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Historia de monstruos. por DMOll08

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-Los monstruos juegan a ser amigos de los humanos-

 

XII

 

 


Mikasa no estaba del todo contenta, Eren por momento parecía perdido. Como si algo lo asustara o lo mantuviera en constante nerviosismo. Aquello le disgustaba bastante. Este sería su último año con ellos, su padre había obtenido un buen trabajo en Japón y su familia se mudará a su país de origen, solo deseaba que el festival de la graduación fuera bueno. Su padre le dijo que la educación en Japón era bastante compleja, así que debería irse meses antes para los exámenes de práctica, después de la graduación se iría.

- ¿Nos dirás? - la japonesa extendió los brazos sobre la mesa, dio un par de golpes. Armin la miró y asintió.

- ¿Qué? -  Eren se sobresaltó ante la mirada de sus compañeros.

-Lo que ocurre- Armin se encogió de hombros.

-No ocurre nada- negó Eren.

-No puedes decir que no ocurre nada cuando tienes unas horrendas ojeras y has estado mirando a la nada desde hace una hora- lo señaló Mikasa.

-Luces más delgado- interrumpió Armin.

El rostro de sus amigos cambio de molestia a preocupación.

-Sabes que cuentas con nosotros- dijo Armin intentando calmar los ánimos y el notable enojo en Mikasa.

- ¿Creen en los fantasmas?

Armin y Mikasa se miraron extrañados. La pregunta de Eren no venía al caso, no tenía sentido. Muchas cosas no lo tienen.

-No- respondió a secas la japonesa.

-Esas cosas no son reales- negó Armin con la cabeza.

“No son reales”

- ¿Que tienen que ver los fantasmas en todo esto? - preguntó Armin un tanto curioso.

-Bueno, podrían existir.

-No, no existen- hizo un puchero el rubio -Es solo sugestión o histeria colectiva.

-En realidad vi una película de terror hace unos días y eso me ha quitado el sueño, al final apareció un mensaje diciendo “basado en hechos reales” eso es todo- rió nervioso.

-Deberías dejar de pensar en esas cosas.

Sus amigos no sabían más que decir. Son personas educadas, que no creen en esas cosas. O demasiados conformes con su existencia que no han tenido la necesidad de indagar en esos mundos.

 - Quizás- Eren se reincorporó en la silla.

 Mikasa sacó una carpeta dejándola sobre la mesa.

 - Dejando de lado a los inexistentes fantasmas, este es el temario.

 Armin tomó una de las tres carpetas.

Eren extendió la mano para tomar la segunda. Mikasa tomó la suya.

 - ¿No son muchas páginas? - dijo Armin ojeando el contenido de la carpeta.

 - La mayoría son listas y cosas que debemos llevar- respondió Mikasa.

 - Entiendo- Armin se rascó la sien.

 - El campamento será el próximo mes, también pensé en alguna idea para la graduación, eso tendremos que hablarlo con la junta de alumnos.

 - ¿Acampar? -Eren no entendía de qué hablaban. Incluso cuando es el vicepresidente no entendía muy bien.

 - Si, hacemos un campamento a fin de mes.

 - ¿En qué parte exactamente? - Armin tomó un bolígrafo y subrayó un par de cosas.

 - En un lugar no muy lejos de la ciudad, es propiedad de un profesor así que está bien.

 - Entiendo- asintió Armin garabateando unas notas en las hojas en blanco al final de la carpeta.

 - ¿Y tú Eren?

 Eren solo observaba la carpeta, no la había abierto, solo jugaba con un lapicero.

 - Será en un lugar donde hay señal de internet- Dijo Mikasa al ver que Eren solo jugaba con el lapicero. Frunció el ceño -Es un buen lugar, la señal móvil llega hasta ahí, solo por si ocurre algo habrá unos oficiales dando constantes recorridos por la zona.

 - Creí que descartarían esa idea- Eren abrió la carpeta fingiendo leerla.

 - Fue por votación- bufo Mikasa -Todos están de acuerdo, nosotros y la junta de alumnos.

 - Ya te lo habíamos dicho- Armin pareció enojado.

 - Solo creí que por lo que ha ocurrido en los últimos meses la idea de acampar sería una locura.

 - Si, los maestros irán con nosotros, además una patrulla vigilará la zona- Armin le entregó unas notas a Mikasa, la chica las guardó en su carpeta.

 - Como sea- suspiro Eren.

 


--.....--

 


LOS entrenamientos de baloncesto son divertidos. Al menos lograba tener la sensación de ser parte de algo. Poder ser normal. Marco lo ve como una persona ordinaria, no es consciente de su verdadera naturaleza. Incluso tiene la sensación de por momentos olvidarlo. Olvidar que es un licántropo. Sus ancestros cazaban y eran cazados por humanos. El sabía sobre esa época. Los tiempos cambian y los licántropos son sólo considerados como viejas historias. Para ellos no existen.

Jean es real, tan real que logró mezclarse en un colegio, unirse al equipo de baloncesto y hacer un amigo. Su único amigo.

Hanji no lo es.

Ymir no lo es.

La mujer de las nieves no lo es.

Ese vampiro tampoco.

Eren, imposible.

Marco es el único, que ingenuamente se acercó a él sin tener la menor idea de su verdadero ser. Por mucho que le guste sentirse parte de esto, no debe olvidarlo. Él no es humano. No pertenece a este mundo. Marco se convirtió en algo lejano y maravilloso. En aquello que él no quiere romper.

- ¿Te cansaste? - Marco se acercó a él. Llevaba una bolsa de lona llena de balones.

Jean no lo escuchó, hasta que pudo ver el rostro pecoso muy de cerca, retrocedió y le entregó el balón.

-Iré al baño- se excusó.

Hanji lo dijo "Solo son perros amaestrados", la cazadora tiene razón. Hace siglos, lo licántropos cazaban humanos y los humanos los cazaban a ellos. Después de los vampiros ellos eran el máximo depredador. Tiene hambre. Es un hambre terrible. La carne que quiere no es la que puede conseguir por unas monedas.

Los licántropos cazan humanos.

Marco es un humano.

Él es un licántropo.

Asustado se sintió repentinamente enfermó. Enfermó de sí mismo. Se repudia.

El estúpidamente llamó a Levi monstruo. Olvidó lo más importante. Él también es un monstruo.

El baño era sólo una excusa.  Quería irse, marcharse, el sentimiento de pertenencia de volvió algo insoportable.  Ya no lo sentía.

 

 

Ymir buscaba un lugar tranquilo, lejos del molesto bullicio de las aulas repletas de estudiantes estúpidos, el colegio es un lugar grande, escapas de un ruido y te encuentras uno igual o peor.  Un aula vacía quedaba en lo que un día fue uno de los edificios del ala oeste del colegio, fueron abandonados hace un par de años.

¿Por qué?

No está interesada en eso.  Solo quiere un lugar tranquilo. Caminaba por el pasillo y por el gran ventanal vio a Jean correr, lucía afligido, ella sabe por qué.  No duró tanto. A diferencia de Jean que desesperadamente quiere sentirse parte de algo y arrogante insiste en ser de utilidad, ella no.  A ella le da lo mismo si es parte o no de algo. Solo si no le afecta estará más que satisfecha.  Solo si puede escabullirse sin causar el menor daño a su persona. Porque ella tampoco es un humano. Al menos lo acepta y es consciente de ello.  No como Jean o como Levi. Ella no es así de estúpida.

 


--.....--

 


Levi reposaba sobre la cama. Los últimos días había dormido junto a Eren, Hanji le pidió que cuidase de él, no le molestaba, incluso cuando él mocoso era un tanto estúpido algo le hacía sentir la terrible necesidad de cuidar del chico. Un sentimiento extraño, el cual según él perdido hace siglos. Ahora parte de su humanidad recuperada, tenía una vaga idea de porque él chico lo hacía sentir de esa manera. Eren no lo miraba como un vampiro, no lo veía como un monstruo, para él solo era Levi.  Levi, sólo eso. Quizá su ingenuidad o ignorancia sobre lo que realmente ocurría a su alrededor, Levi comprendía que  los humanos se mantenía felices en la ignorancia. La burbuja de Eren se rompió hace mucho tiempo, bajo la promesa de Levi dormía tranquilo.

Eren tenía la costumbre de moverse mucho durante la noche, pataleaba y balbuceaba cosas, Levi de alguna manera se las ingenio para lograr que el humano dejara de hacerlo, ahora él chico dormía cómodamente custodiado por él vampiro. Su piel morena y cabello castaño, dormido no dejaba ver sus bonitos ojos verdes.

Incluso cuando durmió todo el día. Hanji hablo sobre "eso y lo otro", la cazadora colocó gruesas cortinas negras en las ventanas, trajo un ropero donde Petra hurgo y lo tomo como su diminuto dormitorio. Esa chica tenía la extraña obsesión con los lugares pequeños, la hacen sentir segura. Como si nada ni nadie pudiera entrar, desde pequeña lo hace, a Levi no le molestaba las extrañas costumbres de su hija adoptiva, si Petra era feliz lo demás lo traía sin cuidado.

Eren despertó.

-¿Levi? - sabía que él vampiro estaba ahí. La oscuridad le impedía verlo.

 - ¿Sí? - la voz de Levi sonó como un ronroneo.

 - Buenos días- saludo.

 - Apenas son las siete de la noche- soltó un suspiro -Dormiste toda la tarde.

 -¿ En serio? crei que era de dia...

 - Hanji salió, Petra está en su castillo ¿tienes hambre?

 - Qué hay de comer?

 -Un sándwich.

 - Tengo hambre.

 Levi también tenía hambre. No podría comer un sándwich, consciente de que a Eren le causaba miedo verle alimentarse, esperaría hasta la noche para comer con Petra.

 -Entonces vamos.

A chica de cabello castaño esperaba sentada en la mesa, se la paso todo el día armando rompecabezas que Hanji le regalo. Levi pasaba mucho tiempo con el chico, ella y su rincón estaban cómodas. El rincón es el único lugar donde se sentía tranquila.

- ¿Ya comiste? - preguntó Levi. Eren no estaba con él, la chica pensó que él se quedó en su habitación. Después de todo no es agradable ver vampiros alimentarse.

-Te estaba esperando- plantó su mirada en el refrigerador -Por un momento creí que no bajarías.

-Estaba conversando con el mocoso- abrió el refrigerador sacando as bolsita de sangre -Así que vamos a comer- sirvió la sangre con cuidado en los vasos -Este es el tuyo- le entregó uno con más porción.

- ¿Es toda la que queda?

-La vieja loca traerá más mañana.

- ¿Solo comerás eso?

-Si.

-No- negó -Acercó el recipiente del vampiro y vertió hasta que ambos quedaron con la misma porción -Deja de hacer eso.

- ¿Hacer qué? - se sentó en la silla.

-Darme más comida a mí.

-Lo tendré en cuenta.

La chica contenta bebió su porción con ferocidad, Levi por el contrario bebió tranquilamente.

-Estoy bien- sonrió. Sus mejillas rosadas se iluminaron.

-Te dejo- se levantó recogiendo ambos vasos.

-Yo los limpio- detuvo al vampiro -Supongo que tienes algo que hacer.

Levi levantó una ceja. La chica parecía extrañamente feliz.

- ¿Te han gustado los rompecabezas?

- ¡Si!

-Conseguiremos más.

El dejó a la joven vampiresa quien se dirigió a la cocina.

Subió por las escaleras hasta llegar a la habitación del chico.

-Creí que te irías- se sentó en su cama.

Levi jalo una almohada sentándose sobre la cama.

- ¿Quería preguntarte algo? - sacó un libro de la cajonera a lado de su cama.

- ¿Qué?

-Estaba leyendo esto- abrió el libro extendiéndolo sobre la cama. El libro olía a humedad.

 - ¿Respiran? – preguntó señalando un párrafo del libro -Aquí dice que no se sabe, mucho sobre el funcionamiento de un vampiro, solo por rumores y lo poco que se ha llegado a observar.

"Él ha vivido por mucho tiempo"

 Un vampiro de seiscientos años. Eso es mucho.

Observó a Levi detalladamente.

"Creo..."

 -Es diferente- respondió Levi.

 - ¿En qué? -cerró el libro.

 - Funcionamos diferente- dijo con el afán de finalizar la conversación.

 - ¿Qué es lo que los hace diferentes?

 -Todo.

 -Esa no es una respuesta.

 -Ven- el vampiro se acomodó en la cama señalando su pecho -Me refiero a esto.

Lograba sentir los lentos y pausados latidos en el pecho de Levi. Estaba acostado en la cama. Junto con Levi. La naturaleza de un vampiro está un tanto alejada de la realidad. Eso Eren ahora lo entendía. O eso cree. La mano del vampiro era fría. Menos fría de lo que esperaba, también por ratos respiraba.

Quizá los libros mentían y exageraban las cosas solo para hacer ver a los vampiros como seres terribles. Algo que mata por alimento no es malo. Los humanos lo hacen, los vampiros lo hacen, solo que los vampiros matan humanos.

Esa es la diferencia, la gran brecha entre ambas especies.

 - ¿Aun estas vivo? - dijo entusiasmado.

 El semblante de Levi le hizo saber que eso no era del todo correcto.

 - Los vampiros son escasos por dos razones- hablo. Parecía reacio a iniciar esa conversación. Aun así, quería, necesitaba que Eren entendiera eso. -Los vampiros no estamos interesados en aumentar nuestra cantidad- explico -La segunda es que son muy pocos los que logran transformarse.

 Eren mantenía los ojos repletos de curiosidad.

Levi solo bufo.

 -La transformación no dura más de unos días, es ahí cuando se desarrolla lo que llamamos "la cosa viviente" un extraño órgano junto al estómago- señaló una parte de su abdomen -Esa cosa funciona con sangre, está adherida al estómago para absorber la sangre que ingerimos y se encarga de pasar está a todos nuestros órganos y mantenernos "vivos", es por eso que necesitamos sangre fresca, es la única manera de seguir funcionando, eso es algo que no se dice.

 Eren tenía la boca abierta. Estaba sorprendió. Nunca imaginó que los vampiros funcionarán de esa forma.

 -Pero tus manos- acercó la suya a la de Levi. Este la alejó con cuidado.

 - Funcionamos más lentamente, como explicarlo- lo meditó un rato - ¿Te has dado cuenta que duermo todo el día?

 Eren asintió.

 - Es como hibernar, lo hacemos para no tener que ir en busca de alimento con frecuencia.

 - ¿Y el sol?

 -Es parte de la maldición, no somos "puros" y la luz nos quema, es el castigo por existir de la vida humana.

 - Eso significa que pueden tener sexo.

 Levi alzó una ceja al escuchar la pretenciosa pregunta del chico.

Eren solo escondía parte de su rostro detrás de la almohada.

 -Sí- respondió sin mostrar interés.

 -Ya veo- respondió Eren avergonzado.

La pálida mano lo acarició, Eren dio un ligero respingo al sentir aquella sensación, se sentía extraño, en otras ocasiones logró rozar a Levi, nunca se imaginó la frialdad en la piel del vampiro. Aún tenía muchas preguntas que hacer. Quizá nunca se las responderían.

El mayor se colocó encima de él.

-Sí, podemos hacer ese tipo de cosas.

Los fríos labios de Levi se posaron sobre los suyos., el cuerpo del chico se estremeció ante el contacto, sus labios también estaban fríos, fríos como el hielo, las áspera y húmeda lengua de Levi jugueteo un poco.

-Ábrela- dijo aun teniendo sus labios sobre los de Eren -Ábrela o no poder entrar.

El chico solo obedeció.

El mayor lo besó con vehemencia. E sentía ligero e insignificante al lado del vampiro. Asustado y tranquilo, una mezcla de emociones lo mantuvo neutralizado debajo del mayor. El sentimiento de algo dentro de él, una lengua, que jugaba con la suya y lo hacía sentirse mareado. Como si absorbiera todo de él. La fría caricia sobre su cuerpo, su respiración se volvió rápida y arrítmica

El crujido de la cama sosteniendo el peso de ambos.

Por un momento pensó en toda su vida.

-Ven- su voz en un susurro y también una orden. Lo tomo por los brazos -No llegaremos a nada si solo te quedas ahí tendido- dijo en un gruñido -No funciona así.

Eren revolvió las manos en la espalda del mayor, no tenía la menor idea de que hacer, sabia a donde llegaría.

El movimiento de Levi guiándolo.

 - Yo... -  su voz sonó asustada.  Esta aterrorizado.

 - Bien- el vampiro se reincorporó quedándose a lado de él.

 - No, no es eso- su voz desesperada.  Lo deseaba.  Entendía cómo funcionaba "eso".

 El vampiro se colocó nuevamente sobre él.

 - ¿Y ahora?

 Eren solo asintió.

 - Pon tus manos alrededor de mi cuello.

 Eren obedeció.

El chico fue quien dio el beso.

 - Bien- murmuró el vampiro.

 - ¿Y luego?

 -Vamos a jugar.

 Se despojó de su camisa dejando a la vista su blanco pecho, la piel extremadamente pálida. Eren lo toco, las pieles contrastaron, la frialdad del cuerpo lo hizo retroceder por un momento.

"Está frío"

 - Quítate la tuya.

 Eren hizo lo mismo, avergonzado al dejarse descubierto.

Levi desabrocho los pantalones del chico.

 - No eres un bebé, desvístete.

 El castaño se mordió los labios de la vergüenza. Se bajó los pantalones evitando mirar al mayor.  Los ojos negros del vampiro se posaban sobre él con un extraño morbosidad y codicia. La pierna de Ernesto rozo la erección de Levi.  Finalmente se dejó desnudo, sobre la suave cama con el vampiro sobre él.

 - Es vergonzoso, no me veas- reprochó.

 - No- desabrocho su pantalón - ¿Qué es lo que quieres?

 -No entiendo...

 - ¿Cómo lo quieres? - corrigió.

 - No quiero que me duela.

 - No permitiré que te duela.

 - ¿Vas a ser amable?

 - Te tratare como un tesoro.

 Con su fría mano tomó las elecciones de ambos.

Eren gimió ante el contacto.

 - Será así- soltó un bufido - No voy a penetrarte- gruñó moviendo su mano.

 Eren intentó alejarlo, no tenía la fuerza para alejar el cuerpo.  

 - Es demasiado- gimoteo - ¿Por qué no?

 - No eres una chica.

 Él lo sabía, sabía que no es una chica. No tenía una vagina ni pecho suaves.

 - Ellas se lubrican- levantó la pierna del castaño y observó con curiosidad - Aquí- lo rozó con un dedo.

 - ¡Espera! - gimió.

 -No lo haré.

 - Me siento raro- una opresión en su pecho, el cosquilleo en su estómago lo hizo retorcerse.

 - Me vengo...- apretó una almohada al sentir la marea de sensaciones recorriendo su columna.  Su semen salió manchando su entrepierna.

 Levi lo miró perplejo.

 - No me veas- se cubrió con sus manos.

 El mayor lo levantó tomando sus piernas, las cerró colocando los pies de chico en su pecho, Eren no entendía.

 - Quédate quieto.

 Siento la erección el mayo entre sus piernas, no lo estaba penetrando, usaba sus muslos para restregarse.

 Solo gimoteo.

Levi soltaba gruñidos, movía sus caderas entrando y saliendo de entre los muslos del chico.  Lo jalo con fuerza y se corrió.

Eren se quedó tendido sobre la cama, Levi cayó pesado sobre él.  Su cuerpo estaba sudando, la piel de Levi se mantuvo inmaculada.

 -Estoy mareado.

 - No, aun no te duermas, debes bañarte.

 - Estoy cansado.  

 Lo cargo hasta llevarlo al baño, ahí lo limpio, el chico solo lo obedecía.

 - Quiero dormir.

 Lo dejó sobre la cama acostándose a su lado.

 - Entonces duérmete- lo cubrió con la manta.

 - ¿Te quedaras?

 -Me quedaré.

 

 


--.....--

 

 

 

Inútilmente intentaba recuperar su vida. Inútilmente. Ya no hay nada que hacer.
Su mente iba y venía. Por momento soltaba un suspiro. Nada más que aquella rutina. Juro siempre odiarla, hasta el dia que se dio cuenta de que todo había cambiado sin que él se diera cuenta. Que asustado se sentía.
Durante las clases de biología, la maestra habló sobre la sexualidad humana, con solo pronunciar la palabra "sexo" un bullicio inundó el aula. Risas nerviosas de jóvenes curiosos e inexpertos. La maestra habló sin prejuicios e inhibiciones, tocando un a gran variedad de temas, incluso habló sobre relaciones lésbicas y homosexuales. Fue en ese instante que aquella idea se incrusto en su cabeza de adolescente. Pensó en Levi. Pensó en la vez que se besaron. Rebobino el recuerdo en su cabeza. La sensación de las manos frías de Levi, y su voz hablándole en un extraño tono que no le quedaba. Aun así se esforzaba. Se imaginó a sí  mismo siendo tomado por el vampíro en su habitación oscura, como aquella noche que entró a visitarle sin previo aviso, el recuerdo le hizo erizar la piel, del susto su rostro se crispó al darse cuenta de sus pensamientos. Estaba fantaseando con Levi. Quería ser tomado de esa manera. Lo deseaba.  Un deseo más allá de lo que su joven mente podía procesar.
Conocia a Levi desde hace más de seis meses, converso con el en varias ocasiones, sabias sus manías, la costumbre de llevar siempre ese pañuelo blanco adornando su cuello y su obsesión con la limpieza. Y los más importante. Sabía que Levi es un vampiro. Lo vio con sus propios ojos, lo ha visto alimentarse y caminar por la casa sin poder dormir, leer libros sin parar, limpiar sin parar y no mostrar una sola señal de cansancio.
Avergonzado no pudo prestar atención al resto de la clase.
En el departamento no hizo nada más que echarse en el sofá y recordar los últimos acontecimientos ocurridos durante los seis meses. Los días de escuela, las salidas con Mikasa y Armin, las conversaciones con Hannes, los regaños de Rico, el dia que se encontró con los cadáveres en el bosque, incluso por alguna razón pensó en aquel detective, en su mente escuchó claramente las palabras que él había dicho ese día "La ciudad ya no es tan tranquila" ¿A que se refería exactamente?
El recuerdo de aquella noche con Levi, incluso aunque no habían tenido sexo realmente. Imagino como seria enrollarse con Levi, ser tomado por el. Mordió su labio inferior al caer en cuenta de un pequeño detalle que había pasado por alto. Levi es un vampiro. Los vampiros están muertos. Apretó los labios y emitió un sonido parecido a un sollozo. No tenía un futuro con Levi e incluso podría ser que el vampiro solo esta jugando con el. Entre sus fantasías ignoro algo tan obvio. Que patetico se sentía en ese momento.

Antes de siquiera notarlo la tarde cayó, el dormito en el sofá.

 

 

--.....--

 


Hanji estaba atareada con lo acontecido en los últimos días. La legión de brujas tenía la mirada clavada en ella y Lilith estaba husmeando en sus asuntos. Tenía un horrible dolor de cabeza punzante.

-Eren. Ayúdame con esto.

La cazadora saco un montón de dagas y espadas de una maleta que llevaba consigo.

- ¿Qué es?

-Son mis armas- dijo con orgullo -Están un poco desafiladas, toma- la entregó una vara de metal -Agarra una y con cuidado le sacas filo, te daré las pequeñas, las grandes las haré yo, sería terrible que te sacaras uno de tus bonitos ojos verdes- carcajeo.

-¿Solo las pequeñas?- pregunto tomado una. Pesaban más de lo que se imaginaba.

-Si, ten cuidado, podrías cortarte.

El chico se sentó en la silla y empezó a afilar una.

- ¿Haces esto muy seguido?

-No realmente, pero las cosas se han puesto interesantes, considero que debo estar preparada para cualquier eventualidad- asintió -Además, si no les doy mantenimiento se oxidan, y son caras- añadió.

-Entiendo.

Junto con la cazadora pasó gran parte de la tarde afilando armas.

Hanji le enseñaba cómo agarrar una espada.

-La tomas de aquí- señaló la empuñadura -Con ambas manos, firme- corrigió al chico -Tus pies deben estar firmes en el piso, por ejemplo- se paró frente al chico retrocediendo a cierta distancia -Lo más común con lo que peleamos son las lamias.

Eren recordó la imagen de un libro que Levi leía sobre lamias.

-Ellas tiene grandes y fuertes colas, puro músculo- blandió su propia espada -Usaran su cola para dañarte- hizo una pose de ataque -Debes ser veloz.

Levi observaba en una esquina.

-Ágil- maniobro con agilidad -Inteligente- señaló la cabeza del chico -Y astuto- señaló a Levi con la espada.

-Nunca he visto una.

-Tenemos una viva en la bodega.

Levi alzó la vista al oír las palabras de la mujer.

- ¿Qué estupidez estás diciendo?

-No te preocupes, está demasiado débil para pelear, la tenemos por qué nos será útil. Le guiño un ojo.

- ¿Y las dagas?

-Toma- le entrego una -Normalmente usamos la espada- dejó la suya recargada en la pared, Eren hizo lo mismo -Las dagas pueden hacer más daño que una espada. Colocó una entre sus manos -Te dará ventaja, pero no es buena a distancia, es más ligera, pero tienen a romperse, la clavas- simuló apuñalar algo -Y la giras, esto dañara los órganos de tu oponente y morirá de una hemorragia interna, trata de que el no haga los mismo contigo.

Mientras fingió una batalla con la cazadora Eren sintió una punzada en su mano, la sangre caliente broto. Hanji abrió los ojos como platos, su mirada se dirigió al vampiro.

Hanji sabía lo que ocurriría ahora.

La sangre manchó el piso.

- ¡Eren vete! - gritó. Sus ojos se tornaron en el negro más oscuro que el vio en toda su vida. Se dio cuenta que en ese momento Levi era el depredador y él es presa. Se sintió aterrado.

- ¡Pero...! -  no logro terminar la frase. Aterrado. Horrorizado. No había caído en cuenta del todo. Levi es un vampiro. Él es un humano. La brecha que los separa es milenaria.

- ¡Sal de aquí! - su voz sonaba desesperada.

Hanji jalo al chico.

-Vámonos.

Lo tomó del brazo arrastrándolo fuera del lugar. Eren no se resistió.

Petra solo lo observó irse, en ningún momento sus ojos miraron a Levi. Ella lo sabía, lo sabía muy bien. No son humanos, no pertenecen aquí. Se quedó en el oscuro rincón.

Levi se sentó. El olor a sangre se volvió lejano. Hambriento se encerró así mismo en la habitación. Hambriento maldijo su naturaleza. La derrota sobre su cabeza.

-Yo...

El agarre de la cazadora se suavizó.

- ¿Estas bien? - pregunto.

Eren escondía su mano en el bolsillo de su campera.

-Yo...

-No es tu culpa- su voz fue maternal y compasiva. Algo extraño en ella. No es la Hanji de siempre.

-Vamos a un hospital- sacó de su bolso una camisa verde -Limpia la sangre con esto, un pañuelo sería mejor, pero yo no cargo ese tipo de cosas.

-Lo lamento- se disculpó. Se disculpó porque en el fondo fue consciente que era su culpa. Él se expuso a todo y causó problemas.

La mujer lo tomó por el hombro dándole un ligero empujón.

-Vamos o se infectara.

-No quiero ir a un hospital.

-Comparemos en una farmacia, no te preocupes.

Eren se subió al auto, se acostó en los asientos de atrás.

-Es mi culpa.

-No, nunca lo fue, es mía por dejarte con dos vampiros- soltó una risa.

-Él y yo...

Hanji encendió el motor.

-Bueno, que se puede hacer.

Tuvo la sensación de que Hanji se burlaba de él. También la sensación de que la mujer sabia más.

El suave movimiento del auto. Las llantas contra el asfalto.

El auto se estaciono frente a una farmacia. El gran letrero iluminaba todo.

Eren apretó la herida, está aún sangraba, le dolía, hay otras cosas que le duelen más.

Pensó en los ojos de Levi, en el sonido de su voz afligida pidiéndole que se marchara, pensó en su sangre manchando la mesa y en las caricias de la noche anterior. Todo pasó tan rápido, no tuvo la oportunidad de entender su situación actual. Hasta ahora lo comprendió.

El sonido de la puerta abriéndose, Hanji sonreía o eso intentaba, solo lograba hacer una mueca chocante, de algún modo Eren logró sentirse mejor. Cuando alejo sus pensamientos el dolor punzante en su mano se hizo plausible.

Hanji llevaba una bolsa en la mano izquierda.

-Iremos al departamento de Jean, ahí estarás seguro- ella miró la herida, dejó la bolsa a un lado del chico -Déjame ver.

Eren extendió su mano, Hanji la observo minuciosamente.

-No necesitará sutura.

El respiro tranquilo.

-Dormirás ahí.

- ¿Donde?

-Con Jean.

- ¿Y Levi?

-Por ahora no- fue lo único que dijo -También lo iré a ver.

Ella sacó unas cosas de la bolsa, prendió la luz dentro del auto, vio claramente los ojos confundidos de Eren.

-Nunca lo había visto así- echó su cabeza para atrás.

- ¿Como?

-Como si realmente deseara tu sangre- sus ojos bajaron hasta mirar la mano del chico. Mojo un algodón en alcohol, limpio la herida.

Le ardía, incluso aunque ella lo hacía con cuidado, el alcohol le quemaba la carne.

-Lo lamento- sollozo.

Hanji frunció el ceño. Estaba sorprendida.

-Bueno, estas cosas pasan- respondió despreocupadamente -Cuando mezclas vampiros y humanos, no debí darte una daga, eres un niño torpe.

Las lágrimas cayeron y un lamento angustioso salió de los labios del chico.

-Fue un accidente- dijo para consolar al chico -Es la naturaleza de Levi, él se ha concentrado en alimentar a Petra y se ha dejado de lado así mismo, cuando te cortaste el ya no logró controlarse, aún estaba lo suficiente cuerdo para decir que te fueras.

Eren miraba su mano, la observaba como si esa no fuera su mano.

-Lo obligare a beber sangre o le clavare una estaca.

 


--.....--

 

 

La mujer que lloraba no poder estar junto a su cría.

“Un hijo, así le llaman”

El sonido de algo golpeando la corteza del árbol. Un animal. Un monstruo.

La mujer. Joven. Madre. Yace sucumbiendo ante la muerte. Su final. Con su cuello finamente cortado del cual con delicado morbo brota la sangre carmín.

“La yugular, así le dicen”

Una fría mano la toma de las pantorrillas.

-Me duele- es lo único que alcanza a decir con el poco aire que llega hasta sus pulmones. En su desesperanza es lo único que alcanza a balbucear.

Su sangre cae por su garganta manchando su cabello, logra saborear el óxido de su propia sangre abandonando su cuerpo. Se enfría. Se está muriendo.

Chilla.

Su cabello castaño, impregnado de la sangre que se seca volviéndolo un montón de hilos con una masa roja reseca.

Unos fríos ojos azules la observan morir.

-Tu…

La joven rubia de crueles ojos azules solo la mira, como si de un animal se tratase. Sin inmutarse la ve agonizar, no hay disfrute en sus ojos. No hay nada.

Está vacío.

La sangre se convierte en burbujas, estas explotan en un destello de colores rojizos, el líquido llega hasta su nariz llenando sus fosas. El cuerpo solo está ahí, colgado de un árbol, su sangre llena un balde.

Cuatro litros. Esa es la cantidad de sangre que posee un cuerpo adulto. La última imagen que pasa por sus ojos es su pequeño hijo jugando con un carro. Sus pequeñas manos sucias y blancas.

-No es suficiente- un joven rubio y fornido tuerce el labio mostrándose indiferente ante el dolor y la agonía de la joven mujer.

-Eso basta, de aquí a tres días- dice con una voz fría la joven rubia de fríos ojos.

La vampiresa que responde al nombre de Annie. Un monstruo con figura femenina.

-Cazaremos después- dice el tercero de cabellos oscuros. El más alto, aunque más delgado, de nariz respingona y semblante amable. L se acero a la joven, ambos rubios lo miraron -Lo lamento- se disculpó.

La joven de moribunda lo observó.

El solo le sonrió.

Una auténtica sonrisa. Llena de lástima. Llena de miseria.

-Mátame- suplico.

El asintió y le rompió el cuello. En su infinita infamia, en el corazón calcinado hace siglos tuvo lástima del sufrimiento de la criatura.

-Aún está fresca- se levantó dejando el cuerpo a un lado -Beban- los invito.

 

 


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