CAPÍTULO ESPECIAL:
Vórtice de placer
El sonido de las hojas de los arboles chocando fuertemente por el viento llegan a mi sentido del oído, alzo mi vista hacia el cielo, contemplando uno estrellado y a la luna llena en todo su esplendor, pese a no haber luces por ahí, todo se ve a la perfección debido al reflejo de la inmensa luna que se alza sobre mí.
Mi pie marca un ritmo rápido e irregular, y de mis labios se escapan suspiros de frustración, he estado esperando aquí hace un tiempo y él no se digna en aparecer, para comenzar él fue quien me citó aquí, él debería estar esperándome, no yo a él, pero conociéndolo como lo conozco, puso una hora inaccesible para él, y terminará en nada… como siempre.
Suelto un suspiro de rendición, cierro mis ojos, y me dispongo a marcharme, no sin antes mirar de nuevo al cielo para contemplar a mis únicas fieles acompañantes, no digo que él no sea fiel, es solo que, se podría esforzar más en vernos; cuando estoy a punto de salir de aquel bosque, sonidos de pasos llegan hasta mi, y dirijo mi atención hacia ello.
-Génesis. –Escucho su voz grave y serena, y le dedico una mirada de enojo y frustración, tal cual como me siento ahora.
-Sephiroth. –Digo susurrando, y doy vuelta para marcharme de ahí; sin embargo él sujeta rápidamente mi brazo, girándome a toda velocidad para luego atrapar mis labios ferozmente.
-No huiras, por más de que estés enojado conmigo, no huiras. –Sus gigantes brazos me recorren la espalda y cintura, haciendo mí huida completamente inútil, estoy a punto de golpearlo, pero como siempre, sus labios adormecen mi instinto y temperamento.
-¿Y que se supone que haga? ¿Recibirte como si nada? –Digo mientras desvío mi mirada con el ceño profundamente fruncido.
-He cruzado viento y marea para estar aquí, no te imaginas lo difícil que fue. –Dice, acariciando suavemente mi mentón, intentando cruzar su mirada con la mía, pero sé que si mis ojos encuentran a los suyos, ya no habrá vuelta atrás.
-Sí, sí que es fácil, podrías simplemente ignorar a toda esa manda de idiotas, y escaparte un rato conmigo, yo lo haría. –Lo miro a los ojos con ferocidad, sus ojos se cierran y un suspiro cansado sale de sus labios.
-Ojalá fuera tan fácil Gen. –Dice mientras besa dulcemente mis labios, esta vez, correspondo a su beso, y lo intensificamos mutuamente, puede que esté muy enojado con él, pero en realidad deseo sus caricias, deseo sus besos, deseo escuchar su voz.
Sus manos hacen camino sobre mi espalda, y me urge la necesidad de sentirlo aun más, su caliente lengua recorre mi boca lenta y sensualmente, y siento como la temperatura de mi cuerpo elevarse, mis manos tocan sus glúteos momentáneamente para luego subir por sus caderas y espalda, acariciando suavemente su platinada cabellera, la cual amo.
Al separar nuestra unión, nuestra respiración está levemente agitada, y nuestras miradas se cruzan unos instantes para luego dejarnos caer en el césped, a la luz de la luna, cuyos testigos son las estrellas y los arboles de aquel bosque, sus manos me despojan de mi chaqueta, lenta y tortuosamente para mí, pues siento que ya no puedo respirar.
Al igual, su chaqueta se cae suavemente sobre sus hombros, y una mirada llena de lujuria y deseo se posa en su rostro, calentándome aun más, me apoyo sobre mis hombros, estirando mi cabeza, proclamando otro de sus exquisitos besos, me lo concede acariciando mi cabello suavemente, a diferencia del beso que se desata entre nuestras bocas, lleno de deseo, lujuria y ferocidad.
-Génesis… he esperado tanto por esto. –Susurra sensualmente en mi oído, me dispongo a corresponder a su comentario, pero sus manos son más rápidas, y sacan mi miembro erecto fuera de mi pantalón, haciéndome estremecer al roce frio de la brisa, sus manos empiezan a ascender y descender suavemente, mientras retoma nuevamente el beso.
Mis manos tampoco se quedan quietas, y estas se posan en su entrepierna, acariciándola suavemente, sonríe entre mis labios dejando escapar un suspiro de placer; como extrañaba ese sonido, pese a ser difícil escuchar a Sephiroth gemir, esos suspiros tal cual como un ronroneo son mi perdición.
Mi pantalón fue despojado completamente por sus manos desnudas; él toma uno de sus dedos y lo lleva a su boca, succionándolo suave y sensualmente, llenándolo de saliva para que sirva como lubricante, acto seguido, lo lleva a mi entrada, y lo introduce suave y lentamente, siento mi interior arder, y me dejo llevar por el placer que estoy sintiendo.
Su mano libre acaricia suavemente mi pecho desnudo, rozando mis pezones, y los gemidos se hacen sentir en mi boca, quiero sentirlo ya dentro de mí, he esperado tanto tiempo que no sé si pueda aguantar más; y al parecer fui escuchado, pues sus dedos salen de mi entrada, y su miembro grande y erecto se posa en ésta, se siente caliente, extremadamente caliente.
Suavemente entra, y mi interior la recibe ampliamente, como si de una invitación cortés se tratara, el gemido que había aguantado se escapó, y uno de sus suspiros ronroneantes se escapó también al entrar por completo, sus estocadas empezaron su danza.
-Seph… Ah… Mgh..mm. –No puedo producir palabra alguna, solo gemir más y más alto, no deseo que pare, no quiero que pare, no quiero separarme de él, quiero seguir así toda, toda la noche.
-Génesis…mmm. –El escucharlo decir mi nombre me estremece y me excita aun más, mis caderas acompañan sus vaivén, y siento como la sensación se m sube a la cabeza, perdiendo la noción del tiempo y el espacio, ahí solo estamos él y yo.
Sus estocadas aumentan de ritmo, y mis gemidos se vuelven altos y entrecortados, intento pedir más, pues mis caderas se mueven más rápido, intentaría decírselo pero no puedo formular palabras entendibles, ni siquiera puedo tragar saliva correctamente, y aquella que no puedo tragar se me escapa por la comisura de mis labios y se desliza a mi mentón, la lengua traviesa de Sephiroth limpia mi saliva lentamente, y no me desagrada del todo…
Mi cabeza descansa en su pecho, y la brisa de la noche acaricia nuestra piel brillantina por el sudor, su mano acaricia mi espalda, y la otra mi mano, me siento reconfortante estando tan cerca de él, aspirando su olor, escuchando su respiración y voz, hemos estado hablando de cosas irrelevantes durante unos minutos, pues casi no tenemos tiempo de estas pequeñas conversaciones.
-Te amo, Génesis… Perdóname no poder estar contigo muy seguido.
-Yo también te amo, mi Sephiroth… Humph, no importa, lo importante es que estas aquí, ahora, conmigo. –Digo sereno, mientras me inclino hacia él y nos fundimos en un beso dulce y pasional, valió la pena la espera.
-El misterio infinito.
Buscaron los tres hombres el don de la diosa.
Mas sus destinos la guerra separó. –Recito a voz baja, y sonriendo sutilmente, cerrando mis ojos y acurrucándome aun más en su pecho.
Uno fue héroe, otro vagó por la tierra...
El último, prisionero cayó.
Pero a los tres los unía su solemne juramento: buscar la respuesta juntos, una vez más. –Él me sigue, besando mi cabeza, y suspirando sonoramente.