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Love Secret por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

Espero y les guste :)

Cap.13 Efímero

Ya habían transcurrido cinco días y no había tenido la oportunidad de hablar con Sasuke, este no le había ido a visitar a su casa como era costumbre, no le respondía las llamadas ni los mensajes, cuando iba a buscarlo a su sección, este solo se levantaba o retiraba ignorándolo completamente y lo peor de todo es que cuando llegaban a cruzar miradas podía ver en los brunos ojos de su mejor amigo resignación y arrepentimiento. Era viernes, la semana escolar ya había concluido entre tantas tareas, proyectos y evaluaciones sorpresa, además de que ya estaban cerca de empezar a preparar las actividades para el evento de letras. Ese día en especial había quedado con sus amigos a pasar la tarde entre la sala de videojuegos y el parque de diversiones, decidiendo finalmente dirigirse a este último. Tampoco había visto a su novio en el transcurso de la semana, aunque no hubiera sido capaz de verlo directamente a la cara, no hasta aclarar lo ocurrido con el Uchiha menor, todavía no podía perdonarse el haber actuado así, sintiéndose avergonzado por su precipitado actuar. Seguía caminando, iba acompañado de toda su bola de amigos que miraban curiosos todas las atracciones decidiendo y debatiéndose en cual de todas deberían subirse primero. Detuvo su andar cuando sintió como chocaba contra alguien.

— Naruto, ten más cuidado por donde caminas— volteo a decirle la chica de cabellos rosados regresando después su mirada en frente, el rubio entonces levanto su mirada hacia donde la tenía dirigida su amiga— ¡Vamos a subirnos primero a este!— grito emocionada, tomando a Kiba de un brazo.

— Yo, yo… yo creo que, que yo paso— dijo Hinata con un notable pavor reflejándose en su voz y en todo su cuerpo— la, las montañas ru… rusas son peligrosas— apretó sus manos contra su pecho.

—  Vamos Hinata no tengas miedo— palmeo Chouji la espalada de la jovencita— se verá algo retorcida, peligrosa y rápida, pero te aseguro que es segura, ¿qué opinas Shikamaru?

— Chouji, se supone que tenías que haber dicho cosas positivas y no todo lo contrario— soltó un suspiro pasando sus brazos detrás de la cabeza y dirigiéndose ahora a su amiga— sé que parece tenebroso, pero no voy a negar que también se ve divertido— y una pequeña sonrisa dibujaron sus labios.

La chica de ojos perlados le devolvió el gesto y con un asentimiento de cabeza confirmo que subiría con todos ellos, Sakura y Kiba fueron inmediatamente a adquirir los boletos para acceder a la atracción, mientras que Chouji y Shikamaru trataban de alejar la inseguridad de Hinata. Naruto por otro lado, se mantenía ajeno a lo que sus amigos estuvieren o dejasen de hacer, no podía sacar de su cabeza la mirada de Sasuke y las acciones que desencadeno su padre después de lo acontecido. No entendía nada de lo ocurrido, tomó entre sus manos los rubios cabellos jalándolos y alborotándolos desesperadamente tratando de liberar así su frustración.

— ¡Oe, Naruto! ¿Qué rayos te sucede?— le asesto un golpe en la cabeza, consiguiendo que el blondo dejara de maltratarse y se sobara la zona afectada— en toda el trayecto e incluso aquí estás pensando en otra cosa.

— Lo, lo siento Sakura-chan, pero esta no ha sido mi semana— dejo caer los hombros derrotado y con un perfil alicaído— lo siento muchachos, ¿en qué estaban?— trató de sonreírles y que pasaran por alto lo de hace un momento.

— Vamos a subir a la montaña rusa, amigo— Kiba le tomo del brazo pegándose a él— se ve grande y poderosa prometiendo ser todo un inyector de adrenalina pura— en su voz se podía reflejar la excitación que le generaba ya en sí la sola idea.

— Me agrada su propuesta, pero no sería mejor esperar hasta el final— en su voz se podía notar un poco el nerviosismo, desde lo ocurrido con su madre había empezado a adquirir cierta fobia a las alturas.

— No Naruto, ya hemos adquirido los tickets— mostro Sakura los boletos— hasta Hinata ha accedido a subirse con nosotros.

El rubio volteo a ver la morena que de inmediato bajo la mirada ruborizada, este se acercó a ella y la abrazo llevándola un poco lejos del grupo, para que nadie más escuchara lo que tenía que decirle.

— Hina-chan, necesito que me ayudes a evitar a subir a esa cosa a toda costa— se había acercado demasiado susurrándole cerca del oído, la joven chica se sentía desfallecer por esa simple acción— no sé desde cuándo pero ese tipo de juegos ya no llaman mi atención, así que ayúdame a escapar de esto— la chica solamente se limitó a asentir.

Naruto había tomado la mano de la oji-perla y sujetándola fuertemente emprendió una carrera alejándose de sus amigos, Sakura en cuanto vio como la pareja se alejaba le entrego los tickets al primero que estaba a su lado, en este caso Shikamaru y aspirando todo el aire que le permitían retener sus pulmones y dando ligeros saltos para calentar sus tobillos, espero a que los fugitivos se alejaran un poco más y después tomando la posición de inicio antes de empezar una carrera, hizo un sonido simulando un disparo y salió a toda velocidad, dejando una pequeña nube de humo. Shikamaru resoplo fastidiado, al parecer sus amigos se meterían en problemas una vez que la peli-rosa les alcanzara, no por ello era la más veloz del instituto.

Cuando sintieron que ya estaban lo suficientemente lejos y que tardarían tiempo de encontrarlos, la morena y el rubio se detuvieron para tomar algo de aire encontrando una pequeña banca y tomando asiento después. Ambos estaban regularizando su respiración cuando sintieron una presencia delante de ellos, Hinata levanto su cabeza y Naruto abrió sus ojos para saber de quien se trataba, ambos pudieron ver a una joven de llamativos cabellos rosas que tenía el ceño notoriamente fruncido y una vena palpitando en su frente.

— He, he Sa… Sakura-chan pu… puedo explicarlo ttebayo— se rascó la mejilla sonriendo nerviosamente y encogiéndose de hombros esperando el posible golpe que le iba a propinar su amiga, cosa extraña que no sucedió al contario la joven había tomado asiento a un lado de él.

— No sé cómo se les ocurrió echarse a correr para escapar de nosotros aun sabiendo que soy  una de las más rápidas— paso su mano a través de su cabello haciéndolo para atrás y soltando un largo suspiro— de Hinata-chan lo entiendo, pero de ti es muy extraño ¿qué sucede Naruto? Has estado muy extraño toda esta semana.

— Yo lo siento mucho Sakura, pero desde aquel suceso ya no me gustan tanto las alturas— agacho la cabeza y apretó la tela de su pantalón— y respecto a lo otro no tengo ganas de hablar de ello.

La chica de ojos color jade se limitó a palmearle la espalda, tratando de transmitirle su apoyo y comprensión y Hinata tomo su  mano apretándola suavemente, algo que habían aprendido a través de todos esos años es que cuando uno de sus colegas tenía algún problema era esperar a que este se los dijera sin meterle presión alguna y dándole a conocer que contaba con todo su apoyo.

— Entiendo, entonces el resto subiremos— dijo Sakura tranquilamente mientras se ponía de pie— ¿Hina, todavía vas a querer subir con nosotros?

La chica movió su cabeza afirmativamente, aunque un poco nerviosa, no negaba que le generaba cierto miedo pero lo dicho por Chouji y Shikamaru lograron convencerla, imitando a su amiga también se puso de pie y sacudió de su vestido color blanco el polvo imaginario.

— Los espero aquí en lo que me compro un helado— les sonrió solo como él lograba hacerlo, las chicas no dudaron más y se dirigieron nuevamente hacia donde estaba la dichosa montaña rusa, siendo observadas por el rubio hasta que las perdió de vista entre toda la gente.

Ahí mismo pero en otra área no muy lejos, se encontraban Karin, Suigetsu y Juugo literalmente arrastrando por todo el parque a su amargado y antipático amigo Sasuke, que había sido obligado por sus colegas a que le acompañaran argumentando según ellos que eso le ayudaría a levantar el ánimo sea lo que sea que le haya ocurrido. << ¿Acaso son tan obvio? >> fue lo primero que pensó en cuanto  sus amigos le hicieron la observación, yendo directamente a mirarse a un espejo notado que se veía igual que siempre. Se opuso tantas veces, recibiendo la negativa del trío y no quedándole de otra que ir con ellos.

— ¡Mira Sasuke-kun!, vamos a subirnos a la montaña— señalo la pelirroja la atracción que se veía en cualquier punto del parque, el peli-negro solo soltó un pequeño sonido indicando que le daba lo mismo.

— No seas tan amargado Sasuke, hace tiempo que no salimos los cuatro juntos— el albino se separó de su novia para acercarse y pasar su brazo sobre la espalada del moreno— además esto sirve para que dejes de andar divagando y pensando en Naruto-kun.

 — ¿Cómo puedes asegurar que estoy pensando en él?— preguntó algo molesto y empujándolo para que se le quitara de encima.

— No sé, solo nos dio la impresión de que peleaste con él porque lo has estado evitando toda la semana— se levantó de hombros y volvió a acercarse a su lado sin ejercer algún tipo de contacto.

— Miren quien está ahí— hablo el chico de cabellos naranjas señalando un cierto lugar, en cuanto la chica del grupo volteo a ver de quien se trataba corrió a toda velocidad dejando a los varones atrás, Sasuke no pudo maldecir más su suerte.

— ¡Naruto!— se abalanzo la chica de ojos rojizos a abrazarlo efusivamente, sorprendiéndolo y espantándolo al mismo tiempo ya que estaba sumido en sus pensamientos ignorando todo lo ocurrido a su alrededor.

— Karin— correspondió el abrazo dejándose envolver por el calor que desprendía su prima, luego de un rato rompieron el contacto.

— ¿Te sucede algo?— cuestiono en cuanto se separaron viendo preocupada al rubio, este solo negó con la cabeza y sonrió, alzando su vista y notando a sus amigos que le rodearon por excepción del azabache— ¿por qué estás solo?

— No, no estoy solo, vengo acompañado de mis amigos, solo que subieron todos juntos a la montaña rusa y a mí no me apetecía subir con ellos dattebayo.

— Bien, entonces nos quedaremos contigo en lo que tus amigos regresan— dijo la chica tomando asiento a un lado de su primo y siendo imitada por Suigetsu y Juugo.

— Creo que por lo mientras voy a comprar los boletos— menciono el moreno alejándose de ahí, no quería ver a Naruto, no hasta que sintiera capaz de tratarse como de costumbre. 

El doncel se la había pasado charlando con sus acompañantes de todo y nada a la vez, olvidando por completo su malestar e ignorando la ausencia de su “mejor” amigo. La charla concluyo cuando sus amigos estaban de vuelta y venían en compañía del moreno que repartió los tickets correspondientes a sus amigos e  ignorando al blondo y este obviamente evadiendo la mirada, los presentes se dieron cuenta de la actitud de ambos, deduciendo cada grupo por su lado que efectivamente ambos habían discutido.

— ¿Qué les parece si disfrutamos de este día todos juntos?— propuso Sakura deseando internamente que los creídos del ala este (que era como los de su sección le llamaba) aceptaran.

— Me parece una buena idea— apoyo Karin— entre más gente estemos reunida el trayecto será más divertido, ¿qué piensan ustedes chicos?

Los demás asintieron de acuerdo, al parecer todos habían tenido la misma idea para hacer que Naruto y Sasuke volvieran a reconciliarse, lamentablemente estos dos no estaban de acuerdo, empezando así a quejarse con sus respectivos grupos de amigos.

— Lo siento pero así lo hemos decidido— dijeron al unísono las mujeres líderes de cada grupo, ignorando las quejas que los involucrados pudieran dar, los demás veían divertidos las rabietas que hacían ambos jóvenes.

-o-

Habían recorrido y disfrutado ya la mayoría de las atracciones que el parque les pudiera ofrecer, la verdad los jóvenes ya estaban exhaustos de tanto caminar y tratar que el Uchiha y el Uzumaki estuvieran al menos un momento a solas, sus intentos habían fracasado, al parecer ambos podían ver las intenciones de todos. El cielo ya se estaba pintando de anaranjado dando la entrada al atardecer, así que los chicos ya estaban caminando hacia la salida para cada quien dirigirse a sus hogares.

— Nunca creí que convivir con ustedes sería divertido— hablo Kiba dirigiéndose a los amigos del moreno— siempre pensé que todos lo de sus sección eran unos alzados.

— No puedo decir que eso no me ofendió un poco, pero ya saben por unos pagan todos— dijo el albino con una sonrisa— nosotros también nos divertimos con ustedes, ¿qué piensan chicos?

La pelirroja y el peli-naranja asintieron en respuesta mirando a su demás compañeros que también afirmaron ante lo dicho, los únicos que no prestaban atención a la agradable conversación eran el blondo y el azabache. Todos llegaron a la salida del parque notando que ya los esperaban afuera de este.

Karin y Suigetsu se fueron juntos, Juugo se fue solo al igual que Hinata, Kiba y Sakura, Chouji y Shikamaru abordaron el mismo vehículo y Naruto como Sasuke se quedaron solos en la entrada viendo como todos partían.

— No deben tardar en venir por mí, ese Itachi tan impuntual como siempre— empezó a hablar el Uchiha mirando el otro lado de la calle— cuando uno quiere que sea puntual es cuando más tarda en aparecer.

El doncel solo se limitaba a observarlo en silencio y agacho la mirada para ocultar la tristeza que le generaba aquella indiferencia, dio media vuelta para irse directamente a la parada a tomar cualquier autobús que le acercara a su domicilio. Sasuke no pasó desapercibido el triste semblante del rubio pero en vez de detenerlo lo siguió.

Los dos estaban ahí sentados, viendo a la nada y disfrutando la fría brisa que traía ya casi el anochecer, habían transcurrido quince minutos y no había señal de Itachi ni del transporte público. Naruto se sentía nervioso, por fin cuando tenía la oportunidad de hablar con el moreno no podía decir nada, tenía miedo de que cualquier cosa que hiciera o dijera terminaran con la ya extraña relación que ambos mantenían y Sasuke no estaba muy lejos de pensar diferente. El incómodo silencio fue roto cuando el azabache emitió una casi silenciosa disculpa.

— No Sasuke, el que se tiene que disculpar soy yo— susurró el rubio mirando fijamente el perfil de su amigo— fui yo quien te puso en esa incómoda y extraña situación, todavía no entiendo que fue lo que sucedió pero sé que esa no fue la mejor manera de…— guardo silencio abruptamente, recordar aquello le generaba vergüenza y arrepentimiento— perdóname Sasuke.

El azabache al momento de escuchar esa casi adolorida disculpa se atrevió a voltear a verlo, notando que aquellos ojos azules que tanto le gustaban estaban empañados por las lágrimas que estaba tratando de retener y estos mismos le suplicaban que le perdonaran, inmediatamente y sin pensarlo demasiado lo tomo del brazo jalándolo hacia su cuerpo y rodearlo en un fuerte abrazo. El blondo correspondió el abrazo permitiéndose sollozar en su pecho.

— Hay que volver a ser amigos, ¿qué te parece?— susurró el Uchiha mientras acariciaba y enredaba entre sus dedos los cabellos amarillos— vamos a imaginar que lo ocurrido la última vez nunca pasó.

— ¿Qué dijiste?— se separó de su amigo, para ver con un gesto sorprendido lo que escucho y para confirmar que este estuviera hablando en serio.

— Lo que escuchaste, dobe— y una sincera sonrisa se formó en sus labios, Naruto devolvió el gesto con una sonrisa aún más grande para después abalanzarse contra su de nuevo mejor amigo y acurrucarse sobre su pecho. Sasuke lo apretó fuertemente entre sus brazos y aspiro el aroma del rubio, le encantaba ver esa sonrisa y si esta solamente aparecía sí ambos se quedaban como los mejores amigos de la infancia que siempre fueron, renunciaría completamente al amor que todavía siente por él y le apoyaría en todo lo que estuviera a su alcance para que obtuviera su felicidad.

-o-

No se había sentido tan feliz después de quien sabe cuánto tiempo, llego a su casa y calentó lo que su padre le había dejado preparado dentro del refrigerador, era bastante comida ya que su progenitor se iba a ausentar aproximadamente una semana prometiéndole que le llamaría al menos una vez al día para verificar como estaba, pero ahora eso poco le importaba, se sentía tan feliz teniendo de nuevo la amistad de su mejor amigo.

Estaba degustando felizmente sus sagrados alimentos cuando sintió como su móvil vibraba dentro de su pantalón indicando la entrada de un mensaje, lo vería más tarde, en esos momentos estaba cenando y aunque estuviera solo era de los que respetaban la idea de que estar con el móvil en esas situaciones era una falta de respeto y de educación. Terminó, dejando todo en orden antes de subir a su alcoba a descansar, ya podía decir que se había quitado un gran peso de encima aunque todavía le carcomiera la duda respecto a su actuar y sobre las reacciones casi contradictorias de su padre hacia él, en ocasiones tan consentidor y sobreprotector y en otras evadiéndolo completamente y rehuyéndole la mirada, extrañamente empezó a actuar así al día siguiente después de su incidente con Sasuke.

Luego de tomar una ducha y ponerse su pijama reviso su celular recordando que tenía un mensaje, su corazón dio un vuelco cuando leyó el nombre del remitente, era de su novio Madara, su día no pudo haber terminado mejor, abrió el mensaje ansioso por saber que le pudo haber escrito luego de estar incomunicados por toda la semana, su cara reflejo duda, no comprendía para nada aquello que estaba escrito, releyó más de dos veces el mensaje enarcando una ceja, solamente respondió con un “de acuerdo, mañana nos vemos y buenas noches”  y con una nueva duda haciendo estragos en él se dirigió a dormir.

-o-

El calor poco a poco iba ascendiendo dentro de la pequeña oficina, los brillantes rayos del sol de la mañana se colaban a través de las persianas y los lejanos sonidos de afuera eran arrastrados por la suave brisa que se filtraban a través de la pequeña ventana que se encontraba entreabierta. Solo se podía escuchar dentro de esta los suspiros entrecortados y el tronar de los besos que se repartían entre ambos.

Había llegado dos horas antes al colegio como le estaba dictado en el mensaje que le mando anoche, por lo general su hora de entrada los días sábados era a las diez de la mañana, por ello es que le había extrañado el porqué de esa hora. Se encontraba sentado en una de las bancas que estaban acomodadas en el jardín del ala oeste, le había indicado que ahí le esperara, no tenía ni cinco minutos esperando cuando el azabache ya se lo estaba llevando directamente a su oficina sin emitir palabra alguna. Una vez que estuvieron dentro de esta, el Uchiha se posiciono a su altura y lo abrazó.

— Te extrañe tanto— dijo el mayor sin deshacer el fuerte abrazo que estaba ejerciendo, el rubio al escuchar aquellas palabras correspondió el gesto y recargó su  cabeza en el hombro del moreno— perdóname por no haberte siquiera llamado.

— Yo también te extrañe— aspiró profundamente la fragancia y esencia del azabache antes de removerse un poco para separase, obligándolo así a que aflojara su agarre. Alzó su mirada para ver el casi pálido rostro de su pareja y posar sus azulinos ojos sobre los pozos negros de su amor, sus rostros se fueron acercando poco a poco hasta que sus labios rozaron y se dieron un suave contacto, ambos suspiraron antes de volver a juntar sus labios en un tierno y a la vez apasionado beso.

Y así fue como empezaron a demostrarse lo mucho que se extrañaron y anhelaban el contacto del otro, Madara se puso de pie levantando al menor entre sus brazos y sentarlo sobre el escritorio para después volver a besarlo, Naruto envolvió su cuello con los brazos para hacer más íntimo el contacto. Separó sus labios para ahora posarlos en el bronceado cuello del menor y deslizar sus manos a través de ese suéter de lana color crema que le quedaba holgado y no dejaba apreciar el bonito cuerpo de su pareja, deslizándolas sobre los costados y acariciando la espalda y el torso. El rubio emitía quedos suspiros a causa de las placenteras sensaciones que le generaba el tacto del mayor, recorriendo así sobre la ropa el cuerpo de su pareja, apreciando la dura y ancha espalda así como los bien tonificados brazos, un  vergonzoso sonido broto de su garganta cuando el Uchiha coló sus manos debajo del pantalón y apretó sus glúteos.

El suéter de lana y la camisa color crema que traía puesta ya se encontraban en algún lugar del piso de la oficina, los dedos de sus manos estaban enredados en la abundante y larga cabellera negra y que a su vez sujetaba la camisa blanca del mayor. Madara estaba disgustando el sabor de la suave piel del doncel, dejando pequeños rastros de saliva sobre el torso y capturando  entre su boca aquel botoncito sobresaliente, mordisqueándolo y jalándolo suavemente, alternándose entre uno y otro mientras que con una mano trataba de sujetar el peso de su pareja para evitar que quedara recostado en el frío escritorio y con la otra acariciaba los muslos y todo lo que estuviera a su alcance.

— Ah… umh… mmm— eran los sonidos que profería el rubio ante las indecorosas caricias que le daba el mayor, se estaba excitando gracias al contacto, sentía que su entrepierna necesitaba atención ya que le estaba empezando a palpitar y como si el azabache supiera de su necesidad, deslizo suavemente el pantalón que junto con el bóxer fueron descendiendo dejando a la vista el excitado miembro y que con la palma de su mano había rodeado para empezar a deslizarla de arriba abajo y jugar con la punta de este ejerciendo movimientos circulares.

Naruto dejó de aferrase de la espalda del mayor para recargar sus manos sobre el escritorio y que estas ahora sostuvieran su peso, el moreno volvió a capturar esos labios sonrosados e hinchados de tanto contacto antes de bajar lentamente, deslizando su lengua a través del cuello, pasándola después por el pecho, abdomen, base del vientre y por último todo la bajo atenta mirada del adolecente engullo como si fuese una paleta de caramelo el endurecido miembro. El blondo emitió un jadeo de sorpresa y placer.

Deslizaba su lengua a través del falo y succionaba de vez en cuando con sus labios los testículos de su amante para después volver a engullir el pene erecto en su boca, succionándolo y acariciándolo con su lengua. Presentía que su joven pareja ya estaba por venirse, ya que empezó a mover sus caderas al ritmo en que le estaba aplicando la mamada y había vuelto a enterrar sus dedos entre sus brunos cabellos, de unas rápidas succiones y estimulación de sus testículos, el rubio se corrió en la boca de su profesor soltando un sonoro gemido que trato de cubrir con su antebrazo. Madara tragó toda la esencia blanquecina de su amante, limpiando con su lengua los restos que quedaban sobre el semi-erecto pene y de la comisura de sus labios. Naruto vio avergonzado como su novio se tragaba su semilla y parecía degustarla, iba a empezar a disculparse pero sus labios fueron sellados por los de su amante siendo obligado a probar su propio sabor.

Ese beso había logrado sacarle todo el aire que podía contener, cuando se hubieron separado y trató de regularizar su respiración noto como el moreno le extendía sus ropas superiores, con la cara ruborizada acepto las prendas y empezó a colocárselas y acomodarse también las inferiores.

— Yo, hum… este— jugueteaba con sus manos y con el borde de su suéter, se sentía incómodo después de lo ocurrido y también notando de que su novio no había terminado como él lo hizo, sintiéndose aún más responsable, estaba a punto de hacer la pequeña sugerencia cuando sus labios volvieron a ser sellados, pero ahora era en un corto y suave beso, para después poner su dedo índice indicándole que guardara silencio.

— Necesito hablar contigo— su tono de voz había sido flemático, dejando al doncel algo nervioso, rodeo el escritorio para abrir las persianas y dejar que los cálidos rayos del sol entraran y por consiguiente tomar asiento en su lugar, el rubio le imitó tomando asiento en el siento paralelo a este— puede ser que esta sea la última vez que nos vemos.

Naruto abrió sus ojos impactado con las palabras que escuchó, le miró fijamente para tratar de ver que solo se estaba tratando de una muy pesada broma, el Uchiha negó suavemente con la cabeza leyendo las expresiones de su pareja.

— Mucha gente sabe de las riquezas que tiene mi familia— soltó un pesado y largo suspiro antes de continuar— mi hermano Fugaku heredó la compañía y yo el instituto— Naruto solo asentía ante lo dicho, esa parte la conocía— pero hace algunos años, ocurrió un accidente y para olvidar aquello me fui a Londres con mi hermano menor Izuna y ambos fundamos una editorial, esta creció a pasos agigantados y ya era reconocida en mayor parte de Europa, pero hace cuatro años regrese por asuntos familiares y por una u otra razón me terminé quedando aquí en Japón e Izuna se hizo cargo de mi trabajo allá, pero ahora después de un largo tiempo de ausencia mi compañía me necesita…

El joven doncel bajo la cabeza desanimado, las cosas buenas no duran por siempre, el día de ayer estaba que no cabía ni en su propia felicidad y ahora sentía que todo el mundo se desmoronaba bajo sus pies, unas traicioneras lagrimas empezaron a descender bajo sus mejillas, el mayor se angustio y levantándose de su asiento se acercó al rubio, mismo que lo aparto de un manotazo.

— ¡No me toque!— se encogió en la silla— ya sabía una parte de eso, Kakashi- sensei me lo dijo al igual que Iruka— dejo entrever un sollozo— pero solo me dijeron que estaba como un solo rumor, ¡que no era nada seguro!, pero… yo sabía que tarde o temprano iba a pasar.

Se levantó de la silla y se abalanzo a los brazos del mayor que inmediatamente le rodearon en un protector y consolador abrazo. Uchiha Madara llevaba más de diez años sin sentir compasión o autocompasión por sí mismo ni por nadie más, pero ahora había escondido su rostro en el cuello de su pareja y se había permitido sollozar y liberar un poco de su dolor, sabía que despedirse del joven que le traía más que enamorado iba a ser lo más difícil, estaría pasando relativamente el mismo dolor que sintió cuando perdió a su primer amor para siempre.

— Te, te… te amo—empezó a decir el rubio cerca del oído de su pareja— por favor, no me dejes— susurró e hizo más íntimo el contacto al tratar de apresarlo más entre sus brazos, mientras procuraba de retener su llanto. Madara se dejó caer de rodillas y envolvió al menor con sus brazos para que su cabeza quedara recargada en su pecho, cerró los ojos y aspiro profundo, tenía que pensar seriamente antes de tomar su última decisión.


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