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El Fénix del Rey por Orseth

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            -¿Y qué vas  a mostrarme? –preguntó caminando a la salida mientras se colocaba el velo.           

            -Algo que se que solo tú podrías apreciar.

            Draco sonrió ya sin decir nada.

            Caminaron hasta las caballerizas en donde un soldado cepillaba a un caballo en la última casilla.

            -Majestad… -saludo inclinándose.

            -Mira –dijo a Draco dándole el paso.

            Draco quedo maravillado cuando vio dentro de la casilla a un hermoso caballo blanco de una de las mejores razas que había visto en su vida.

            -¡Es… hermoso! –Exclamó acercándose- vaya… es perfecto –continuó tocando el cuerpo firme y musculoso del animal- ya, tranquilo, no te pongas nervioso –musito acariciándolo

            Harry miraba sonriendo como Draco había quedado fascinado con el animal, por lo que se acerco  a palmear el hocico del caballo.

            -Tiene cuatro años de edad.

            -Es maravilloso –dijo Draco sin dejar de acariciarlo- ¿Cómo se llama?

            -Hedwig.

            -Me encanta.

            -Me alegra, porque es tuyo.

            -¿Qué? –exclamó viéndolo atónito.

            -Sabía que sabrías apreciar la casta de este animal.

            -¿Mío, hablas en serio?

            -Sí ¿Por qué no habría de hacerlo?

            Draco lo miro boquiabierto y luego miro de nuevo al caballo y luego a Harry de nuevo.

            -Este es uno de los mejores caballos que he visto en mi vida ¿estás seguro que quieres regalármelo?

            -Completamente, a ninguna de las chicas podría hacerles un regalo así, para empezar no saben montar más que camellos.

            Draco miró a Hedwig, quien comía heno de la mano del soldado.

            -Pero no puedo salir ¿de qué me sirve que sea mío?

            -Bueno, pues cuando yo este podemos salir ¿Qué te parece?

            -Y hacer unas carreras –añadió sonriendo al tan solo imaginar la velocidad que ese caballo podría alcanzar.

            -Y hacer una carrera –dijo feliz viendo que su regalo era del completo agrado de su concubino.

            -Es maravilloso… debo aceptar que esta vez me dejaste sin palabras.

            -Eso es un milagro.

            Draco sonrió de nuevo viendo a su nuevo caballo y luego salió de ahí; merendaron en la habitación de Harry y luego decidieron darse un baño para refrescarse y sacarse el sudor de la práctica.

            Harry lo hizo primero y dejo el baño libre para Draco, quien salió vestido con una bata para él que Harry había ordenado poner en el baño.

            -Aun sigo sin creerlo –dijo Draco sentándose en la cama en donde Harry estaba acostado leyendo unos documentos- es fantástico.

            -Sí, es un magnifico animal.

            Draco inclino la cabeza, mientras sus dedos jugueteaban con un hilo que escapaba de las costuras de la colcha, sabía lo que tenía que decir y sin embargo aun le costaba trabajo.

            -Gracias –dijo al fin.

            -Por nada.

            Después de un rato, vio que ya era algo tarde y tuvo que preguntar.

            -¿Hoy vamos a…?

            Harry lo miró y dejo que su pregunta quedara a la mitad en tanto dejaba sus documentos en el buro junto a su cama.

            -Ven -Draco hizo una mueca pues eso respondía su pregunta- anda ven.

            -¿Acaso piensas que por el regalo, voy a ir corriendo a tu cama? –pregunto sin aire agresivo, pero con gesto serio.

            -No, en lo absoluto –respondio sereno- la recompensa de un regalo se obtiene a la hora en que se entrega… cuando se ve la sonrisa que provoca, ese es el pago y tú ya me pagaste.

            Draco asintió volviendo a juguetear con el hilo.

            -El que quiera tenerte en mi cama es muy aparte; ya te lo dije, me gustas mucho.

            Draco no dijo nada, solo vio el rostro sonriente y amable de Harry y suspirando se levanto y se quitó la bata resignado quedando completamente desnudo; se subió a la cama y se metió bajo las mantas.

            Harry también estaba desnudo, así que hizo que se recostara y se inclino sobre él intentando darle un beso, pero Draco hizo la cara a un lado dando a entender perfectamente lo que había dicho todo ese tiempo… nada de besos.

            Harry no se amilanó, el siguió disfrutando la tibia piel recién bañada, beso su clavícula hasta llegar a su pezón, el cual atrapó entre sus dientes para chuparlo con algo de fuerza.

            -¡Oh!... –se quejó Draco haciendo gestos, pero después esa molestia desapareció cuando una lengua juguetona comenzó a  lamerlo y a mordisquearlo suavemente, era curioso como ahora ya no lo sentía tan desagradable… de hecho eso se sentía bien.

            Y Harry lo notó, vio como Draco cerraba los ojos y se relajaba un poco, por lo que bajo las mantas y continuo su camino hasta  llegar al vientre plano, el cual también besó mientras su mano bajaba la manta hasta descubrir algo de vellos rubios.

            Draco abrió los ojos y comenzó a sentirse nervioso al sentir cuan cerca estaba Harry de su intimidad, era algo a lo que no estaba acostumbrado, pero la actitud amable del rey lo tranquilizo de cierta manera.

            Harry se sintió más confiado y de plano levanto la manta dejándolo al descubierto, luego su mano tomo el pene de Draco haciéndolo respingar.

            -Oye…

            -Shhh todo está bien, relájate –dijo Harry comenzando a masturbarlo, pero sin que Draco lo notara acercó su rostro a ese miembro y sin más lamió la punta del pene.

            -¡Hey!

            -Tranquilo…

            -Pero…

            -Soy tu marido, no tienes por qué  avergonzarte de tu cuerpo.

            -Es que…

            -Calma Draco, confía en mí.

            Ese justamente era el problema, sin embargo no había más remedio, así que dejo caer la cabeza en la almohada y cerró los ojos; Harry entonces abrió la boca y metió el pene de Draco lo más profundo que pudo.       

            -¡Diablos! –Masculló recordando la vez anterior… recordando que no se había sentido tan mal después de todo.

            Harry comenzó a mamarlo  feliz de probar de nuevo aquella parte tan intima de su doncel, quien  a pesar de intentar contenerse con todas sus fuerzas, lanzo un gemido que lo hizo abrir los ojos sorprendido, entonces se cubrió la boca con ambas manos mientras cerraba de nuevo los ojos con fuerza.

            Harry sonrió a pesar de tener la boca ocupada y pudo notar con gran regocijo que ese pene iba por fin cambiando de tamaño.

            -¡Por… Merlín! –mascullo Draco a pesar de todos sus esfuerzos por callarse.

            Harry tomo los testículos con una mano y comenzó a masajearlos haciendo a Draco comenzar a moverse inquieto.

            -¡Oh!...

            El rey lamia y chupaba hasta hacer que el miembro del doncel alcanzara su mayor tamaño, entonces se detuvo para mirarlo y vio con satisfacción que ese pene estaba muy, pero muy erecto; entonces tomo el lubricante que tenía a la mano y comenzó a chuparlo de nuevo, pero esta vez masajeándole el ano introduciendo su dedo poco a poco.

            Draco frunció el ceño por la intromisión, pero realmente no le prestó mucho atención pues esa boca en su pene estaba haciendo estragos en su razón; Harry pronto paso a los dos dedos y luego a los tres, en ese momento comenzó a chupar con más fuerza haciendo a Draco gemir con más fuerza y el rey noto que sus dedos eran oprimidos por las nalgas contraídas del rubio, como disfrutando que estuviesen ahí.

            Y es que Draco estaba al borde del orgasmo, sintiendo ese fuego en su pene y vientre, fuego que le estaba haciendo desear mas, tanto así que sin percatarse de ello su cuerpo estaba relajándose para recibir dentro algo, lo que fuera que le hiciera estallar lo que bullía dentro de sí y entonces el orgasmo se hizo presente haciéndolo gemir con fuerza mientras le mojaba los labios a Harry, quien sintió feliz como sus dedos eran oprimidos por las contracciones internas de su ano.

            El rubio quedo desmadejado mientras Harry lo masturbaba con la mano, como exprimiéndolo hasta la última gota.

            -¡Por… el profeta Merlín! –jadeo el doncel con los ojos cerrados.

            Harry seco su mano con la manta y se acostó a un lado de Draco, los cubrió a ambos y le dio un beso en la mejilla.

            -Estoy feliz de que por fin me hayas dejado estimularte… ¿ves como no era tan difícil?

            -¡Oh cállate! –respondio avergonzado girándose para darle la espalda mientras se cubría el rostro.

            De nuevo Harry no lo tomó a mal, había aprendido a conocerlo un poco, a reconocer sus reacciones y sabia que el doncel en ese momento se sentía muy avergonzado de haberse dejado llevar, así que lo que hizo fue abrazarlo por detrás como cucharitas y rodearlo por el torso.

            -¿Ya mejor?

            Draco no respondio, había sentido el primer orgasmo de su vida no provocado por su propia mano, sino nada menos que por la boca del rey.

            -Descansa, buenas noches –dijo besándole el hombro.

            Draco estaba confundido, pues podía sentir claramente el pene erecto de Harry entre sus nalgas, pero al parecer iba a dejarle dormir así sin más, por lo que decidió mejor no preguntar y quedarse quieto.

            El sueño los venció a ambos sin que siquiera apagaran la luz.

           

 

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            Al día siguiente despertó con la luz de la mañana inundando el cuarto, se giro y encontró a Harry durmiendo boca arriba, pero con el rostro de lado hacia él… pudo entonces examinarlo con calma, viendo sus cejas oscuras y sus largas pestañas negras, su nariz, y esos labios que nunca había probado… nunca había recibido un beso… ¿Qué se sentiría ser besado por esa boca?... por lo menos abajo hacía un buen trabajo.

            Cerró los ojos rápidamente cuando Harry comenzó a despertar, lo sintió moverse y a continuación un brazo en su cintura atrayéndolo.

            -Buenos días… -dijo Harry somnoliento.

            -eee… buenos días –respondio viéndolo muy de cerca- ¿podemos levantarnos? Quiero bañarme.

            -No, déjame tenerte así –respondio abrazándolo.

            Draco ya no dijo nada, solo se quedó quieto de nuevo hasta que Harry se durmió otra vez y contra cualquier pronóstico, él también.

            Despertó de nuevo cuando Harry se levantaba, abrió los ojos y lo vio caminar desnudo hasta el baño y no pudo quitar su vista de ese par de nalgas hasta que el moreno abrió una puerta y desapareció por ella; entonces se levanto y se puso la bata; diez minutos después alguien toco la puerta y entro una sierva con el desayuno.

            -Buenos días majestad- saludo ella haciendo que él la mirara extrañado.

            -¿Me hablas a mi?

            -Claro ¿a quién más? –respondio ella sonriendo amable mientras acomodaba los platos que llevaba en su charola en la mesa.

            -¿Y por qué me llamas “majestad” entonces?

            Ella lo miro extrañada, pensando en si esa pregunta sería una broma, pero el doncel la miraba serio haciéndole entender que preguntaba de verdad.

            -Porque usted es el concubino del rey, por lo tanto  pertenece a la familia real, así como sus concubinas… pensé que lo sabía.

            -No conozco mucho sobre el protocolo de la realeza –dijo alzándose de hombros.

            -Ya veo, bien… que disfrute su desayuno, con su permiso me retiro, si necesita algo llámeme.

            -Sí, gracias.

            Harry salió poco después, así que Draco entro a bañarse.

            -¿Y qué haremos hoy? –pregunto cuando salió mientras se servía un vaso de jugo.

            -Yo debo trabajar, tengo una junta con los ministros.

            -¿Cuándo podre salir con Hedwig?

            -Por lo pronto hoy no.

            -Ya lo sabía –refunfuño pinchando un trozo de fruta con enojo.

            -No te pongas así, deja que me desocupe un poco y lo haremos.

            -Podría ir con uno de tus soldados.

            -No.

            Draco ya no insistió mas, también había aprendido a conocerlo un poco y sabia que cuando de romper costumbres de esposas y donceles se trataba, Harry se ponía como energúmeno, todo un macho de sangre real.

            -Entonces mejor me regreso a mi casa, allá al menos salgo al sol.

            Harry se sorprendió al oírlo decir eso y simplemente no pudo evitar sonreír… “mi casa” había dicho, al menos el doncel ya aceptaba ese lugar como suyo.

            -¿Sabes jugar ajedrez?

            -No, no había tiempo para eso y cuando al fin teníamos un rato libre, lo pasábamos haciendo otras cosas ¿tú si sabes?

            -Sí ¿quieres que te enseñe? –pregunto Harry.

            -No, es aburrido.

            -No lo es.

            -Pues no se me antoja.

            Cuándo acabaron de desayunar, Harry saco de un mueble un tablero de ajedrez, con hermosas piezas de marfil tallado.

            -Ven –dijo colocándolas en la cama.

            Sin nada más que hacer, Draco se trepo a la cama y pasaron toda la mañana metidos en el juego; hasta que unos toquidos en la puerta los interrumpió, cuando Harry abrió el primer ministro Severus Snape apareció.

            -Majestad, lo estamos esperando desde hace una hora en la sala de reuniones.

            -Ya voy.

            Cuando regreso a la cama, Draco estaba muy entrado con el juego.

            -¿No que te parecía aburrido?

            -Mmm cállate… ¿y cómo se mueve esta pieza si esta acorralada?

            -Lo siento, debo irme pero puedes quedarte aquí a practicar.

            -Bien… -respondio mas concentrado en su siguiente movimiento que en las palabras de Harry.

           

 

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            Cuando Harry regreso en la tarde, Draco ya había comido y estaba aburrido, por lo que Harry decidió tomarse otro descanso y salir a cabalgar.

            -¿¡En serio?! –exclamó Draco saltando de la cama- ¿¡Montar a Hedwig?!

            -Sí.

            -¡Oh, de puta mierda, vamos! –Dijo bajando de la cama rápidamente- pero no quiero ir con esta ropa.

            Complaciéndolo de nueva cuenta, un uniforme de soldado fue llevado a la habitación y cuando por fin Draco estuvo listo, salieron a la caballeriza y ensillaron los caballos.

            Draco ensillo él mismo a Hedwig y después salieron acompañados de Ron y otro soldado; esta vez dirigiéndose a una salida de la ciudad.

            -Amigo, esta vez deberás tener más cuidado, puede salir disparado en cualquier momento –dijo Ron con voz baja.

            -No lo hará.

            -De nuevo confías en él –dijo Ron rodando los ojos.          

            Cuando llegaron a un punto determinado, Draco miró a Harry sonriendo y le hizo una seña.

            -Mira, de ida y vuelta hasta esa palmera.

            -De acuerdo, Ron quédate aquí.

            Sin esperar señal alguna de arranque, ambos jinetes salieron a toda carrera y por primera vez en todo ese tiempo, Draco se sentía pleno y feliz viendo ante si las dunas doradas de interminable arena; azuzaba a su caballo a ir más rápido dejando atrás a Harry por un par de metros, pero Harry tampoco era mal jinete, por lo que le dio alcance en poco tiempo.

            Pero el antiguo capitán de tropa no se dejaría ganar tan fácil, por lo que le dio alcance alcanzando la palmera antes que Harry para darle vuelta e ir de regreso; Harry iba tras él por poco y solo por ese poco, el rubio gano la carrera.

            -¿Y bien majestad, que se siente perder ante un doncel? –pregunto Draco riendo, con su caballo piafando.

            -Te di chance –respondio Harry riendo.

            Pasaron un rato más en el desierto hasta que anocheció y decidieron regresar.

           

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            -Hedwig es perfecto, nunca tuve un caballo así –dijo Draco recién bañado tumbado en la cama mientras Harry se secaba el cabello con una toalla.

            -Me alegra que lo estés disfrutando –dijo Harry dejando la toalla en una silla y acercándose a la cama- quiero que sientas este palacio como tu casa.

            -¿Y cómo puedo sentirlo así si ni siquiera puedo caminar en él a mis anchas? Con esos guardias tras de mí me siento un prisionero.

            -Es por su bien, una vez en el mercado alguien trato de lastimar a Pansy y eso que iba conmigo… imagínate si van solas.

            -Pero aquí estamos en el palacio, se supone que estamos seguros ¿no?

            -Bueno, te concedo ese punto, pero tú eres asunto aparte.

            -¿Por lo de la ultima vez?

            -Exacto ¿Cómo pretendes que te deje andar por ahí sin vigilancia si de buenas a primeras te puedes escapar?... dime ¿ya no lo harías de nuevo?

            Draco se quedó callado pues tampoco podía asegurar que no lo haría a la primera oportunidad.

            -¿Lo ves?... mejor cambiemos de tema.

            -¿Y de que quieres hablar?

            -Ese es el punto, no quiero hablar –respondio acercando su nariz a su mejilla.

            -¿Otra vez?... pero ayer lo hicimos.

            -No… -dijo Harry acercando mas su cuerpo- no te monté si a eso te refieres…

            Draco se recostó mientras Harry le besaba el cuello; pero curiosamente ya no se sentía tan acorralado e  impotente, más bien se sentía nervioso, nervioso por no saber que sentir o más bien, no saber que debía sentir, pues lo ocurrido la noche anterior nunca se lo esperó.

            -Me encantas… -musito Harry desamarrándole la bata y acariciándole la cadera.

            Draco se quedó callado ¿Qué podía decir?... solo atinó a quedarse como siempre, quieto.

            -¿Por qué nunca me dices nada?

            -¿Y qué quieres que te diga, Potter?

            -Para empezar deja de llamarme “Potter” me llamo Harry, llámame así.

            -¿Y porqué tus mujeres no te llaman por tu nombre?

            -De lo menos que quiero hablar ahora es de mis mujeres… anda, llámame por mi nombre –dijo mientras le bajaba la bata de un hombro y comenzaba a besarlo.

            A pesar de sí mismo, esos labios estaban provocándole escalofríos, ya no era como las primeras veces en que lo único que quería cuando el sexo comenzaba, era escapar y alejarse de ese hombre… ahora esas caricias estaban provocándole sensaciones que le sorprendían, pues a pesar de sentirse nervioso a la hora de estar con Harry en la cama, comenzó a excitarse al pensar que podría suceder esa noche.

            -Anda… dilo –insistió Harry dejando el hombro en paz y pegando su frente con la suya- solo dilo…

            Con esos ojos verdes a tan solo unos centímetros de los suyos, su voluntad comenzó a resquebrajarse y abrió los labios para decir:

            -Harry…

            Harry sonrió y sin más pego sus labios en los suyos y espero la esquiva reacción de siempre, pero para su enorme sorpresa, esta vez no fue así… titubeante e inseguro, Draco abrió los suyos dejando que la lengua de Harry entrara en su boca.

            El rey no lo desaprovecho y hundió su lengua en aquella húmeda cavidad y disfruto como nunca ese beso, sintiendo con regocijo y deleite la lengua torpe de Draco.

            Lo abrazo por dentro de la bata hurgando y exigiendo todo en ese beso, saboreando el sabor de su doncel y sus besos inexpertos; Draco en tanto solo podía dejarlo llevar el control en ese beso pues todo era tan nuevo, tan sorprendente, que terminó disfrutando ese beso también y ocurrió algo que hizo a  Harry querer llorar de emoción… Draco lo había abrazado mientras lo besaba.

            -Oh por Merlín… -dijo separando sus labios y ocultando su cara en su cuello.

            -¿Qué paso? –pregunto Draco confundido.

            -Pasa que te amo –respondio levantando el rostro y mirándolo a los ojos- eso es lo que pasa.

            Y reanudaron ese beso con la diferencia de que ahora era de parte de ambos, con los brazos de Draco alrededor de su cuello.

            Harry lo beso hasta que sus labios quedaron doloridos, después beso y mordisqueo su cuello mientras le quitaba la bata por completo, haciendo lo mismo sin querer separarse de él; cuando por fin estuvieron libres de la ropa, se le encimo y le insto a abrir las piernas para acoplarse a él mientras sus labios devoraban su cuello.

            No espero a que Draco respondiera como él, sabía que aún era pronto para el rubio, pero por ahora no lo necesitaba, se conformaba con ser él el que tocara y disfrutara todo el cuerpo del doncel, sus hombros, sus pezones, su espalda suave y ese vientre que algún día albergaría a su hijo… esas largas piernas y esas nalgas carnosas… todo lo beso y chupo hasta dejar marcas purpuras… estrujo esas nalgas entre sus manos deseando probar con su lengua la pequeña y fruncida entrada que se escondía entre ellas.

            De nuevo termino entre las piernas abiertas de Draco, chupándole el pene como si no hubiera un mañana, arrancándole jadeos y gemidos que eran música para sus oídos, dilatándolo al mismo tiempo pues ya deseaba penetrarlo y mirarlo a los ojos cuando lo estuviera haciendo.

            Cuando lo sintió listo, se levantó y se colocó entre sus rodillas abiertas, con Draco mirándolo expectante… deseando sentirlo dentro de su cuerpo pero sin atreverse  externarlo aun todavía, pero su pene erecto hablaba por él, así que Harry tomo el suyo cubierto de lubricante y lo punto a la pequeña entrada y comenzó a presionar con su cadera hundiéndolo poco a poco.

            -Mmm… -se quejó Draco cerrando los ojos.

            Harry sonrió y bajo la vista, viendo como su pene desaparecía poco a poco dentro de ese cuerpo, disfrutando el solo pensar que nadie más lo había tenido así más que él, con las piernas abiertas permitiéndole entrar.

            -¡Oh!... –se quejo el rubio cuando Harry metió su pene por completo.

            -¿Aun te duele? –pregunto acariciándole la cadera con ambas manos.

            -Sí… un poco… es que esta muy… ya sabes… -musito aun con los ojos cerrados y el ceño fruncido.

            -Me excitas tanto –dijo tomándole el pene y comenzando a masturbarlo para relajarlo.

            Se tomo su tiempo haciéndolo aun a pesar de estar introducido en él sin moverse, y  pareció dar resultado pues Draco  gimió con agrado.

            Harry lo vio morderse un labio y entonces decidió que era hora, se inclino sobre él y besándole la barbilla salió de su cuerpo y volvió a entrar… comenzó a hacer eso una y otra vez arrancándole jadeos a Draco, quien se aferro a sus hombros mientras sentía esa enormidad entrar en su culo.

            Pero el que no lo rechazara en su cuerpo no era suficiente para Harry, deseaba que también disfrutara las penetraciones tanto como él, deseaba hacerlo llegar al orgasmo sin necesidad de masturbarlo, deseaba que lo necesitara tanto como él lo necesitaba.

            Para Draco no era tan fácil, nunca había llegado al clímax mediante penetración, pero lo deseaba… deseaba saber que se sentiría explotar como Harry lo hacía, deseaba poder aceptar su nueva vida sin tanto sacrificio pues la resignación finalmente había llegado y el rey ya no parecía más su enemigo.

            Y abrió los ojos… y Harry por fin pudo reflejarse en ellos mientras le hacía el amor… no encontró precisamente amor, pero tampoco odio como había sido la primera vez y eso le dio esperanzas, pues si ya había logrado algo tan improbable como un beso, tal vez podría conseguir su corazón.

            El moreno lo buscaba… buscaba ese punto que hiciera sentir a Draco, hasta que viendo su rostro se dio cuenta de que Draco había comenzado a gemir de diferente manera, y era cierto… Draco se dio cuenta de que con cada penetración había algo que comenzaba a sentirse distinto, había un punto que cada que era tocado hacia que se sintiera bien, tanto así que comenzó a disfrutar cada vez que Harry entraba en su cuerpo, tanto así que intento abrir más las piernas para que Harry entrara más profundo en él, por eso Harry comenzó a hundirse con más vigor haciendo temblar sus nalgas con cada golpe.

            -¡Ah! –jadeo el rubio clavándole las uñas en los hombros, sintiendo que cada golpe en su próstata le estimulaba cada célula de su cuerpo.

            Harry decidió no arriesgar y no cambiar de posición, así que siguió así hasta que el rubio se corrió con un fuerte gemido mojándole el vientre, el moreno solo espero eso para hacer lo mismo y eyacular dentro de Draco.

            Después salió despacio de su cuerpo y se acostó a un lado de él, volteo a mirarlo y lo vio con los ojos cerrados, respirando entrecortadamente y la frente sudorosa; se recupero tan solo unos segundos y después se enderezo y besándole los labios dijo sobre ellos:

            -Gracias por confiar en mí…

            Draco no dijo nada, solo abrió los ojos y sonrió, después volvió  cerrarlos y se durmió.

 

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Notas finales:

Es todo por hoy amigos, espero saludarlos por aqui la proxima semana, bye!!


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