¿Dónde estoy?... ¿Qué sucede qué es este lugar?...Qué estoy haciendo acá...
Ahh mi cuerpo me duele mucho…no puedo levantarme…
Estoy sangrando demasiado… Todo está destruido… el calor es insoportable la ciudad se está incendiando…
¿Qué es todo esto?...Una guerra.
-¡Deidara kun!
-¿Quién es él?, no puedo observarlo bien todo está muy borroso.
-Deidara kun reacciona por favor
-Acaso es…
-Debes marcharte de inmediato, la guerra está llegando a su fin.
-Sa…sori…san.
-No hay nada más que podamos hacer perdimos.
-¡Sasori!, ¡Sasori estás bien!, estoy tan feliz de verte.
-Deidara kun, no es momento de abrazos, estás muy débil debes marcharte lo más pronto posible, estaré bien lo prometo.
-¡No Sasori! No pienso dejarte…ya recordé todo, se lo que sucederá el final.
-Por favor Deidara hazme caso esta vez, siempre fuiste un chiquillo demasiado obstinado… pero en esta ocasión necesito que hagas lo que te digo
-¡No! ¡Me niego no!
-¡Sasori san, deidara!
-Él es… Itachi
-Itachi por favor llévate a Deidara contigo
-Pero que pasara contigo Sasori san
-No!!! no Itachi!! Suéltame Sasori san morirá si lo dejamos
-Solo hazme caso Itachi llévatelo te lo ordeno!!
-…SI
-No!! por favor no
-Te amo Dei kun
-Sasori san!!!
-Sasori san!! No por favor!! – Gritaba el rubio aún dormido.
- Deidara! Deidara! Despierta por favor – decía el moreno, mientras sacudía al muchacho de ojos azules – otra vez estas teniendo la misma pesadilla.
Finalmente el rubio se despertó sobresaltado inclinándose de golpe en la cama, su corazón latía velozmente y parecía hiperventilarse, todo su cuerpo estaba empapado en sudor.
-Tranquilo Dei chan – le hablaba su compañero mientras acariciaba con suavidad los cabellos del rubio – volviste a soñar lo mismo verdad.
-Ita...chi – le dijo el menor con la respiración entre cortada – no puedo superarlo…no sé qué hacer lo extraño demasiado y se echó a llorar sin poder detenerse.
El mayor lo abrazó con fuerza intentando consolarlo, apoyando la cabeza del muchacho en su hombro – lo sé Dei chan lo sé… pero no estás solo, me tienes a mi recuerda que yo estaré a tu lado siempre.
-Itachi – le dijo el rubio conmovido – Abrázame con fuerza mientras duermo Itachi, quiero sentir el calor de tu cuerpo, tengo mucho miedo a la soledad.
-Está bien – le expresó el moreno sonriéndole, y lo abrazó por la espalda juntándose a él lo más que pudo – te amo Dei chan le dijo dándole un beso en el cuello.
-…Yo también – le respondió el rubio sonrojado, sin embargo estos sentimientos confusos parecían generarle mucha culpa.
Al final ambos se quedaron dormidos.
Ya habían pasado dos años desde la última guerra ninja, donde los guerreros más poderosos de las diferentes aldeas formaron asociaciones para así poder enfrentarse a los enemigos que en ese tiempo eran Uchiha Madara en unión con el grupo Akatsuki del que formaban parte ambos protagonistas de la historia, junto con otras ocho personas más.
En Akatsuki trabajaban en grupos de a dos para realizar diversas misiones, al ser reclutado Deidara, le designaron formar pareja con Sasori un joven de la aldea de la arena, de rasgos físicos muy atractivos, cabellos rojos y ojos de color café, al llegar a conocerse mejor, además de la cercanía y el experimentar tantas vivencias provocó que se llegaran a enamorar perdidamente uno del otro, lastimosamente en la última batalla Sasori falleció intentando salvar al rubio quien se encontraba muy herido, los demás del grupo también murieron quedando solo Itachi y Deidara con vida.
Actualmente ambos viven en una pequeña cabaña, en un amplio bosque alejados cada uno de sus respectivas aldeas y de las demás personas en general, tratando de formar una nueva vida.
-Aaaaghh – despertaba con un enorme bostezo el rubio – Ohayou Ita chan
-Dei chan Buenos días – le saludo el moreno – otra vez vuelves a tener la energía de siempre, me alegra verte feliz – le dijo mientras sujetaba con ambas manos el rostro del menor preparado para darle un beso.
Sin embargo el rubio lo esquivó haciéndose a un lado inconscientemente, será mejor que prepare el desayuno – le dijo sonriendo incómodamente y se levantó de la cama.
Itachi se quedó en la cama un poco desconcertado, últimamente Deidara se comportaba bastante extraño su humor era cambiante, el rubio era alguien difícil de entender podía mostrarse seductor, pidiendo a gritos los abrazos del moreno por las noches y después rechazando sus besos en las mañanas, en algunos momentos era alguien alegre incluso al punto de llegar a ser bastante loquito y ocurrente con un gran sentido del humor, lo cual al moreno le parecía algo sumamente tierno, alegraba su día en un instante porque Itachi solía ser bastante frío y reservado, pero de momento la actitud del rubio cambiaba por completo y se deprimía por lo que había sucedido y los recuerdos de su relación con el pelirrojo además que sus pesadillas constantes lo perturbaban por las noches, el mayor comprendía muy bien su dolor y trataba de apoyarlo con todo su ser, ya que sentía mucho amor por el muchacho, pero sabía que no podía obligarlo así que prefería ocultar sus sentimientos.
Respirando profundo se levantó de la cama para alistarse y salir a desayunar. Deidara los esperaba fuera de la casa, ya que comían al aire libre; feliz preparando el desayuno sin darse cuenta como se comportaba con el mayor.
-I…ta…chi te preparé tu desayuno favorito con lo que recolectamos ayer en el bosque lo recuerdas – le expreso contento el rubio – mira las bayas los frutos con todas eses tonalidades y texturas, la combinación perfecta de colores es realmente ¡artística mi creación! No crees.
- Emm bueno supongo que si Dei chan – gracias por la comida.
-Solo eso vas a decir de esta majestuosa obra de arte que hice para tí… ¡es tan perfecta! Magnifica! – soy todo un artista
El moreno soltó una ligera risa – veo que te afecta bastante el no poder crear explosiones verdad Dei chan.
-Sii es una tortura, siento que ya no hay emoción en mi vida – dijo el menor.
-No crees que yo podría dártela – le dijo Itachi en tono atrayente y seductor.
El rubio se sonrojo sin saber que responder… – ehh bueno…
-Dei chan te amo demasiado – le expresó Itachi levantándose de la mesa y acercándose a él.
-…También te preparé el pescado que conseguimos en el río – le dijo tratando de cambiar de tema.
-Deidara dime de una vez que piensas de mí, te comportas muy extraño últimamente haces cosas tan lindas por mí que me hace amarte aún más y luego me rechazas es muy duro– le dijo serio el moreno.
Deidara agachó la cabeza hacia un lado… es muy difícil para mí decirte eso Itachi…¡¡tú sabes mejor que nadie todo lo que sucedió verdad!! Porque sigues insistiéndome… no puedo decírtelo ahora…necesito tiempo…
-Ya esperé demasiado no te parece – contestó el mayor.
-Por ahora, sabes que no puedo amar a nad…
Antes de que el muchacho de ojos azules terminara de expresarse Itachi lo sujeto del rostro y lo besó a la fuerza, el rubio sintió su corazón latir velozmente, llevó sus manos a la cabeza del moreno, entrelazando sus dedos en lo suaves cabellos del mayor, siendo guiado por los sentimiento que sentía hacia él, pero que le era difícil expresar ya que lo invadían recuerdos de aquel joven de cabellos rojos al que había amado con todo su corazón y que nunca más volvería a ver.
Aunque se estaba sintiendo tan bien con el beso del moreno, al volver a su memoria estos pensamientos, lo empujó de golpe.
-Porque lo hiciste Itachi – expresó el rubio.
-Dei chan… enserio no quise, discúlpame por favor – le dijo el mayor intentando tomar al menor del brazo.
-¡Suéltame! necesito estar solo por favor – le respondió – iré a caminar al río. Y se alejó.
Itachi se quedó frustrado, llevándose la mano al rostro, ya que toda esta situación le producía mucho malestar.