Había estado nublado toda la mañana, inevitablemente iba a llover en cualquier momento y efectivamente cuando dieron las cinco de la tarde comenzó una terrible tormenta de lluvia y viento.
Luhan estaba sentado en su cama mirando a través de la ventana las furiosas gotas arremeter contra el vidrio dejándose llevar por el viento. Se sentía nostálgico, como siempre que el tiempo se tornaba gris. Pronto débiles aunque audibles truenos comenzaron a dejarse oír retumbando en la habitación, cerró los ojos y se recostó sobre la cama. Le encantaba dejarse llevar por la bella sinfonía que componían todos esos sonidos de la naturaleza, pero de pronto unos leves golpes lo sacaron de su mundo. Luhan volvió a cerrar los ojos e intentó volver a ese paraíso natural del que lo habían sacado, pero esta vez los estrepitosos ruidos del timbre de la entrada fueron los que lo trajeron de nuevo a la realidad.
Caminó hacia la puerta y dudó unos segundos en si abrirla o no. Estaba solo y de seguro nadie que conociera saldría a la calle en medio de una tormenta así. Se repetía mil veces que debía haber gastado su última mesada en instalar una mirilla para la puerta en vez de en un videojuego que jamás funcionó y del cual no le habían dado rembolso. Al final decidió abrirla, de saber que su paz se vería interrumpida nunca lo hubiera hecho.
Un chico un poco más alto que él lo miraba inexpresivamente mientras gotas de agua escurrían por sus rubios cabellos. Oh SeHun era su vecino. Se había mudado hace un poco más de un mes desde Corea y no había día que no viniera con cualquier excusa tonta, y a veces sin excusa alguna, a interrumpir su paz. No era como si le molestase, pues el chico era muy guapo y Luhan bastante atraído por él. Pero como se había enterado que, aunque Sehun se había mudad solo, seguía siendo menor de edad, debía mantenerse alejado. Lo menos que quería ahora era meterse en problemas por involucrarse con un menor.
-¿Qué haces aquí? –preguntó Luhan intentando parecer lo más indiferente posible, obviando el hecho de que el menor se veía totalmente sexy con el pelo mojado y la camisa pegada al cuerpo.
-¿Puedo pasar? – preguntó mientras la lluvia seguía cayendo sobre él.
Luhan no contestó pero Sehun igual entró.
-¡Hey, estas mojando todo! – se quejó Luhan tratando de empujarlo para afuera.
-Lo siento, pero se tardó mucho en abrir la puerta… Luhan gege tienes algo para comer? Muero de hambre. –dijo zafándose de los empujones y avanzando hacia la cocina. Como ya había ido tantas veces sabía exactamente donde quedaba cada cosa.
-¡Hey! ¿Quién te dio permiso de entrar? – dijo cerrando de un portazo y siguiéndolo de atrás.
-Luhan gege cocina algo para mí. – Dijo sentándose del otro lado de la mesa de la cocina.
-¡No te cocinaré nada! Y ya te he dicho que no me llames gege, tú no eres chino.
-¿Entonces puedo llamarte Hyung?
-¿Por qué mejor no te vas? –Se le estaba agotando la paciencia… y en cierto sentido también el autocontrol. Hacía su mejor esfuerzo, pero no podía negar que Sehun, ahí todo mojado, le provocaba abalanzarse sobre él. Podría tener cara de ángel pero en cuanto a santo, Luhan era todo menos eso.
-No quiero. Quiero estar con Luhan gege.
-¿No tienes a nadie más que molestar? – le preguntó.
-Me gusta molestarte a ti.
-… -Luhan no contestó y encaminó fuera de la cocina para devolverse a su habitación. –Come lo que quieras y cuando salgas cierra la puerta.
Sehun se levantó ágilmente y sin hacer apenas ruido alcanzó al mayor abrazándolo por la espalda sorprendiéndolo.
A Luhan le llevo varios segundos comprender que estaba pasando. Sentía la mojada ropa de Suhun humedecer la suya llegándole hasta la piel. Estaba entrando el invierno pero por el contrario, aún con su ropa empapándose rápidamente, no era exactamente frío lo que sentía.
-¿Qué crees que estás haciendo? –reclamaba Luhan tratando de alejarse cosa que resultaba imposible ya que el rubio lo tenía abrazado fuerte aunque cálidamente. `
-Me gusta molestarte… -dijo de repente, pero antes que el mayor pudiera reclamarle él siguió hablando - … porque es la única forma que tengo para acercarme a ti y que me hagas caso.
Luhan se quedó congelado antes sus palabras.
-…Lu… me gustas… - le susurró Sehun al oído.
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del el mayor. Hiso un movimiento tan brusco para separarse que tomo por sorpresa a Sehun quien no pudo retenerlo. Luhan salió corriendo hacia su cuarto donde se encerró dando un portazo.
Se sentó sobre su cama con el corazón tan acelerado que sentía que en cualquier momento se le saldría atravesándole el pecho.
Sehun golpeó un par de veces la puerta de la habitación lo que hiso que Luhan fijara rápidamente la vista en ella. La vio abrirse lentamente. Sehun se asomó un poco tomando precaución de no estar en la mira de ningún proyectil ni nada por el estilo. Cuando comprobó que estaba seguro se adentró en la habitación y se agachó frente a Luhan para quedar a la altura de sus ojos.
-Perdón si te incomodé o te asusté con lo que te dije. Pero créeme que no lo dije para molestarte, de verdad me gustas Luhan.
-¿De… de verdad? ¿Es verdad lo que estás diciendo? -preguntó por lo bajo.
-Te juro que sí. –dijo tomando una de sus manos acariciándola.
- ¿Y por qué no me lo habías dicho antes?
-Pensé que no tendría oportunidad contigo si sabías que era menor, así que … - hiso una pausa buscando algo en el bolsillo de sus jeans. Sostuvo su teléfono frente a la cara de Luhan. – Pensé en esperar que pasara el día de hoy para poder confesarme, pero no pude resistirme. Aunque técnicamente ya soy mayor. – un “12 de Abril” estaba escrito en la pantalla. –Luhan gege, por favor déjame demostrarte que lo que siento por ti es verdadero. Si luego me odias tendrás razones suficientes para no hablarme nunca más y respetaré tu decisión.
No hubo ninguna contestación y el único sonido que retumbó en la habitación fue un trueno.
Sehun se acercó hasta estar a escasos centímetros de los labios de Luhan y al comprobar que el mayor no había hecho ni el menor intento para alejarlo acortó la poca distancia que quedaba uniendo sus labios en un casto beso.
Sehun se separó luego de unos segundos, no quería hacerlo pero no quería presionar a Luhan. Se sorprendió mucho cuando sintió la mano del otro detrás de su cabeza atrayéndolo de nuevo hasta sus labios pero esta vez en un beso un poco más profundo que poco a poco iba subiendo de intensidad.
Se separaron para respirar y Sehun lo miraba sorprendido.
-¿Qué fue eso?
-Tu… tú también me gustas… - susurró Luhan bajando la cabeza para que no notara su evidente sonrojo.
-¿Enserio? – ahora era Sehun el sorprendido ante su confesión.
-Sí. – Sehun sonrió.
-¿Entonces no me odias? –preguntó incrédulo aún de las palabras del mayor.
-¿Qué acaso no te has visto en un espejo?-bromeó –Nunca podría odiarte…–Sehun volvió a sonreír, y a Luhan le gustaba verlo así, desde que lo conocía no lo había visto sonreír ni una vez y ahora se estaba volviendo adicto a ello. –Y por cierto. – Volvió a acercarse sus labios. – Feliz cumpleaños Sehun.
Volvieron a unir sus labios pero esta vez con los conocimientos de que ambos eran correspondidos y así lluvia veló por la seguridad de su amor durante toda la noche. Y las noches que les siguieron.
FIN