Capitulo 2: "El niño y el Ogro"
Gracias a lo pesado de la cena de la noche anterior, no había podido adelantar mucho sus trabajos, tuvo un pesadilla donde él era un niño pequeño en traje de baño y Yamazaki un ogro verde en tapa rabo que lo ahuyentaba de la piscina con un palo forrado con púas. Durmió mal, el cuello le dolía, en cuanto despertó preparó té y preparó su desayuno, aún en pijamas, se puso a hacer sus trabajos escolares, su mente dispersa por momentos dibujaban garabatos en el block que tenía a un lado, su vista ardía y sus hombros tenían un poco de molestia, escuchó sonar su celular.
-Haru, voy hacia tu casa, llevo comida y unas películas-
-Está bien- Haru miró la hora en su celular, eran casi las 5 pm y había avanzado lo suficiente en sus trabajos como para permitirse darse una pausa. Se dio cuenta de que aún tenia su pijama puesta, se baño rápidamente y se puso algo cómodo para recibir a Makoto. Sonó el timbre, Makoto no estaba solo, le acompañaba Souske.
-Hola Nanase –
-Hola Yamazaki - dijo al tiempo que Makoto lo rodeaba en un gentil abrazo, había pasado casi un mes desde la última vez que se vieron.
-Te extrañé – dijo Makoto. Se separaron, Souske revolvió la negra cabellera mientras ingresaba al departamento. Haru enfurecido pero conservando su pose estoica, tomó las bolsas que llevaban y las colocó sobre la mesa. Makoto sujetó a Souske del brazo, sonreía ampliamente, viéndolo de manera coqueta a los ojos, “repulsivo” pensó Haru, su mejor amigo viendo con ojos de adolescente enamorada al “Ogro Yamazaki” era algo que ni en su peor sueño se había imaginado.
-Para ser un artista tu departamento es muy sobrio - dijo Yamazaki mientras recorría con curiosidad el departamento del moreno.
-Yamazaki,no soy artista, soy un estudiante, qué esperabas, el Cirque Du Solei en mi sala? - espetó el moreno con fastidio, Makoto sonreía nervioso. -Si quieres puedes ver mi show contorsionista- dijo torciendo media boca, Souske se quedó en silencio, por un momento se olvidó de que Makoto se encontraba ahí y clavó sus ojos en los azules de Nanase dedicándole una mirada desafiante. Souske sonrió. Nanase jamás lo intimidaría. Se sentó como si estuviera en su casa desparramándose sobre el sofá.
Comieron de la exótica comida que llevó Makoto, la cocina no se le daba, aún así, comió una buena porción de lo que sea que haya intentado cocinar, se podían apreciar vegetales y un poco de carne, tenían un sabor dulzón y una textura que los obligó a tomar más de un vaso de agua después de comer. Sin réplicas Souske y Haruka terminaron sus platos. Haruka puso el dvd que había traído Makoto.
-No otra vez Makoto! - Dijo virando los ojos mientras veía el título del dvd.
-Tan mala elección hiso?.- preguntó Souske intrigado.
-No es tan mala además, antes te gustaba mucho verla conmigo.
-Si claro, cuando tenía 8 años - dijo mientras leía el titulo de la película “Shrek”. Resignado Makoto puso una película de 007. Continuaron en silencio durante un buen rato.
-Tal vez debería hacer un pastel para festejar nuestro primer año en Tokio– dijo Makoto sonriendo.
-O lo podríamos comprar - dijo sutilmente Souske mientras le acomodaba el cabello.
-Como quieras - dijo Haru sin despegar los ojos de la pantalla.
-Nanase, cómo te va en la escuela? –
-Bien – se limitó a responder.
-Deberías mostrarle tus fotografías Haru - sugirió Makoto quien se encontraba sentado en el sofá más amplio, recostado sobre el torso de Yamazaki. Haru caminó hacia un estante donde tenía diferentes tipos de libros y tomó un par de ellos, Souske le hizo un espacio entre él y Makoto, resignado el moreno se sentó erguido entre los dos mas altos.
-Estás fueron para el primer semestre, fotografía con tema libre - pasaba con lentitud las páginas del enorme álbum, todas las fotos eran hermosas, unas en blanco y negro que dejaban un ligero sabor a soledad al contemplarlas, edificios, trenes, Shinjuku, Modelos anónimos y otros no tanto. Souske sonrió al ver unas fotos de Makoto en la azotea de un enorme edificio, miles de luces brillaban a su alrededor, había una en especifico donde Makoto traía la capucha de la sudadera puesta, sonriendo ampliamente con los ojos cerrados con el ocaso enmarcando su bello rostro.
-Es hermosa – dijo Sou acariciando la fotografía. Makoto se sonrojó. También era la fotografía favorita de Haruka, había forzado a su amigo a posar durante horas, ninguna foto de las que había tomado le gustaron, esa fue la última y definitiva.
-Gracias – Haru estaba avergonzado. Les mostró algunos videos, algunas acuarelas y lienzos al óleo en los que había estado trabajando, Todos estaban fascinados con el avance del moreno, era una persona demasiado sensible que trasmitía a través de su trabajo lo que su rostro no hacía, lo decían sus fotos cuidadosamente tomadas, sus videos tan elaborados y con mensajes concisos y algunos otros tan abstractos que ni ellos los comprendían, mientras Haru hablaba de su trabajo sus ojos brillaban, hasta se podía apreciar un poco la pupila dilatada, había pasión en su mirada, Sou lo notó, nunca había visto ese gesto en Haruka, al menos no lejos del agua, notó ese gesto que hacía el moreno cuando terminaba las frases, respiraba y se mordía de manera casi imperceptible el labio inferior. Lo notó y por muy imperceptible que fuera disfrutó observarlo. Sintió que era un pequeño secreto entre él y Nanase. Una vez que terminó de mostrar todo su trabajo Haru se puso de pie y colocó los álbumes en la mesa.
-¡Ya es muy tarde! – exclamó Makoto al ver que casi eran las 10 de la tarde, Makoto vivía del otro lado de la ciudad,
-Te voy a dejar al tren - dijo Yamazaki poniéndose de pie, mientras se colocaban su chaqueta de piel. “Chaqueta de piel? Quién mierdas usa eso en verano? “ pensó Haruka mientras veía a Souske.
-Gracias por haber venido – dijo Haruka viendo a ambos.
Le alegraba ver a su amigo feliz, a pesar de que sabía que lo de Makoto con Yamazaki no era “serio” o al menos así se lo había hecho saber su mejor amigo, haría su mayor esfuerzo por no causarle alguna molestia. Se despidieron todos sonrientes y frescos, el largo brazo de Yamazaki rodeó los hombros de Mako mientras caminaban tranquilos, ¿Tanto miedo le daba que Makoto fuera feliz?, un sentimiento de soledad golpeó a Haruka de repente, Ya nada era como en la prepa.
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Había finalizado ileso su primer año de universidad, ahora tendría más tiempo para pasar con su amigo, tal vez visitar Iwatobi. No lo sabía, todo dependía de los calendarios de sus entrenamientos y competencias. Daba vueltas sobre las cálidas sábanas, había volteado la almohada unas 10 veces, y no podía dormir más, era un domingo caluroso al que dedicaría a hacer sus tareas domésticas. Se frotó los ojos y vió que apenas eran las 7 am, se lavó rostro y dientes, y salió a trotar. Se puso de excelente humor, corrió mientras se hidrataba con su botella de agua. Mantuvo el ritmo durante mas de una hora. Todo parecía brillante y hermoso, tal vez ese día pintaría o bocetaría algo, pensó en un paisaje con tonos azules, brillantes, haciendo contraste con el dorado de la arena, pensó en los ojos aguamarina de Yamazaki. se tropezó de manera descuidada cuando imaginó los ojos de “el ogro Yamazaki” frente a él, con ese brillo casi burlón que lo caracterizaba.
-Deberías de tener cuidado Nanase - Como si fuera una broma de mal gusto de la creación, nuevamente Yamazaki estaba ahí presenciando un momento vergonzoso para el chico delfín, naturalmente Haru estaba avergonzado, el más alto le ofreció la mano, dudando Haru la tomó, Yamazaki clavó sus ojos en la delicada mano del moreno, era suave y delgada, sus dedos eran tan finos y estilizados, eran frías y extrañamente se sentía tan bien al tocarla
-Ya puedes soltarme Yamazaki – bufó Haruka
-Lo siento - los ojos de Yamazaki evitaron a Haruka. ¿Por qué desde ese día en casa de Nanase estaba tan inquieto? Por que los ojos azules lo perturbaron de esa manera? En el fondo Yamazaki quería ser amigo del moreno, así serían las cosas más fáciles con Makoto, Haruka era como la lupa de oro a la cual tenía que ser sometido, el avanzar o hacer su siguiente “movimiento con Makoto” dependía de la aprobación y visto bueno de Nanase. Lo miró de pies a cabeza. “Sigues siendo muy pequeño” pensó. Sonrió.
-¿qué es tan gracioso? – sus ojos estaban clavados en Souske.
-En que venías pensando Nanase?, tienes que cuidar tu cuerpo, no puedes lesionarte - dijo divertido, Haruka quien siempre estaba a la defensiva, ignoró lo comentado, buscó una banca en el parque para sentarse, Sou lo siguió con las manos metidas en la sudadera, también estaba corriendo.
-Estás empezando a sonar como Makoto – Haru suspiró y Sou se rió aún más fuerte.
-Puede ser que algo se me esté quedando de él. –
-Tu no puedes ser como él -
-Acaso estás celoso de que esté con Makoto? – “Ahora todo tiene sentido” pensó Souske, desde que había comenzado a salir con Makoto, Haruka los evadía, rechazaba sus invitaciones y cada vez que por alguna casualidad se topaba con el moreno, este le regalaba una mirada profunda con el ceño fruncido.
-No es eso. – Haru estiraba sus piernas y brazos, - Me retiro, hasta luego Yamazaki – se puso de pie y retomó el ritmo del trote.
-Espera Nanase. - Souske lo sujetó del hombro. De nuevo esa sensación, de nuevo esa enorme mano tocándolo, Haruka podía sentir el calor que emanaba esa mano, la mano apenas ejercía presión sobre su hombro, pero era lo suficiente como para sentirlo. -Te invito a desayunar, recuerdas que vivo cerca? – Haruka viró los ojos.
-No gracias, tengo cosas que hacer – retiró la cálida mano de Yamazaki de su hombro.
-Entonces te ayudo a hacerlas después de desayunar – Haruka se sonrojó, Yamazaki se dio cuenta, pero se lo adjudicó a la actividad física del moreno. Sabia que Souske era persistente y no quería que Yamazaki se quejara con Makoto por rechazar su invitación.
-Tienes caballa? - preguntó tímidamente el moreno.
-No, pero podemos comprarla. - dijo Souske sonriendo, cuidaría sus movimientos con Haruka era el amigo más preciado de la persona con la que estaba saliendo. Caminaron juntos por varios minutos, Souske vivía demasiado cerca de Haruka, podía llegar caminando al departamento de Sou en 10 minutos, nunca se había interesado por él, no era su persona favorita y difícilmente lo sería, pero en ese momento tampoco lo odiaba. Compraron el pescado favorito de Haruka. Y subieron al departamento donde vivía el más alto. Estaba impecable, iluminado y hasta se sentía un ambiente agradable en el pequeño lugar.
-Es muy bonito. – dijo Haruka clavando los ojos a una pequeña figura de cristal en forma de delfín.
-Gracias - contestó Souske desde la cocina.
-Te puedo ayudar en algo? – preguntó el moreno.
-No, yo te invité, yo haré las cosas - Haruka recorrió el pequeño lugar curioso, una hermosa fotografía en la repisa le robó la atención, Eran Souske y Rin de pequeños, ambos sonrientes abrazados. Empezó a divagar acerca de lo mucho que habían cambiado todos, como sus caminos poco a poco se separaban más, Rei y Nagisa se irían a Kyoto a estudiar a la universidad K. Y Makoto a pesar de estar en la misma ciudad comenzaba a hacer una vida independiente, otros amigos, otra escuela, hasta salía con Souske. Le aterraba perder a su mejor amigo, pero tampoco podía depender de él para siempre.
-Yamazaki - dijo Haru mientras se acercaba a la cocina. -Quiero decirte que no me molesta que estés con Makoto, al principio tal vez si, pero ahora ya no. – Souske lo escuchaba atento mientras picaba un poco de vegetales.
-Ouch!- gimió el más alto, hizo un gesto de dolor con todo su rostro e inmediatamente sangre comenzó a brotar de su mano derecha.
-Estás bien Yamazaki? – Preguntó preocupado Haru, se acercó y vio el corte que se había hecho a lo largo del dedo, Souske lucía pálido y temblaba. “Le da miedo la sangre” pensó Haru.
-No me toques, yo lo puedo arreglar –
-Es obvio que no, déjame encargarme, voltea el rostro - dijo mientras tomaba por la barbilla a Souske, por unos segundos se miraron mutuamente, Haru se perdió en esos hermosos ojos aguamarina, estaban preciosos a pesar del miedo la mirada de Souske era hermosa, Haruka lo sabía, su piel se erizó ligeramente producto de la tierna mirada de Yamazaki “hasta los ogros tienen miedo” pensó, por un momento sintió el impulso de acariciar el rostro, se contuvo, volteó el rostro en dirección contraria a la mano herida, Haruka limpió perfectamente la herida, la desinfectó y se dio cuenta que no era tan profunda, colocó una bandita. -Ya estás listo - una pequeña sonrisa se formó en sus labios. – Ahora déjame terminar de cocinar –
-Yo lo puedo hacer – espetó el más alto.
-Lo sé, pero no se que tan bueno eres en la cocina, no me arriesgaré. – Souske frunció el seño. Haruka terminó de cocinar, Souske puso la mesa, sirvió café para dos, pan y un poco de fruta. Comieron en silencio durante varios minutos, no sabía de qué hablar, o como dirigirse a Nanase.
-Cómo empezaste a salir con Makoto? – Preguntó el moreno. Ya sabía la versión de Makoto, ahora quería escuchar la de Yamazaki.
-Hum, pues antes de mudarme a Tokio, después del festival comenzamos a escribirnos, perdimos contacto en cuanto entramos a la universidad y meses después yo lo invité al cine, al parecer hubo química, la verdad me la pasé muy bien a su lado, lo demás es historia – Haru escuchaba atento la historia de Souske, ese brillo que tenía en los ojos mientras hablaba de Makoto le hacía sentir que todo estaría bien. -Y tu por que no sales con nadie?-
-Por que no.- Contestó seco
-Te puedo presentar a algunas amigas – dijo con coquetería Souske.
-No, gracias. –
-Para ser alguien a quien le gusta el pop americano eres muy seco. – dijo Souske moviendo negativamente la cabeza, Haruka se puso rojo, las únicas personas que sabían de sus gustos musicales culposos eran sus amigos. -Y no te preocupes, Makoto no me dijo nada, el otro día en el súper- “cuando me ignoraste” pensó –escuché la música que salía de tus audífonos.- le regaló una dulce mirada a Nanase, las orbes azules de Haru brillaban para él, sólo para él, contempló el rostro sonrojado de Haruka, sus labios contra sus dientes mordiéndose ansiosamente. Un silencio infinito se creó entre ambos. No sabía que pasaba y eso desesperaba a Souske.
-Y tu qué escuchas? - preguntó Haruka
-Rock – Haru no se sorprendió siempre pensó un aura de “bad boy” rodeaba a Yamazaki, razón numero uno por la cual se preocupó cuando empezó a salir con el inocente de Makoto.
-Supongo que va contigo- Haru bebió de su café al terminar la oración, Souske arqueó una ceja.
-Y contigo va el pop ? – Haru encogió los hombros sin tomarle importancia al comentario. Siguieron hablando de trivialidades, Haruka se ofreció a lavar la loza utilizada mientras seguían platicando.
-Gracias por la comida –
-Gracias por la compañía Nanase, deberíamos repetirlo –
-Si es con Makoto por mí está bien - dijo mientras cruzaba la puerta para salir. Una bella sonrisa se formó en el rostro de Haruka mientras salía del hogar de Souske. Souske admiró la delgada figura caminar desde el marco de la puerta. “Tal vez Nanase no es tan malo” pensó mientras cerraba la puerta.
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