Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historia de monstruos. por DMOll08

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El hard se pospone hasta el siguiente capitulo, lo siento, les falle

 

-Los monstruos te consuelan-

 

X

 

Luego de todo lo dicho los minutos pasaron. Nadie dijo nada. Eren se marchó junto con Hannes, este se despidió de Hanji agradeciéndole todo lo que había hecho por Eren. Rico se despidió, su rostro parecía de algún modo triste.

El viaje a casa se mantuvo silencioso por un largo lapso de tiempo. Eren solo veía a los pinos ir y venir, con la cabeza echada sobre el cristal, suspiraba sin decir nada, tampoco era como si pensara en algo.
El mayor decidió romper el silencio.
- ¿Te sientes bien? - pregunto intentando iniciar una conversación.
-Si- fue la respuesta monosilábica de Eren. No quería hablar mucho, no quería pensar en nada. Se sentía extraño. Una viscosa mezcla de emociones chocantes amenazaban con sofocarlo devorándolo a su paso, más que engañado o traicionado era una sensación de miedo y malestar que lo hacía sentir cansado.
-Espero y logres comprender…- Hannes intentaba desesperadamente hacerle entender a Eren todo, pero ¿Cómo le explicabas a alguien que su vida fue una mentira y luego te disculpas? Era cruel, no sólo cruel, es casi inhumano. La culpa lo hizo sentir terrible. -Quizás con el tiempo…- guardó silencio. Algo le decía que el chico aun intentaba comprender todo. Tiempo. El tiempo lo cura todo o lo devora.
La pequeña visión de Eren del mundo se expandió, dejando a la vista que nunca nada es lo que parece. Es como si Hannes y Rico todos estos años lo hubieran mantenido encerrado en una habitación, la puerta se mantuvo cerrada por mucho tiempo, Hanji la abrió y él salió persiguiendo a Levi.
-Puedes ir con Zoe si quieres.
Eren no quería ir con ella.
-Supongo que te sentirás mejor en la casa.
Se sentía aterrado en el departamento.
En el departamento todo se volvió extraño o quizás él se volvió extraño. Ya no veía todo como lo veía antes. Su pequeño mundo estaba roto. Al llegar decidió irse a dormir. Hannes intento no ir al viaje de negocios, pero fue inútil, si no se presentaba probablemente los inversionistas se negarían a dejar el depósito.
-Lo lamento, tendré que irme mañana- se disculpó.
- ¿Cuándo regresarás?
-En tres días o cuatro, cualquier cosa llama a Zoe, no te preocupes.
-Sobre mis padres- tomó el retrato en el mueble - ¿Cómo eran ellos?
-Tu madre era amable, pero con un mal carácter, te pareces más a ella y tu padre, él era un hombre muy culto, leía y leía.
-Me parezco mas a mi madre…
-Sí, tienes sus ojos.
-Sus ojos…- Se levantó, quería bañarse e irse a dormir.
Al terminar Hannes hacia sus maletas y discutía con su secretaria, aun no quería ir al viaje y dejar a Eren.
-Estaré bien- hablo desde el umbral de la puerta.
- ¿Seguro?
-Sí, ya sabes, no estoy del todo solo- estaba mintiendo, incluso cuando su voz sonaba jovial el terror no lo abandonó ni un solo instante -Iré a dormir.
-Está bien.
Subió dejando solo a Hannes en aquella habitación, caminó hasta la suya acostándose en su cama mirando al techo. Todo se volvió silencioso. Solo se durmió. No había mucho que hacer.
Unos golpecitos se escucharon al otro lado de la ventana. Eren se removió perezoso , tenía la costumbre de acurrucarse como un gusano dentro de las sabanas, miro su móvil, aún eran la una de la madrugada. Los golpes seguían y seguían, sacó su cabeza de entre las sábanas mirando a todos lados, se incorporó quedando sentado en la cama, tenía un poco de hambre, iría por algo de comer. El golpeteo en la ventana lo hizo mirar en dirección a ella, ahí estaba el rostro de Levi mirándolo con sus grandes ojos de gato. Parecía curioso
-Déjame entrar- dijo con voz baja y ronca. Soltó un bufido.
Eren dijo "si" en un murmuro. El chico parpadeó. Sus bonitos ojos verdes miraban al vampiro, su piel bronceada y su cabello despeinado, sintió un hormigueo recorrer su cuerpo. Hizo un puchero de niño feo al ver al vampiro entrecerrar los ojos.
"Levi…"
-No- dijo el vampiro un poco enojado. Frunció el entrecejo ansioso. Deseaba tanto estar junto al chico –Di "Puedes entrar"- las últimas palabras las dijo lentamente para que el chico entendiera lo que él intentaba decir. En un suspiro dejó clara su desesperación.
-Puedes entrar-repitió consternado ante la presencia del vampiro. Aún existía un poco de miedo en el. Un poco de todo.
-Bien- se mostró satisfecho al oír como el chico le permitió la entrada. Antes de darse cuenta Levi estaba parado al otro lado de la cama, junto a la mesilla de noche, sus oscuros ojos brillaban entre la penumbra, como los ojos de un depredador hambriento. Levi lograba escuchar claramente los latidos del chico, también su respiración algo agitada. El olor de la sangre inundar la habitación y un deseo ardoroso. Casi podía dolerle. - ¿Por qué te quedaste aquí? - preguntó mirándolo con ojos
severos.
-Pensé que es mejor así- se encogió entre las mantas. La sensación de nerviosismo ante la presencia de Levi, los ojos de la criatura posados sobre él y como con su sola presencia imponía respeto.
-Aquí logro verte- sus ojos negros como la noche se clavaban en Eren –Me has dado permiso.
Eren leyó sobre eso, los vampiros no pueden entrar a un lugar sin tener el permiso de quien lo habita. Eso dice la leyenda.
- ¿Por qué viniste?- cuestión ante la aparente reprimenda del mayor.
-Para cerciorarme- observó minuciosamente la habitación -De que estas bien- luego de observar cada detalle en la habitación dirigio su mirada nuevamente al chico.
-Ya habías entrado antes ¿Cómo?- se quitó las sábanas dejandose descubierto, sorprendido de su propia acción se abrazó a sí mismo.
-Un hechizo mocoso- respondió con frialdad.
- ¿Y por qué ahora pides permiso?
-Es más apropiado así, creí que eso te mantendrá tranquilo- se excuso -Ahora duerme.
-No quiero dormir, Hannes se irá mañana, me quedare solo- se lamentó.
-Vendré por ti, mañana- se sentó en la orilla de la cama sin acercarse demasiado al humano, se inclinó un poco quedando aun mas cerca -¿Me esperaras?
Eren se sorprendió ante la propuesta.
-Te esperare- sonrió nervioso.
Por un momento Levi pareció hacer una mueca parecida a una sonrisa.
-De acuerdo- La silueta de Levi se esfumó al salir por la ventana.
Eren recordó que vive en un tercer piso, Levi es un vampiro, cosas como la agilidad las tiene, esos tres vampiros también. Sin darse cuenta se quedó dormido.
Amaneció. El traqueteo del camión de basura lo despertó, antes de dormir saco la basura, el camión pasa los sábados a las cinco de la mañana, aún podía dormir un poco más, solo se quedó acostado mirando al techo.
"Mamá, Papá, Hannes, Mikasa, Armin, Rico, Hanji, Jean, Ymir, Suo, Ly y Levi. Todos de algún modo lucen como personas normales ¿Qué tantos secretos guardan las personas? ¡Mikasa y Armin!
Ellos son humanos".
Podría confiar en ellos y contarles todo o terminara por enloquecer ahogado entre tantas mentiras. Quería alguien con quien conversar, alguien que le dijera que todo irá bien, incluso si eso también es una mentira. No había ese "alguien". Miró su móvil, ya eran la seis de la mañana. Podía relajarse un rato vagando por las solitarias calles. No, eso es una mala idea, no debía salir, además era fin de semana ¿Qué haría? Hannes hoy tomaría el avión y se iría por tres días ¿Luego qué? Esperar a que alguien entre y se lo lleve, recordó a Levi diciéndole que vendría por él, solo fue un sueño, él soñaba con Levi, se acurruco en su cama. Solo debía dormir. Lo demás caerá por su propio peso. O tal vez luchar.
Alguien golpeaba la puerta, Eren se despertó, el techo aún seguía ahí, por alguna razón eso lo hizo sentir tranquilo.
-Eren- la voz de Hannes se escuchó al otro lado.
-Ya voy- se levantó intentando borrar lo de ayer de su mente. El recuerdo de Levi.
-Ya me voy- Hannes le sonrió. Una sonrisa amable y reconfortante - ¿Estás seguro de quedarte aquí? - dejó la maleta en el pasillo a unos pocos metros de la puerta.
-Me lo estoy pensando- respondió dudando si lo de anoche fue real o un sueño.
- ¿En irte del departamento?- cuestiono Hannes arrugando el entrecejo.
-Solo serán tres días…- dijo Eren.
-Muchas cosas pueden ocurrir en tres días, me mantendré en contacto contigo, te llamaré cada vez que pueda.
-Quizás vaya con Hanji.
-Esta bien, es tu decisión, cualquier cosa me lo comunicas- peino con sus dedos su rubio bigote -Bueno, el vuelo saldrá en dos horas, debo estar ahí o lo perderé- le dio una palmadita en la cabeza –Se un buen chico y ten cuidado, Rico vendrá enseguida si algo sucede.
El día siguió su curso, el tiempo transcurría lento, el solo miraba el televisor, el programa que tanto le gustaba ahora le sabía insípido.
"Levi… "
Pensó en el vampiro, en todo lo que soñó anoche o no lo soñó, aun eran las tres de la tarde, los vampiros no salían de día, si oscurecía un poco más y si todo no había sido solo un sueño Levi llegaría en unas horas más. Su móvil sonó, ahí un mensaje de Levi.
"Empaca, nos vamos, estoy por llegar, lleva solo lo necesario, Hanji comprar unos víveres"

Lo tomo un poco por sorpresa, se dio cuenta de que no fue un sueño, Levi estuvo en su habitación anoche y él lo dejó pasar. Se levantó perezoso caminando a su habitación, sacó una mochila y guardó ropa, acomodo todo, su uniforme y ropa de diario, camino por la sala, no había pasado tanto tiempo, veinte minutos, su móvil sonó otra vez.

"El tráfico es una mierda
Tardare un poco más, si ya estás listo Baja, estaré por llegar en unos veinte minutos".

Ahora serian cuarenta. Guardó su móvil en su bolsillo, se colocó la campera y bajo, por el pasillo escuchó el llanto de un bebé, su vecina salió llorando con unas maletas, sus ojos cafés lo miraron.
- ¿Tú también te vas?- la joven lo miró.
Eren no sabía que decir, la mujer tenía una horrible marca de golpes en la cara, el carmín y el morado se mezclaban, un extraño verde surcaba los bordes.
-Me iré por unos días- respondió por mera cordialidad.
-Yo me voy para siempre- la joven arrastró su maleta hasta el elevador, escondió su rostro con su cabello -Los humanos son horribles.
Eren se quedó a su lado, el elevador bajaba con lentitud. Se sentía tenso.
-Los monstruos son mejores, no existen y no dañan a nadie- dijo con una mueca de burla –Aun eres joven ¿Qué edad tienes?
-Diecisiete- respondió sin mirarle.
-Tienes mucho por delante- soltó una risa.
Eren no sabía que tenía por delante ¿Un futuro? ¿Nada?
-Cuando se es joven se tienen ideas estúpidas sobre la vida, o luchas o serás aplastado, Lisa, por cierto.
-Eren- intentó sonreír. -Es un bonito nombre. - ¿Y tú bebe?- él no tenía interés realmente en conversar con ella, no sabia porque habia preguntado eso. Sin decir mas espero la respuesta.
-Su madre es una perra, no yo, la de mi esposo, me sacó de la casa y no quiere que me lleve a mi hijo, es una vieja puta- gruñó. Escupió un poco de sangre en el suelo del elevador. El timbre sonó, las puertas se abrieron. - ¿A dónde vas tú?- pregunto alejándose. -A casa de un amigo.
-Es bueno tener amigos.
- ¿Y tú? - No estaba interesado en la chica, a decir verdad, le importaba poco o nada su vida.
-A un motel, no tengo mucho dinero.
-Entiendo…- no tenía mucho que decir y Levi llegaría pronto.
-Bueno, me voy, debo alcanzar el próximo tren. Ella vestía una ligera chaqueta, un tanto descolorida, su cabello enmarañado y las heridas en su rostro, a lo lejos se despido con una gran sonrisa.
-Hasta luego- murmuró Eren al verla alejarse. Se quedó parado en la entrada, observaba a los autos ir y venir, logro ver el auto negro de Levi, este estaciono frente a él. Vio el cristal oscuro bajar lentamente hasta ver a Levi en el asiento de conductor. Vestía una chaqueta y guantes. Parecía enojado.
-Súbete- ordenó sin saludar. Eren solo obedeció. El auto arrancó.
-Gracias.
-No es gran cosa- su semblante se relajó - ¿Ya comiste?- preguntó.
-No…
- ¿Quieres algo de comer?
-No lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes? - dijo molesto.
-Supongo que una hamburguesa.
Levi dio un volantazo, un auto frenó y el conductor los insulto, Eren rio un poco.
-No debería hacer eso.
- ¿Hacer qué?
-Girar el auto de esa manera.
-Es un imbécil, por aquí vi una de esas cadenas de comida rápida- Se dirigió a donde se veía desde lo lejos el letrero gigante de comida rápida. Aparco en el estacionamiento.
-Tienen auto servicio- dijo Eren.
El mayor solo observo a las personas.
- ¿Auto que?
-Auto servicio- repitió
–Si va de ese lado alguien tomara tu orden por una ventanilla, es más rápido.
-No hay mucha gente, pide lo que quieras, te esperare- le entregó un billete arrugado.
Eren noto que un grupo de chicas miraban a Levi.
-Es guapo- dijo una.
-Se ve mayor- dijo otra.
- ¿Y si le pedimos su número de móvil?
- ¡No, que vergonzoso!
Las chicas cuchicheaban cosas que Eren no logro entender ya, pidió su hamburguesa.
-Viene con ese niño- lo señaló una rubia de labios rojos y mucho maquillaje.
- ¿Es su hermano?
-No se parecen- lo miro otra.
-Levi- lo llamo Eren.
- ¡Se llama Levi! - chillo emocionada una.
-Ya vámonos- se levantó el de cabellera oscura abriéndole la puerta de salida a Eren. Salió del lugar, se colocó su gorro de nieve, se le congelaban las orejas.
-Llamas mucho la atención.
- ¿Te refieres a esas chicas?
-Sí, eso.
-Las mujeres son así, están locas.
-Yo no creo que esten locas...- dijo con un deje de reproche disgustado por el comentario del mayor.

Ambos subieron al auto. El mayor pese ha estar interesado en el chico no es bueno conversando y pese a su baja estatura detona respeto llegando a intimidar al joven y estúpido humano. Un mocoso que sin darse cuenta empieza a cargar un sinfín de problemas. Luego está él, que sin darse cuenta acarrea los problemas del chico.

"Que mocoso tan molesto…" pensó.
Eren comía la hamburguesa mirando por la ventana los edificios desaparecer.
"Él…" apretó el volante entre sus frías y fuertes manos "No tiene la menor idea" pensó con la frialdad de un reproche a sí mismo.

-...-

El día anterior por la noche Eren había pasado casi una hora hablando con Hannes, el horario entre ambos variaba por dos horas, mientras donde se encontraba Hannes ya era de noche Eren apenas veía un poco del anochecer. Conversaron sobre que haría Eren en los próximos días, Hannes disgustado le comento que al parecer las cosas se retrasarían y ya no sería solo tres días, sino más, los inversionistas querían pasar un rato de vacaciones a expensas de la inconformidad de los otros miembros, Eren le dijo que entendía, luego le hablo sobre que pensaba que podría ir con Hanji.
"Ahí con Levi…" pensó.
Su caprichoso corazón de joven lo obligaba a ir detrás de aquel hombre en el cuál se suponía debía desconfiar y mostrarse profundamente receloso. Que joven e ingenuo es.
Hannes por su parte no estaba del todo agusto con la idea de dejar al chico con Hanji, no por ella, sino por quienes vivían y habitaban aquel lugar, temía que como ha escuchado en otras ocasiones los vampiros no logran controlar su sed, la insistencia de Eren y el hecho de que hablara con plena confianza hizo que Hannes se doblegara y permitiera al chico ir con la cazadora y el vampiro. Un error.
Y así transcurrió el resto del día. En una especie de letargo, donde Levi y su silencio era el protagonista. Eren lo observaba por ratos, sin darse cuenta se quedaba incrédulo observando a ese ser, no era miedo, una mezcla de deseo y admiración cavaba un hoyo en su pecho que cada instante se hacía más profundo. Enloquecía. Quizá.
La puerta sonó. El golpeteo firme y sonoro, escuchó la voz de una mujer, la reconoció, la noche de ayer que llego vio a una mujer mayor husmear y cuchichear a sus espaldas, Levi le dijo que solo la ignorara, que aquella mujer tenía esa maldita costumbre. Eren abrió la puerta teniendo la presencia de aquella mujer, Levi estaba en otra habitación, donde no llegara el sol con tanta fuerza. El chico saludo y la mujer lo miró de pies a cabeza, soltó una risa mostrando sus prótesis dental, Eren se sintió incómodo.
La señora Collins le entregó una bolsita de galletas atada con un listón rojo, sujeto aquello entre sus curtidas manos de las cuales se notaban con grotesca claridad las venas verdosas y azuladas.
-A mi sobrina le gustaron- dijo la mujer con cierto orgullo –Se llama July por si quieres conocerla.
-Gracias- respondió Eren.
-Nos vemos luego cariño.
Eren no quería conocer a esa tal July, tampoco quería comer esas galletas, la señora Collins comenzaba a irritarle. El hecho de que su vida se fuera al carajo no le da derecho a desquitarse con nadie, mucho menos con la señora Collins, que de algún modo era "amable". O eso cree. Cerro la puerta dando un suspiro. Levi leía un libro. Siempre está leyendo un libro, había montañas de libros a su alrededor tan viejos con caracteres que él no lograba comprender, amarillentos y polvorientos, apestosos a humedad, forrados en cuero y escritos antes de que la imprenta existiese. En la mesa estaba servido su plato de comida. Pensó en la carne, pensó en la verduras, pensó en Levi y que de cierto modo ya le daba asco la comida, sobre todo luego de ver ese documental, se retorció un poco de asco, ya no podía comer tranquilamente, no sabiendo que debido a la sobrepoblación y escasez de alimentos los científicos jugaron a ser dios poniéndole toda clase de cosas a los animales, y tampoco se podía ser vegetariano dignamente, no, los científicos eran todavía más insensibles con la plantas, las alteraban genéticamente para que tuvieran más vitaminas. Se imaginó a una criatura amorfa respirando por tubos que algún día sería el jamón que los humanos comerían. Pero Levi no es humano. Sintió unas terribles nauseas, decidió comer. Levi ojeaba otro libro, Petra armaba un rompecabezas, Hanji no apareció en todo el día, Jean parecía tener un nuevo amigo e Ymir, bueno, ellas es otro asunto.
- ¿A qué sabe la sangre? - pregunto Eren comiendo un poco de patata dulce.
-A mierda- fue la respuesta de Levi.
-No creo que sepa tan mal, por algo de eso te alimentas- Eren noto los grandes ojos de Petra, lo miraban como diciendo que no preguntara más, el solo guardo silencio e intento continuar comiendo.
-No realmente- Levi decidió seguir conversando –Es una maldición ¿Entiendes?
Eren asintió.
Petra solo siguió con su rompecabezas, ella ya sabía todo eso.
-La maldición es simple- cerró el libro.
Eren bajó la mirada observando la carne cocida, él no la pidió tan cocida ¿Levi será quisquilloso con la sangre?
-Estamos condenados a la inmortalidad y a vivir del vino de la vida.
Eren apuñaló la patata con el tenedor.
"Es porque es solo una patata"
- ¿Ha sido así por mucho tiempo?
El escuchó a Hanji decir que Levi es a lo que llaman un "antiguo". Un vampiro condenado hace siglos.
- ¿Exactamente hace cuanto?
-Hace más de seiscientos años y ya comete la comida- chasqueo la lengua con fastidio.
Eren no quería comer, jugueteo con la carne y terminó la patata. Le dolía la cabeza.
-Iré a dormir.
-Son apenas las ocho.
-Tengo sueño.
-¿Te acompaño?- la petición del mayor lo tomó por asombro, los últimos días tenía la sensación de haberse vuelto de algún modo "cercanos" ideas vagas de un joven al que le daba un vuelco el corazón al ver a un sujeto del cual le habían advertido que se alejara.
- ¿Qué?- balbuceo ante la oferta del vampiro.
-Es solo por si acaso, podrías ahogarte con las sábanas.
Eren frunció el ceño. El no es así de estúpido
Levi por su parte solo pretendía salirse con la suya. Quedarse junto al chico al cual avariciosamente deseaba y no quería dejar ir. Sabía que Hanji llegaría tarde o tan solo ni siquiera llegaría, eso le daba mucha ventaja, Petra se quedaría a armar sus rompecabezas, la chica no hacía más que eso, él por su parte tenía otras cosas en mente. Subió las escaleras hasta llegar al chico, este retrocedió ante la cercanía.
-Ire- camino dirigiéndose a la habitación que Hanji le había dado al humano, giró la perilla entrando al pequeño y limpio dormitorio -Lo limpie antes de que llegarás- deslizó su dedo por el mueble en busca de rastro de polvo, lo levantó mirando que no había ni la más mínima partícula, su rostro sin emoción pareció disfrutar de aquello.
-Gracias…
Ambos entraron a la habitación. Eren divagaba entre sus ideas, por su parte Levi se mantenía sereno, como si aquello no le importase. El chico se acostó en la cama, esta era amplia y con sábanas limpias, se sentía tenso.
Levi se acostó junto al chico.
El castaño deseaba poder entablar una conversación ordinaria con el vampiro, tenía tantas preguntas en mente y ninguna garantía de que estas serán respondidas.
- ¿Cómo es ser un vampiro?- preguntó sin siquiera pensar claramente sus palabras.
Levi pensó un poco, su semblante serio no cambio para nada.
-Es…- se quedó en silencio un rato. No sabía qué decir. –Difícil de explicar.
- ¿Los vampiros no respiran?- preguntó el chico curioso al notar que el vampiro parecía dispuesto a responder todas sus ociosas preguntas.
-No, lo primero que ocurre cuando despiertas transformado en un vampiro es que no puedes hablar.
- ¿Hablar?
-Ya no respiras- extendió su mano señalando la nariz del chico –Para producir la voz necesitas aire y tus cuerdas vocales, los humanos toman aire inconscientemente para hablar, cuando estás muerto no respiraras, debes practicar.
- ¿Tardaste mucho?
-No, Petra a veces olvida como hacerlo, se asusta y luego vuelve a hablar.
Eren río.
-Luego ves tus ojos, ya no son del color que eran antes, se vuelven negros- su voz sonaba fría como siempre.
- ¿De qué color eran tus ojos? - preguntó deslizando su mano por la fría mejilla del vampiro. Sin darse cuenta lo había tocado, aunque el vampiro no se alejó ni lo detuvo.
-No lo sé, ha pasado tanto tiempo que olvide el color real de mis ojos.
- ¿Has matado?
-Todos los vampiros lo han hecho- su voz fue baja y clara, como un murmullo.
- ¿Lo hiciste porque querías?- abrazo la almohada. Sabía que los vampiros mataban humanos, después de todo la sangre es alimento.
-No tenía opción- acarició la castaña cabellera, Eren dio un respingo ante el contacto para luego relajarse y aceptarlo.
-Tengo miedo.
-Todos tienen miedo- dijo en un intento de consolar al humano.
-Es diferente…
-Duérmete.
- ¿Te quedarás conmigo?- clavó sus ojos verdes en los oscuros del vampiro.
-Me quedaré contigo- tomo su mano y la beso -Estoy aquí- la colocó en su pecho -A tu lado.

Notas finales:

Bueno, este es el decimo y como ya les comente el hard sera para el siguiente cap :c *la queman viva* 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).