Escalofríos.
La carcajada se escuchaba a lo lejos, envolviéndose con el sonido de la brisa a mis odios, mi corazón palpita rápidamente, me arden las mejillas de la rabia que estoy sintiendo, deseo conocer el rostro del desgraciado que hizo esto.
Sephiroth se encuentra a mi lado, mirando a lo alto de las casas, inspeccionando con sus ojos esmeralda cada rincón de las casas a nuestro alrededor, parecía concentrado en la más mínima onda de sonido que llegue hasta sus oídos, su respiración era calma y serena, y espolvoreaba un aire de intensidad… mientras que yo, soy todo un lio ahora, mi mal presentimiento cada vez es más grande, estoy realmente asustado de lo que podría pasar, y no especialmente a lo que me pueda suceder a mí.
Sonido de pasos en la arena de el pavimento destruido del pueblo, se escuchaban por todos lados, haciéndonos imposible saber de donde provienen, los arboles resonaban estruendosamente, casi tortuosamente, de repente una campanada reventó en el lugar, la iglesia que estaba a unas pocas calles, sonaba con fuerza en todo el pueblo, casi desorientándonos, rápidamente nos pusimos espalda con espalda, empuñando nuestras armas con determinación.
-¿QuIéN eReS? –Una carcajada siguió después de ese comentario, luego se le sumó otra completamente diferente, luego otras más, miles de carcajadas con diferentes tonalidades de voz.
>>¿QuIéNeS sOmOs? DiRáS… -Múltiples voces se escucharon en esa sola oración, es completamente imposible ponerse desacuerdo para hacer eso, ¿Esto es una maldita broma, no es así?
-Bueno, ¿Quiénes son? –Dijo Sephiroth, casi burlándose, sonriendo como desquiciado, supongo que los está provocando para que salgan, espero…
-No PaReCeS EsTaR MuY CoNvEnCiDo De QuErErLo SaBeR –El frecuente cambio de volumen y de tonalidades de la voz me provocan escalofríos en la medula.
-¿Y cómo sabes… ¡Saben! Que no lo deseo? –Dice Sephiroth, moviendo su mano en círculos, mientras cierra lentamente sus ojos y una sonrisa se forma en la comisura de sus labios.
-NoSoTroS Lo SaBeMoS ToDo, CoMo AqUeL NeRvIoSiSmO dE Tu CoMpAñEro. –Las voces se dividieron, dando comentarios individuales, afirmando el nerviosismo que se me podía notar a mil kilómetros de distancia, siento como Sephiroth Se me acerca lentamente.
-Tranquilízate, ¿Por qué estas tan nervioso? No es muy propio de ti. –Dice serenamente, susurrándome casi cerca de mi oído, su ceño está fruncido; a pesar de que está alegremente charlando con… “ellos” parece que su concentración y alerta no se han bajado en lo más mínimo.
-TaMbIEN SaBeMoS De TuS PuNtOS DeBiLeS. –Dijeron al cabo de unos segundos de silencio, he recobrado un poco la compostura.
Nuevamente el mal presentimiento aparece en mi pecho, estrujándolo con fuerza, mi ritmo cardiaco aumenta, pero intento mantener la compostura, y mantenerme sereno.
-Me encantaría saber cuáles son… ¿Me los podrías decir? –Dice Sephiroth, clavando sus ojos esmeraldas en un punto fijo, en una de las casas.
-Te lO DiReMoS Si AsI LO DEseAs. –La carcajada se escucha nuevamente, seguido por varios ¡Sí! ¡Digámoselo! ¡Digámoselo! En susurros por todas partes.
-¿RuBiO? ¿OjOS AZuLeS? ¡EnGrEiDo! –Dicen fuertemente, aquellas palabras se clavan en mi pecho, pero, luego de escuchar esa oración, cosquillas suben desde mi estomago hasta mi pecho, y la imagen de Cloud se atraviesa por mi mente cuán rápido como un destello.
-No es posible… -Susurro para mí mismo, mientras veo como Sephiroth me hace una seña con su mano… “Calma”.
-No nO No… eS… ¡PeLiRroJo! ¡Sí! ¡sI! TaMbIEn VisTe De RoJo… GuStA MucHo De La PoEsiA, DebERiaMos VisiTarleS. –Sephiroth frunció su ceño fuertemente, y le hizo llamada nuevamente a Masamune, y con un movimiento de su mano, sendas casas alrededor nuestro, fueron destrozadas una a una, dejándonos una amplia vista de todo el lugar.
-AuN Es MuY PrOnTo PArA CoNoCeRnOS… NoS VeMos DeSpuEs. –Luego de eso, silencio absoluto, los arboles cesaron de sonar, como si ellos hubiesen sido los que los hacían gritar de pavor.
-Regresemos. –Me dijo Sephiroth, fuertemente, como una orden, y lo entiendo, después de eso, yo también quedé extremadamente preocupado por Génesis y más que todo por Cloud, mi Cloud, espero que esté bien.
Nos dirigimos rápidamente al helicóptero, y nos embarcamos en el viaje de vuelta a Midgar, la lluvia empieza suave, para luego encarnecerse como una fiera, y arrasar con todo el cielo azulado que se había abierto para nosotros en un principio, una mal augurio, es lo que atraviesa por mi mente, entrelazo mis dos manos y descanso mi frente en éstas, lo único que me queda es rezar para que esté bien.
Sephiroth se encuentra igual de preocupado que yo, lo sé por el movimiento rápido e irregular de su pierna, marcando el ritmo de los segundos que pasan en su mente, sus dedos se mueven en escala en el asiento, y una carcajada burbujea en mi garganta, de no ser por la situación actual, le gastaría una broma.
Al llegar a Midgar, serpenteo por los pasillos esquivando cadetes, para llegar a la habitación de Cloud, al llegar espero de pie frente a su puerta, pues, que yo sepa no tenía ninguna misión asignada para el día de hoy, golpeo levemente la puerta y espero respuesta.
No logro escuchar nada, así que golpeo con más fuerza, sigo sin escuchar respuesta, mis golpes se vuelven continuos y frenticos, mi ritmo cardiaco está aumentando; mi mano se posa en la perilla de la puerta, y la agita frenéticamente, y me doy cuenta que la puerta está abierta.
Entro con cautela observando detenidamente cada centímetro de la habitación, su cama está deshecha, pongo la palma de mi mano sobre ésta, y está completamente fría, es decir, no se ha sentado ni ha estado en un largo rato por éste lugar.
Sigo observando detenidamente, y me doy cuenta, de que no hay absolutamente nada que me dé indicios de Cloud por aquí, sé que estoy siendo paranoico, pero hombre, me preocupo ya saben, lo normal… Salgo de la habitación, asegurándome de no dejar nada atrás, y me dirijo a la mía, la cual, también se encuentra sin llave, me sorprendo un poco, pero la esperanza se posa en mí, como un diluvio en la oscuridad, escucho un estruendoso trueno a lo que abro la puerta, mis ojos se fijan en mi cama, también está desecha, eso me dice, que Cloud estuvo durmiendo aquí, y si les soy sincero, me hace feliz pensar eso.
Pero volvamos al tema, me acerco rápidamente, y poso mi mano sobre mi cama, está húmeda, la lluvia se filtró por la ventana, ¿Cloud abrió la ventana? Cuando me disponía a cerrarla, algo chocó contra mi pie, y al mirarlo cosquillas nuevamente suben de mi estomago a mi pecho, y el temor se apodera de mi cuerpo.