Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Fénix del Rey por Orseth

[Reviews - 288]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, un capitulo mas que espero les guste, besos y unas atrasadas felicidades!! ^^

_____________________________________________________________________

 

 

            Al día siguiente, Minerva fue a ver a Draco a sus habitaciones.

            -Pasa Minerva –dijo terminando de vestir  Scorpius.

            -Oh querido ¿Dónde está la sierva que te ayuda?

            -Scorpius es muy quisquilloso, solo deja que yo lo bañe, así que no tenía caso que ella estuviera aquí, la dejé ir a almorzar, pero también ha estado muy berrinchudo últimamente.

            -¿Te enteraste? –pregunto con actitud emocionada.

            -¿Lo de Pansy? –respondio sonriendo.

            -¡Pa…! –grito Scorpius estirándose y retorciéndose en la cama mientras Draco intentaba terminar de vestirlo.

            -Espera, ya voy.

            -¡pa…!

            -¡Espera, ya voy!

            Scorpius comenzó a lloriquear ante el desespero de su padre.

            -Scorpius, no llores ¿Por qué no te apiadas de tu cansado padre?

            Minerva sonrió cargando al pequeño, que continuó retorciéndose hasta que mejor lo puso en el suelo y el niño prácticamente corrió a la habitación de al lado.

            -¿Qué fue a buscar con tanta ansia?

            -Un cubo con mas cubos adentro, se lo acaba de traer Harry y es la sensación del momento –respondió sentándose en la cama- entonces ¿Cómo ves lo de Pansy? Casi se me cayó la mandíbula al suelo.

            -Mi niña está feliz, y yo lo estoy también, al fin un futuro feliz para ella.

            -Sí y como mi amigo está incluido, es doble alegría.

            -Sí… pero tanto Luna como yo estamos preocupadas ¿el rey nos dejará ir? Luna no le ha preguntado, espera que él vaya a decirle, pero dice que si en esta semana él no dice nada, ella le preguntará.

            Draco torció la boca al escuchar ese tema.

            -El no quiere dejarme ir.

            -Por tu estado ¿no?

            -Sí, dice que es peligroso.

            -Y lo es, ya tienes siete meses querido.

            -¿Tú también Minerva? Ya me cansé de decirle que me siento bien.

            -Querido, soy yo, a mi no tienes que engañarme.

            Draco se alzo de hombros y exhalo un suspiro de cansancio, después de todo la sierva tenía razón y él necesitaba quejarse con alguien.

            -Sí, ya camino como pato y me duelen los huesos de la cadera, pero es aquí donde me duele más –dijo señalando su bajo vientre- es un dolor del hueso púbico que me tiene asolado, el bebé se me encaja horrible, con Scorpius no paso eso, me duele para sentarme, me duele para pararme, me duele cuando me acuesto, cuando me volteo… ya no puedo dormir bien y eso que apenas voy en el séptimo mes, no quiero pensar que va a pasar en el octavo.

            -Ay querido ¿y así insistes en hacer el viaje? –preguntó preocupada.

            -Sí, me siento capaz aunque no lo creas, pero de todo lo que te dije no le digo a Harry porque es capaz de encerrarme a piedra y lodo.

            -Así que insistirás en ir.

            -Ajá, así que dile a Luna que aun no le diga nada.

            -De acuerdo.

            Esa noche, Draco espero a Harry despierto, así que cuando el rey llego encontró a su concubino con Scorpius en brazos, sentado en el sofá.

            -¿Por qué estás cargando a Scorpius? Ya está muy grande para que lo cargues así estando como estás –dijo quitándoselo de los brazos.

            -No se quería dormir, estaba muy llorón y no quería estar con la sierva.

            Harry llevo al niño  a su cuna y luego regreso a la habitación soltando la faja de tela que tenía en la cintura para prepararse para dormir.

            -Harry ¿podemos hablar?

            -No, no podemos, ya sé lo que me vas a decir.

            -Vamos Harry, no seas así –dijo levantándose pesadamente del sofá y caminando hacia él.

            -¿Así como? –respondio quitándose la túnica y aventándola en una silla para luego sacar una pijama del armario.

            -De verdad quiero ir a esa boda ¡de verdad, de verdad! –exclamó tomándolo de un brazo.

            -Bueno si, lo entiendo, pero no estás en condiciones de viajar ¿Qué tal si te dan los dolores de parto en pleno desierto, qué harías?

            -¿Parir?

            -No te hagas el chistoso –masculló quitándose las botas.

            -Ya parí en el desierto ¿recuerdas? Y no me paso nada.

            Harry se detuvo solo para lanzarle una mirada seria y luego volvió a lo suyo.

            -Harry, por favor… -insistió sentándosele a un lado de la cama, en donde Harry se había sentado después de quitarse el pantalón- sé que te preocupas mucho, pero no soy ni seré la primera persona en viajar por el desierto estando así, docenas de mujeres viajan así y dan a luz así; yo soy hombre, con mayor razón aguanto más que ellas.

            -Sí, pero tu cuerpo no está compitiendo con las demás mujeres, además ya te cansas mucho.

            -Harry he hecho todo lo que me has dicho, me he portado bien, obedezco en todo… bueno, en casi todo –añadió al verlo alzar una ceja- quiero ir a esa boda, no seas así.

            Harry exhaló un suspiro mientras se mordía un labio con evidente indecisión.

            -Haremos esto –dijo mirándolo- le preguntaré a Dumbledore.

            -¡Ay no, ese viejo es como tú! –Exclamó alzando las manos dramáticamente- seguro dirá que no porque no quiere ni que me dé el sol.

            -No, en serio, le expondré tus inquietudes.

            -Pero…

            -Eso o de plano no –interrumpió firme.

            -De acuerdo, pero le preguntaremos ambos, ustedes dos son capaces de conspirar contra mí.

            -Por favor… –exclamó rodando los ojos mientras se ponía el pantalón de franela.

            -Promete que no le dirás nada en mi ausencia.

            -No empieces.

            -Harry, en serio.

            -De acuerdo, no le diré nada a tus espaldas.

            -Promételo.

            -Lo prometo.

            -Da tu palabra de rey.

            -¡No seas ridículo!

            -Harry…

            -¡Esta bien, está bien, te doy mi palabra de honor que no le diré nada a tus espaldas! ¿Contento?

            -Algo.

            -Entonces ya acuéstate y deja de joder.

            Muy obediente, Draco se levanto y se fue a su lado de la cama para acostarse como su marido había ordenado, no sin antes decir:

            -¿Ya lo ves? Soy muy obediente.

 

_______________________________________________________________

 

            Al di siguiente, Draco no se quedó acostado como de costumbre cuando Harry se levantaba, sino que se vistió y estuvo listo para cuando Harry iba a salir.

            -No necesitas levantarte temprano para vigilarme, ya te di mi palabra ¿no?

            -Es para estar listo cuando vayas a verlo ¿te parece si vamos ya?

            -Oye, deja desayunar al viejo cuando menos ¿no?

            Resoplando de impaciencia, Draco no tuvo más remedio que esperar; fue hasta medio día que Harry se desocupó y lo llamó para ir a ver a Dumbledore; y cuando Harry lo puso al tanto, el anciano miró a los hombres y entrecruzó sus dedos sobre el escritorio.

            -Bueno, los viajes por el desierto en el séptimo mes no son recomendables si es que pueden evitarse.

            -¡Ahí lo tienes! –exclamó Harry triunfante.

            -Eso no se vale, usted está del lado del rey –dijo indignado- estoy bien de salud y además así es el estilo de vida de este país ¿Por qué tanta reticencia en que yo viaje? No es la primera vez, además se supone que para eso está usted, para cuidarme ¿o acaso solo iría de adorno?

            -Es cierto que así es la vida de este país –respondio el viejo doctor- pero si no es necesario viajar ¿para qué arriesgarse?

            -Pero es que eso es lo que ustedes dos no entienden ¡si es necesario viajar, se casa mi mejor amigo! Tengo que estar ahí.

            Los dos hombres se miraron y entonces Dumbledore dijo:

            -Bueno, es verdad que la salud de su majestad es buena y que de hecho está acostumbrado a la vida en el desierto, si viajamos con calma y las debidas precauciones, no hay inconveniente en que viaje.

            -¡Ahí lo tienes! –exclamó Draco esta vez.

            Harry se cruzó de brazos, no muy convencido, por lo que solo se levantó diciendo:

            -Lo pensaré.

            -¡En eso no quedamos!

            -No quedamos en nada –respondio levantándose y saliendo del consultorio.

            Harry iba camino a su oficina, realmente le preocupaba que Draco quisiera viajar estando así, sin embargo si era sincero consigo mismo, había habido muchas cosas que Draco ya no podía hacer y ciertamente el rubio había estado portándose en la medida de lo posible “correctamente” así que si le negaba el viaje, también estaría sintiéndose culpable.

            Torciendo la boca tomó una decisión y esa misma noche se la hizo saber al rubio.

            -Qué tal mi fénix ¿Cómo estás hoy? –Preguntó entrando a la estancia y dándole un beso en la mejilla; beso que Draco ni rechazó, pero que tampoco buscó responder- ¿pasa algo? –pregunto viéndolo serio y callado, como si no supiera el porqué de la actitud del concubino- bueno, como no quieres hablarme, no tiene caso que te diga que tienes mi permiso para viajar –añadió dirigiéndose al baño como si nada.

            -¿¡En serio?! –exclamó sonriendo incrédulo.

            Pero Harry siguió su camino como si nadie hubiera hablado haciendo a Draco removerse inquieto en su lugar intentando levantarse según él, rápido.

            -Oye, oye, con calma –dijo Harry dándose la vuelta y viéndolo moverse con algo de dificultad.

            -¿De verdad puedo ir? –preguntó tomándolo de las manos y mirándolo ansioso cuando por fin se levantó.

            Harry sonrió al ver su rostro manchado por el cloasma gestacional, sus mejillas mas redondas y sus enormes ojos grises mirándolo con emoción.

            -Sí, iremos a la boda de Zabini y Pansy.

            -¡Hurra! –Exclamó abrazándolo haciendo reír a Harry- ¿Cuándo partimos?

            -Bueno, hay que hacer preparativos, será una caravana grande, viajaremos muchos, así que calculo que en un par de días.

            -Yo le diré a Luna, se pondrá feliz.

            -Pero iremos con calma, si no llegamos a tiempo no importa ¿de acuerdo? –advirtió poniéndose serio.

            -De acuerdo –aceptó dándole un beso en los labios.

           

___________________________________________________________________

 

 

            Esos fueron días ajetreados, en los que un escuadrón en el cual fue incluido Gregory Goyle, se preparó para un largo viaje hasta el distrito de Slytherin.

            -¡Qué emoción, nunca había salido de Griffindor! –exclamó Minerva emocionada.

            -Entonces te dolerá el culo como no tienes idea –dijo Draco abanicándose mientras esperaban en el patio  trasero del palacio- ¿Cuántas veces te has subido a un camello?

            -De niña algunas veces, nada más.

            -¿Y tú Luna?

            -Yo solamente cuando viaje de mi distrito para acá, a mi boda con el entonces príncipe.

            -Bueno niñas, prepárense para un viaje que les hará ver su suerte –sentencio levantándose al ver llegar los camellos con su palanquín- Scorpius, ven acá.

            Harry llegó con  las correas de dos camellos, una  en cada mano y ayudó a Luna a montarse en uno y a Minerva en el otro.

            -Gracias majestad, esta no es su labor –respondio avergonzada.

            -No te preocupes Minerva.

            La caravana compuesta por cincuenta soldados, cinco siervos y cinco siervas, incluida Minerva, el médico de la familia real, el rey y su concubina, sus dos niñas, su concubino y su hijo, iniciaron la marcha hacia el distrito de Slytherin, con mucha gente viendo con gran curiosidad a la gran caravana, pues nunca habían visto a la familia real salir completa en un viaje.

 

__________________________________________________________________

 

 

            Draco estaba acostumbrado a esos viajes a pesar de su condición, pero Minerva y Luna no, así que la primera noche en la que se detuvieron para acampar, bajaron adoloridas del camello.

            -Espérense a mañana –dijo Draco riendo.

            -Claro, como tú viajas muy cómodo en el palanquín –respondio Luna tomando un té alrededor de la fogata.

            -Ni tanto, pero no puedo ni quejarme so pena de morir crucificado –exclamó en voz baja viendo de reojo a Harry, quien abrazaba a sus dos niñas mientras Scorpius dormía en la tienda.

            -Bueno, pero aun así es emocionante, nunca habíamos salido todos juntos en un viaje de esta magnitud… las niñas están felices de compartir con su padre de esta manera.

            -Sí y creo que él también está feliz por eso –convino viendo al moreno reír con las pequeñas.

            Los días siguientes fueron maravillosos para los hijos del rey, pues nunca habían estado tanto tiempo con su padre; Luna y Minerva no dejaban de platicar emocionadas de viajar juntas por primera vez; incluso Crabbe hablaba con Draco sin ningún problema a un lado del palanquín, lo que suponía un desahogo para el pobre rubio.

            -Traes cara de empachado, no te sientes muy bien ¿cierto? –Dijo Goyle a Draco, quien iba acostado de lado en el palanquín.

            -No… me siento muy cansado, así no me sentí la primera vez.

            -¿Por qué eres tan jodidamente necio? Este viaje es solo por ti, creo que si le pidieras al rey que te bajara la Luna, te diría “¿y dónde te la pongo?”

            -¿Te digo donde me la pone? –respondió Draco sonriendo.

            -Cállate, eres un asco.

            Después de reír, Draco suspiro y dijo:

            -No te creas, no fue nada fácil convencerlo, además deberías estar agradecido, tú también estás aquí ¿no?

            -No, yo de todos modos iba a ir, iba a pedir mis vacaciones, tengo muchos días acumulados.

            -No es cierto, quedaste  a cargo de la seguridad del área de concubinas, Blaise te recomendó, no te hubieras ido, te conozco.

            Ahora quien sonrió fue Goyle, pues Draco tenía razón.

 

 

__________________________________________________________________

 

 

            Cinco semanas después, todos descansaban en una ciudad en donde aprovecharon para reabastecerse y descansar un poco.

            -El gobernador de la ciudad le ofrece su casa, majestad –dijo Goyle- la ciudad es muy pequeña pero tiene buenos hostales, así que usted ordena a donde vamos.

            -Vamos a la casa del gobernador –ordenó Harry- sería una descortesía rechazar su hospitalidad, pero solo las siervas irán con nosotros, los demás ya saben qué hacer.

            -Como ordene majestad –respondio Goyle sabiendo que una comisión se quedaba a custodiarlos mientras los demás descansaban en sus tiendas.

            Ya en sus habitaciones, Draco estaba de pie recargado en la ventana.

            -¿Y Scorpius? –pregunto cuando Harry entro a la habitación.

            -Bien, ya cenó y Minerva lo está bañando, tu tranquilo, ya sabes que ella lo cuida bien.

            -Cierto –respondio con una sonrisa que más bien fue una mueca.

            -¿Y tú como vas? –pregunto acercándosele.

            -Bien.

            -Vamos, a mi no me engañas, te ves fatal.

            -No, estoy bien –reiteró cuando él estuvo a su lado.

            -Draco… sé que no quieres quejarte por lo que yo pueda decirte –respondio pasándole un brazo por detrás de la cintura- te conozco; pero oye… yo no te voy a reñir por nada, total ya estamos aquí, además quiero que sepas que puedes apoyarte en mí, no necesitas tragarte tus malestares, de verdad.

            Draco no respondio, solo tragó el nudo que se le había formado en la garganta, pues realmente se sentía necesitado de mimos y atenciones que solo Harry podía darle y que sentía le echaría en cara si soltaba una sola queja.

            Al verlo hacer pucheros, Harry lo envolvió en un abrazo que termino de romper a Draco, quien solo comenzó a llorar en silencio.

            -Tranquilo, todo está bien –dijo sin soltarlo- ven, vamos a sentarnos.

            -N-no… -respondio hipando- me duele…

            -¿Qué te duele?... Oh sí, ya recuerdo, Dumbledore me lo dijo.

            -Y también me duele aquí… -añadió colocándose la mano en el bajo vientre- el bebé se me encaja… dar un paso es una tortura…

            -Bueno, estar de pie tampoco es una opción, ven te ayudare a acostarte.

            -Es que tampoco puedo dormir bien… el solo cambiar de posición es… es…

            Volvió a llorar con más ganas haciendo a Harry preocuparse todavía más.

            -Oye, tal vez podamos quedarnos aquí lo que resta del embarazo, al gobernador no le molestará.

            -¡No! –Exclamó levantando la cara de inmediato- falta menos de la mitad del viaje… no puedo quedarme aquí.

            -Pero Draco, te ves agotado.

            -No me importa… -dijo comenzando a caminar hacia la cama del brazo de su marido- no estoy tan mal como para no ir- solo ayúdame a bañarme, hace días que no tomo un baño como Dios manda.

            -De acuerdo, lo prepararé.

            Y rato después, sentado en un banquito, Draco dejaba que Harry le lavara el cabello mientras él permanecía rígido, intentando no soltar todo su peso por el dolor en su perineo.

            -¿Así fueron los malestares con Scorpius?

-Algo así –respondio haciendo gestos mientras se removía en el banco.

 -Lamento mucho habérmelo perdido.

            -Sí, muchas cosas fueron así, también me dolía horrores para sentarme… pero incluso estando de pie el dolor está ahí.

            Después de lavarle el cabello, Harry comenzó a frotar sus piernas y brazos con una esponja y el resto de cuerpo y cuando terminaron  lo envolvió en una toalla y lo ayudo a llegar al cuarto.

            -Me ha caído de maravilla –dijo frotándose el cabello.

            -Espero que esta noche descanses algo, con eso de que partimos mañana.

            -Estaré bien, no te preocupes.

            Harry se dio cuenta de que su doncel intentaba hacerse el fuerte, así que decidió no mortificarlo más y dejarlo descansar.

 

______________________________________________________________________

 

           

            -Draco, querido… ¿Cómo puedo ayudarte? –preguntó Minerva mortificada, cuando se detuvieron a acampar.

            -No te preocupes Minerva –respondio el rubio con Scorpius dormido en sus brazos.

            -El rey me dijo que no quisiste cenar, debes comer.

            -No tengo hambre, tal vez mas al rato, anda ve a dormir.

            -Bien, pero cualquier cosa llámame ¿está bien?

            -Sí, gracias.

            Harry fue verlo rato después.

            -¿Cenaste? –pregunto a verlo levantar la cortina de la tienda y entrar.

            -Sí ¿quieres que te traiga algo?

            -No.

            -¿Ni un té?

            -No.

            -Vamos Draco, debes comer algo.

            -Comí en la tarde, así que no me atosigues ¿quieres?... además he comido bien, no me estreses con eso.

            -De acuerdo ¿quieres que le lleve a Scorpius a Minerva?

            -No, ha estado muy llorón y solo se calmó trayéndolo aquí, dice Minerva que así se ponen los niños cuando otro bebé viene en camino.

            -Bueno, cuando quieras que me lo lleve, me avisas.

            -Sí, pero me siento culpable de eso, es como si quisiera deshacerme de él.

            -Sabes que no es por eso, es solo que no has podido atenderlo por tu estado.

            -Harry…

            -¿Sí? –respondio quitándose las botas para acostarse a dormir.

            -¿Me darías un masaje en la cintura?

            -Claro –respondio sonriendo.

            Dejaron al pequeño a un lado cuidando de no despertarlo, y luego Draco se sentó y se puso en cuatro, por lo que Harry comenzó a masajearle la cintura, cadera y espalda.

            -Oh que alivio… eso se siente bien –dijo el rubio con la cabeza gacha.

            Después de un rato así, Harry se sentó y Draco se sentó entre sus piernas abiertas y se recargó en su pecho; la sola cercanía del rey hacía que se sintiera seguro y a salvo, por lo que con estar en sus brazos ya era una gran ayuda.

            -Te amo Harry… -musito con los ojos cerrados, a punto de dormirse.

            -Y yo a ti, mi hermoso fénix  -respondio sonriendo.

 

_________________________________________________________________

 

 

            -Pero estoy bien, ese viejo no tiene nada que revisarme –protestó antes de iniciar la marcha.

            -Draco, él es el doctor, debe cerciorarse de que todo va bien contigo.

            -No, el solo me ve como un logro en su carrera, sería el único doctor que ha atendido a un doncel.

            -Pues será el sereno, el te va a revisar  y se acabó ¿entendiste? –concluyó molesto mientras se asomaba y le hacía una seña a Dumbledore para que entrara a la tienda.

            -Buen día majestad –saludo el anciano al entrar.

            -Ni tan bueno.

            El doctor no se dio por aludido y procedió a su revisión tomándole los signos vitales a Draco para concluir haciéndolo quitarse el pantalón.

            -¿Y para qué tiene que verme “ahí”? –refunfuño enojado mientras Harry le ayudaba a desnudarse de la parte inferior.

            Sintiéndose como el día de su examen de virginidad, Draco tuvo que aguantar el estar de nuevo acostado con las rodillas separadas, frente a  su doctor.

            -mmm ya veo… -musito Dumbledore viendo que le perineo de Draco estaba rojizo e inflamado, con una minúscula abertura.

            -¡Eso duele! –exclamó cuando la presionó suavemente, para después palparle el vientre.

            -Tengo un ungüento que puede serle de ayuda, no es algo que afecte al embarazo –respondio sacando un diminuto frasquito de su maletín- el rey puede ayudar a aplicárselo.

            -Dígame cómo y lo haré –respondio Harry acercándosele.

            Dumbledore puso un poco de una pomada cristalina en la punta de su dedo y procedió a untarla en el sensible perineo de Draco, quien solo se estremeció cuando el doctor presiono un poco.

            -Listo.

            -¿Eso es todo? –pregunto Harry tomando el frasquito.

            -Sí, aplíquela unas cinco veces al día.

            -De acuerdo.

            -Bien, creo que todo está en orden –declaro después de hacer anotaciones en un cuaderno- majestad ¿le ayudo a vestirse?

            -Claro que no, para eso está Harry –masculló enojado.

            El anciano abandono la tienda para que Draco se vistiera en paz.

            -¿Ya ves que no fue para tanto? –dijo Harry vistiéndolo.

            -Alucino  a ese hombre, no me importaría que me revisara otro doctor, te lo juro… pero a él lo detesto desde que me hizo el examen de virginidad.

            Harry solo exhaló un suspiro sabiendo que con su concubino no se podía razonar.

 

____________________________________________________________________

 

 

            -Harry ¿Cuánto falta para llegar? –preguntó cuando el camello de Harry se emparejo con el palanquín y éste abrió la cortinilla para echarle un ojo.

            -Falta una semana, mi pajarillo… aguanta un poco más.

            -Me arde ahí… ¿me darías un poco de la pomada?

            -Bien.

            Draco estaba infinitamente agradecido y sumamente maravillado de lo paciente y amoroso que había sido Harry durante todo su embarazo; ni una vez se había quejado de sus antojos y malestares y en todo lo complacía solícito, incluso cuando había que detener la caravana para dejarlo hacer sus necesidades; pero era en las noches, cuando lloraba de dolor y agotamiento en los brazos de su marido, que ni una sola vez le echó en cara el viaje, que sentía que lo amaba más, pues solo él podía calmar sus temores y darle fuerzas al mismo tiempo.

            -Oye amigo ¿y cómo va tu concubino? –Preguntó Ron emparejándosele con su camello- Ayer que le llevé la fruta que dijiste ni siquiera me vio feo, eso es raro… se ve muy cansado.

            -Y está muy cansado –reiteró Harry acomodándose el turbante y el velo- estoy preocupado pero no se lo demuestro cuando estoy con él, de por si está asustado.

            -¿Crees que este viaje fue buena idea?

            -A estas alturas eso ya no importa.

            -Solo faltan un par de días para llegar a Slytherin, ahí estará mejor.

            -Eso espero.

           

________________________________________________________________________

Notas finales:

Hasta aqui, nos leemos hasta la proxima, besos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).