Cap.03 Sentido
Un miércoles por la mañana, el sol brilla, los pájaros cantan, la gente sonríe y parece disfrutar de un nuevo día, todo pinta para ser un día genial y de buena vibra, menos para nuestro imperativo rubio.
Después de haber sido levantado a las cuatro de la mañana por un insistente golpetear de la puerta de acceso y tener que escuchar las quejas, preocupaciones y sermones que Itachi le regalaba a su hermano por haber irrumpido en casa ajena sin dar previo aviso a algún mayor, se alisto para ir a la escuela. Aun en el trayecto para la institución, el Uchiha mayor seguía con su discurso sobre la irresponsabilidad ejercida por su hermano y las consecuencias que conllevaban sus actos, descendieron del vehículo agradeciendo internamente el haber llegado a la institución para evitar que el mayor les siguiera reprendiendo, Naruto sabía que la mayor parte del discurso iba dirigida para su amigo pero no podía evitar sentirse incluido porque para empezar el acepto tan fácilmente la vaga aclaración que el moreno menor le dio como motivo de visita y para terminar apoyo los fundamentos de su amigo sin dudarlo.
En la puerta de entrada se despidió de ambos morenos para dirigirse a su aula de clase, ya que Naruto pertenecía a la sección norte del campus y Sasuke a la sección este, razón por la que no convivían dentro del instituto. Iba caminando sumergido en sus pensamientos maldiciendo internamente al mini Uchiha por mentirle nuevamente y hacerlo escuchar un exagerado sermón que lo único que logro fue que su mañana fuera algo irritante al igual que su humor, ignoraba todo el ruido de los pasillos y a cualquiera que le saludase en el trayecto ocasionado que los involucrados le miraran con sorpresa, desilusión o incredibilidad, con la mirada fija en el suelo, los hombros levantados levemente en señal de molestia y con pasos firmes chocó con algún desafortunado que se cruzó por su camino haciendo que cayera al suelo de sentón. Sabía que no podía reclamar ni reprochar nada porque a pesar de su humor, no era tan impulsivo para culpar a alguien más por sus acciones.
-Lo siento, venía distraído- sin levantarse del suelo y haciendo un ligero mohín el rubio no tenía la intención de dar la cara y mucho menos levantarse cruzándose de brazos.
-Ten más cuidado, bien- estirando su mano para ayudar al blondo a incorporase- y siempre pide disculpas mirando al afectado para que sepa que realmente estas arrepentido por tus actos.
Sus ojos se abrieron de par en par, al momento de oír aquella voz que le hacía sentir en las nubes con solo escucharla, levanto su mirada hacia la persona que le tendía la mano para que se reincorporara, sus mejillas adquirieron un ligero color carmín y tomando ligeramente la poderosa mano se levantó.
-Realmente lo siento Uchiha- sensei- haciendo una reverencia – no era mi intención empujarlo o chocar con usted, solo que venía algo distraído y no me di cuenta de mi alrededor.- seguía inclinándose en modo de disculpa reiteradas veces.
-Para de disculparte, no ha sido nada grave, pero ¿estás bien? Fuiste tú quien se cayó- lo miró con una pequeña pizca de preocupación.
-Sí, estoy bien, no fue nada y gracias.- se sacudió el polvo de su pantalón más por instinto que por otra cosa.
-Me alegro-con una tenue sonrisa, coloco su mano sobre la rubia cabellera para revolverle aquellos mechones rebeldes haciendo que el blondo se encogiera un poco.
Cuando el mayor deshizo el contacto, Naruto levanto la su mirada para encontrarse con los penetrantes ojos negros del docente mirándolo fijamente, por un momento ambos perdieron la razón del tiempo y del espacio contemplando la mirada del uno sobre el otro, hasta que Naruto se percató del sonido del timbre de entrada que deshizo rápidamente el contacto visual.
-Lo… lo siento- nervioso y colocándose el morral correctamente en la espada se despidió rápidamente del profesor que le seguía con la mirada aún después de que el rubio emprendiera carrera a su clase.
<<Que chiquillo tan interesante>> fueron sus pensamientos antes de retomar el camino hacia el ala sur del campus, paso su mano derecha cerca de su nariz para percibir el perfume que se impregno en ella, lo inhalo lentamente para apreciar el olor natural del chico con un toque de vainilla, coloco su mano dentro del bolsillo de su pantalón y prosiguió su camino, una sonrisa decoro su rostro sin que se diera cuenta de ello.
-¿Por qué tan feliz?- pregunto Kiba posándose frente el lugar del rubio que miraba fijamente algún punto en especial del aula de clase. Este no respondió y una tonta sonrisa decoro su rostro sacando de onda al castaño- ¡Oye! Te estoy hablando- soltándole un coscorrón solo así reacciono.
-¿Qué sucede, ya llegó el sensei?- volteo a ver a todos lados y solo logró ver como estaban los pequeños grupos de amigos cada quien por su lado y también noto que sus amigos estaban alrededor de él entonces se levantó tomando las solapas del chaleco a Kiba- si no ha llegado Kakashi-sensei, ¿por qué me golpeaste?
-Sí serás tonto Naruto, Kiba lleva más de cinco minutos hablándote y tú ni tus luces, además de que estabas sonriendo como idiota- le recrimino Sakura colocando su dedo índice en la frente del blondo obligándolo a sentar nuevamente y que soltara a su compañero, luego cambio su voz autoritaria por una melosa y curiosa- ¿pasó algo interesante?
-ja ja ja, como crees ttebayo- pasando unas de su manos sobre su cabello y con la otra rascándose la mejilla, para después cambiar su expresión a una seria y frunciendo el ceño- es verdad, yo estoy enojado con el teme, por su culpa me levantaron temprano y no desayune, además de que me obligaron a escuchar un discurso sobre responsabilidades y deberes y yo que sé.- se cruzó de brazos y adquirió nuevamente el mal humor del inicio de su día. Sus amigos soltaron un suspiro de derrota, sabían que tratar con el blondo les era difícil por sus cambios de humor tan drásticos.
-No creen que Asuma-sensei se está demorando demasiado- hizo la observación Chouji mirando hacia la puerta.
-Es cierto- hablo ahora Hinata- por lo general el no demora más de cinco minutos para empezar las clases y ya han pasado veinte.
-¡Yeah! Si Asuma no llega, adiós dos horas de clase de historia- dijo Kiba emocionado.
Pero como si el destino estuviera en su contra, al aula iba ingresando un joven de la sección universitaria y haciendo algunas señas los alumnos que se encontraban fuera charlando ingresaron al salón tomando sus lugares correspondientes, cosa que obligo a los que estaban en pequeños grupos acomodaran sus butacas y tomaran asiento inmediatamente, el castaño maldijo en su mente <<parece que le invoque>>. El joven pelinegro de apariencia intimidante y respetable, se posó enfrente del alumnado y con voz neutra se presentó.
-Muy buenos días chicos, mi nombre es Itachi, Uchiha Itachi
Los ahí presentes quedaron maravillados con esa breve presentación, las chicas y algunos donceles suspiraron al oír la voz grave y encantadora del varón mientras que por otro lado los varones le miraron con respeto, así como una manada de lobos admira al líder, Naruto por otro lado al oír cómo se presentaba dejo de divagar en su mente y se concentró en la persona que ahora estaba en su salón de clases, su rostro después de aparentar una expresión de enojo y de fastidio ahora adquirió una de sorpresa e incredibilidad.
-Pero, ¿qué haces tú aquí?- levantándose de su asiento, alzando la voz y señalando al moreno con su dedo índice derecho- esta no es tú clase.
El joven universitario soltó un suspiro mal contenido, Sakura que era la que se sentaba al lado del rubio lo tomo del brazo y lo jalo de nuevo a su asiento para después darle un pellizco por lo bajo y reprenderle con la mirada, Itachi se percató de aquello y una pequeña mueca se formó en su rostro, pero por dentro estaba que se moría de la risa al ver como alguien más le ponía un estate quieto al rubio, los demás compañeros tenían dibujados en sus rostros un signo de interrogación, preguntándose cosas como si ya ambos se conocían o desde cuándo o cosas por el estilo.
-Bueno muchachos- aclarándose un poco la garganta y mirando a todos- como pudieron darse cuenta el profesor Asuma no pudo estar presente debido a una reunión en el consejo, pero como no fue el único en asistir, el día de hoy estaré al tanto de las actividades pendientes de este grupo- los alumnos se miraron unos entre otros con una sonrisa en el rostro, imaginado que tendrían un día tranquilo y libre de deberes escolares, pero esas sonrisas desaparecieron cuando el moreno dijo lo siguiente- aquí tengo una lista de todos los pendientes por entregar, como sus tareas y los temas a ver, así como las listas de asistencia de cada clase, sí pensaban que este iba a ser un día de relajación, lo siento pero conmigo no va ser posible.
Las quejas y protestas no se dejaron esperar, pero como el peli negro no se molestó en escucharlas, al contario dio la orden de que sacaran su libro de historia todos quedaron en absoluto silencio acatando las ordenes.
Las clases siguieron sin ningún contratiempo más, los alumnos quedaron más que conformes con las clases del joven Uchiha, ya que estás eran claras y precisas además de que se prestó a resolver dudas de temas anteriores. Todos estaban saliendo a su receso del medio día cuando Naruto fue llamado por el joven.
-Naruto, tengo una pregunta para ti- estaba sentado en el escritorio con una gran cantidad de carpetas sobre este, todos los trabajos eran un reporte que les había encargado la profesora de biología- ¿estás seguro de haber entregado tu reporte?
El rubio lo miró con duda y con una ceja levantada- ¡claro!, lo entregue junto con el reporte de Sakura, el de la carpeta rosa- señalo una que sobresalía de la torre- ¿Puedo tomarla?
-Claro, adelante- sin más con un asentimiento de cabeza le dio permiso.
El doncel, quito todas las carpetas para dar de inmediato con la carpeta rosa que denotaba con letras grandes el nombre <<HARUNO SAKURA>> y continúa a esta le siguió una carpeta color azul marino cuyo nombre tenía <<UCHIHA SASUKE>>, abrió los ojos en signo de sorpresa, el mayor solo sonrió de lado y el joven rubio empezó a revisar las carpetas una por una para encontrar la suya, sus hombros cayeron en señal de derrota, por otro lado Itachi soltó una ligera risa que hizo que el rubio le mirara con furia contenida.
-Obviamente tú carpeta no va estar, porque para empezar Sasuke no pertenece a esta clase- lo dijo lento y pausadamente para que el blondo entendiera sus palabras, el otro frunció el ceño en desaprobación pero lo dejo pasar por alto para concentrase en su actual problema.
-Entonces eso quiere decir… - el peli negro solo asintió- que Sasuke tiene mi carpeta- agachando la mirada y mirando la carpeta que tenía en sus manos, levanto su vista para dirigirle la mirada al hermano de su amigo y con ojitos de cachorro suplicante y moviendo un pie de nerviosismo abría y cerraba la boca sin ser capaz de pronunciar palabra alguna.
-Anda, ve- a Naruto le brillaron los ojitos y dio un pequeño salto de alegría- pero te quiero antes de que termine el descanso- el joven estudiante salió corriendo a toda velocidad para dirigirse al ala este, el área donde se encontraban los jóvenes de familias de más alto renombre, Itachi soltó un suspiro y saco de su bolso su bento y celular para avisarle a su novia que esta vez no la podría acompañar.
Naruto llegó al ala este este del instituto, miro con detenimiento las señales que le dirigieran a la sección de preparatoria, cuando la ubico emprendió nuevamente su carrera para llegar al salón de su amigo. Nunca había ido a esa sección, no porque no fuera invitado, simplemente no le apetecía conocer gente engreída y vanidosa solo por pertenecer a esa sección. Se detuvo bruscamente, no sabía dónde quedaba el salón del azabache, miró por todos los salones para ver si se encontraba en alguno de ellos, lógico se le iba a ser imposible todos estaban en su momento de descanso, se acercó a una chica y le pregunto si podría saber dónde se encontraba el moreno, la muchacha dudo un poco en responder pero al ver al rubio tan nervioso y con una carpeta en las manos le dijo el sitio que acostumbraba a estar con sus amigos, el blondo dio las gracias y se fue directamente a la dirección dada.
-Sasuke-kun, ¿quieres un poco de mi postre de manzana?- una pelirroja decía esto aferrándose al hombro del nombrado- lo hice exclusivamente para compartirlo contigo.
-Karin, deja comer a Sasuke tranquilamente- dijo un chico albino mientras terminaba lo último de sus alimentos- mejor dame un poco de esa manzana, se ve deliciosa.
-Suigetsu, ¡No!- el albino ignoro la queja de la pelirroja y tomo el pequeño recipiente con manzana para probarlo, ambos estaban peleándose y tironeándose como siempre.
Sasuke disfrutaba sus alimentos, Suigetsu y Karin peleando como siempre y Juugo un joven alto y con cabello color naranja se dedicaba a contemplar el paisaje natural de la escuela, este último se percató de como un rubio doncel se dirigía a su dirección corriendo a toda prisa.
-¡Sasuke!- disminuyendo su trote para quedar en frente del grupo de amigos que al haber escuchado el grito de aquel doncel dejaron de hacer lo que estaban haciendo para prestarle atención, Naruto jadeaba un poco tratando de regular su respiración- que bueno que te encontré- sonrió.
El nombrado se levantó de su lugar sacudiéndose un poco el pasto que se le impregno en la ropa, se dirigió al rubio y le ofreció un poco de agua, este sin dudarlo la tomo dejando un poco sorprendidos a los ahí presentes.
-¿Qué te trae por acá, dobe?
-Toma, esto es tuyo- le extendió la carpeta – parece que por error las cambiamos y necesito que me des la mía.
-hmp- lo miró fijamente- y por esa razón has venido corriendo, no pudiste simplemente mandarme un mensaje diciendo que nos encontráramos en la intersección para intercambiarlas- Naruto se quiso dar un golpe por tonto, esa hubiera sido una gran alternativa además de que no se hubiera quedado sin almorzar - ¿no has comido, verdad?
Naruto negó suavemente, Sasuke se agacho para ofrecerle uno de los sándwiches que le quedaban, el rubio lo tomo con un brillo de agradecimiento en los ojos y empezó a comerlo pausadamente, si por él hubiese sido lo devoraba en un santiamén pero tenía gente observándoles.
-Vamos por la carpeta- levanto sus pocas pertenencias e hizo una señal con la cabeza de que se retiraba, tomo al blondo de la mano y ambos se encaminaron al aula del moreno.
-Aquí tiene Itachi-sensei- dijo Naruto con una voz que dejaba a revelar que se había echado una carrera a toda velocidad, porque si apenas había podido llegar con un minuto de anticipación antes de que tocará el timbre.
-Bien hecho Naruto- tomo la carpeta, la coloco con el resto y le ofreció una barrita de cereales integrales- ten, lo más seguro no alcanzaste a almorzar algo- le dedico una sonrisa y le invito a tomar su lugar porque el timbre de entrada ya había sonado.
Las clases terminaron, como de costumbre los seis amigos se despidieron en la puerta de entrada. Cuando Hinata hubo abordado el vehículo de su familia, Naruto se dirigió a la parada de autobuses, miró su reloj de pulsera, noto que todavía tenía tiempo de sobra, así que camino lenta y tranquilamente ya no tenía humor para lanzarse en otra carrera ya había tenido suficiente por ese día. Cuando visualizo la parada del camión pudor notar como un automóvil negro que se le hizo familiar estaba “estacionado” en el área de ascenso, el rubio se acercó con precaución y tomo asiento sin apartar la vista del auto que ahora estaba frente a él, los vidrios polarizados descendieron para dar a conocer una cara conocida.
-Uzumaki -kun, buenas tardes- saludando y abriendo la puerta del copiloto- vamos, sube- dedicándole una tenue sonrisa.
Esa sí que no se la veía venir, el rubio al momento de reconocer a la persona que se encontraba dentro del auto se sorprendió, pero aún más cuando le ofreció a subirse al vehículo, sabía que ahora no tenía pretexto alguno para negarse e interiormente no deseaba hacerlo, de un brinquito dejo el lugar en el que estaba sentado y se subió al flamante auto.
-Muy buenas tardes, Uchiha- sensei- con un leve rubor y jugando con sus manos- muchas gracias por llevarme nuevamente.
-No es nada Uzumaki- kun, pero no me digas Uchiha dime Madara- lo dijo con un tono de voz un poco más grave.
-Lo… lo siento sensei
-Hmp- soltó un suspiro- pero no me digas solo sensei ¿bien?- le pellizco suavemente una de sus mejillas, logrando que el joven se pusiera colorado.
-Está bien, lo intentaré- volteó a verlo y le dedico una radiante sonrisa. El mayor quedo deslumbrado por esa simple acción, sus mejillas adquirieron un rubor apenas perceptible y le invadieron unas ganas de tenerlo entre sus brazos y aspirar nuevamente aquella fragancia de la que poco a poco se estaba haciendo adicto.
-¿Puedo sintonizar alguna estación de radio?- pregunto Naruto, el profesor solo asintió sin dejar de ver el camino, pero antes de que encendiera el estéreo un sonido bizarro y poco peculiar se escuchó en el auto, el joven doncel se encogió en el asiento y cubriendo con sus manos su estómago murmuro un lo siento, el moreno se limitó a voltear a verlo de reojo y le pareció demasiada linda su reacción.
-¿No almorzaste en el receso?- pregunto
-Sí, pero un solo sándwich no fue suficiente- hizo un ligero mohín- todo por culpa de ese teme.
-Y, ¿a quién llamas así? No es bueno llamar así a tus compañeros.
-A mi amigo Sasuke, Uchiha Sasuke- respondió- además creo yo que no tiene nada de malo, él me dice dobe a cada rato, esto más bien ya se quedó como una forma de llamarnos entre amigos ya que nos conocemos desde siempre- se le dibujo una sonrisa y sus ojos adquirieron un singular brillo. En el trayecto, le iba platicando lo ocurrido en el día y algunas que otras cosas que el mini Uchiha y él habían hecho durante su infancia.
El mayor no pudo evitar fruncir el ceño al ver como el rubio hablaba así de su sobrino, no creía que este tuviera una amistad con alguien que no fuera solo sus amigos de esa sección, no entendía la razón pero le hizo sentir molesto y con ganas de que ese tipo de miradas y sonrisas como la que le mostró anteriormente solo fueran dirigidas a él y no a nadie más.
Estaban ya entrando al centro de la ciudad, pero el moreno cambio el trayecto del camino para dirigirse al área de restaurantes, el rubio en cuanto noto que el automóvil tomo un rumbo diferente guardo silencio abruptamente mirando los edificios y locales de alrededor para después dirigir su mirada al conductor.
-Vamos a comer, dime ¿Qué te gustaría probar?- el mayor en cuanto localizó el área para estacionarse y por consiguiente hacerlo, miro al rubio con una sonrisa que derretiría a cualquiera que la viera y obviamente Naruto no fue la excepción.
-Me… me gusta el ramen ttebayo- cuando notó que soltó su muletilla se cubrió la boca con ambas manos, Madara se limitó a soltar una pequeña risa- pero puedo comer cualquier cosa, de veras.
-Está decidido, comeremos ramen- se desabrochó el cinturón de seguridad para bajarse del auto y abrirle la puerta a su acompañante, le tomo de la mano y le ayudó a incorporarse.
Lo llevo a uno de los establecimientos que se encontraban en la avenida principal, el negocio tenía una apariencia formal, sencillo y elegante al mismo tiempo, se especializaba en diferentes tipos de ramen que cuando el blondo vio el menú sus azulinos ojos brillaron de emoción y más cuando se percató del precio de cada platillo, justamente lo que permitía su economía, así que empezó a pedir un platillo de cada uno olvidándose por un momento que venía acompañado, cuando recordó ese detalle, algo avergonzado alzo su mirada hacia la de su acompañante que solamente le dedico una hermosa sonrisa y le revolvió su rebeldes cabellos rubios.
-¡Eso estuvo delicioso!- recargándose en el respaldo del asiento del automóvil y estirando sus brazos hacia arriba- pero tome el dinero de mi parte, fui yo quien consumió más- dijo esto algo avergonzado.
-No hay problema yo te invite a comer, así que no me debes nada y no tienes por qué avergonzarte- le miró rápidamente para después poner en marcha el motor.
Otra vez, situados enfrente del parque ecológico, era un poco tarde, el reloj marcaba las seis de la tarde y el cielo dejaba ver poco a poco el acercamiento del atardecer.
-Mejor te llevo hasta tu casa- se desvió tomando el camino que daba hacia la derecha, el rubio ya no pudo decir nada para oponerse.
-Es ahí, en la casa que tiene el árbol de manzanas- señalo Naruto en cuanto vio su casa.
El profesor se estaciono frente a la casa, cuando volteo a ver hacia la entrada esta estaba vacía y aún con el diario tirado en el patio, el rubio notó también aquello y soltó un triste suspiro.
-Muchas gracias Ma… Madara-sensei- le dijo el blondo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad- la comida estuvo deliciosa y me divertí mucho.
Naruto estaba a punto de abrir la puerta, pero fue detenido por el mayor que le tomo del brazo y lo estrecho contra su pecho, Madara se permitió inhalar el olor de los cabellos del rubio, percibir aquella fragancia fue un estimulante para todos su sentidos, sin proponérselo apretó más al menor contra su cuerpo y empezó a repartir pequeños besos sobre los dorados cabellos, su boca se fue moviendo hasta llegar hasta el oído y empezó a darle leves mordidas sobre este para después deslizarse hacia el cuello, Naruto por otro lado, se sintió desfallecer cuando el mayor lo apretó más contra él y todavía aún más cuando le empezó a besar y succionar algunas partes de su cuello, rodeo con sus brazos los hombros del mayor para profundizar el contacto, pero en cuanto el Uchiha sintió como el menor lo abrazaba se separó un poco, sus pozos negros chocaron con los irises azules que brillaban de éxtasis, ambos se miraron acortando la distancia entre sus rostros, hasta que el mayor unió sus labios en un beso suave, que poco a poco fue tomando mayor intensidad. Su lengua arremetía salvajemente sobre la cavidad bucal del menor y a la vez succionando la lengua de este para empezar una danza salvaje, al rubio le costaba mantener el ritmo del moreno, nunca antes había besado a nadie y por eso mismo la falta de aire no se hizo esperar.
Cuando se separaron, ambos dejaron un pequeño hilillo de saliva que evidenciaba lo sucedido, Naruto tenía las mejillas ruborizadas y la respiración algo agitada, Madara al ver esa expresión en su acompañante tomo la nuca del rubio para acercarlo nuevamente a él y devorar nuevamente sus labios, ambos estaban cediendo nuevamente y antes de que sus labios se unieran el sonido de un celular los interrumpió.
El blondo miro su celular, sus ojos se abrieron en señal de sorpresa, se acomodó como pudo sus rebeldes cabellos y su uniforme- es mi papá, nos vemos luego- abrió la puerta y antes de cerrarla le regalo al mayor una tierna sonrisa, le susurro un gracias y se dirigió a su casa. Cuando el mayor lo vio cruzar la puerta encendió el motor y se marchó de ahí.