De La Locura y El Amor
Nos ubicamos en un lugar muy lejos del entendimiento humano o razón lógica, sólo para contar esta pequeña historia de dos sentimientos muy diferentes, pero que estaban hechos para estar juntos.
Locura era un sentimiento muy hiperactivo y animoso, definitivamente su color era el morado el cual combinaba con sus hermosos ojos. Este sentimiento era el responsable de tantos destrozos, que al incontrolable Diversión y a la singular Discordia les era imposible no estar a su lado.
Amor en cambio, era un sentimiento muy tranquilo, pero que cuando cambiaba se volvía el sentimiento más fuerte de entre todos. Con su gran corazón todos los sentimientos se sentían confiados al estar junto al gran Amor, por eso su color era el rojo, tan rojo y tan penetrante que te dejaba hechizado por siempre.
Un día Amor conoció a Locura, y algo dentro de ellos empezó a crecer. Locura se comportaba muy tranquilo al lado de Amor, y algunas veces le hacía algunas bromas aunque estas sacaban una sonrisa leve a Amor. Y Amor se sentía muy feliz, incluso Felicidad empezó a burlarse de él porque se comportaba como Timidez, pero le era muy difícil el no tentarse ante la Locura.
Tiempo después a Locura se le ocurrió un juego llamado las escondidas. Muchos sentimientos lo apoyaron, algunos estaban algo reacios a aceptar y otros simplemente se negaron.
Amor se sentía como su amigo Inseguridad, algo no le gustaba de eso, pero le gustaba ver a Locura tan animoso, así que se armo de valor y acepto jugar provocando una sonrisa en Locura.
Todos se escondieron mientras Locura contaba hasta mil. Vio como se escondían todos y él se quedaba atrás, pero ningún escondite le parecía el indicado, hasta que vio un hermoso rosal y se escondió entre este, esperando con ilusión a el inquieto Locura, que seguramente ya había dejado de contar.
Poco a poco todos los sentimientos fueron saliendo, pero Locura no encontraba a Amor en ninguna parte.
Buscó entre cada roca, nube y grano de arena que hubiera. Entre los recién nacidos que veían a sus madres y entre los ancianos que compartían sillones uno al lado del otro.
Cansado, y algo preocupado decidió buscar entre las macetas, y un destello rojo llamo su atención. No pudo contenerse y salió saltando a abrazar a Amor gritando el conocido “Te encontré”. Pero entonces Amor dio un quejido, y un color aún más rojo comenzó a empapar su cuerpo.
Locura preocupado miro a Amor, y ente estaba sangrando. Locura se dio cuenta de que al saltarle encima Amor se había rasguñado los ojos con las espinas de una rosa.
Comenzó a llorar al ver que Amor poco a poco perdía la vista, sintiéndose culpable de tal tragedia. Sin embargo Amor sonrió, y en un susurro menciono su nombre al acariciar su cabello.
“No te preocupes, estoy bien”
Locura lloró aún más fuerte y pidió disculpas, removiéndose inquieto. El comprensible Amor, aún a tientas de no verle, sabía como se sentía Locura. Tomo su mano y la coloco en sus ojos, sonriendo levemente.
“No importa si no te veo, de todos modos sé que estarás allí, y que me acompañaras siempre, mi Locura”
Locura le prometió estar siempre al lado de Amor, y en el momento en que dijo eso, Amor tomo su mejilla y le dio un suave beso en sus labios. Locura quedó atónito y se cubrió el rostro en vergüenza. Pero luego sonrió, Amor era increíble, y si Amor estaba dispuesto a estar con él, él tampoco lo iba a abandonar.
Con el pasar del tiempo los sentimientos vieron que de Amor y Locura se creaba un nuevo sentimiento, la unión perfecta de ambos, y Locura no podía estar más contento, brincaba y corría a todas partes con su pequeño en brazos. Y Amor, a pesar de no ver, podía sentir como de él y de su Locura nacía un pequeño sentimiento, pero estaba seguro de que él iba a ser tan o más fuerte y poderoso como el Amor.
Por eso, a ese sentimiento, le llamaron Pasión.