Ella era una mujer mayor que él, había sido un amor muy diferente a los que se pueden contar con una cerveza y un asado, ella había sido especial desde el minuto que las miradas se habían cruzado, desde que el la observo con su cabello rojo y sus pecas perfectamente desordenadas por su cara.
La observo y la siguió con la mirada, la siguió con los pasos y con los latidos de su adolescente corazón que terminaron por enamorarse hasta de la sombra de la mujer que, se volvió la dueña de sus sueños tanto de noche como de día. Ella era perfecta para él, ella era la indicada para él, pero ella no era la última en su vida, en la vida de él.
Eryx era un adolescente enamorado de una historia, de una mujer, de una fantasía diferente: ella era mayor pero lo amaba, ella tenía un hijo pero no dudaba en estar con Eryx, ella había dejado de creer en los cuentos pero con Eryx todo era una historia de sonrisas y finales felices de medio día.
Le hablo de regresar con el padre de su hijo, de ser todo un error, de que el niño que esperaba no era de él sino que de su marido y que no podían seguir en este cuento de hadas, ella no podía creer que esto era serio, sino que en verdad era lo que en verdad era: una aventura sin sentido, sin forma, sin futuro.
Eryx rogo. Eryx suplico. Eryx le detallo un mundo que ambos podrían armar, un mundo donde él se haría responsable de su hijo, del niño que venía, le detallo un mundo donde los 4 podían ser felices y en el que no tenía que temer, un mundo donde el estaría con ella para siempre, con ella y sus hijos, con ella y la familia que armarían, con ella y todo lo que podían ser juntos, como la familia que le pedía fueran, como le rogo como un niño que fueran, como le suplico con la fuerza de ese primer amor que te haría saltar de un rascacielos si tan solo la persona que amas estuviera abajo esperándote de brazos abiertos.
Eryx le pidió la opción de ser felices los 4. Ella simplemente se negó, lloró. Se marcho
Ella se fue pidiéndole no le buscara jamás, que la olvidara, que buscara un amor que fuera diferente y que vería que pronto la olvidaría.
Pero ella, ella no se quedaría con él… ni lo estaría nunca… ella ya ni siquiera estaba en este mundo y aquello había hecho que Eryx se replanteara lo que quería, y lo que necesitaba… y todo eso, ya no vivía.
Eryx jamás la pudo sacar de su cabeza, de su corazón, de su alma, de sus pensamientos, porque con la noticia de su muerte comprendió que era tarde para todo, era tarde para amar, para darse una opción, para darse a la felicidad.
En muchas mujeres la busco, en muchas pelirrojas pensó encontrarla y en otras tantas pecosas creyó por fin encontrar la felicidad, la dicha, y el amor perfecto que tanto su recuerdo le gritaba que tenía que alcanzar, pero no importaba cuanto se le pareciera, cuanto trabajara en buscar un sentimiento que los uniera: simplemente nadie la alcanzaba, simplemente nadie se le comparaba a ella y en botellas y en barras de bar creyó pasar las penas, creyó, poco a poco que las aventuras de una noche irían arrancarse su recuerdo, su sentimiento, harían que olvidaría su perfume entre tantos que se amontonaban.
Muchas mujeres, muchos cuerpos, uno tras otro aplastando su recuerdo, pidiéndoles en silencio, que el sexo hiciera olvidar las curvas de aquella que no solo tomo su cuerpo sino su vida y le quito la opción de olvidar ese primer amor que te hacía pensar que no había felicidad si no fuera con ella…
Y así era para Eryx
Muchos cuerpos pudieron pasar por su cama, o él pudo pasar por distintos cuartos de Hoteles, departamentos, casas, pero siempre recordaría la dirección que tomaban cuando quería acostarse, verla, tenerla, o simplemente esperarla a ella, no había forma de que alguna aventura le diera la felicidad que le daba cuando ella tan solo le miraba y le sonreía, no había forma de que un amante pudiera cambiar lo que ella había creado en su corazón y muy seguramente, nunca encontraría un cuerpo, una sonrisa, un abrazo como los que ella le había regalado muchas veces, en su adolescente vida.
No lo abría, jamás, nunca.
Y se aseguró de nunca enamorarse, de sonreír ante la pregunta de “y el matrimonio cuando”, se encargó de sonreír cuando en verdad quería llorar, quería buscarla, quería convencerla de que era todo un hombre, quería pelear por ese hijo que ella le negó hasta los últimos momentos, quería formar esa familia que le quito porque ella tuvo miedo de lo que pasara
“Quiero darle algo mejor a Aníbal” le dijo ella refiriéndose a su hijo mayor
“Él me ha perdonado esto… el… él es el padre de este bebe” le había dicho sobre su embarazo
“No puedes seguir creyendo que esto era real, Eryx”
Y cada palabra se quedó allí, en ese corazón que dejo de latir por amor y se movió por pasión, se quedaron allí olvidando si existía la realidad, creyendo que se habían hecho por su imaginación y que serían su mentira mejor enterrada. Ese amor sería tan real como mentiroso en su corazón y serian el motor para que nadie le alcanzara, para que nadie se le comparara.
Su vida sería intachable pero su cama seria vacía, su corazón seria viejo y cansado, su deseo de felicidad se reduciría a nada sentimental, a todo físico…
No amaría a nadie no por mantenerse inalcanzable, sino porque nadie podría hacerle sentir que la felicidad estaba en una caricia como lo era un abrazo. Nadie le había hecho sentir más vivo que un amor así, nadie le había dado un motivo más fuerte para sonreír que ella, nadie, nadie lo logro, nadie lo lograría.
Su vista le pidió pestañar cuando sintió sus ojos pesados, miro su reflejo en el espejo esa mañana posterior a la fiesta de los médicos, donde se tuvo que presentar como el novio de la Psicóloga, donde tuvo que sonreír, tomarla de la mano y tener que evadir la respuesta a “y el matrimonio cuándo?”. Su vista seguía pegado en su reflejo, las gotas de agua resbalaron por su rostro, por su cuello y algunas cayeron al lavamanos, otras siguieron por su cuerpo desnudo que se había alzado de aquella cama donde una mujer en las mismas condiciones descansaba.
No había forma, en verdad lo intentaba con todo su corazón, con todo ese dolido y cansado corazón…
-La debes amar – miro su reflejo, posteriormente vio a la cama donde ella aun dormía. Regreso sus ojos al espejo, y los encontró brillando, sonrojando de apoco – La debes de amar, la debes de querer, basta de otras por favor… Eryx… quiérela…- sintió que no era el agua- por favor, has un esfuerzo, ya debes dejarla ir… -dio el agua y nuevamente humedeció su rostro- ya comienza a olvidarla, ella ya te olvido, ya déjala ir por favor…
Debes de enamorarte de alguien más - Eso había dicho Arion alguna vez, cuando estuvieron ambos en la misma cama, cuando el sexo había terminado y no les quedaba nada – Eryx, debes ser feliz…. Alguna vez leí, que le debes de dar un aplauso a esa persona que fue tu segundo amor, porque te enseño que no se muere por culpa del primer amor…-Vio como Arion sonreía, como le miraba con esperanzas, como si en verdad el creyera en el cuento que al final del arcoíris estaba el duende esperándote con las moneda de oro, Lo vio como si sintiera la felicidad en las venas – Debes enamorarte, debes aplaudirle a alguien mas
-¿Tan mal me veo sin alguien a mi lado?, ¿Muy patético quizás?
-No no, no me refiero a eso… sino que…. Que te mereces alguien que te de sonrisas, alguien que te haga sentir esas mariposas en el estómago, que te haga sonreír de solo recordar que te vas a juntar con esa persona, esa persona que…. – lo vio sonreir, lo vio girarse para verle, sin dejar de sonreír – esa persona que cada mañana te diga “te quiero” y tu sepas que con eso, no necesitas ni pan, ni agua, ni sueño para poder vivir… ¿no quieres eso?
-Suena muy infantil Arion – sonrio mirándole – a un adolescente
-Pero Eryx, ¿no recuerdas ese amor de niño? Antes del sexo, antes de la pasión, ese que te daba la mano para levantarte del piso por una caída y sentías que el mundo era perfecto y que casi no te lavarías la mano?... ese amor, que tu mama le decía “mariposas en el estómago” y tu papa, sonriendo enamorado por las palabras de tu mama decía “no hijo, es el hambre” – el estudiante de derecho en ese entonces, rio – Eryx… enamórate por favor, enamórate del amor, del ser amado, de amar, enamórate y apláudele a ese segundo amor…
-¿Eryx? – la voz de su actual novia lo saco de sus pensamientos, le hizo mirar la cama donde ella ya no estaba, sino que a un costado de este, poniéndose la ropa interior – Eryx, debo salir de emergencia al hospital, ¿te puedo dejar una copia de las llaves para que después cierres sin problema? –el medico asintió, se acercó a la cama recogiendo su ropa y poniéndose algo – Gracias Eryx – la vio pasar frente suyo, un beso rápido en sus labios y la observo salir recogiendo sus zapatos, su blusa, y saliendo aprisa
“Apláudele a ese segundo amor”
Eryx apretó los puños, miro la cama y miro por donde ella se fue, camino hasta sentarse en el límite de la cama y se sentó, observando sus manos
-Aplaude a ese segundo amor… - miro la palma de sus manos, quería aplaudir, quería sonreír, quería amar al amor, amar al ser amado, amar lo que se ama…
Pero no pudo aplaudir.
El trance se vio interrumpido nuevamente por el celular que denotaba un mensaje de Logan que seguía pidiendo desde anoche, donde no vio. Abrió el multimedia encontrándose una fotografía de Arion conversando con alguien, que no conocía, riendo, como siempre, sentados con una copa cada uno, y las palabras de logan de “Lo Logre” habían hecho que, sus manos pesaran.
“Apláudele a ese segundo amor” fueron las palabras de Arion en su mente, recordando que le había dicho muchas veces al abogado que lo hiciera, sabía que Arion lo amaba, sabía que Arion sentía algo fuerte por su persona y muchas veces se lo quiso repetir, muchas veces le quiso pedir que no se encaminara por donde él ya estaba, que no se atara a un solo amor.
Y al parecer Arion lo había logrado, Arion en la fotografía sonreía como las veces en que ambos estaban juntos, Arion sonreía como cuando él le tenía algún presente, como cuando él le visitaba, como cuando le ayudaba en sus clases… Arion sonreía y quiso sentir dicha por su amigo. Tomo el móvil y le escribió a Logan, pero se encontró sin saber que responder a una fotografía así.
Se puso de pie, se terminó de vestir y esta vez, cambio el contacto para marcarle a Arion, molestarle, preguntarle y escucharle reír desde el otro lado del auricular, más la llamada nunca fue contestada, nunca fue respondida.
“Lo Logre” habían sido las palabras de Logan, y no dudo en escribirle a Logan tras no poder escuchar a Arion
“Felicitaciones Celestina”
Se encamino hasta la puerta, salió y paso la llave cuando la respuesta del arquitecto llego ardua a su móvil
“Podía habértelo quitado de las manos sin que tuvieras que jugar a "quiero una vida amorosa de verdad… “
Aquello le dolió, le dolió al mismo nivel de un dolor que no sentía desde que la noticia de que ella había muerto, le dolió como si le hubieran arrancado todas las mariposas que Arion siempre dijo que sentiría cuando la felicidad tocara a su puerta. Sintió que Logan había sido tan directo que encontró su herida, la ataco y disfruto de verla arder.
Le dolió, le dolió que le pesara la cuenta la realidad, le dolió que se notara su juego de “intentar amar”, le dolió y le ardió que él no estaba logrando nada, no estaba avanzando en nada, no estaba buscando aplaudirle a nada…. Él había orillado a otros a hacer cosas distintas, y el… el seguía sin avanzar, sin hacer nada.