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Una sonrisa tras el espejo. por Sheshire

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Notas del capitulo:

Hola jóvenes, es día miércoles  y les traigo un nuevo capítulo de: “Una sonrisa tras el espejo”


*Suspira* Muchas gracias a los que leyeron el prologo, y más a las dos personitas que dejaron su comentario: Anónimo y KmiiMereles, en verdad muchísimas gracias por haber comentado tan rápido, y espero verlas o verlos en este capítulo también.


Pues tal vez se darán cuenta pero aun así les diré: Este capítulo está narrado al punto de vista de Cloudy, espero les guste.


Espero disfruten el capítulo, el cual es un poco más largo de lo que suelo escribir; creo que no hace falta decirlo pero lo haré, espero sus sensuales reviews en la hermosa cajita que está allá abajito que ustedes bien saben cómo usarla :v


Sin más distracción ¡A leer!

                                          


                                                                                      Impresionante.


 


                                                                                                    


 


 


                                                                                   


 


 


Realmente me molestó que ese hombre, Zack, se burlara de mi como si fuera un niño, sé que él es mi superior, y que debo tenerle respeto, pero en verdad ¿Cómo un idiota como él llegó a primera clase? Bueno, dicen que uno no debe juzgar a un libro por su portada, tal vez sea realmente eficiente al hablar de combates y misiones.   


Pateando una pequeña piedra con mis pies, me dirigía hacia mi dormitorio, estando en el edificio, vi una melena negro azabache entrando justamente al cuarto siguiente al mío, en sus espaladas traía consigo una enorme espada, que llegaba más allá de sus posaderas, innegablemente era Zack Fair,  me detuve en seco, y me devolví al sentir que volteaba, me quedé suspendido en mi lugar, al escuchar que la puerta se cerraba, dejé salir la respiración que estaba conteniendo involuntariamente; aun no entiendo porque me escondo de ese hombre, puede ser atractivo, pero vamos, que no muerde.


Soy seco con la gente, no me gusta hablar demasiado con ellos, en especial si se trata de mis cosas personales, por alguna razón solo lograba desahogarme completamente con mi amiga de la infancia, Tifa, quien realmente me gustaba en el tiempo en que vivía en Nibelheim, pero ahora, no tanto, tal vez se deba a la distancia.                                                                                       


Entro a mi habitación, cerrando la puerta tras de mí, me recuesto en mi cama y reposo mis brazos sobre mi rostro, dejando salir un suspiro de agotamiento,  descanso unos minutos, reflexionando fugazmente lo que había sucedido en el día, mañana sería un día agotador, de por sí, tener tu primera misión siendo aun novato, es duro, imagínate haciéndolo junto un hombre, que, aunque me cueste decirlo, creo que me atrae,  no creo poder concentrarme.


Pero creo que él es heterosexual, se le nota en la cara, solo fue amable conmigo, solo eso, no debo esperar mucho de aquello, ¿En realidad deseo que algo pase? Indudablemente no, pero una parte de mi dice que sí, no sé, dejémoslo a merced del destino; me levanto de la cama y camino al baño, preparo el agua de la bañera, y quito mis ropas, comprobando que está a una temperatura agradable, introduzco mi cuerpo completo, dejando salir un suspiro de placer al sentarme completamente en ella, el leve olor a vainilla, el vapor blanquecino haciendo remolinos en el aire, relajante en su totalidad.


Cierro mis ojos, y en ellos lo veo a él, cuando estábamos en el despacho con el Director Lazard, pude observar fijamente ese rostro, sus ojos azules, esa cicatriz en forma de equis en su mejilla, su cabello negro brillante echado hacia atrás, con un pequeño mechón  en su frente, sus labios, sus fuertes brazos sensualmente tonificados,  incluso el aburrido uniforme de SOLDADO le quedaba de maravilla.


Froto suavemente con mis manos mis brazos y piernas, para así ayudar a la suciedad dejar mis poros, mientras mi mano asciende por mi rodilla, se detiene justo antes de tocar mi entrepierna, y una fugaz imagen se viene a mi cabeza, siento mis mejillas arder, y no es lo único que está ardiendo, imaginar a Zack desnudo fue una locura de mi subconsciente, quien diría que un hombre me haría sentir eso, mi miembro despertó, incitándome a querer acariciarlo.


No, no me voy a masturbar pensando en un hombre, ni loco, pese a mis pensamientos de negación, mi cuerpo reacciona por sí solo, recogiendo mi erecto miembro, acariciando suavemente su punta, haciéndome llegar descargas eléctricas por todo el cuerpo,  mis dedos descienden hasta la base, haciendo pequeños círculos en ella, jugando con mis testículos, al ascender nuevamente mi mano lo atrapa completo, descendiendo y ascendiendo con lentitud, gimiendo por lo bajo, la velocidad de mi mano sube su ritmo, soltando fuertes suspiros, mis piernas se abren y mi mano libre baja hasta mi entrada, mis dedos empiezan a jugar con el borde de ésta, hasta llegar a introducirlo, dejo salir un grito ahogado de dolor, pero a medida que voy moviendo mi dedo al son de mi otra mano, el dolor se va convirtiendo en placer, metiendo otro de mis dedos, salen a flote imágenes de Zack tocándome de la misma manera, perversa y lujuriosamente, mi corazón salta desbocado, mi respiración fuertemente agitada y el placer recorriendo cada centímetro de mi piel, mi espalda se arqueo, mis piernas se tensaron, y un audible gemido brotó de mis labios, me derramé sin vergüenza, dejando la bañera sumida en suciedad.


Tuve que bañarme nuevamente, y limpiar la bañera, al salir agotado de ésta, sólo me pongo unos bóxers y una camisa vieja sin abrochar, y me tumbo sobre las sabanas, suspirando profundamente, pensar que había hecho eso pensando en un hombre alteraba mis sentidos, me da vergüenza de solo pensarlo, no puedo creer que en verdad me atraiga un hombre.


-Ah…  Que molestia. –Me quejo por lo bajo, mi voz suena distorsionaba debido a que tengo mi cara estampada contra la almohada.


Dispuesto a dormir, me doblo mirando hacia la mesa enana, cuando estiro mi brazo para apagar la lámpara de noche situada en ésta, veo un sobre blanco sobre la mesa, lo tomo y leo:


Nibelheim, Tifa Lockhart.


Para: Cloud Strife.


-Tifa ¿Eh? –Ojeo el sobre, como si fuera a hallar algo en él, lo abro cuidadosamente de no romper la carta.


“Hola, Cloud ¿Cómo te está yendo? ¿Qué tal las personas por allá? Escuché que algunos son muy presumidos, Hee~ espero que no te haya tocado hablar con ninguno así, el motivo de esta carta es el simple hecho de que quiero que sepas que te apoyo incondicionalmente, y recordarte nuestra promesa, ¿Eh? Espero no se te olvide; sé muy bien que no responderás esta carta, siempre tan predecible Cloud, pero si puedes, hazme saber que estas bien; sé muy bien que de seguro ya eres un miembro de SOLDADO, y te puedes cuidar solo, pero eso no evita preocuparme.


Las cosas en Nibelheim siguen igual de aburridas, y más desde que te fuiste, no tengo con quien hablar, me encantaría verte… Bueno, ¡sigue trabajando fuerte, no te rindas! Ah, es cierto ¿Ya conociste a Sephiroth? Hee~hee ascenderás rápidamente a primera clase, te lo aseguro.


Sin más me despido, cuídate, te quiere.”


Tifa~


 


Leer la carta de la pelinegra me dejo un sentimiento de alegría, como dije antes ella me gustó un tiempo, ya no, pero la sigo queriendo inmensamente,  mi cabeza está hecha un lio, y recibir esas palabras me reconfortan mucho; terminando la tarea que había comenzado antes de que me fijara en el sobre, apago la luz, y por fin descanso mis ojos, apoyando mi cabeza en la suave almohada.


                                                                                              


Los rayos de luz que se filtraban por la ventana me obligaban a despertarme, al mirar el reloj, eran las siete y cinco de la mañana, perfecto para la misión, me alisté poniéndome mi uniforme, para bajar a desayunar, salí de mi habitación,  cerrando con llave la habitación, me doy vuelta sobre mis talones, dispuesto a marcharme.


 -¿Oh? ¿Cloud? Tu habitación queda al lado de la mía. –Mierda, esa voz… justo a quien NO quería encontrarme.


-Zack… sí, que sorpresa. –Oh Dios mío, ¿Qué hay con esa actitud serio y sereno? Hombre, felicítenme.


-Humph, hoy pareces más calmado que ayer. –bromea hacia mí, sin saber cuan molesto me pone.


-Bueno, sí, ayer estaba de los nervios, supongo. –De los nervios no se asemeja a lo que sentía ayer.


-¿Vamos? A desayunar, claro, tenemos una misión esperándonos. –Lo dice con una enorme sonrisa en el rostro, pero lo menos que quiero es pasar más tiempo con él, más si sé que siento atracción física hacia él.


-N-No, esto~ –Hala mi brazo ignorando olímpicamente la respuesta que le iba a dar, sentirlo tan cerca me pone nervioso, puedo distinguir su olor.


-Vamos, no seas tan tímido. –Colocando su enorme brazo alrededor de mi cuello, como si fuéramos los mejores amigos de la historia, recién y lo conozco, ¿Qué le sucede a este tipo? Bueno, no me desagrada del todo para ser sinceros, pero ese no es el punto, el punto es, anoche me corrí pensando en ese tipo, y ahora me abraza, oh vamos no quiero saber las consecuencias.


Siendo arrastrado por Zack hacia el comedor,  veo como los cadetes nos observan, algunos con cierta envidia en sus ojos, otros con asombro y otros simplemente con burla, fuimos a la barra de bufet, tomamos nuestro desayuno y nos sentamos en una de las mesas de la cafetería, mirándonos de frente, tiendo a centrarme en mi plato, intento no cruzar mi mirada con la suya, así evitamos, lo que sea que quiero evitar.


-Y… ¿Dime Cloud, de dónde eres? –Habla hacia mí, parando mis pensamientos, haciéndome apartar lentamente la mirada de mi plato para observar su rostro, que sigue puesto en su comida, parpadeo confuso hacia él, intentando recordar la pregunta que me había hecho. –Sí se puede, por supuesto.


-Ah… Este, lo siento, no escuché la pregunta. –Le dedico una sonrisa ladeada, excusándome, o al menos intentando hacerlo.


-Estas, un poco distraído, ¿Estás bien? –Asiento con la cabeza, dedicándole la mejor sonrisa que tengo. –La pregunta fue: ¿De dónde eres?


-Ah, Nibelheim. –Me mira, apoyando una de sus manos en su mejilla, intento descifrar su mirada, pero no lo logro, solo veo como cierra los ojos y frunce el ceño, para luego negar suavemente con la cabeza. –¿Sucede algo malo?


-¿Mmm? En absoluto, haha. –Continuamos con nuestra comida, sin ninguna conversación, con un silencio cómodo entre los dos; al terminar nos dirigimos hacia el helicóptero que nos iba a transportar, llegando ahí vi a un pelirrojo recargado en el helicóptero, llevaba un traje de paño, sin corbata y con la camisa desabrochada.


-¿Reno, eh? –Habla Zack hacia el pelirrojo, quien lo mira de reojo,  y sonríe.


-Oh, Fair ¿Eh? Yo los llevaré, son solo ustedes dos ¿no? –Zack asiente con la cabeza, mientras que el pelirrojo, que aparentemente se llama Reno nos hace una seña para que lo sigamos. –Bueno, en marcha, los llevaré.


Comenzamos nuestro viaje de Midgar hacia Junon, parece que uno de los monstruos de los alrededores se había colado en el pequeño pueblo de las afueras de Junon, mandaron a varios SOLDADO de segunda clase, pero no lograron derrotarlo, si ellos no pudieron no sé qué le hace pensar a Génesis que yo si podré, pero agradezco la oportunidad.


Al llegar al pueblo de las afueras de la ciudad, vimos las calles desoladas, las casas destrozadas y la evidente batalla desatada,  no pudimos hallar a la criatura a primera vista, así que decidimos investigar dentro de las casas, sólo estábamos Zack y yo,  pues que el Turco nos trajera era una simple coincidencia, al parecer no estaba de servicio, y le pidieron el favor.


Entramos en la primera casa, para buscar sobrevivientes, así ellos nos logren informar de lo sucedido, al cruzar la puerta de la entrada no vemos ninguna señal de ser habitada por el momento, accedemos a las habitaciones abandonadas confirmando nuestros pensamientos.


 Salimos y seguimos con la siguiente casa, la cual estaba de igual forma, en abandono; todo el pueblo parecía estarlo, hasta que nos acercamos a la casa más grande, al principio parecía estar de igual forma, hasta que Zack encontró algo.


-Aquí hay otra puerta. –habló hacía mí, señalando con la barbilla la pared, al principio solo logre ver grietas irregulares alrededor de ésta; el azabache se acercó e impuso su mano extendida en la mitad de las grietas, y con un poco de fuerza empujó, haciendo que esta se despegara de los costados, dejando ver su interior oscuro y lúgubre. –¿Entramos?


-Por supuesto. –Afirmo con la cabeza, mientras me regala una sonrisa, entramos con nuestras espadas desenvainadas, nuestros ojos mejorados mako, nos permite diferencia mejor las sombras en la oscuridad; caminando por un estrecho pasillo, nos damos cuenta de que escaleras comienzan a aparecer, llevándonos a una especie de sótano, la puerta que está al frente nos impide ver que hay más allá, pero una luz evidencia la presencia de personas; Zack se gira hacia mí, posando uno de sus dedos en sus labios; asiento con la cabeza mientras el abre lentamente la puerta.


 Al abrirla nos encontramos con personas, con espadas y cuchillos en mano, mirándonos atentamente, supongo que son los habitantes de la ciudad, al ver el uniforme de Zack, su expresión se relaja, y algunos suspiros de alivio salen de sus labios, la incógnita que deja mi cabeza, al parecer es la misma que tiene Zack.


-¿Y bien? ¿Qué esperan hacerle a un monstruo con cuchillos y demás? –pregunta hacia ellos, con una sonrisa pero tonalidad intrigante, algunos fruncen el ceño, tomándolo como burla.


-¿Y ustedes qué? Shin-Ra no se pudo encargar con él antes, ¿y vienes aquí a cuestionar nuestros métodos? –Bufa hacia él uno de los más jóvenes, mirándolo sobre el hombro y quitándole importancia a la pregunta.


-Perdonen al joven, esta situación nos tiene de los nervios a todos, lo que sucede es que el individuo que atacó la ciudad iba acompañado, de una persona, así que cabe la posibilidad que ella, pueda entrar aquí. –Explica la situación un anciano, temeroso frotando sus manos suavemente con nerviosismo.


-Mmm, ya veo, ya veo, ¿Me pueden decir donde la podemos encontrar? A esa peculiar persona. –Todos lo miran asustado, mientras que Zack solo les devuelve una sonrisa confortante, intentando tranquilizarlos.


-Te va a matar, tal cual hizo con tus compañeros. –Dijo el mismo joven de antes, mirándolo con una sonrisa burlona y altanera.


-Debes cuidar tu lengua, niño, los jóvenes impertinentes siempre son odiados por las chicas. –Se burla hacia él, regalándome una sonrisa inocente mientras acomoda su brazo en mis hombros, un pequeño escalofrió recorre el área tocada por su brazo,  y siento un poco de nerviosismo; intento hacerlo pasar desapercibido, para mi desgracia, Zack lo percata, debido a que me mira serio luego sonríe y acaricia mi cabello, cuan niño pequeño me tratara. –¿Y bien? ¿Me dicen o tengo que buscarlo yo mismo?


-Normalmente aparece cerca de la playa, por favor acaben con ella. –Una mujer toma mis manos, con ojos suplicantes, no puedo evitar sonrojarme un poco.


-Por, supuesto. –Le afirmo mientras desvío mi mirada, la cual se cruza con la de Zack, quien me mira de reojo con una sonrisa pícara en rostro, mi ceño se frunce hacia él, he de admitir que a veces me molesta su actitud.


Así nos dirigimos hacia la playa, no sin antes recibir bromas de Zack, acerca de lo apuesto que era, no me mal entiendan, me encanta recibir halagos como a toda persona normal, pero que lo digan en forma de burla eso duele hombre, y más si es él quien lo hace.


Bajando las escaleras, vemos a una niña pequeña  escondida en unas rocas de al lado, mirando fijamente el mar, me preocupo un poco al pensar que hace una niña tan pequeña aquí, sola y con una peligrosa criatura suelta, Zack parece coincidir conmigo pues su ceño se ve levemente fruncido, y su expresión seria mirando fijamente a la chica, quien acaba de percatarse de nuestra presencia, y tiene intenciones de correr, la atrapo antes de que lo logre hacer.


-Señorita, ¿Qué hace aquí fuera, sola? Es peligroso. –Dice Zack, mientras se pone a la altura de la niña, y posa una de sus manos en su cabeza.


-El señor delfín puede estar en peligro. –Dice hacia él, con la voz temblorosa como si quisiera reventar en llanto, Zack la consuela sonriéndole, y acariciando su cabello.


-No te preocupes, nosotros nos encargaremos, ¿Sabes dónde están los demás habitantes no? –La niña asiente con la cabeza, mientras un fuerte ruido se escucha atrás de nosotros, captando nuestra atención, una mujer delgada y con piel pálida se acercaba rápidamente, encima de lo que parece un lobo gigante oscuro y con sus ojos rojos, dejándome paralizado con solo mirarlos. –Corre.


La niña corre hacia el pueblo, atrayendo la atención de la mujer, quien levanta una de sus manos extendidas y la dirige hacia la pequeña, con una sonrisa de oreja a oreja, un diluvio de luz brillante aparece de entre sus dedos, reflejándose en trayectoria a la pequeña infante, mi cuerpo se mueve por sí solo, y la atrapo entre mis brazos, recibiendo el fuerte impacto. –Gngh.


Suelto a la pequeña, poniéndome de nuevo en pie, mientras la veo alejarse entre las casas, siento tensión en mi hombro, y al girarme sobre mis talones, me encuentro con la cara de preocupación de Zack, quien me mira con sus cejas alzadas.


-¿Estás bien? –pregunta hacia mí, con un deje de suma preocupación en su voz, la cual suena arrullarte y suave, como un soplido de la brisa que envuelve al mar, mi cuerpo se tensa, y un leve rubor se espolvorea en mis mejillas.


-E-Estoy perfectamente, más importante, ¿Qué es eso? –Señalo con la barbilla hacia la chica, disimulando lo más que puedo el sonrojo, su mano se desliza suavemente de mi hombro, dejando escalofríos a su paso.


-Sobredosis de Mako, no entienden. –Cierra sus ojos mientras niega lentamente con la cabeza y clava sus ojos azules en mí. –Hombre, hombre, ¿Cuándo aprenderán? Algunos científicos tal cual como el conocido profesor Hojo, se quieren pasar de listos; ella es una mutación debido a el Mako en su cuerpo.


Lo miro entre intrigado y sorprendido, intentando analizar lo que puede pasar por la mente de las personas como Hojo, jugar con la vida de las personas, siento un ataque de cólera de solo pensarlo. -¿Y bien? ¿Qué hacemos?


-Mmm, enfrentarlos a ambos a la vez sería un poco riesgoso, ¿Te parece si te dejo a eso? –Señala con el dedo pulgar, al lobo gigante que pese a su aspecto canino y simple se ve sumamente amenazador, pero vamos, no voy a correr detrás de Zack con la cola entre las patas.


-Me parece perfecto. –Lo digo sin interés alguno, sin mirar a Zack y enfocándome en mi próximo adversario intentando encontrar algún punto que pueda usar a mi favor.


-Bien, no vayas a morir ¿Eh? –Ríe hacia mí, desordenando bruscamente mi cabello, haciéndome gruñir involuntariamente de molestia. –Pero no te preocupes, no dejare que mueras; es más, no dejare que te dañen, Cloud.


 


Su voz se tornó seria, y su ceño se frunció, agregándole suma importancia al asunto, sentí como mi corazón dio un vuelco en mi pecho al oírlo pronunciar mi nombre, me siento estúpidamente feliz y no sé el porqué realmente.


Desenvainó su espada, posándola frente a él unos segundos, acto seguido se puso en posición de combate, y de un salto se abalanzó hacia  la peli verde, obligándola a separarse de lo que parecía un lobo, dejándolo para mí, el can se dispuso a volver con su ama; me interpuse en su camino haciendo un pequeño corte en una de sus patas traseras, un fuerte gruñido alteró mis oídos, poniéndome sumamente tenso.


Miré de reojo al moreno, mirando sus finos y precisos ataques, ya veo el porqué era un SOLDADO de primera clase, puede que la mayor parte del tiempo pueda ser un idiota, pero en el combate era increíble, se movía como si supiera los ataques de su adversaría, solo puedo decir una cosa: Zack Fair es Impresionante.


 


 


 


 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Un pequeño salseo, que a mi parecer quedó horroroso, haha no sé, siempre me ha parecido que escribo súper mal lo del lemon, ¡pero ahí vamos!

Gracias por leer, y espero que tengan un hermoso día, una tranquila tarde o una fresca noche,  dependiendo del momento en que estén leyendo esto.

Los amo enormemente, por seguir esta historia sacada de los confines de mi alocada cabeza, que piensa innumerables situaciones pero al momento de plasmarlas en el “papel” se bloquea de igual forma que un celular al intentar desbloquearlo cinco veces seguidas y fallar.

Nos leemos el próximo martes, si dios lo permite, besos.


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