-Te digo que el de mora azul sabe mejor.
-Estás mal, el de cereza.
-Les aconsejaría, señores, que dejaran de jugar con la máquina de ICEE. Ryuji eres un empleado serio, deberías saberlo. Leeteuk, eres nuevo empleado, no te dejes arrastrar.
Los mencionados se miraron antes de reírse. Eric los había sorprendido jugando con los alimentos de la Pirate Cove. JungSoo solo había pasado a saludar, había trabajado en la pastelería durante unos meses pero Eric había decidido mudarlo a otra sede de su compañía, Lazo Rosa o algo así. Un restaurante familiar que estaba en la esquina. Sin embargo habían ido primero a ver la Pirate Cove, Eric le estaba diciendo que también podría hacerlo trabajar ahí algunos días y le estaba explicando todo cuando había tenido que salir a tomar una llamada.
-Oh Eric, pero si no hay nadie –Ryuji bajó del mostrador, acercándose a su jefe con cuidado para no enojarlo. Leeteuk solo le sonrió desde la máquina, mostrando que su lengua y labios estaban azules por todo lo que habían consumido. Eso hizo reír a Eric, porque si se fijaba con atención, el japonés tenía los labios más rojos que nunca.
-De todos modos. Ryuji, hoy te toca cerrar, y aunque no haya clientes ahora no significa que no vayan a llegar después. Leeteuk, nos vamos, voy a mostrarte tu trabajo real, es hora –Le aventó las llaves a Ryuji, quien las agarró en el aire. La Pirate Cove estaba intentando vender toda la mercancía del mes, pues iban a remodelar el lugar para el final de esa semana. Cambiarían los anaqueles de lugar, y las paredes de colores para hacerlo más atractivo, que luciera más geek y menos piratesco, aunque sonara tonto pues el nombre era exactamente de pirata.
-¿Por qué no puedo ir? –Ryuji se aferró al brazo de JungSoo cuando este pasó a su lado, tuvo que arrastrarlo hasta la salida.
-Si Eric, ¿Por qué no dejas que Ryuji nos acompañe? Ya son casi las tres y nadie ha venido a comprar desde que abrieron. Cerrar la tienda un día antes no hace daño –Leeteuk se intercedió por su amigo, mirando la máquina de ICEE discretamente también.
Eric suspiró, sus empleados favoritos siempre se aprovechaban de eso, Ryuji lo sabía muy bien. Terminó accediendo a su petición, permitiéndoles llevar un vaso más de ICEE cada uno. Leeteuk estaba de muy buen humor, y estaba disfrutando mucho de su raspado azul. Eric no le quitaba los ojos de encima, no era secreto que él estaba enamorado de JungSoo, por eso no dudó en mandar a Ryuji a guardar los mangas que habían quedado a la bodega para que los dejara solos. Leeteuk lo sabía, conocía lo que Eric sentí por él, y la verdad es que se sentía muy halagado, y ciertamente, desde que CAP pasaba menos tiempo en casa y por ende lo dejaba más tiempo solo, había empezado a desarrollar sentimientos por su amigo y jefe.
Consumió un gran bocado de hielo azul antes de que Eric lo besara. Ya no recordaba cuando había sido la última vez que MinSoo le había dado un beso. Ni siquiera de la última vez que lo hubiera llamado. Se besaron con muchas ganas, y no simplemente porque ambos tuvieran sabor a moras, sino porque ambos tenían ganas. Eric no se había atrevido a besarlo de nuevo desde aquella vez en la pastelería. Cuando Eric se separó, el hielo se había derretido, tan solo dejando rastros de agua azul derramando por las comisuras de Leeteuk.
Decidieron esperar afuera.
JungSoo iba saliendo justo cuando CAP extendía la mano para abrir la puerta. YoungMin fue el primero en verlo. Leeteuk abrió la boca sorprendido de ver al gemelo, dejando ver que su lengua estaba azul. Aunque no le tomó por sorpresa que CAP estuviera con él. Eric apareció segundos después, no se había dado cuenta de las personas extra en la entrada y sólo le preguntó a Teuk por qué no salía. JungSoo volteó para contestar, pero Eric fue más rápido. Detuvo su rostro con la mano sosteniéndolo desde la quijada y con el pulgar de su mano contraria le quitó los restos de agua azul que aún tenía en las comisuras, llevando el pulgar a sus labios al terminar.
Este gesto enfureció a MinSoo e hizo sonreír al gemelo.
Leeteuk miró a la puerta con lentitud, haciendo que Eric mirara también. No lucía sorprendido, lo que le hizo pensar a Teuk que la acción de antes había sido apropósito. Eric lo guió afuera, cerrando la puerta detrás de él.
-Lo siento, haremos remodelaciones así que la tienda cerrará desde hoy hasta el lunes. Lamento las molestias que eso puede causarles.
Eric sonrió muy amplio, dejando ver que su lengua también estaba pintada de azul. CAP miró a Leeteuk entonces, mirando sus labios azules. Eric se dio cuenta de eso, así que trajo a JungSoo al frente, tomando su mano.
CAP estaba perdiendo la paciencia.
-El lunes se les atenderá con normalidad. Quizá tengan suerte y los atienda mi nuevo empleado.
Presumió a Leeteuk como si frente a ellos no estuviera su ¿novio? JungSoo sonrió avergonzado y movió la mano para quitarla, pero se dio cuenta de que el gemelo iba del brazo con MinSoo. No supo en qué momento había pasado eso, o si ya venían de esa manera desde el principio, pero eso solo lo animó a tomar la mano de Eric con fuerza.
-Mi nombre es Leeteuk, estaré trabajando en la Pirate Cove, por favor cuiden de mí.
Hizo una pequeña reverencia frente a ellos porque era lo correcto, y sin dar indicios de reconocer a MinSoo (aunque su cuerpo ya estaba tenso) lo miró a los ojos por unos segundos antes de sonreírle a YoungMin. Eric hizo lo mismo, aunque pudo notar lo tenso que estaba JungSoo al mirar al chico de los lentes obscuros y por ende lo miró con desconfianza, sobretodo porque llevaba la misma chaqueta que su empleado favorito había usado hace apenas dos días. Y sabía que era la misma porque podía ver las iniciales de él al borde de la manga derecha.
Se dieron la vuelta y dejaron a los dos chicos atrás. Sin saberlo, el rostro de Teuk se había puesto ligeramente rojo y Eric no lo pasó por alto. Lazo Rosa estaba al final de la calle donde estaba la tienda de manga, por lo que no esperó para preguntarle sobre el tema.
-¿Lo conoces? ¿Al chico con lentes?
MinSoo alcanzó a escuchar cuando Leeteuk dijo: “No”.
El último en salir fue el japonés, quien miró a los posibles clientes con mucha curiosidad. Siguió el camino de sus miradas encontrando a su jefe y su amigo quienes reían y platicaban camino al restaurante. Entonces fue cuando reconoció al gemelo, era su amigo el barista de CoffeeFriend. Y él pareció reconocerlo también porque avanzó unos pasos para saludarlo.
-No sabía que trabajaras aquí.
-Te dije que trabajaba en un lugar genial y de muchas ventas, ¿venías a comprar?
-Pues iba a darle un vistazo al lugar, he comprado comics en todos lados menos aquí y esperaba que hoy fuera el gran día para conocer el santuario de Seúl.
-¿Santuario? Como sea, espera quince días antes de volver a venir. Remodelaremos la tienda para hacer alusión al nombre. Eric insiste en que el lunes estará lista pero no lo sé. Te llamaré si abrimos antes.
-¿Eric? -¿Ese era el nombre del chico que había salido con JungSoo?
-El grandote que salió antes, venía con JungSoo, ¿no lo vieron? –Ryuji señaló al final de la calle, donde Eric estaba mostrándole el exterior y al parecer hasta dándole una copia de la llave a Leeteuk-. Es mi jefe, es el jefe de todos, Es joven pero tiene mucho dinero, en esta sola calle tiene tres tiendas, la pastelería, este lugar y el restaurante de allá. Su familia es dueña de todas esas franquicias y a él le tocó administrar las de Seúl.
-¿Y qué relación tiene con JungSoo? –Preguntó CAP antes de que YoungMin pudiera seguir hablando. Ryuji lo miró con curiosidad antes de ver al gemelo y curvar una ceja en modo de pregunta, y tras un asentimiento, contestó.
-Teuk ya era cliente de aquí…
Eso CAP lo sabía bien, tenía una gran colección de mangas en casa
-…y cuando la pastelería abrió yo le sugerí que fuera a ver…
MinSoo frunció el cejo. Bastardo.
-…al parecer se llevaron muy bien porque desde entonces venía cada miércoles y Eric le regalaba una rebanada de pastel. Normalmente Leeteuk pasaba ahí las tardes, se sentaba en el mostrador detrás de la caja y a veces atendía a los clientes. Empezó siendo empleado parcial no oficial, Eric le pagaba con pastel al final del día. Al miércoles lo acompañó el jueves, después el martes y terminó viniendo toda la semana. Dijo algo sobre que se había mudado a la ciudad y que ahora podía venir más seguido. Por supuesto que Eric aprovechó eso y lo contrató oficialmente. JungSoo salió de la escuela y empezó a trabajar en una empresa así que venía por la tarde noche.
¿Dónde estaba él que no se daba cuenta dónde estaba Leeteuk esos días? Porque recién se enteraba de cuánto tiempo tenía trabajando con ese sujeto, y era bastante. ¿En serio lo había descuidado tanto?
-En esas épocas estaba muy desanimado hasta que un día dijo que cambió de trabajo, ahora hacía lo que en serio quería y estaba feliz. Tenía más tiempo libre y Eric le propuso cambiarse de sede. Es por eso que ahora va a trabajar allá. En Lazo Rosa. Es nuevo y Eric contrató a todos sus amigos apropósito para que se sintiera cómodo. Al parecer todos tienen mucho tiempo libre y otros necesitaban el empleo. Su amigo DongHae estudió gastronomía y ahora es el chef principal de la cocina, ¿no es genial?
-¿De verdad? ¿Entonces es como un negocio de amigos?
-Algo así, lo que pasa es que Eric quiere conquistar a JungSoo y por eso hace tanto por él. Hay días en que llega deprimido por algo y es él quien lo anima. Una vez fuimos a beber y mencionó sobre esperar a alguien que siempre está desesperándolo.
A MinSoo se le puso la piel de gallina.
-Igual pienso que está por darle el sí. Hoy los he visto besarse –El rostro de CAP se puso alerta y el gemelo lo miró por inercia-. Cómo sea, vayan a comer en Lazo Rosa, compren mucho manga en la Cueva del Pirata y mucho pastel en la leyenda. Nos vemos You y ehm, acompañante misterioso.
Ryuji se echó a correr para alcanzar a sus amigos y entró al restaurante con mucha prisa. El gemelo se paró frente a CAP, un poco sorprendido por el giro inesperado de las cosas y el repentino cambio de planes. Se recargó sobre el vidrio del local mientras esperaba que MinSoo recobrara la postura. Casi podía ver el humo que le salía de las orejas.
-Te lo dije, él va a ser feliz contigo, sin ti y a pesar de ti. El tiempo está corriendo campeón, y estás perdiendo la carrera.