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El Fénix del Rey por Orseth

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            -Bueno, si… pero…

            -Ni siquiera debes dejar que otro hombre te toque y yo incluso dejé que lo abrazaras y hablaras con él sin velo.

            Para ese momento Draco ya estaba con la espada por los suelos, dándose cuenta de que efectivamente había regresado aceptando esos términos.

            -Pero… -exclamó ya sin terminar la frase, por lo que Harry continuó.

-¿Sientes que es humillante para ti?... lo siento mucho pero así son las reglas y yo no las hice y tampoco las puedo cambiar, va en juego no solo mi honor sino el tuyo ¿Qué diría la gente al verte interactuar así con otro hombre que no sea tu marido?

-Pero Harry… -dijo sintiéndose un tonto- yo entiendo, y entiendo lo que acepte al regresar pero no soy cualquier doncel.

            -Eras un doncel libre, yo lo entiendo –respondio con su enojo esfumándose poco a poco mientras se levantaba y se sentaba a su lado en la cama- y por eso deje que lo abrazaras… ¿Por qué no lo entiendes?

            Draco suspiró sintiéndose abrumado, por lo que Harry le paso un brazo por la espalda.

            -Escucha, hay mucho en juego, no solo soy tu esposo, también soy el rey y debes darme mi lugar… yo te respeto pero espero lo mismo a cambio; sé que cometí errores y prometí no volver a sacar la fusta contigo, pero tú debes comprender que no por ser de una mentalidad diferente, nuestra cultura evolucionara a tu ritmo… yo mismo estoy conforme con nuestra cultura y no quiero y no cambiaré muchas cosas…

            -Porque a ti ni te afectan –interrumpió.

            -¿Me dejas terminar? –exclamo impaciente, a lo que Draco solo se encogió de hombros- Draco, hago lo que puedo, intento llevarte el paso pero por favor, solo piensa las cosas y usa la prudencia ¿es eso mucho pedir?

            Draco solo exhalo un suspiro en respuesta.

            -Otro hombre te molería a golpes por lo que acabas de hacer, lo sabes ¿no?          

            De nuevo Draco solo giró la cabeza mirando a otro lado.

            -Yo no lo haré porque soy un hombre de palabra y prometí no volver  hacerlo –continuó Harry.

            -¿Quieres decir que lo harías? –pregunto viéndolo mientras fruncía el ceño.

            -No lo haré porque podemos hablar en lugar de usar los golpes, ya lo entendí… así como yo espero que tú entiendas lo que tienes que hacer y no solo aceptes las reglas sino que me aceptes a mí.

            -¿A ti? –Repitió extrañado- a ti ya te acepte.

            -No Draco, porque yo vengo con una cultura y sociedad en la que nací y crecí, esa mentalidad que tanto rechazas es la que yo tengo, si tú la rechazas me rechazas a mí, entiéndelo de una vez, a pesar de que estás aquí sigues peleando con eso –concluyó levantándose y yéndose al baño- Ah otra cosa, que sea la última vez que me prohíbes la entrada a nuestra habitación ¿quedó claro? – y sin más siguió su camino.

            Al quedar solo, Draco se sintió desanimado y deprimido, en parte Harry tenía razón, debía aceptar de una vez por todas que su país era machista al cien por ciento comenzando con su marido, así que sin más se levanto y se fue al cuarto de Scorpius en donde después de un rato Harry se asomó diciendo:

            -Ya es tarde, hay que dormir.

            -Yo dormiré aquí –respondio sentado en un diván.

            -No, dormirás en nuestra habitación –contesto con voz firme dándose la vuelta.

            Draco suspiro de nuevo y simplemente se levantó y salió de ahí; ya en su cuarto se cambio de ropa y sin decir nada se acostó junto a su esposo.

 

___________________________________________________________________

 

 

            Al día siguiente Harry comenzó el día como si nada hubiera pasado, por lo que Draco decidió que lo mejor era dejarlo pasar también, estaba entendiendo que los problemas de convivencia entre dos personas eran más comunes de lo que creía y que de nada le serviría mostrarse enojado.

            Harry esperaba alguna reacción de Draco, pero al ver que su concubino estaba portándose bien, sonrió satisfecho, así que después de desayunar fue a ver a sus concubinas y a sus hijas para después meterse de lleno al trabajo.

            Cuando vio a sus niñas jugar y correr hacia él cuando lo vieron entrar, sonrió feliz mientras caminaba hacia ellas.

            -Hola mis pequeñas –dijo inclinándose y abrazando a las tres niñas, especialmente a Kala que últimamente estaba apagada extrañando a su madre a pesar de que era cuidada por las demás concubinas y por Minerva.

            -Papi, que bueno que viniste –exclamó la pequeña.

            -Siempre estaré para ti, si algún día quieres verme, dile a Minerva que te lleve a mi oficina.

            -Pero luego estás viajando.

            -Últimamente no he salido, pero cuando eso pase vengo a despedirme, ya lo sabes.

            Las tres mujeres sonrieron al verlo llegar hasta ellas después de saludar a sus hijas, estuvo con ellas un rato hasta que fue hora de irse, entonces Pansy le tocó un hombro cuando él le beso la frente.

            -Mi señor... ¿podemos hablar un momento a solas?

            Tanto Harry como las otras dos mujeres quedaron sorprendidos por la petición de Pansy, quien esperaba sintiendo su nerviosismo ir en aumento.

            -Claro –dijo finalmente.

            Pansy se levanto y se dirigieron a sus aposentos.

            -¿Sabes de qué quiere hablar? –pregunto Minerva.

            -No.

            -Vaya que no es raro que desee hablar con su esposo, pero desde hace días la noto extraña… algo retraída, le he preguntado que le sucede y me dice que nada.

            -Sí, yo he notado lo mismo –respondió Luna mientras acariciaba la cabeza de Kala, quien  se había acercado más a ella que a Pansy en la ausencia de su madre.

            -Dime Pansy –dijo Harry ya sentados en la sala- ¿de qué deseas hablar?

            Ella lo miró y sin poder evitarlo sus manos comenzaron a sudar, pero mojándose los labios en un acto de nerviosismo, aspiro hondo y exclamó:

            -Yo… yo deseo el divorcio, mi señor.

            Harry quedó congelado en su lugar, creyendo haber escuchado mal, por lo que solo parpadeo un par de veces antes de poder decir:

            -¿Qué?

            -Deseo el divorcio –repitió Pansy con voz más firme.

            Harry siguió como atontado, hasta que así de simple esas palabras entraron en su cabeza e inmediatamente supo la razón de aquello, por lo que ni siquiera pudo preguntar el porqué, pues todo era muy claro, solo pudo suspirar mientras decía:

            -Yo… bueno, la verdad nunca me lo esperé, sí que me has sorprendido.

            -Sí, lo sé mi señor y la verdad lo pensé mucho… aun ahora estoy asustada de mi misma, de haberme atrevido a esto pero… pero sé que es lo correcto.

            -Por el profeta –dijo Harry aun sin aterrizar por completo- estoy impactado.

            -Lo imagino.

            Harry miró a la hermosa mujer y se pregunto a que grado de dolor la había sometido para que ella misma decidiera separarse así, pidiendo el divorcio al mismísimo rey de Hogwarts.

            -Lamento esto –dijo él- lamento no haberte hecho feliz como era mi obligación.

            -Ese es el detalle mi señor… no deseo que sea por obligación, sino por amor.

            Esas palabras volvieron a callar a Harry, quien solo inclinó la cabeza mientras exhalaba un suspiro.

            -Los ministros pedirán las razones –continuó ella- estoy dispuesta a dar las que usted quiera.

            -No hay necesidad de mentir, tu honor está en juego, cuando ellos pregunten solo di la verdad.

            Pansy asintió e inclino la cabeza en silencio, decepcionada en parte de que él la dejara ir con tanta facilidad, pero eso también en parte era un alivio.

            -Solo hay algo… -dijo Harry- sabes que Baasima se queda conmigo ¿verdad? -Eso ya lo sabía Pansy y esperaba con todo su corazón convencerlo de lo contrario- Aunque yo sea el culpable de la separación, los hijos siempre se quedan con el padre, caso contrario sería si el motivo de la separación fuese alcoholismo o falta de trabajo para la manutención del hogar y eso no lo he cometido.

            -Eso lo sé, pero yo pensaba que podría reconsiderarlo y que Baasima se quede conmigo.

            -Yo entiendo perfectamente las razones por las que me pides el divorcio y estoy de acuerdo, pero no por eso voy a permitir que te lleves a mi hija, eso tenlo muy claro.

            -Pero mi señor… -dijo con un nudo en la garganta- amo a mi hija, ella lo es todo para mí.

            -¿Y crees que para mí no?

            -Podría hacer una excepción… además tiene al príncipe…

            -¿Y eso qué? Un hijo no sustituye al otro, amo a Scorpius, es verdad, pero también amo a cada una de mis hijas.

            -Mi señor… -sollozó hincándose sobre sus rodillas y tomándole las manos- por favor… mi hija debe estar conmigo…

            -Lo siento Pansy –dijo él sintiendo dolor al verla así, pero sin cambiar de opinión- le  presentare tu petición a los ministros esta misma tarde, pero de mi hija no hablaremos más, ella se queda aquí.

            -No, por favor…

            Él se deshizo del agarre de Pansy y se puso de pie.

            -Severus se encargara de todo, no te preocupes.

            Después de eso salió de la casa dejándola llorando sobre el sofá; las otras dos mujeres lo vieron salir con rostro serio y cuando desapareció por la salida, fueron  a ver a Pansy encontrándola deshecha en llanto.

            -¡Pansy! –exclamó Luna corriendo hacia ella.

            -¿Qué sucedió, querida? –pregunto Minerva hincándose junto a ella.

            -Yo… le pedí el divorcio al rey.

            -¿¡Qué?! –exclamaron al unísono ambas mujeres.

            -¿Estás loca, por qué hiciste eso? –pregunto Luna ayudándola a sentarse en el sofá.

            -No deseo hablar de eso ahora… -respondio sorbiendo la nariz- es Baasima…

            -El rey no permite que te la lleves ¿cierto? –dijo Minerva.

            -No.

            -Pero criatura, eso era obvio ¿en que estabas pensando?

            -Yo… yo creí que…

            -El no es alcohólico y te provee lo necesario, las leyes le dan la razón.

            -Pero Minerva, mi hija debe estar conmigo.

            -Pero la ley dice que deben quedarse con el padre, además mi niña, su padre es el rey… sería un peligro que vivan lejos de él.

            Pansy solo negó con la cabeza en silencio mientras se abrazaba de Luna sin dejar de llorar.

 

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            Harry iba ofuscado, iba confundido y descolocado, jamás pensó que alguna de sus concubinas llegase algún día a pedirle el divorcio, aunque era más que obvio que él lo había provocado al no visitarlas más en el lecho, motivo más que suficiente para pedir el divorcio, el mismo libro sagrado lo decía, pero sus hijas eran otro cantar, amaba a Baasima y no iba a permitir que la alejaran de él.

            Cuando entró a su oficina, Severus ya estaba ahí con un fajo de documentos para firmar, pero por la expresión de su cara supo que algo  pasaba.

            -¿Puedo preguntar que hizo ahora su concubino, majestad?

            -Curiosamente ahora no es él, Severus… -respondio desplomándose en la silla detrás de su escritorio- es una de mis concubinas… Pansy quiere el divorcio.

            A pesar del innato aplomo del primer ministro, Severus no pudo evitar hacer un gesto de sorpresa al escuchar al rey.

            -Quiero que te encargues de eso tu mismo… los ministros nos cuestionarán a ambos y quiero que seas tú quien dirija todo eso.

            -Como ordene majestad.

            -Cancela todo lo que tengo programado para hoy, quiero estar solo.

            -Así  será –respondio el ministro haciendo una inclinación para después salir de ahí.

            Toda la tarde se la paso mirando por la ventana, sintiéndose enojado consigo mismo por haber ocasionado eso, sus padres estarían muy decepcionados de él y sin embargo sabía que Pansy tenía todo el derecho de desear algo mejor para ella.

            Ni siquiera comió cuando le avisaron que la comida estaba lista, por lo que Draco comió solo con Scorpius en el gran comedor; pero pensando que Harry aun estaría molesto decidió no ir a verlo, fue hasta que llego el anochecer que el rey llego a las habitaciones reales.

            Draco lo miró y supo enseguida que algo pasaba y se sintió incomodo al saber que lo acontecido el día anterior aun estuviera muy presente en Harry.

            -Oye, lo lamento ¿de acuerdo? –dijo saliendo de la habitación del niño después de constatar que aun dormía.

            -¿mmm?

            -Pensé que ya lo habíamos dejado atrás.

            -¿De qué hablas?

            -De lo de ayer.

            -Y eso hicimos.

            -¿Y entonces por qué esa cara?

            Harry suspiro  y pensó que si de todos modos se sabría, lo mejor sería decirle de una vez.

            -Pansy quiere el divorcio.

            Draco abrió la boca al escucharlo y de inmediato se sintió culpable también.

            -Oh vaya… ya veo -Vio a Harry tan ensimismado que decidió sentarse con él a la mesa -Oye… sé que fue mi culpa.

            -No, en realidad es mía.

            -No, fui yo quien te pidió que ya no las visitaras más en su lecho… yo soy el culpable.

            -Tú no eres su marido, el responsable soy yo, así que quítate esas tonterías de la cabeza.

            -¿Y qué vas a hacer?

            -¿Cómo qué?... dárselo por supuesto, es totalmente legal que me lo pida, tiene bases suficientes para separarse de mí, pero quiere que Baasima se vaya con ella.

            -¿Y?

            -¿Cómo que “y”?... –exclamó frunciendo el ceño mirándolo- obvio es que Baasima se queda aquí, ella puede regresar a Slytherin cuando quiera pero mi hija se queda conmigo.

            -Pero ella es su mamá.

            -¿Y eso qué? Yo soy su padre y no soy alcohólico y cumplo con mis obligaciones de proveedor.

            -Eso ya lo sé Harry, pero no lo digo por eso.

            -¿Y entonces porqué mas mi hija tendría que irse con ella?

            -Porqué lo mejor para ella es que este con su mamá.

            -El que tú quieras deshacerte de la mamá, no significa que quieras hacer lo mismo con mi hija.

            -¿Qué? –Exclamó molesto- ¿de qué mierdas hablas?

            -Qué no vuelvas a decir que mi hija se vaya del palacio.

            -Yo lo dije porque es lo mejor para tu hija, no porque yo desee que Baasima se vaya, no seas idiota.

            -¿Y entonces porqué mas dirías eso? Lo mejor es que Baasima se quede conmigo, yo puedo protegerla y cuidarla.

            -¿Cuándo será el día en que pienses en los demás y no solo en ti? –Dijo enojado- lo mejor para esa niña tan pequeña es estar al lado de su madre, no de un padre que va a visitarla solo un rato.

            -Tú no me vas a decir como criar a mis hijos ¿oíste?

            -¿Por qué eres tan terco y estúpido?

            -Vuelves a insultarme y juro por el profeta que te doy una bofetada, Draco ¿entendiste? Y poco me importa romper mi promesa en este momento –exclamó enfurecido y exasperado sintiendo que todo le caía encima.

            -¿Y piensas que yo me quedaría tan tranquilo mientras me mueles a golpes, soberano idiota?

            Harry apretó los dientes y los puños poniéndose de pie de golpe, pero no para dirigirse contra Draco sino para salir al jardín a tomar aire pues sentía que se ahogaba.

 

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            Al día siguiente Pansy fue llamada a uno de los salones en donde se reunían los ministros y fue cuestionada por ellos sobre el motivo de su petición de divorcio; Harry estaba presente también y permanecía en silencio sentado a un lado de ella.

            -Yo… -respondio intimidada al verse observada por una fila de hombres que la observaban atentos- yo…

            -Solo di la verdad –exclamó Harry tranquilo.

            Pansy ya había pensado en ese momento y realmente sabía que no había otro motivo valedero ante los ministros para que le concediesen el divorcio de su marido, así que no tuvo más opción que decir la verdad, aunque esa verdad fuese a medias, pues la falta de sexo no era precisamente el motivo de su corazón roto.

            -Mi esposo ya no me visita en mi lecho.

            -Majestad… -dijo el ministro Severus Snape- ¿Qué tiene que decir a eso?

            -Qué mi concubina habla con la verdad, he faltado al libro sagrado no cumpliendo con mi deber de esposo.

            -¿Algún motivo que haya provocado esa situación?

            Harry suspiró y con tranquilidad dijo:

            -Ya no me atrae como mujer.

            Pansy intentó disimular el dolor que esas palabras le habían causado y Harry sabía que la estaba lastimando ¿pero qué más daba si era verdad? Además estaba molesto, no por el divorcio en sí, sino por la situación de su hija.

            -¿Hay algún posible arreglo entre ustedes? –pregunto Severus.

            -No –respondio firme el rey- le concedo el divorcio, se le dará una compensación de acuerdo a la ley y puede partir cuando quiera.

            -Mi señor… -exclamó Pansy volteando a verlo- yo quisiera pedir…

            -Sobre mi hija no hay asunto que tratar –interrumpió Harry poniéndose de pie- te vas del palacio mañana mismo.

            -Por favor… -musito con los ojos anegados de lágrimas.

            -Sí es todo, me retiro.

            -Es todo majestad –respondio Severus.

 

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            Esa tarde Harry se metió de lleno en su trabajo, sin siquiera salir a comer, por lo que Draco fue a verlo con una sopa de calabaza en una bandeja.

            -Oye ¿se puede pasar? –dijo abriendo la puerta y asomándose.

            -Ajá –respondio el moreno sin siquiera levantar la vista de sus documentos.

            -No desayunaste, come algo para que no tengas la panza de farol.

            -¿mmm?

            -Toma –dijo colocándole el tazón encima de sus papeles.

            -¡Oye, vas a ensuciarlos!

            -Pues entonces hazme caso, quítalos y come –contesto sentándose en el escritorio, a un lado de él con los brazos cruzados.

            -¿Y Scorpius?

            -Jugando con una sierva… pero ¿y tú, como te fue en la audiencia?

            -¿Y cómo habría de irme? Por supuesto que bien, el divorcio fue de común acuerdo.

            -¿Pero y Baasima?

            -¿Qué hay con ella? –Respondio olisqueando el tazón de sopa- de ella no hablamos, no hay nada que tratar, se queda conmigo.

            -No seas tan obstinado Harry, es muy pequeña para que se quede sin su madre.

            -Sí quieres que coma en paz, deja de joder con eso ¿estamos? –exclamó molesto.

            -Pero…

            -Mejor vete a cuidar a mi hijo, que para eso estás tú y no una sierva –dijo sin siquiera verlo.

            Draco sintió la cara caliente de indignación, por lo que poniéndose de pie exclamó:

            -No eres más que un imbécil troglodita de la época de las cavernas.

            -¿Qué? –dijo frunciendo el ceño y levantando la cara para mirarlo.

            -Pensé que ya había conocido tu lado malo, pero me equivoqué, puedes ser más hijo de puta de lo que creí –respondio caminando hacia la puerta.

            -Ya me tienes hasta las pelotas con tu maldita lengua –exclamó poniéndose de pie- ¡Ven acá!

            Por toda respuesta Draco le mostro el dedo medio antes de poner pies en polvorosa; después de eso, el rubio se dirigió hasta el área de concubinas en donde al verlo, el soldado que estaba de guardia rodo los ojos mientras decía:

            -Draco, por amor al profeta ¿Qué haces aquí? ¿Quieres meternos a los dos en problemas? ¿Por qué estás hablándome sin velo?

            -Tú cállate imbécil cara de culo ¿acaso tengo que pedirte permiso para andar en mi propia casa, tarado?

            -¿Tú marido sabe que estás aquí?

            -Lo que ese idiota sepa o no sepa no es asunto tuyo, además no vengo a hablar contigo, ve por Minerva y llévala a mis aposentos ¿oíste? –dijo dándose la vuelta y alejándose de ahí.

            Exasperado, el capitán solo negó con la cabeza y entró al área de concubinas para cumplir con lo ordenado.

            Cuando la sierva llegó a las habitaciones reales, tocó y espero a que Draco le abriera.

            -Pasa –dijo el rubio dejándola entrar.

            -Draco, por el profeta Merlín… -exclamó asombrada mirando a todos lados.

            -¿Nunca habías estado aquí? –pregunto sonriente el rubio invitándola a sentarse.

            -Nunca.

            -Bueno, ya habrá tiempo de hacerte un recorrido, por ahora quiero hablar de otras cosas.

            -Ay querido, seguro es por lo de Pansy ¿verdad? –dijo la sierva cambiando de expresión mientras él le servía té.

            -Sí, fue toda una sorpresa, jamás pensé que se atrevería a hacer algo así.

            -Pues si –respondio exhalando un suspiro – hablé con ella y no pude convencerla de pedirle perdón al rey y que la tomara de nuevo como concubina.

            -Ese no es el problema Minerva, el problema es Baasima.

            -Lo sé querido, lo sé… está hecha un mar de lagrimas, no sé de donde le se ocurrió que el rey iba a entregarle a su hija; ella ya sabía que al pedirle el divorcio, Baasima se quedaría con él.

            -Ese idiota esta con un humor de los mil diablos.

            -¿Crees que quiera de nuevo aceptar a Pansy?

            -No está así por ella, sino por Baasima… le molesta que yo le diga que deje a la pequeña irse con su madre.

            -¿Qué has hecho qué? –exclamó Minerva sorprendida- Draco, eso nunca ha pasado.

            -¿Y eso lo hace imposible?... tanto tú como yo sabemos que lo mejor para la niña es permanecer al lado de su mamá, Harry piensa que yo quiero deshacerme de ambas pero no es así, las quiero a las dos y precisamente por eso creo que lo mejor es que Baasima se vaya con ella… además Minerva, tengo un hijo, me volvería loco si me lo quitaran.

            -Sí, si… tienes razón, yo lo sé, pero…

            -Quiero convencerlo de que deja ir a la niña con Pansy –dijo Draco al verla quedarse callada.

            -Oh querido, buena suerte con eso –respondio sonriendo con ironía.

            -No he tratado el asunto con mucho tacto precisamente pero debo intentarlo.

            -¿Y crees lograrlo? –pregunto esperanzada.

            -Sinceramente no lo sé, Harry es tan malditamente obstinado y cerrado en cuestión de leyes y tradiciones que hace emerger lo peor de ambos… cuando empieza con esas cosas hace que me den deseos de patearle la cara.

            -Y tu lengua filosa no ayuda mucho, querido –completo ella alzando una ceja- Draco, si vas a intentarlo por favor contrólate… te quejas de él y eres igual.

            -Es que se porta como un verdadero cabeza hueca ¡no puedo evitar decirle sus cosas!

            -Piensa en Pansy, controla tus impulsos por ella si es que de verdad vas a intentarlo.

            -Sí, tienes razón…

            -Pero debes apurarte, Pansy se va mañana.

            -¿Tan pronto?  -pregunto sorprendido.

            -Sí, si ya están divorciados no tiene caso que permanezca en la casa del que fue su esposo.

            -Es demasiado pronto –dijo rascándose la cabeza- y ahorita no lo deje muy de buenas que digamos.

            -Dudo que lo logres, pero deseo con todo mi corazón que tengas éxito.

 

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Notas finales:

Gracias por sus lindos comentarios, leo todosy cada uno de ellos con mucha amocion y gratitud, lamento no haberlos podido contestar,pero agradezco el tiempo que se tomaron en dejarmelos, mil gracias y hasta la proxima.


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