Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fuimos algo imposible de olvidar por Niji_Takagawa

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos mis estimados lectores~ en esta ocasión estoy adelantando el nuevo capítulo algunas horas, así no les alargaré demasiado la espera. Una vez más, este capítulo tiene más sorpresas para ustedes; espero que no se hayan quedado con un mal sabor de boca debido al final del capítulo anterior. Pero ustedes ya saben el estilo que tengo, amo incluir mucha tragedia antes de que todo se comience a solucionar así que si siguen al pendiente del fic, verán lo que tengo preparado para ustedes más adelante. Así que por el momento me dejo de rodeos y les dejo leer, disfruten:

Pasaron las horas que conformaban la noche, aparentemente sin novedades que alteraran la supuesta paz en que se hallaban; a temprana hora de la mañana, los miembros restantes de L’Arc~en~Ciel, Gackt y Yuko llegaron al departamento de Hyde para verse con Takanori y Ken. Anteriormente habían acordado reunirse ahí para desayunar juntos; aunque claro, ésta justificación era solamente la excusa para poder acorralar a Hyde y que les contara acerca de su cita. Todos parecían entusiasmados, e incluso aceptaron perfectamente la presencia de Gackt en el grupo; no necesitaron hacer preguntas al respecto, pues Tetsu ya los había puesto al tanto de la situación en que se encontraba con el solista, aunque ésta estuviera en un punto bastante complicado todavía.

Por este motivo habían decidido no comentar nada al respecto y simplemente convivir con el solista como siempre habían hecho durante su relación con Tetsu; incluso llegaron a la resolución de que era pertinente darles un poco de tiempo a solas. Con esta idea en mente, las dos parejas restantes se dirigieron a la cocina, alegando que se dedicarían a preparar el desayuno para todos ya que el dueño de la casa no aparecía aún. Sin embargo, para el bajista fue bastante obvio el verdadero motivo de la huida de los otros cuatro, por lo cual se sintió internamente agradecido, pues hasta ahora no habían hablado acerca de su situación tan aparentemente complicada. En un inicio ninguno mencionó nada respecto a ese tema, pues se mantuvieron hablando sobre cualquier novedad interesante que les hubo sucedido desde su último encuentro: nada demasiado personal; empero, luego de que transcurrieran algunos minutos en medio de esa agradable conversación, el líder de L’Arc supo que si no aprovechaba esa oportunidad de aclarar las cosas, probablemente después no podría. Era como un presentimiento que no dejaba de provocarle sensaciones bastante desalentadoras y que no se sabía explicar.

─Gackt, aprovechando que nos han dejado solos, hay algo de lo que quisiera hablarte ─así, el silencio fue roto de forma repentina, aunque suave gracias a la voz agradablemente grave que Tetsu poseía. Por ello, aunque aquel comentario había sorprendido al solista, éste no tardó en relajarse nuevamente al notar la expresión serena de su interlocutor.

─Desde luego, puedes hablarme de lo que quieras ─agregó con el mismo tono de voz suave al mismo tiempo que sus manos se dirigían a tomar las ajenas.

─Pues es sobre nosotros… hace unos días pasó algo muy importante y trascendente entre nosotros pero no nos habíamos dado el tiempo de hablar al respecto; así que creo que éste es el momento ideal para dejar todo muy claro ─en ese punto decidió hacer una breve pausa que le ayudara a poner sus ideas en orden. No obstante, se dio cuenta de que Gackt estaba a punto de decir algo, por lo que decidió adelantarse─ pero antes de que digas algo, no te vayas a hacer ideas equivocadas con mis palabras por favor.

─Esto es algo que no digo a menudo pero… no estoy comprendiendo qué quieres decirme Tetsu; dime, ¿tu resolución es algo que me deba preocupar? ─La confusión ante el tema al no entender lo que su amado deseaba transmitirle le causaba angustia, lo cual pareció ser evidente ya que, tras dedicarle una mirada intranquila al bajista, éste le devolvió una sonrisa dulce y cariñosa, buscando apaciguar los pensamientos tormentosos del solista.

─Gacchan ya ha pasado un tiempo desde que te dije que te perdonaba, luego comenzamos a frecuentarnos de nuevo, tú me diste un beso, volviste a expresarme tus sentimientos de manera un tanto abierta a pesar de que al inicio te pedí que no lo hicieras… y ahora tenemos algo más por sumar a esta lista. Lo que pasó entre nosotros esa noche no puede quedarse como una simple anécdota ¿no lo crees…? Después de todo, hicimos el amor, y eso me ha hecho darme cuenta de muchas cosas que mi orgullo no me permitía ver.

─Bueno, supongo que puedo tomar a bien tus palabras ya que dices que lo que hicimos no puede quedar como algo simple; así que cuéntame, ¿de qué te diste cuenta?

─De que a pesar del tiempo que pasamos separados, yo sigo amándote con la misma, o tal vez aún más intensidad que antes…─Le costaba un tanto de trabajo admitir algo que incluso se había negado a sí mismo por mucho tiempo; no obstante, su corazón le gritaba que ya era momento de seguir sus verdaderos deseos y dejar de lado el orgullo.

─Oh pero eso yo mismo lo sabía; después de todo, me lo dijiste esa noche ─respondió de nuevo el solista mientras se inclinaba sobre el rostro de su amado hasta que su frente chocó con la ajena en una caricia suave, lo cual provocó una sonrisa en el mayor.

─Era algo que simplemente no podía seguir negando, ya que tú merecías saberlo; además es algo que justo ahora me ha hecho tomar la mayor decisión de mi vida. Gackt he pensado mucho para poner mis sentimientos en orden, y finalmente estoy dispuesto a hacer lo que debo y quiero para ser feliz: hablaré con Ayana, y seré honesto con ella para poder terminar nuestra relación. Yo quiero estar contigo Gackt… después de haber vuelto a hacer el amor contigo comprendí que nadie en este mundo será capaz de hacerme sentir lo que siento a tu lado, tú eres el único que ha logrado despertar un amor tan grande en mi corazón, por lo que jamás se lo podría entregar a otra persona. Así que ¿qué me dices?, ¿serías paciente hasta que termine con ella? Sé que ya te he hecho esperar mucho pero debo comportarme como un caballero y hablarle de frente para que no se entere de otra manera.

─Mi amor…─sí, la situación era sumamente inusual, pero el siempre elocuente Gackt Camui no sabía qué debía decirle; experimentó tantas emociones simultáneamente, que todas en conjunto lo abrumaron, hasta el punto de casi sumirlo en un shock. En un principio se mostró incrédulo, como si aquello fuera un sueño más, por lo que igualmente comenzó a temer que estuviera a punto de despertar; no obstante, cuando la noticia fue suficientemente asimilada, el entusiasmo y la felicidad suplieron su anterior sentimiento de miedo. Por ello mostró una gran sonrisa, al mismo tiempo que prácticamente se abalanzaba encima de su amado para abrazarlo: no cabía en sí mismo por tanta felicidad. Aquellas palabras le había brindado la esperanza que tanto necesitaba para recuperar la fe en que alcanzaría la felicidad que creía perdida─ yo seré paciente, te lo aseguro; comprendo que no te ha sido fácil decidirlo, pues no te gusta hacerle daño a nadie. Además yo te amo Tetsu, y llevo años esperando porque me dieras esta oportunidad; así que ahora que llegó, juro que voy a aprovecharla y hacerte el hombre más feliz del mundo. Nunca volveré a fallarte…

─Shh, será mejor que guardemos las promesas para cuando yo sea libre y podamos volver a estar juntos abiertamente ¿sí? Gracias por comprender mi situación… no me será sencillo decirle esto a Ayana, ya que lo único que me ha dado en estos meses fue un cariño sincero y total honestidad; sin embargo sería injusto seguir adelante con esto sabiendo que mi amor te pertenece únicamente a ti. Eso es algo que no puedo hacer, porque nos estaría haciendo daño a los tres.

─Especialmente a nosotros dos… yo no puedo vivir más sin ti Tetsu, los años que pasamos separados ya fue suficiente tortura; y yo sé que tú me amas del mismo modo, por eso estoy seguro de que tú tampoco podrías vivir sin mí. Gracias amor mío, por devolverme a la vida con tu amor ─al mismo tiempo que pronunciaba esas palabras llevó ambas manos a tomar suavemente las mejillas de su amado, por lo que al terminar de hablar buscó los labios del bajista en un beso amoroso y dulce. Sabiendo que no estaban solos en el apartamento, los dos tuvieron que hacer acopio de todo su autocontrol, pues alguno de sus acompañantes podía reaparecer en cualquier momento; sin embargo, eso no les impidió disfrutar de forma plena los minutos durante los cuales se prolongó el beso. Al separarse se dedicaron una amplia y cariñosa sonrisa, que fue seguida por un momentáneo silencio y un abrazo que realmente necesitaban en ese momento.

Las horas siguientes transcurrieron de manera bastante rápida, por lo que sin darse cuenta los relojes marcaron el mediodía; empero, el dueño de la casa seguía sin aparecer. Takanori y Ken ya habían sacado sus propias conclusiones basadas en el hecho de que éste no llegó a dormir la noche anterior, aunque ya todos se habían percatado de ello al llegar; así, todos los presentes estuvieron de acuerdo con la pareja sin la necesidad de discutir su teoría: les pareció que únicamente había una explicación lógica para la “no aparición” de Hyde durante tantas horas. Sin embargo, al ver que el tiempo corría sin que recibieran señales de parte del vocalista, la preocupación comenzó a hacerse presente; éste ya estaba enterado de la reunión que se llevaría a cabo en su casa, por lo que había prometido contarles los detalles de su cita con Morrie. Desde luego ninguno sabía que Hyde no llegaría a casa a dormir, lo cual les parecía una buena señal con respecto al estado de la cita; no obstante, el hecho de no recibir ninguna llamada ni mensaje de su parte para anunciar el motivo de su retraso o algo similar, comenzaba a angustiarlos. Por ese motivo, sintieron una leve oleada de alivio al escuchar que unos pasos se acercaban a la puerta principal; sin embargo, ésta se esfumó rápidamente cuando el sonido del timbre inundó el departamento. Hyde no tenía necesidad de tocarlo ya que evidentemente poseía llaves, por lo que no podía tratarse de él.

─Hola Tetsu… vaya recibimiento, ¿tanto te sorprende verme? ─Luego de que la puerta fuera abierta por el bajista, el primero en pronunciar palabra fue el hombre que se encontraba al otro lado de ésta; dicho visitante, al encontrarse con una expresión tan sorprendida y casi sumida en shock, decidió romper el tenso silencio que se había formado entre ellos.

─Morrie… disculpa, es que en realidad sí me sorprende, y por favor no lo tomes a mal pero ¿qué haces aquí? ─Cuestionó una vez que se hizo a un lado lo suficiente para permitir que el mayor se adentrara en el departamento; cuando éste lo hizo, igualmente volvió al interior del lugar para cerrar la puerta.

─¿Hyde no les dijo que me invitó? Le pedí que me disculpara por no acompañarlo para que llegáramos juntos, pero yo tenía un par de asuntos de trabajo qué atender antes de poder venir; sin embargo dijo que se adelantaría para no preocuparlos ─mientras avanzaban a la sala de estar para reunirse con los demás, se dedicó a responder a la pregunta del líder de L’Arc~en~Ciel, aunque mostrándose extrañado de que éste no supiera que estaba invitado a la reunión. No obstante, cuando terminó de hablar éste se frenó de golpe, por lo cual hizo lo mismo, mirándole con aún más asombro que antes─ Tetsu qué ocurre, estás actuando muy extraño y ya empecé a preocuparme…

─Morrie ¿dices que Hyde sí se quedó contigo y salió de tu casa antes que tú? ─Antes poder escuchar algo más decidió interrumpirle, y aunque su pregunta parafraseaba algo de lo que acababa de escuchar, tuvo que preguntar para estar seguro de que había entendido bien.

─Así es, se fue poco después de las ocho de la mañana ya que dijo que quería estar aquí a las nueve; y bien, ¿ahora sí podrías decirme qué rayos está pasando? ─Inevitablemente comenzaba a sentir un dejo de desesperación al no recibir respuesta, por lo que observó al más bajo con bastante severidad.

─Hyde no ha llegado aquí… por eso empezamos a preocuparnos desde hace casi una hora, así que pensamos en llamarte para preguntarte por él…─le era difícil revelarle aquello, pues la leve angustia que había experimentado anteriormente, había crecido dramáticamente en cuestión de unos segundos.

─¿Qué…? ¡¿Cómo que no ha llegado aquí si salió de mi casa hace horas?! ¡¿Ya le llamaron por teléfono?! ─Morrie siempre se había caracterizado por ser un hombre estoico, que sabía mantenerse calmado aunque las circunstancias alrededor fueran precarias; no obstante, en ese momento la situación ocasionó que su acostumbrado estoicismo se derrumbara ante la posibilidad de que la persona que comenzaba a amar, estuviera en peligro.

─Desde luego que sí, pero no responde; entra la llamada pero no recibimos respuesta, y ya le dejamos muchos mensajes de voz para que se comunique… Morrie, esto es algo que él hacía con frecuencia cuando buscaba amantes de una sola noche o se embriagaba al borde de la congestión alcohólica. Pero hacía años que no sucedía y la verdad es que comienzo a tener un mal presentimiento…

─Pues no pudo ser ninguna de esas razones porque Hyde es otra persona ahora… tenemos que buscarlo, pedir ayuda a la policía, investigar si hay alguna pista… ¡lo que sea! ¡Pero quiero que me lo devuelvan en este momento! ─Exclamó con evidente angustia en sus ojos, aunque igualmente emanaba decisión, por lo que apenas terminó de hablar cuando salió corriendo del departamento.

─¡Espera Morrie! Demonios…

Ya había sido tarde para detenerlo, pues éste ni siquiera le dejó responder cuando ya había abandonado el departamento por completo; sin embargo, ni él ni sus amigos iban a permitir que el vocalista de Dead End realizara la búsqueda solo. Por ello, apenas se dio cuenta de que el contrario no había atendido sus palabras cuando él ya había terminado de caminar hasta la sala para poner a todos al tanto de la situación: tal como lo esperaba, había recibido un conjunto de reacciones afines a la propia. En medio de preocupación, angustia y miedo generales, todos demostraron compartir la opinión de Morrie; ya no iban a poder alcanzarlo para acordar lo que harían, pero igualmente salieron presurosamente del loft perteneciente al desaparecido vocalista. El único que se quedó fue Takanori luego de haberles expresado sus buenos deseos de que lo encontraron; claro, no era porque a él no le importara Hyde, sino porque tenían dos bebés que cuidar y no podían sacarlos al exterior. Además de eso no perdían la esperanza de que podían recibir noticias si él se comunicaba a su casa…

Entretanto, tal como habían previsto, los demás no lograron alcanzar a Morrie antes de que abandonara definitivamente el edificio; no obstante, no les resultó difícil saber hacia dónde había ido: su propia casa. Debido a que lo último que sabían acerca de Hyde era que salió de casa del vocalista mayor unas horas atrás, probablemente en los alrededores del edificio donde éste vivía podrían encontrar un indicio que les diera información nueva sobre él. En cuanto llegaron al conjunto de departamentos donde Morrie residía se dieron cuenta de que no se habían equivocado en sus conclusiones, pues él se encontraba en la puerta hablando con los guardias de seguridad que solían custodiar el sitio. Probablemente la presencia de todos en ese mismo sitio no iba a cambiar lo que Morrie averiguara en ese lugar, pero si elaboraban juntos un plan, iban a tener más posibilidades que trabajando aislados.

Al mismo tiempo que los esfuerzos de los cinco músicos se unían para averiguar el paradero del desaparecido vocalista de L’Arc~en~Ciel, éste despertaba de un profundo sueño en un sitio que le era completamente desconocido. Se hallaba en un punto de la ciudad un tanto apartado del resto de ésta, dentro de lo que parecía ser un apartamento abandonado; abrió los ojos de lleno para recorrer el sitio con la mirada, buscando alguna pista que le diera una explicación de por qué estaba ahí. Sin embargo no encontró nada, ni a nadie que le dijera algo, por lo que después fijó la vista en aquello sobre lo que estaba recostado: una sencilla y desgastada cama cubierta por un par de viejas sábanas negras, un tanto deslavadas. Una vez que se sintió totalmente despabilado fue que notó la mordaza que lo mantenía acallado, al igual que los amarres en sus muñecas y tobillos: estaba inmóvil. Comenzaba a sentirse desesperado, angustiado y asustado, pues todo le indicaba que la persona que lo tenía ahí no podía tener buenas intenciones. Con ese pensamiento en mente comenzó a forcejear con sus ataduras en un intento por liberarse, aunque todo fue inútil; aunado a lo demás se sentía desorientado y un tanto mareado, por lo que no podía recordar nada de lo sucedido entre el lapso que salió de casa de Morrie y que despertó en ese lugar. Empero, tal parecía que sus dudas estaban a punto de ser despejadas, pues a continuación percibió el sonido de unos pasos acercándose a él; lamentablemente, la cada vez más cercana presencia de quien parecía ser su captor no lo tensó tanto como lo hizo la voz que éste emitió.

─¡Vaya! Por fin despiertas Hyde… me tenías muy preocupado ya que dormiste más tiempo de lo que esperaba ─esa voz, definitivamente le era familiar: era una voz que había pasado años adorando, anhelando, pero que ahora le causaba fuertes y desagradables escalofríos cada vez que pronunciaba su nombre. Por ello resonó dentro de su mente como eco una y otra vez, de una manera dolorosa─ ¿sabes?, en el fondo preferiría mantenerte así, callado y tranquilo todo el tiempo, pero la verdad es que resulta aburrido de esta forma. Además tú sabes que siempre me ha gustado el sonido de tu voz ─mencionó con una sonrisa cínica, por lo cual obtuvo una mirada asesina como toda respuesta. No obstante, él ni siquiera se inmutó, y se limitó a terminar de acercarse a la cama para sentarse junto al vocalista, para así deshacerse de la mordaza que lo mantenía sin poder hablar.

─Sakura… por qué estás haciendo esto…─Pronunció en cuanto su boca fue liberada, justo después de mover un poco los labios y la lengua para generar un poco de saliva que aliviara la sensación de resequedad que aquel trozo de tela le había dejado. Trató de mantenerse en calma, hablar de manera pacífica, pues conocía tan bien al baterista, que estaba seguro de que un enfrentamiento violento no le ayudaría en nada.

─Debo decir que me sorprende mucho que tu primera reacción sea tan tranquila, pero eso en verdad me agrada porque no quería comenzar a lidiar con gritos desde ahora ─al notar que su interlocutor hablaría calmadamente, decidió hacer lo mismo. Entretanto, una de sus larguiruchas y pálidas manos se dirigió a tomar una de las ligeramente abultadas del vocal, acariciándola con parsimonia al igual que el costado de su cuello─. Aunque me parece tan innecesario que preguntes eso cuando la respuesta es demasiado evidente: lo hago porque quiero recuperarte y porque ya no tolero verte con Morrie. En un principio creí que sería un capricho tuyo como tantos que sé que has tenido, que en poco tiempo pasarías de él, así que entrarías en razón y volverías conmigo; pero ayer me di cuenta de que pretendes ir en serio con él y eso no lo puedo permitir.

─Así que quieres recuperarme… pero dime Sakura, qué te hace creer que accederé a volver contigo tan fácilmente, ¿en verdad te parece que con secuestrarme te será suficiente para que me lance a tus brazos? Créeme que si lo hiciera, sería por simple hipocresía ─en ningún momento de su discurso fijó la mirada en su interlocutor, pues sin verlo sabía perfectamente cómo debía lucir la expresión de su rostro: furiosa. Lo cual le fue confirmado por la siguiente reacción de parte del baterista.

─¡Cállate! ¡Maldita sea Hyde ¿por qué te empeñas en provocarme?! ─Exclamó con aún más cólera que antes, al tiempo que tomaba al vocal por la camisa a la altura del pecho y lo jaló violentamente hacia sí mismo. Su otra mano se cerraba bruscamente, evidenciando así que tenía deseos de golpearlo, aunque había decidido contenerse─ no me importa si tú deseas esto o no, ¡las cosas se van a hacer como yo diga o sufrirás las consecuencias!

─Sí claro, porque siempre fue como tú decías ¿verdad? Las cosas siempre debían hacerse a tu modo… pero déjame decirte una cosa: yo ya no soy el chico ingenuo que cree que las migajas que le das, son amor. ¡Y sí!, yo voy muy en serio con Morrie, porque si alguien me enseñó lo que es el amor de verdad, fue él…─Habría dicho más, pero en ese momento el baterista no pudo contenerse más y lo abofeteó con tal fuerza, que además de acallar sus palabras, su rostro se giró hacia un lado, y su mejilla se tornó completamente roja.

─¡Te dije que te callaras! Yo iba a ser paciente contigo y a tratarte bien, en verdad, ¡pero tu maldita necedad no me deja otra alternativa más que obligarte a obedecerme! Se acabó el Sakura considerado, ¡voy a hacerte ver el infierno si quieres seguir aferrándote a ese tipo!

Hyde no pudo responder nada, pues antes de hacerlo fue empujado de lleno sobre la cama para que cayera de espaldas sobre ésta; a continuación sintió cómo el peso del cuerpo de Sakura se acomodaba sobre el propio, pues éste prácticamente se le había echado encima para apoderarse de sus labios en un profundo y posesivo beso. Al recibirlo trató de mover la cabeza a los lados para romper el contacto entre sus bocas; no obstante, con el propósito de impedírselo, una de las manos ajenas se colocó su mentón, inmovilizándola. Así, el beso se hizo aún más profundo conforme transcurrían los segundos, pues la lengua contraria se adentró repentinamente a su boca para encontrarse con la propia. En cuando sintió que se abría paso entre sus labios trató de morderla; sin embargo, esta acción le trajo otra bofetada que consiguió dejar su otra mejilla igualmente enrojecida. Desgraciadamente esa escena se repitió en diversas ocasiones, pues el vocalista seguía mostrándose reacio a recibir los besos y caricias por parte de su antiguo compañero de banda, y éste lo golpeaba debido a la furia que dicha resistencia le provocaba. Empero, tras unos minutos Sakura decidió hacer algo definitivo para dejar de tener esas complicaciones que se interponían en su objetivo; por ello se levantó de la cama para dirigirse a buscar en los cajones de la mesa de noche que se encontraba en la habitación. Del interior de uno de ellos extrajo una jeringa y una pequeña botella de vidrio, con los cuales regresó a la cama para sentarse en el mismo sitio de antes, y así comenzó a preparar la jeringa bajo la mirada de Hyde, quien no pudo decirle nada debido a que se sentía atontado debido a los golpes. Sólo pudo limitarse a observarlo con evidente angustia, e incluso un dejo de miedo al pensar en lo que podía estar planeando.

Sólo una pequeña dosis de una droga somnífera hizo falta para que Hyde dejara de oponer resistencia a lo que Sakura quería hacerle, por lo que éste pudo despojarlo de los amarres que aún mantenía sobre su cuerpo. No obstante, ya que la dosis no era demasiado elevada, la droga surtió un efecto a medias: no podía mover su cuerpo en absoluto, pero todos sus sentidos estaban despiertos, así que podría sentir todo lo que el baterista quisiera hacerle. Por este motivo lo único que podía de lo que era capaz de hacer era llorar debido a la gran impotencia por no poder defenderse y el miedo ante lo que, a su parecer, le esperaba. El ex integrante de L’Arc~en~Ciel por otro lado, supo que había llegado su oportunidad cuando notó que el cuerpo ajeno se quedaba inmóvil: ésa era su señal para saber que la droga que acababa de aplicar había realizado su trabajo. Por ello decidió dejar de perder tiempo y se dedicó a repartir caricias por todo el cuerpo de su adorado, al igual que besos por el largo de su cuello, el cual también mordió de una manera brusca hasta dejarle marcas rojizas en la piel. Hacía varios años que no probaba la piel de ese hombre que lo tenía obsesionado, por lo que tenía planeado saborearlo lo más posible, como si se tratara del más dulce de los reencuentros. El suave tacto de esa nívea piel, el sutil aroma que emanaba, el deleitable sabor que poseía, y los sonidos que eran emitidos desde la garganta del vocalista se habían convertido en su éxtasis años atrás; desde la primera vez que había cumplido su máxima fantasía relacionada con Hyde, su propio cuerpo comenzó a necesitarle como a una droga: la mayor de las que había probado en toda su vida.

Gracias a la droga que acababa de inyectarle al contrario, sentía que no había necesidad de apresurarse, pues ya había acumulado años de ese deseo que lo iba consumiendo día con día; y ahora era el momento propicio para satisfacer sus deseos egoístas, de realizar todas aquellas escenas que su mente había maquinado, donde su propio cuerpo volvía a fundirse con ese otro que no podía sacar de su mente ni de su sistema. Sin embargo, él nunca se había caracterizado precisamente por ser un hombre paciente: su propio cuerpo le exigió mucho más una vez que se encontró completamente despierto. Por ese motivo, la ropa que anteriormente los cubría a ambos fue abandonándolos únicamente mediante sus propias manos; éstas se dedicaban unos segundos a remover una prenda para arrojarla al suelo, y después repetían el proceso hasta haberse deshecho de toda la tela que estorbaba en su camino. Cuando hubo terminado fue que pudo acariciar cada centímetro de la piel de su adorado Hyde; la sensación que ésta le dejaba era un completo deleite para sus manos, al igual que para su boca y su lengua, que también se habían dedicado a brindarle atención.

Durante todo el tiempo que duraba aquello, Hyde luchaba inútilmente contra los efectos de aquella droga que había adormecido sus músculos; su sistema nervioso estaba intacto ya que podía sentir todo, pero era precisamente ese hecho el que lo mantenía sumido en un amargo llanto: una vez más se sentía reducido a ser el juguete sexual del baterista. Ésa era la primera ocasión en que Sakura recurría a una droga para someterlo, pues anteriormente él mismo se había puesto en esa posición por voluntad propia; por esa razón dolía más: se sentía utilizado, literalmente como un juguete cuyo único propósito era satisfacer los deseos de su dueño, de darle placer a costa suya, y de proveerle del deleite que él mismo no era capaz de alcanzar. Qué diferente había sido la noche anterior junto a Morrie; a su lado la entrega había sido mutua, había respeto, reciprocidad, y el evidente esmero porque ambos disfrutaran del momento. Trataba de concentrarse en ese recuerdo, de revivirlo para poder imaginar que no era Sakura quien lo tocaba… aunque todo era inútil, pues las sensaciones que ese momento de puro sexo le dejaba se convertían en un amargo castigo. Cada beso, cada caricia dolía más que los golpes anteriormente recibidos, pues dañaban su orgullo y su ya muy lastimado corazón. Fue en ese momento que se dio cuenta de que todo el amor que alguna vez había sentido por el baterista, había sido destruido por el mismísimo objeto de dicho amor…

Pronto llegó el momento de que la unión de sus cuerpos fuera concretada, y una vez más, Sakura demostró no tener consideración alguna por su sentir; sin esperar más, se posicionó entre sus piernas, abriéndoselas con violencia, y sin haberle proporcionado ningún tipo de preparación previa, lo penetró de una sola embestida brusca. Así, las lágrimas fluyeron aún más insistentemente de sus ojos, y un fuerte quejido escapó desde su garganta, mezclado con un gemido de placer; su cuerpo estaba reaccionando a pesar de no haberlo deseado. Aunque claro, eso no significaba que estuviera disfrutando de aquello; simplemente era una traición de parte de su fisionomía. Desgraciadamente, aquella había sido apenas la primera embestida de muchas otras que la siguieron; cada una era como un alargamiento a su cruel tortura, como un despiadado recordatorio de que toda esa situación no era una pesadilla o una infame alucinación.

Transcurrieron varios minutos de ese modo tortuoso, en medio de esa danza que lejos de ser erótica, resultaba sucia, perversa e ignominiosa; la habitación se había llenado de los jadeos placenteros de Sakura, los ocasionales gemidos y quejidos de Hyde, y un aroma a puro sexo que, al ser percibido por el vocalista, no pudo sentir otra cosa que no fuera cierta repulsión. No había nada en esa escena que le causara un mínimo de placer, pues en sus adentros solamente rogaba porque terminara, porque el baterista terminara de saciarse y lo dejara descansar tranquilo. Habría deseado gritar de dolor y de desesperación, golpear el rostro de ese hombre que se apoderaba desconsideradamente de su propio cuerpo, llorar abiertamente para sacar su dolor, y salir corriendo en busca de cualquier ayuda. Empero, no pudo hacer nada; el tiempo transcurría de una manera tortuosamente lenta, como si los minutos se hubieran convertido en horas con el solo propósito de alargar su agonía. Sakura lo había dicho: “te haré ver el infierno…”, y realmente lo estaba cumpliendo; lastimosamente ésa era apenas la segunda vez que cumplía con su palabra. La primera había tenido lugar el día de su rompimiento, cuando le aseguró que le demostraría lo poco que su persona le importaba: la primera vez que había abusado sexualmente de él.

Por fortuna no pasó mucho tiempo más para sentir cómo la caliente semilla del hombre que tenía encima se esparcía por el interior de su cuerpo, signo inequívoco de que todo había terminado… al menos por ahora. Sakura había dejado escapar un alarido de puro placer, como si se tratara de un animal salvaje que acababa de satisfacer sus más bajos instintos; entretanto, Hyde gimió de forma ahogada mientras igualmente se corría entre los cuerpos de ambos, manchando la zona del abdomen de los dos. Por ello pudo ver cómo su verdugo se inclinaba hasta alcanzar su propio vientre y comenzar a lamerlo para degustar el líquido blanquecino que lo manchaba, al mismo tiempo que de un movimiento de cadera, salía de su interior con la misma brusquedad de siempre.

─¿Te digo algo Hyde? Aunque me hizo falta oír tus gemidos abiertamente y sentir tus uñas marcando mi espalda como siempre hacías, debo decir que lo disfruté mucho; así que tú también deberías volver a disfrutarlo porque tendrás que acostumbrarte a estar conmigo. Y será mejor que lo pienses muy bien porque quiero que la próxima vez lo hagamos sin tener que inyectarte esa droga.

Al mismo tiempo que pronunciaba su discurso se había levantado para dedicarse a volver a vestirse por completo; a momentos miraba de reojo al vocalista que seguía sobre la cama, dedicándole una sonrisa cínica. A continuación le lanzó un beso en el aire, haciéndole saber que volvería en tan sólo unos minutos, por lo que después abandonó la habitación para ir en busca de algo de comer. No obstante, en el momento que Hyde se quedó solo en medio de esa habitación, retomó el amargo llanto que se había pausado minutos atrás; aún no se podía mover, pero eso no impidió que las lágrimas brotaran de sus ojos, de igual modo que su garganta dejaba escapar gimoteos de pura tristeza y dolor. Desafortunadamente tenía el terrible presentimiento de que aquel infierno se prolongaría durante varios días, a pesar de desear aferrarse a la pequeña esperanza que tenía de que sus amigos y Morrie harían lo posible por encontrarlo y rescatarlo…

Notas finales:

No tengo muchos comentarios finales, así que simplemente puedo decirles que espero que lo hayan disfrutado y que me sigan dejando sus comentarios. También les recuerdo que sigan al pendiente de las actualizaciones y den like a mi página en facebook. Nos leemos a la próxima vez, mientras tanto, dulces lunas ♥

http://www.facebook.com/Niji.Takagawa92


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).