se dispuso a preguntar una vez estuvo junto a castaño

 

—¿Acaso olvidaste que hoy tenemos clase con Kakashi?

 

El ojiazul chasqueó la lengua con cierto enojo al olvidar algo tan importante. Aquel hombre de cabellos plateados se caracterizaba por su impuntualidad. Y él, olvidando aquel detalle, se había ganado un despertar y una carrera apresurada para nada. Resignado, suspiró con pesadez, ocasionando una risa burlona en otro de sus compañeros

 

—Parece que si lo olvidó. —comentó Kiba, otro joven de cabellos castaños y amigo del rubio

 

—Cállate Kiba. —soltó con cierto malhumor, alejándose hacia su lugar e ignorando las carcajadas de burla que aquel castaño soltaba a su costa

 

Tomando asiento en la silla y dejando caer su mochila a un costado, cruzó sus brazos sobre el escritorio, escondió su rostro entre estas y cerró sus párpados, todo en un vano intento por dormir un par de minutos. Pero sabía que era imposible. No podría conciliar el sueño cuando su mente se llenaba de diversos pensamientos, mismos que le impidieron dormir durante toda la noche

 

¿Cómo podría descansar cuando el día de hoy, le confesaría sus sentimientos a su mejor amigo? Aquello lo tenía nervioso. Mucho más que eso, podía asegurar. Pero ya le resultaba imposible el continuar guardando tales sentimientos para si mismo. Estaban en su último año en el colegio y estaba cansado de amar a alguien que no podría corresponderle. Por eso había decidido sincerarse, quizás si lo hacía, sería capaz de olvidar a su mejor amigo luego de ser rechazado

 

Aunque eso no evitaba el hecho de que no le dolería. Estaba mentalmente preparado para ser rechazado, sin embargo su corazón no lo estaba. Y aunque posiblemente alejaría a su amigo con su confesión, ya no deseaba seguir callando. Mucho menos el fingir que estaba bien cuando por dentro, sólo estaba sufriendo. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no fue consciente cuando desaparecieron sus compañeros de su alrededor hasta instalarse un silencio, el cual fue roto por una conocida voz

 

—Buenos días, jóvenes. Saquen sus libros y comencemos con la clase. —indicó un hombre de cabellos plateados, ubicado ya en el escritorio y dejando sus pertenencias sobre este

 

Y el ojiazul, sacando su cabeza del refugio de sus brazos, hizo lo indicado y trató de prestar atención a la clase, con la clara intención de desviar o ignorar sus pensamientos

 

La hora de clases transcurrió tan deprisa, que odió el hecho de que terminara. ¿Las horas no podían pasar con mayor lentitud? Los días anteriores, era como una tortura sin fin. Pero hoy, literalmente la hora se fue volando. Más enojado de lo que quisiera demostrar, guardó sus pertenencias en su mochila luego de que el profesor se retirara. Y dispuesto a salir del aula para despejarse un rato, una voz lo detuvo en su lugar

 

—Dobe

 

—Teme

 

Aquel era el típico saludo que solían utilizar entre ellos. Y ciertamente, ya se había acostumbrado a que el azabache lo saludara a través de un insulto.

 

—Te ves patético. Más que de costumbre. —comentó de manera burlona hacia el ojiazul, en referencia a sus ojeras y el estado deplorable de su rostro y cabellos. Algo poco usual, ya que Naruto solía ser muy animado y vivaz

 

—Cállate, teme. ¿Vamos a desayunar? —inquirió con rapidez, tratando de desviar el tema y a su vez, actuar con normalidad. Lo cual pareció surtir efecto

 

—Muévete, no tengo todo el día

 

—Ya, ya

 

Sin hacer esperar a su compañero, se levantó de su asiento y ambos se dirigieron al comedor para comprar sus respectivos desayunos y seguidamente marcharse a la azotea, lugar donde solían pasar la mayor parte del tiempo. Y en silencio, ambos comenzaron a comer de sus alimentos. Pero aquel extraño y tenso silencio no pasó desapercibido para el azabache. El cual estaba acostumbrado al constante parloteo de su amigo rubio en cada desayuno

 

—Estás muy silencioso el día de hoy. —comentó con tono desinteresado, esperando qué reacción tendrían sus palabras en el ojiazul

 

—Sólo estoy cansado

 

Aquella escueta y corta respuesta no fue suficiente para el azabache. Pero decidió no hacer más preguntas sobre el tema. Él no era como Naruto, que haría miles de preguntas con el objetivo de saber si algo sucedía. Por lo que retomando el silencio, se concentró nuevamente en su desayuno

 

Para alivio del ojiazul, el desayuno había acabado rápidamente. Por lo que ambos estaban nuevamente en el salón de clases, esperando al siguiente profesor que impartiría la clase. Pero el rubio no podía pensar en otra cosa que no fuera en aquel incómodo desayuno. No pudo disimular frente al azabache. Estuvo tan nervioso que por primera vez, comió en silencio sin iniciar algún tema de conversación. Definitivamente, Sasuke notó que había algo extraño en él, aunque agradeció que no le sometiera a un interrogatorio. Acción que él hubiera hecho de estar en el lugar de su compañero

 

Y aunque lamentó el hecho de no tener un último desayuno normal, ya era tarde para remediar lo sucedido. Hoy perdería a su mejor amigo. Y estaba tan nervioso y tenso ante eso, que ni siquiera podía fingir que se encontraba bien, para tener un buen recuerdo del día

 

Más deprimido que al comienzo del día, tomó asiento en su lugar luego de notar la llegada del profesor. El cual, para empeorar todo, era el que había anunciado el exámen semana atrás. No tenía dudas, no tendría ningún buen recuerdo del día hoy

 

 

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Y como había previsto, aquel exámen literalmente había sido una masacre. No consiguió responder nada. Y su hoja en blanco era prueba fehaciente de ello. Posiblemente, fue todo un milagro el que solamente haya colocado su nombre. Porque no tenía cabeza para nada más. Mucho menos ahora, que las clases terminaban y ya no tenía escapatoria

 

Pero tratando de relajarse, compuso una forzada sonrisa sobre sus labios. Trataría de fingir al menos los últimos minutos, realmente se esforzaría en ello. Por lo que recogiendo su mochila, se acercó a su compañero para ambos salir juntos, como de costumbre

 

—Teme, ¿No podríamos esta vez ir a tu casa? —inquirió una vez que ambos salieron del establecimiento

 

Cada viernes, ambos se dirigían a la casa del ojiazul a jugar vídeojuegos o ver alguna película. Y aunque el azabache prefiriera ir a su casa, era mejor aceptar ir a la del rubio para evitar futuras discusiones que sólo le provocarían dolores de cabeza. Naruto prefería ir a su hogar porque allí podrían jugar lo que él quisiera, sin darle alternativa alguna para negarse o elegir otro juego. Por lo que la nueva propuesta, le resultó extraña. Tanto como la actitud que había tenido el ojiazul el día de hoy

 

—Pensé que iríamos a tu casa como de costumbre

 

—Sí, pero como hoy estoy cansado quiero ir a la tuya y disfrutar de tu inmensa cama

 

—No tocarás mi cama, dobe

 

—Claro que sí, teme

 

Y dando por finalizada la conversación, ambos se encaminaron hacia el hogar del azabache. Durante el camino, el ojiazul parloteó sin cesar. Pero el azabache se percató claramente como aquel incesante hablar de su compañero era diferente esta vez. Forzado. Ya no tenía duda alguna, algo le sucedía al dobe. Y aunque ese tipo de cosas no solía importarle, algo le hizo pensar que en esta ocasión, era algo realmente grave lo que sucedía con su rubio amigo

 

Por lo que lo abordaría una vez se encontraran en su hogar. Lo cual no tardó demasiado, ya que en varios minutos finalmente estaban en dicho lugar. Y el azabache con un gesto de cabeza, le indicó a su compañero que lo siguiera. Sería más sencillo si ambos conversaban en la tranquilidad de su habitación

 

Pero para su sorpresa, el ojiazul se mantuvo inmóvil en la puerta de entrada. Sin dar indicios de querer adentrarse aun más a la casa y mucho menos de cumplir su indirecta de dirigirse a su habitación

 

—¿Qué sucede? —cuestionó con firmeza, frunciendo ligeramente el ceño ante el extraño comportamiento de su amigo

 

El ojiazul, al escuchar dicha cuestión, había pegado aun más su espalda contra la puerta previamente cerrada. Si antes creía estar nervioso, aquello no era nada en comparación con los nervios que ahora lo embargaban

 

¿Cómo comenzar? Se cuestionó incontables veces, sin encontrar una respuesta adecuada. Creyó que confesarse no sería tan complicado, pero ahora veía su error

 

—Naruto....

 

Y que Sasuke lo llamara por su nombre, era un mal augurio. El azabache comenzaba a molestarse y él no quería eso. Lo único que deseaba en ese preciso momento era controlar sus nervios, calmar los acelerados latidos de su corazón y el temblor de sus piernas, el cual lo amenazaba con dejarlo caer en cualquier momento. Pero respirando profundamente, alzó la mirada, la cual la mantuvo en el suelo luego de llegar, y observó con fijeza al joven frente a él. Era ahora o nunca

 

—Sasuke... —pronunció aquel nombre, para que su compañero comprendiera la importancia de sus futuras palabras. —Me gustas

 

Luego de aquella confesión, un pesado silencio se instaló en la estancia. Y sin poder evitarlo, un gesto de incredulidad cruzó el rostro del aludido. ¿Acaso el ojiazul le estaba jugando una mala broma? Descartó aquella opción al observar aquellos ojos azules, los cuales reflejaban sinceridad y temor en conjunto

 

—¿Qué? —fue lo primero que atinó a preguntar, sintiéndose estúpido unos segundos después

 

—Sé que somos hombres, sé que me odiarás después de esto, pero necesitaba decirte la verdad. —comenzó a hablar el rubio con cierta rapidez debido a los nervios. —Eres mi mejor amigo e inevitablemente me enamoré de ti. Y aunque no puedas corresponderme, sólo quería confesarte estos sentimientos

 

Luego de pronunciar aquellas palabras, Naruto giró su cuerpo para abrir la puerta y escapar. Ya se había confesado y aunque estaba seguro de que sería rechazado, no necesitaba escuchar la respuesta. Además, si había sugerido ir a la casa del azabache había sido por ése preciso instante. Donde tendría la oportunidad de irse sin dar mayores explicaciones

 

Pero antes de poder siquiera girar la manilla de la puerta, su cuerpo se vio acorralado contra la misma, evitando cualquier tipo de escape

 

—¿Acaso piensas irte así como si nada? —cuestionó con enojo el azabache

 

¿Naruto pretendía el declararse y luego escaparse como si no hubiera alborotado sus propios sentimientos con aquellas palabras? Pues no le dejaría el marcharse con tanta facilidad. Así que con cierta brusquedad, sujetó uno de los brazos del ojiazul para girarlo. Y una vez que ambos estuvieron frente a frente, se apoderó de los labios ajenos con intensidad

 

Ante aquel inesperado acto, Naruto no pudo más que abrir sus párpados con amplitud y asombro. ¿Aquello realmente estaba sucediendo? ¿Sasuke realmente lo estaba besando? Su necesidad por corroborrar si aquel momento era real fue tan intenso, que pellizcó su brazo repetidas veces. Y cuando el dolor se hizo presente, no pudo evitar sentirse aliviado. Era real, aquel beso era real

 

Pero antes de poder corresponder aquel beso, sintió como los labios de Sasuke se alejaban unos centímetros de los suyos. Ambas miradas se encontraron, tan diferentes pero con sentimientos tan similares, que antes de que aquel momento fuera roto por alguno de los dos, el azabache unió nuevamente ambas bocas

 

Y el ojiazul, con el corazón latiéndole desbocado, correspondió esta vez a aquel beso con intensidad y desesperación, sentimientos que hacían que sus labios se movieran con mayor torpeza

 

Jamás había besado a alguien. Y que Sasuke fuera su primer beso, lo llenaba de tantas emociones difíciles de controlar y asimilar. Pero cerrando sus párpados, envolvió el cuello ajeno con sus brazos, acortando toda distancia entre sus cuerpos. Quería disfrutar del momento, de aquellos labios rozando continuamente los suyos, de aquel músculo que se abría paso en su boca volviéndome más húmedo y demandante aquel beso. Del delicioso y adictivo sabor de Sasuke

 

Estaba tan inmerso en el beso, que no pudo evitar que su cuerpo se estremeciera por completo cuando las manos ajenas comenzaron a acariciar su cuerpo sobre la ropa, provocando que intensas descargas de placer lo recorrieran

 

—Sasuke. —susurró anhelante el ojiazul entre besos

 

Los segundos transcurrían y él sintió como su cuerpo se calentaba con premura. Quería que su amigo lo tocara, que lo hiciera como nunca nadie lo había hecho. Que le hiciera el amor. Era tanto su deseo que no fue consciente de cuando aquellas palabras salieron de sus labios

 

—Hazme tuyo

 

Aquellas dos simples palabras, fueron suficiente para revolucionar por completo al azabache y destruir el poco autocontrol que tenía. Por lo que sin perder mayor tiempo, despegó el cuerpo ajeno de la puerta y sin separar sus labios, comenzó a guiar al ojiazul a su habitación

 

En cada paso que daban, cada prenda caía sobre el suelo. Estaban desesperados, lo suficiente como para comenzar a desvestir al contrario con rapidez y cierta brusquedad. Para cuando llegaron a la habitación de Sasuke, sólo una fina prenda cubría ambos cuerpos

 

El azabache sin darle mayor vueltas al asunto, llevó al rubio hasta la cama, recostándolo sobre esta. Y de inmediato, se posicionó sobre aquel tentador cuerpo y ansioso, comenzó a frotar aquellas erecciones aún ocultas bajo la tela de sus boxers

 

El rubio, perdido en aquellas sensaciones de placer, no pudo más que llevar sus manos a la espalda ajena y encajar sus uñas sobre esta. Rasguñando aquella blanca piel cuando el placer se hizo cada vez más intenso

 

Pero Sasuke, queriendo aumentar aun más el éxtasis de sus cuerpos, rompió el intenso beso para descender hacia el cuello del ojiazul, embriagándose de su aroma y quitando con su lengua aquellas gotas de sudor que comenzaban a perlar la piel ajena

 

Y cuando la ropa interior se volvió increíblemente molesta, ninguno dudó en desaparecer aquellas prendas y quedar totalmente desnudos. Aumentado el calor y el placer cuando sus miembros erectos se rozaron sin impedimento alguno

 

Pero a pesar de ello, el azabache deseaba más. Mucho más. Así que de manera repentina, alejó su cuerpo para rápidamente girar al ojiazul y dejarlo boca abajo sobre la cama. Y éste, al descubrir las intenciones de su amigo ante la nueva posición, simplemente elevó su trasero y separó sus piernas. Ansiaba entregarse a Sasuke por completo

 

Y el azabache, más excitado al ver a Naruto en aquella incitante posición, comenzó a succionar tres de sus dedos. Al considerarlos lo suficientemente húmedos, los dirigió a la entrada del ojiazul, comenzando a prepararlo. De un dígito, en pocos minutos había subido a dos y luego a tres. Y con sus dedos en el interior de Naruto, lo preparó y embistió con paciencia, sintiendo su propia erección pulsar por más mientras notaba como aquel cuerpo bajo el se estremecía y soltaba algunos gemidos de placer

 

Cuando lo consideró listo para continuar, sacó sus dedos de aquella entrada y posicionando su miembro, comenzó a penetrarlo con lentitud. Apenas había entrado el glande y aquella deliciosa presión lo incentivó a entrar por completo. Sin embargo, no quería lastimar al rubio. El cual notó que estaba tenso ante la inminente penetración

 

—Trata de relajarte. Pronto el dolor pasará. —sugirió con voz ronca, acercando su diestra al miembro del ojiazul para masturbarlo con lentitud para tratar de relajarlo

 

Lo cual pareció surtir efecto, ya que notó como el cuerpo ajeno estaba menos tenso y como aquel anillo de carne se relajaba, permitiéndole a su miembro el entrar por completo. El azabache, al sentirse deliciosamente apretado, no pudo evitar que un ronco gemido escapara de su garganta

 

Sin embargo, el ojiazul no compartía el mismo sentimiento. Aquello dolía y muchísimo. Incluso estuvo a punto de detener al azabache, pero tanto fue su anhelo de continuar que decidió soportar aquel terrible dolor en su entrada. Y aunque Sasuke no dejaba de masturbarlo, aquel dolor y molestia no desaparecía

 

Pero luego de unos pocos minutos, sintió como finalmente el placer se abría paso en su cuerpo. Y ansioso de más, movió sus caderas en un claro indicio para que el azabache se moviera. El cual ni tarde ni perezoso, comenzó a embestirlo con suavidad y lentitud. Sin embargo cuando el placer se hizo más intenso, las embestidas se volvieron más intensas y bruscas

 

—Ahh...Sasuke...Sasuke... —gimió el rubio extasiado, aferrando sus manos a las sábanas de la cama. —Más...más fuerte...

 

—Uhm...Naruto, estás tan deliciosamente estrecho. —comentó el azabache, dejando de masturbar al rubio para sujetar aquellas caderas con firmeza y penetrarlo con mayor fuerza y rapidez, justo como él le había pedido

 

Y el placer que ambos sentían era tan intenso, que no dudaron en abandonarse en aquellas nuevas pero exquisitas sensaciones. Ambos cuerpos se movían con avidez, rozándose y gimiendo en conjunto. Pero cuando el azabache dio una certera embestida en la próstata del rubio, este dio un gemido mucho más sonoro

 

—Ahí....otra vez ahí, Sasuke. —suplicó con voz entrecortada, queriendo sentir nuevamente aquel desbordante placer

 

Y el azabache, dispuesto a complacerlo, dio certeras y violentas embestidas en la próstata del cuerpo ajeno. Ocasionando espasmos de placer sobre este y sonoros gemidos en donde la palabra "más", se repetía sin cesar

 

Pero el ojiazul, luego de un par de embestidas, sintió como el orgasmo lo envolvía. Tan intenso y demoledor que su mente quedó en blanco durante varios segundos, mientras se corría con fuerza, esparciendo su semilla sobre las sábanas. Y Sasuke, ante la inminente presión sobre su miembro, se corrió unos segundos después. Soltando un gemido de placer mientras llenaba las entrañas el rubio de su cálido y abundante semilla

 

—Te amo. —susurró el rubio luego de unos segundos, mientras el sueño lo invadía e inevitablemente comenzaba a quedarse dormido

 

—Yo también te amo.

 

Fue lo último que escuchó antes de que la inconsciencia lo envolviera

 

 

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Adormilado, el rubio se removió en la cama en busca de una posición mucho más cómoda para continuar con su sueño. Sin embargó, reparó unos segundos después en que no podía moverse ya que unos brazos envolvían su cintura con firmeza. E inevitablemente, sonrió al recordar de quien era pertenecientes aquellos brazos que le brindaban calor y protección

 

Ése día, juraba que perdería a su mejor amigo luego de su confesión de amor. Pero para su sorpresa, no solamente no fue rechazado, sino que terminó haciendo el amor con Sasuke. Y de una manera tan placentera que no pudo evitar que un intenso sonrojo se hiciera presente en sus mejillas. Incluso aún podía sentir sentir el semen del azabache en su interior. Cosa que en vez de asquearle, le provocó una sensación de plenitud

 

—Te amo, Sasuke. —susurró sumamente bajo, creyendo que solamente él escucharía aquellas palabras

 

Pero grande fue su sorpresa al sentir aquellos brazos afianzarse en su cintura y el rostro ajeno enterrarse entre sus cabellos. Haciendo más pronunciado el sonrojo de su rostro al ser descubierto

 

—Lo sé, dobe. —comentó con tranquilidad el azabache, aspirando el suave y delicioso aroma que desprendía los cabellos ajenos

 

Y aunque Sasuke no respondió que lo amaba, Naruto sabía que lo hacía. Porque antes de quedarse dormido, pudo escucharlo. Sasuke le había dicho que también lo amaba y para él, aquello había sido suficiente. Ya que sus besos y caricias le habían demostrado que él realmente lo hacía. Que correspondía sus sentimientos. Por lo que sumamente feliz y con una tonta sonrisa adornando sus labios, trató de dormir nuevamente. Ya tendrían tiempo para hablar más tranquilamente y quizás, ser finalmente pareja

 

 

Fin.

Notas finales:

Si llegaron hasta aquí.... ¡Gracias!

¿Les gustó el one shot? ¿Lo odiaron? ¿Debo dejar de escribir cosas todas perversas y dedicarme a otra cosa? ¿Merezco algún review?

 

Por cierto, ¡Feliz año 2016!


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