Cap.02 Amigo
El parque de ecología o también conocido como “El Centro Recreativo Ecológico de Konoha”, una zona que anteriormente era una zona protegida y que después con el pasar de los años se convirtió en lo que es ahora un parque recreativo e interactivo para familias, turistas y cualquier tipo de visitantes, se ofrecían visitas guiadas e interacción directa con los animales del lugar, además del área de juegos para los más pequeños.
Naruto después de perder de vista el auto en el que llegó a su destino se giró para ver la imponente entrada del parque, se quedó estático contemplando a través de las rejas de la entrada el camino de árboles que figuraban un ambiente de paz a cualquiera que le recorriera pero para él era distinto, porque ese camino de frondosa y verde vegetación es lo que hace la diferencia entre la soledad a la que es sometida a diario o la compañía y comprensión de sus padres.
Minato Namikaze, un científico encargado al estudio de micro-bilogía, encargado principalmente de estudiar y analizar las características de la adaptación, reproducción, evolución y progreso de los diversos seres en distintos ambientes, primordialmente las especies del centro recreativo del cual era uno de los principales aportadores de la investigación y miembro valioso del equipo, tanto así que se desvivía por su trabajo dejando en segundo plano su hogar, o más bien eso es lo que cree su blondo hijo. Por otro lado Kushina Uzumaki, como reportera de una de las cadenas más importantes de la televisión dedicada al medio ambiente, se la pasaba viajando de ciudad en ¿ciudad?, más bien de su casa a quien sabe dónde a reportar y documentar sus conocimientos o hallazgos de su visita, claro sus salidas no eran muy habituales, había ocasiones en las que se la pasaba en casa más de tres meses consecutivos pero así como se encontraba en casa un largo periodo de tiempo, cuando le tocaba partir, sus partidas eran igual o más largas, luego estaba lo de la comunicación ya que le era en ocasiones imposible contactar con ella por lo remoto de los lugares que visitaba y solo lograba saber de ella cuando esta le llamaba. Un padre obsesionado con su trabajo y una madre amante de la naturaleza, no los odiaba, al contario los amaba y admiraba demasiado, pero lo único que él pedía era un poco de cariño, alguien que le recibirá cuando llegara a casa o alguien que le felicitara o alentara a seguir sus metas o al menos que le llamara la atención por hacer tanto desorden cuando come o la forma en que habla, cualquier cosa pero que sus padres se fijaran al menos por un día que él estaba con ellos, porque cuando ambos estaban con él hablaban de trabajo y cuando estaban por separado era lo mismo o lo instruían para que siguiera los pasos de ambos pero nunca hablaban de ellos.
Después de girar hacia su derecha, caminar a un paso lento pero constante y contemplando ligeramente aquel muro de piedra que separa el camino a su hogar con aquel parque así como viendo pasar los autos a su costado llegó a su presida colonia, los habitantes eran gente amable y humilde que al verlo pasar le regalaban una ligera sonrisa, los niños se le acercaban para invitarlo a jugar, él se negaba con una ligera sonrisa y prometiendo que la próxima vez jugaría con ellos llego a su hogar. Su casa tenía un estilo de construcción de una casa típica americana del norte, cruzando la barda que separa la calle al patio de entrada de su hogar se podían apreciar diversos tipos de plantas y flores en el jardín, detrás de la casa se situaba un pequeño invernadero, para el joven rubio esto ya no era algo por lo cual admirarse o emocionarse, él desde siempre había contemplado ese verde paisaje, porque sus padres adquirieron esa casa mucho antes de que él naciera.
Abrió la puerta principal, adentrándose a la casa aventando su mochila a un lado de la recepción, solo se escuchaban sus pasos resonar por el corredor de la casa, su madre había salido hace apenas un par de días y prometía llegar dentro de un mes a más tardar y su padre se encontraba laborando todavía a esas horas e ignoraba el hecho de que si iba a llegar a dormir. Se dirigió a la cocina, su estómago reclamaba algo de comida, las bolitas de arroz no habían sido suficientes, abrió el refrigerador y saco la comida previamente preparada que le dejo la pelirroja.
Terminando de comer, recogió los trastes utilizados los enjuago y se dirigió a su habitación. Todo en completo silencio, se tumbó a la cama, tomo una pequeña pelotita y la empezó a lanzar hacia el techo para después atraparla, sus pensamientos empezaron a divagar sobre lo ocurrido ese día, una sonrisa traviesa apareció después de un rato << sí Madara- sensei es el encargado de dar las clases de apoyo y selección, valdrá la pena sacrificar mis fines de semana>>.
Se levantó con más ánimos y de un salto dejo la cama, se dirigió al cuarto de baño para tomar una ducha relajante para después empezar con sus tareas diarias y por consiguiente empezar a crear un plan para sobre salir en el concurso de letras.
Concluidas las primeras tareas de su lista (ducharse y terminas sus deberes escolares), iba a poner en marcha su siguiente actividad pero escucho como el timbre de la estancia resonaba en el silencio en el que estaba envuelto, a paso lento se dirigió a la entrada el timbre volvió a sonar, miro por el mirador de la puerta y abrió esta.
-¡Sasuke!- con asombro y haciéndose a un lado dejo pasar al pelinegro a su residencia – que raro verte por aquí a estas horas.
Uchiha Sasuke un varón de diecisiete años y mejor amigo de Naruto, camino hacia la sala y tomando asiento en uno de los sillones invito a su amigo a sentarse pero este se negó para ir a la cocina y regresar con unas galletitas y unas tazas de té para él y su invitado, tomo asiento en uno de los sillones de enfrente y coloco lo que traía en la mesita de centro.
-¿Cómo le hiciste para llegar hasta aquí a estas horas? Y para empezar ¿cómo llegaste a la puerta?- pregunto el rubio mientras tomaba una de las galletas.
-Tome un taxi y brinque la barda- tan directo como siempre y con un semblante serio y tranquilo.
El rubio levanto una ceja que denotaba evidente molestia y desaprobación por los actos tan impulsivos que tomaba su amigo.
-Bien, eso lo entiendo pero… ¿qué hace aquí? Son casi las ocho de la noche, ¿tus padres saben que estas aquí?-mirándolo fijamente y después adquiriendo una expresión de terror y sorpresa entremezclada- tú… tú… ¡TÚ HERMANO! ¿Sabe que estás aquí?
El joven doncel se levantó y pasando sus manos sobre su rubia cabellera empezó a dar vueltas por la pequeña sala de estar, el moreno solo veía entretenido aquella escena y no pudo evitar soltar una ligera risilla.
-¿Qué es lo gracioso teme?, sabes lo loco que se pone tú hermano si no sabe en donde te encuentras, una vez que te fuiste de fiesta con la bola de tus amigos vino a mi casa y me amenazo con uno de los cuchillos de mi cocina diciendo que si no le decía en donde te encontrabas o con quién lo iba a lamentar- el moreno lo miro inquisitivo ahora sabía quién había sido quien los delato, por su culpa había pasado una de las vergüenzas más grandes de su vida- obviamente solo le dije con quién estabas el dedujo el lugar, así que no me mires así.
-Sí, él sabe que estoy aquí- soltó un sonoro suspiro- mi madre y padre también, no hay de qué preocuparse, solo vine a hacerte compañía, ¿acaso te molesta?
Naruto negó rápidamente con la cabeza y se sentó a un lado del azabache para después abrazarlo y recargar su cabeza en el hombro del varón, le hacía inmensamente feliz el hecho de que se preocupara por él de esa manera, no podía enojarse con él aunque tuviera razones para hacerlo porque siempre a pesar de todo Sasuke había estado con él en cualquier situación, mala o buena, siempre lo acompañaba y más sabiendo que detestaba estar solo.
Sasuke por otro lado no pudo evitar tomar al rubio por la cintura para acercarlo más a él y después apoyar su barbilla sobre la cabeza de su acompañante aspirando levemente el perfume y fragancia natural que emanaba, tan dulce y excitante, le amaba demasiado pero aún era muy pronto para hacérselo saber.
-¿Por qué no habías dicho que Kushina había partido desde el martes pasado?- se separó para ahora mirar al blondo, este bajo la mirada y se desvió su atención hacia las tazas de té para después tomar la suya.
-No quería causar inconvenientes, estamos en etapa de exámenes y sabía que si te decía aquello vendrías.
-Pero de todas formas me termine enterando y “genere” inconvenientes, según tú porque para mí no es ningún problema- dijo esto estirando su brazo para después colocar su mano sobre la rubia cabellera y alborotarla más de lo que ya estaba y dedicándole una cálida sonrisa, Naruto se encogió en su lugar y por un instante recordó el contacto que había tenido (aunque leve) con el profesor de literatura, levanto su vista y se sorprendió por un instante y adquirió un ligero carmín en sus mejillas.
-Se parecen… - un susurro, fue como salió aquella expresión, casi imperceptible pero por fortuna o desgracia el moreno escucho.
-¿A quién me parezco, dobe?- levantó una ceja y le miró con curiosidad y con un sentimiento de posesión.
-A… a nadie realmente- se levantó de su lugar como resorte dirigiéndose al estéreo compacto y buscar algunos discos- mejor ponemos música tteba, ¿no crees que esta terriblemente silencioso?
Sasuke sabía que el rubio estaba evadiendo su pregunta, notaba lo nervioso que estaba además que la muletilla que utilizo momentos antes era señal de su evidente nerviosismo y por otro lado a Naruto siempre le gusto el silencio que le envolvía cuando no estaban sus padres, era irónico pero en vez dar rienda suelta con su escandalosa personalidad aprovechando su soledad sentía que manteniendo una actitud contraria a su naturaleza le demostraba a sus padres que respetaba su hogar. El moreno se levantó tranquilamente de su lugar para caminar directamente hacia donde estaba el rubio, lo abrazo y poso su barbilla en el hombro derecho de este para después colar su nariz en el cuello del blondo y aspirar su aroma, Naruto por otro lado abrazo los hombros de su compañero y profundizo un poco más el contacto, ese tipo de escenas cualquiera que les viera diría que son pareja pero para ellos (más bien para el joven doncel) ese tipo de contacto era de lo más normal y no tenía gran significado ya que ellos se conocían desde que ambos eran una bebés y ese tipo de acercamientos se hicieron más frecuentes con el pasar de los años y además estar ambos tan cerca le generaba una paz que ni siquiera sus amigos del instituto eran capaz de otorgarle.
Posó su mirada azulina en sus pies y empezó a deshacer el contacto levemente, puso uno de los discos que tenía su madre, era uno de baladas románticas interpretada especialmente con instrumentos de viento, eso provocó que el moreno rápidamente retornara a su lugar ya que no quería que el rubio se diera cuenta de los latidos de su corazón además de que se habían apoderado de él unas inmensas ganas de besarlo, mejor para despejar su mente insistió con su última pregunta, el blondo le miro y le dirigió una radiante y avergonzada sonrisa sabía que no podía evadir más a su mejor amigo.
-Al profesor de literatura- soltó rápidamente, por otro lado el Uchiha no comprendía muy bien a que se refería.
-¿A Kakashi- sensei, que clase de comparación es esa?
-No, él no a mmm… - dudaba por un momento para decirlo, Sasuke ya estaba perdiendo la paciencia y el rubio sabía que no era bueno agotarla por lo que prosiguió- a Uchiha- sensei, el profesor de cursos superiores.
-Obviamente que nos parecemos es mi tío, no es más que obvio- soltó un sonoro suspiro al ver como el doncel le miraba con los ojos abiertos y la boca entreabierta- solo relaciona nuestros apellidos y ya, se tiene que ser muy dobe para que no darse cuenta- diciendo lo último con una sonrisa prepotente.
-Oye, no seas grosero- lanzándole una mirada reprobatoria e inflando sus mejillas, giro su vista para evitar tener contacto con la del azabache y también para que evitara ver su vergüenza, claro que tenía razón como podía dejar pasar un detalle tan importante como ese, obviamente no le diría que tiene razón porque solo así alimentaria más su ego.
-Bueno, ya… mejor cambiemos de tema- palmeando el lado derecho del sofá para invitar al blondo a sentarse junto a él pero este le saco la lengua y retomó su asiento delante del moreno, al Uchiha le tembló una ceja- ¿cómo te fue en la escuela hoy?
-Pareces mi madre- con una pequeña risita soltó aquello- pero bien… muy bien- sus mejillas adquirieron un leve color carmín.
-Mmm… parece ser que te fue MUY bien, a ver dime que tengo curiosidad- su tono de voz fue seco y soberbio, Naruto frunció levemente el ceño pero aun así continuo.
-Fui seleccionado para representar a mi grupo en el concurso de letras interno y de ahí a ver si paso, ¿puedes creerlo?- su voz denotaba emoción con solo pensar que su amor platónico sería quién impartiera las asesorías.
-Y, ¿ese es motivo para alegrarse?, porque yo no estoy demasiado contento que digamos, mi fines de semana se vieron obstruidos y además mi acompañante es tan… - soltó un leve gruñido.
-¡Enserio!- sus ojos azules se iluminaron instantáneamente al escucharlo- y yo que pensé que iba a estar solo y rodeado de gente desconocida, pero ahora que sé que vas a estar ahí, no te voy a dejar ganar, para derrotarme te tendrás que esforzar el doble… no, lo triple escuchaste teme.
-Como si fuera a dejarme vencer por un usurontankachi como tú, es más probable a que vuelen cerdos a que tú me ganes fácilmente en esta o en cualquier competencia.
-Eso quiero verlo, ¡teme!- sacándole la lengua.
-Dobe
-Teme
-Usurontankachi… -soltando una ligera risilla ya que estaba aguantándose las ganas de soltar a reír a carcajadas, hecho que no le pasó desapercibido al rubio.
-Pero serás un tonto- y saltando sobre la mesita de centro se abalanzó sobre el moreno, para después caer ambos del sofá y rodar por el suelo dándose uno que otro golpe, Sasuke moderaba su fuerza para no lastimar al doncel, aunque no podía negar que este tuviera tanta fuerza para tumbarlo, así que lo giro hasta posicionarlo completamente en el suelo, con la espalda recta y tomando sus muñecas para evitar que le siguiera golpeando, se colocó arriba de él y le miró fijamente, el rubio se retorcía como lombriz (literalmente) con los ojos cerrados y removía su cabeza en todas direcciones, hasta que abrió los ojos y vio esas orbes negras analizándolo detenidamente, se calmó de inmediato y trato de incorporarse pero el moreno no se le quitaba de encima, soltó un suspiro se relajó y cerró los ojos sabía que si dejaba de poner resistencia el azabache también cedería y dicho y hecho en cuanto se relajó sintió como el peso sobre él se removía. Sin abrir sus ojos estiro su mano para que el Uchiha ayudara a levantarse.
-¿Te quedaras a dormir esta noche?- pregunto Naruto una vez estando de pie y mirándole con curiosidad.
-Sabes que si- revolviéndole los rebeldes cabellos y dedicándole una leve sonrisa.
-Entonces vamos a dormir que ya es tarde ya mañana haré lo que me falta- soltando un largo bostezo y una que otra lagrima traicionera escapo de sus ojos.
-Está bien, pero ya no me dijiste como te fue el día de hoy- siguiendo al rubio al segundo piso después de cerciorarse que la puerta y ventanas del piso principal estuvieran bien cerradas y cargando ahora su maleta.
-Ya te dije, eso fue todo, nada fuera de lo común solo estuve con mis amigos en el receso y charlamos como siempre, nada más.
-Hmp- por la reacción y la respuesta que le ofreció el rubio anteriormente sabía que le mentía o simplemente le quería evadir el tema pero ya no quería indagar más en el tema, él también estaba cansado, más tarde averiguaría quien fue la persona que logro que su rubio le mirara con ojos de cachorro enamorado.
Ambos se acomodaron en su respectivas camas, después de cambiarse habían olvidado cenar pero ya el sueño les era más fuerte que ambos quedaron dormidos al instante.