Eran las tres de la madrugada, todos estaban exhaustos, tirados en el piso, respirando agitadamente. El ensayo de la coreografía los había cansado; nunca creyeron que un maldito baile les sacara todas sus energías, sabiendo que estaban ya acostumbrado a este tipos de cosas, al ritmo…
Era muy tarde, lo bueno era que ya habían terminado y parecía ser que todo iba bien, todos iban al mismo ritmo, aunque tuvieron que parar algunas veces para indicarle a Jin que estaba haciendo algunos pasos hacia el lado equivocado.
Namjoon fue el primero en pararse, antes se acomodó su gorra; estando de pie observó a sus compañeros y dio una fuerte palmada, chocando sus manos. Todos lo miraron atentos.
-Bien, chicos, buen trabajo.- Dijo sonriendo.- Vamos a descansar, mañana seguiremos.
-¡Sí!- gritaron al unísono.
Todos se levantaron, algo perezosos. V salió disparado a su habitación, Jimin y JHope lo observaron divertidos y se marcharon de la sala. Jin salió al poco rato. Sólo quedaron Suga, Jungkook, quien arreglaba los cordones de sus zapatillas y el líder.
Namjoon, antes de salir, miró a sus dos compañeros, soltó un leve bufido al ver al mayor, Suga tirado en el piso roncando, era tan holgazán que no era capaz de levantarse e irse a dormir a su cuarto.
-Kookie.- Dijo Namjoon, asomándose por la puerta.- Levanta a ese dormilón y dile que se vaya a dormir a su cuarto.
Jungkook se puso de pie, miró a su líder y después observó a Suga haciendo una mueca.
-Pero hyung… si lo despierto me matará.- Dijo con una leve sonrisita. Todos sabían que cuando Suga dormía nadie debía molestarlo.
-Ah… este chico.- Se rascó la nuca.- Van a cerrar la sala con llave, levántalo si no quiere quedarse encerrado.
Después de sus palabras, Namjoon se marchó del lugar hacia su habitación. Dejó al pequeño Jungkook a la intemperie, bajo peligro de extinción. Sus ojos estaban totalmente abiertos, confundido sin saber si despertar a su hyung o dejarlo allí y que cerraran la sala. Nunca había intentado despertarlo, pero sabía que era peligroso, podría llevarse un insulto o un golpe por hacerlo.
Se acercó con lentitud y se agachó con cuidado, primero lo observó durante un momento. Aquella blanca y brillosa piel, su cabello rubio sobre su rostro… era como mirar dormir a un ser angelical.
-Se ve tan hermoso.- Pensó Jungkook para sí mismo.
No podía creer que dijera eso, ¿qué le pasaba? Se sintió confundido por un momento y se sonrojó. Al segundo dio un pequeño saltó al escuchar como Suga gruñó por lo bajo. ¿Estaba soñando quizás? ¿o se percató de la presencia de Kook? Sin más que pensar, el maknae se decidió a despertarlo. Se volvió a acercar con lentitud y posó su mano sobre el hombro del rubio. Le dio pequeños toquecitos, pero con esto nunca lograría despertarlo.
-Hyung…- Dijo con su suave voz, algo miedoso.- Hyung, Suga…
Siguió dándole toquecitos en su hombro, empujándolo para que abriera los ojos de una maldita vez. Al notar que no lograba nada decidió intentar levantarlo del suelo, puso sus dos manos por debajo de la espalda de Suga y trato de subirlo.
El rubió gruñó más fuerte y Kook se asustó, haciendo que sus manos se resbalaran, dejando caer lo poco que había levantado a su hyung del suelo. Suga abrió los ojos al impactar con el suelo, confundido, sin querer sus pies se enredaron con los de Junkook haciendo que éste se cayera encima suyo. Sus rostros quedaron casi pegados, el menor para su suerte apoyó con rapidez sus manos a los lados de la cabeza del rubio y así no caer en un pequeño accidente.
-Ugh…- Suga medio dormido, con los ojos entrecerrados volteó la cabeza a un lado.- ¿Qué tratas de hacer Kook?
Jungkook se sobresaltó al escuchar aquella voz ronca, la cual le parecía bastante sexy. Desvió la mirada asustado y con su rostro sonrojado, se levantó rápidamente disimulando nerviosismo.
-Yo…Namjoon dijo que te despertara.
-¿Poniéndote encima de mí…?- Volvió hablar con aquella voz medio dormida mientras se intentaba sentar a duras penas.
El maknae estaba sin palabras, notaba como el corazón le latía a mil por hora, era extraño que sintiera eso, pero YoonGi parecía ponerlo así. Era tan hermoso, y aquella voz simplemente lo dejaba anonadado.
-¡No!-Dijo apresurado.-Intentaba levantarte.
Suga se sentó, observó al pequeño y le regaló una pequeña sonrisa despreocupada. No parecía enojado, cosa que a Jungkook le parecía algo extraño.
-Ya…Kookie.- Se paró y se acercó hacia el menor.- No te pongas así, no te golpearé.
Suga le dio una palmadita en su hombro sonriendo con su rostro adormecido y Jungkook se quedó mirándolo sin saber qué hacer.
-No me molesta que tú me despiertes.- Confesó el mayor.- Pero cuando Jimin lo hace es bastante molesto.
¿Jimin? ¿Por qué mencionaba a Jimin ahora? Jungkook se sintió algo celoso al recordar que su compañero se la pasaba abrazando y jugueteando con Suga. Sabía que Jimin tenía otras intenciones con su hyung y eso lo molestaba bastante desde hacía un tiempo, pero nunca se imaginó que tanto como ahora. Quería a Jimin, sí, pero aquel enano se ponía demasiado meloso a veces, incluso hasta con él y eso lo odiaba.
-Bueno… me iré a mi cuarto.- Dijo Suga frotándose los ojos.
Jungkook se quedó observando cómo se marchaba, mirándolo de arriba abajo. ¿Por qué era tan perfecto? Su mente divagó en la idea que lo quería tener sólo para él y ese sentimiento era algo nuevo. Agitó con fuerza su cabeza y se marchó de la sala.
-Ensayar tanto me ha hecho mal.- Se dijo a sí mismo.
Al día siguiente, en la mañana, Jungkook se encontraba destrozado, no había pegado ojo, su mente sólo pensaba en aquella piel blanca y esa cabellera rubia, ni hablemos de esa sonrisa…
Entró al salón principal, donde todos sus hyung parecían estar ya despiertos. Se sentó a la mesa, donde Jin había preparado un gran desayuno para todos. Era adorable.
-¡Kookie!- gritó V con su característica sonrisa.- Te levantaste muy tarde, ya se te pegó lo dormilón de Suga ja ja.
Todos rieron debido al comentario y siguieron comiendo. Kook lo había tomado con gracia, pero al instante su sonrisa desapareció. Sus ojos se desviaron hacia el sillón, donde como no, Jimin parecía estar atosigando a Suga. Le daba pequeños empujones y lo abrazaba mientras sonreía con picardía.
-Ah…Jimin, apártate si no quieres que te golpee.- Bufó Suga mientras bebía su jugo.
-No seas así hyung.- Hizo un puchero.- Salgamos un rato, ¿sí?
Jungkook los seguía observando, ante la insistencia de Jimin, Suga parecía dispuesto a aceptar salir, pero Kook no lo veía capaz. Seguramente no soportaría a Jimin ni por cinco minutos estando afuera.
-Ah, casi me olvido.- Dijo Namjoon de repente.- Tenemos que salir a comprar algunas cosas, asique pensé que dos de nosotros se pueden quedar a limpiar.
-¡Yo quiero ir!- Gritó emocionado V.
-Yo también.- Dijo JHope sonriendo.- Necesito aire.
-Bien, vayamos entonces nosotros y…¿Quién se ofrece para…?
-Yo.- Dijo Suga levantando la mano.- Yo me quedo.
Jimin lo miró sonriendo y pensó en quedarse con su hyung a seguir molestándolo y provocándolo como le gustaba. Asi que sin pensarlo dos veces levantó su mano.
-Yo me quedo con Suga hyung.
El rostro de Suga hizo una mueca de fastidio, no quería que Jimin se quedara sólo con él, acababa agotando su energía, era demasiado hiperactivo, era casi como estar cuidando a un niño, y Suga odiaba a los niños.
-Bien…
-Yo quiero quedarme también.- Interrumpió Jungkook, mirando a Jimin.
-¿Eh? Pero tres es mucho.- Se quejó Jin.- Oye Jimin, tú te quedaste la semana pasada, ven con nosotros.
-¿Ahhhh..?
La decepción de Jimin era notable, y Jungkook sólo podía reír por dentro. No pensaba que hoy se quedaría en el apartamento, pero con tal de que Jimin no estuviera a solas con Suga no le importaba.
Todos ya organizados se prepararon y se marcharon, quién sabe cuánto tardarían en volver, por culpa de V que siempre quería comprar de todo solían tardar mucho.
-Menos mal que decidiste quedarte Kookie.- Dijo Suga sonriendo desde el sillón.- Jimin es tan… pesado.
-Lo sé.- Le devolvió la sonrisa.
Unos minutos después todo quedó en silencio. Kook empezó a sentirse incómodo al estar sólo con Suga. No podía controlar sus latidos, sólo verlo lo hacía palpitar de emoción. Lo observó de reojo desde su asiento, centrándose en cada parte de su rostro, de su cuello, sus brazos, su abdomen y…
-¿Qué me miras tanto?- Dijo Suga, sacándolo de sus pensamientos.
-Ah..mierda.- Se dijo a sí mismo, pegándose una cachetada mental.- Contrólate Kook…
Volvió su vista a la mesa y se quedó en silencio, cuando de pronto sintió unas cálidas manos sobre su hombro. No se volteó a mirar, era obvio quién era, pero no se había dado cuenta el momento en el que se había parado del sillón. Su cuerpo se estremeció al notar como aquellas manos lo estaban acariciando descaradamente, como la presencia de Suga se sentía más cercana a la suya.
-¿Qué te pasa Kookie?- Susurró con su voz ronca, haciendo que el menor cerrara sus ojos.
-Hyung…- Dijo Junkook sin apenas poder vocalizar nada más.
Los labios del mayor se fueron acercando peligrosamente hasta el oído del menor, quien se volvió a estremecer al notar el aliento de éste. Su cuerpo estaba paralizado, no sabía si debía levantarse y salir corriendo o dejar que aquel joven de cabellos rubios lo siguiera provocando. De todos modos él era quien quiso quedarse con tal de que no fuera Jimin.
-Por eso no querías que Jimin se quedara, ¿cierto?- Suga le siguió hablando al oído con una voz profunda que excitaba mucho al menor, demasiado quizás.
-Yo…
-Está bien.- interrumpió el mayor.- A mí también me gustas Kookie.
Los ojos de Jungkook se abrieron y su corazón se paró. ¿Qué acababa de oír? ¿Suga le estaba diciendo que le gustaba? ¿Y cómo se había dado cuenta de que a él también? A lo mejor fue muy obvio durante los días pasados, quizás sus expresiones, su forma de actuar con Jimin. No podía creerlo, pero ahora era ese momento en el que su mente pensaba por sí sola “ahora es mío” “lo es…”
El nerviosismo de Jungkook era muy notable, tanto que se paró de sopetón de su asiento y se quedó de espaldas a su hyung. Suga se apartó un poco hacia atrás, creyendo que su gesto había sido muy precipitado, a lo mejor lo había asustado.
-Jungkook lo sie…- Trató de decir mirándolo algo apenado por lo que había hecho.
Pero su frase no fue acaba, vio cómo el menor se giraba bruscamente y se lanzaba sobre él rodeándolo con sus fuertes brazos, enterrando su sonrojado rostro en sus hombro. Suga abrió los ojos al sentir aquel fuerte abrazo y después de pasar un rato los cerró y dibujó una sonrisa de felicidad en su rostro. Devolvió el gesto al menor y sus delgados brazos pasaron a rodear también el cuerpo que tenía enfrente. Pasaron unos dos minutos en silencio, simplemente abrazándose y sintiendo los latidos del otro. Aquel momento fue algo enternecedor para el mayor, ya que Kook no parecía querer quitar su rojo rostro inocente de sus hombros, sabía que estaba avergonzado y eso lo hacía mucho más inocente y deseable.
-Oye Kookie.- Dijo con una suave voz, haciendo estremecer al menor.
El menor fue despegando su rostro poco a poco y tratando de sostener la profunda mirada de su mayor, quien lo observaba enternecido con un brillo particular en sus ojos. Suga lo tomó por el rostro y con su dedo pulgar comenzó a acariciar sus suaves cachetes aun sonrosados de la vergüenza.
-Suga hyung….- susurró el menor cerrando sus ojos y sintiendo su caricia.
-Shh…. Ya, no digas nada.
Kook volvió a abrir lentamente los ojos y vio cómo el rubio apretaba sus finos labios con algo de contención. Parecía que trataba de no ser brusco con él, quería saber si el menor lo dejaba pasar a la siguiente etapa. Éste miró directamente hacia los labios del rubio y no pudo evitar morderse el suyo propio de las ganas que tenía que sus labios se juntaran. El menor cerró sus ojos con fuerza y abrió apenas sus labios esperando que el rubio se acercara. Y eso fue lo que hizo, sin despegar las manos del rostro del pequeño, acercó su rostro hasta que los labios de ambos quedaron totalmente pegados. Kook se notaba algo nervioso ya que apretaba sus ojos con fuerza, pero a pesar de eso tomó al rubio por las caderas dejando atrás su vergüenza. Suga, al notar las manos sonrió levemente sobre los labios del menor y comenzó a besarlo de forma más intensa, incluso trató de encaminarlo hasta que quedara apoyado sobre la mesa. Bajó sus finas manos por el rostro del moreno hasta toparse con la cintura, levantó apenas su remera y comenzó a acariciarlo suavemente mientras no dejaba de besarlo.
Jungkook apretó sus manos sobre la cadera del mayor, agarrando parte de su jean. Se estremecía con cada caricia que el rubio le daba, y aquel beso que estaban compartiendo lo estaba encendiendo aun más. Sus lenguas jugaban de un lado al otro, sin pedir permiso. Apenas se separaron por la falta de aire, sin despegar sus frentes, sin dejar de acariciarse y mirándose a los ojos absortos en su mundo.
-Hyung…- dijo jadeante el menor.- ¿Desde cuándo… te gusto?
El rubio sólo sonrió, formando pequeños hoyuelos en sus mejillas.
-Ya habrá tiempo de hablar de eso Kookie…- Y volvió a juntar sus labios con los del menor.
La temperatura entre los dos comenzaba a aumentar rápidamente, ese beso tierno que se habían dado en un principio pasó a ser algo más agresivo, pasional. Tanto así que Suga empujó por completo el cuerpo del moreno tumbándolo sobre la mesa.
Aquello era una completa locura, pensaba el menor por instantes. No podía creer que estuviera haciendo eso con su hyung, menos con Suga, quien parecía un tipo tan frío. Pero hacía algo de tiempo que sentía algo por él, nunca quiso decirle nada porque aparte de su vergüenza, tampoco quería ocasionar problemas y tener que lidiar también con el hecho de ser rechazado, tanto por el grupo como por su hyung.
Kook se quedó tumbado sobre la mesa, observando a Suga. El muy provocador se relamía los labios mientras lo miraba de una forma muy particular. Deslizó sus manos hasta la cremallera del jean y comenzó a bajarlo, ante la tímida mirada del maknae.
-Espera…-dijo con su respiración algo agitada.-No deberíamos, aquí.
Se incorporó y bajó de la mesa. Suga los tomó inmediatamente de la mano y lo llevó hasta su cuarto, el cuál cerró la puerta con traba tras de sí. Tomó al menor salvajemente y comenzó a besarlo nuevamente hasta que cayeron sobre la cama.
El menor metió sus manos bajo la camisa del mayor y acarició su espalda con desesperación, podía sentir cómo lo necesitaba, necesitaba ese cuerpo sobre el suyo, sentirlo y tocarlo sin compasión. Tanto fue así que acabó despojándose de su camisa, exponiendo su trabajado torso.
Suga no dudó ni un instante y comenzó a dibujar un camino de besos que empezaban en el cuello y bajaban hasta su abdomen. Sus manos habían seguido el recorrido de su boca y ahora sí se hallaban deslizando aquel jean hasta despojarlo de su dueño. Kook estaba rojo de la vergüenza y eso lo hacía ver mucho más deseable, al menos eso pensaba el mayor. Volvió a subir mientras su nariz acariciaba con delicadeza el cuello del menor y retomaba la posición inicial, depositando un suave beso en sus labios.
-Kook.-Sintió el menor susurrar mientras sus ojos estaban cerrados.- Kook…
Y su nombre seguía sonando repetidas veces, era lo más agradable del mundo escucharlo salir de aquellos labios y con ese tono ronco que lo caracterizaba a su hyung. Era perfecto…
-Jungkook… ¡Jungkook!
El menor sintió cómo las manos de Suga lo empujaban o más bien lo zarandeaban con brusquedad. Sus ojos se fueron abriendo poco a poco hasta que se encontró con el rostro de la persona que hacía un instante estaba sobre él, regalándole besos por todo su cuerpo. Se extrañó al notar que estaba completamente vestido, y acuclillado a su lado con el ceño fruncido.
-¿Qué…?-Jungkook se frotó los ojos confundido y se sentó. Al hacerlo notó que no estaba en una cama, si no en el suelo, del salón de prácticas.
-Te dormiste.- Dijo Suga algo molesto, incorporándose.- Vamos, ve a tu cuarto, ya terminamos de ensayar.
-¿Asi que fue un sueño…?- Se dijo a sí mismo decepcionado, sintiendo como su estómago se oprimía.
El menor observó cómo su hyung se marchaba y a pocos centímetros de la puerta se quedó parado, esperándolo. En seguida corrió a su lado y lo miró de reojo. Quién iba a decir que aquel sueño fue tan real.
-Jungkook…-Le dijo de repente Suga sacándolo de sus pensamientos.- La próxima no te pienso despertar y te dejaré ahí tirado ¿Me oyes?
Jungkook sólo asintió con una sonrisa en sus labios. Se sentía decepcionado porque aquello no había sido real, pero también estaba feliz porque se encontraba al lado de su amado hyung. No podía quitar su sonrisa de felicidad. Suga se volteó a verlo, le estaba incomodando un poco su expresión.
-¿De qué te ríes?
-De nada hyung.- Le enseñó sus dientes.- Te quiero.
Y así después de su pequeña confesión salió corriendo como niño entusiasmado hasta su cuarto. El mayor sólo se quedó viéndolo mientras su rostro se había sonrojado y una sonrisa se le escapaba de su boca.
-Yo también te quiero, Kook…