-Los monstruos observan desde la ventana-
V
Yaces en esta habitación vacía sediento
No hay nadie que venga a curar tus heridas
Eres tú
Siempre así
Tan despreciable
Añoras el amor que te arrebataron
Pero eres solo bestia enjaulada
No puedes hacer nada
Nada dura para siempre y así será siempre
Naturaleza muerta
Bienvenido a tu nueva vida
Nada es tuyo
Solo eres una mera existencia
Alguien vacío
Cáscara vieja
Mientras él duerme
Esos orbes verdes
La oscuridad los devora
Él es rey
León buscando a su presa
El mundo está corrompido
Las risas arrasan con todo
Tus manos están manchadas de carmesí
Eres un asesino
La vida te lo quito todo
Nada dura para siempre y así será siempre
Los reyes se rebelan
Y la lluvia sigue
El rugido fluye en esta guerra
Todo el mundo
Todo el mundo
Eres naturaleza muerta
En un rincón oscuro
Hay una parte de ti
Que florece
Ha nacido el hijo del dragón
Sus alas están rotas
¿Socorrerás a su llanto?
Nada dura para siempre y así será siempre
Has llorado tanto
Tus manos están manchadas de carmes
Tu nueva vida la escribe
Un demonio hambriento
Extenderás tus alas
¿Matarás al rey?
Este mundo está distorsionado
Nos inunda esta gran melancolía
No puedes hacer nada
Nada dura para siempre y así será siempre
Ha nacido el hijo del dragón
¿Lo dejarás vivir?
¿Lo mataras?
Nada dura para siempre y así será siempre
Incluso la eternidad tiene su fin
--...--
Petra observaba en un rincón, Levi le había enseñado a hacer grullas de papel, estaba feliz, aunque prefería mantenerse en ese rincón. Observando.
- ¡Maldito seas! - grito al verse en el espejo.
Petra levantó la vista al escuchar los lloriqueos y maldiciones.
Levi chasqueo su lengua dejando la pajarilla en la mesa, Petra la tomó feliz.
–Cállate.
- ¿Cómo te atreviste? ¡Imbécil! - chillo la de cabellos blancos –Me veo terrible.
-Era eso o la muerte- tomó otra hoja de papel y se dispuso a armar otra grulla, Petra se acercó a él, mirando atentamente como el vampiro doblaba el papel cuidadosamente.
- ¡La muerte! - grito furiosa.
La novicia dio un respingo.
-Levi- lo llamó con una voz casi inaudible.
- ¿Si? - el vampiro le entregó la figura.
-Tengo hambre- dijo casi en un lamento.
-Iremos a comer después.
Miró con desagrado a la joven rubia.
- ¿Matarte? no, me serás de utilidad- gruño. Acarició la cabeza de la castaña, esta se escondió nuevamente en el rincón.
-Sal de ahí.
La joven negó con la cabeza.
-Como quieras.
- ¡Te mataré! ¡Te mataré! - pataleo la pequeña figura en el piso –A ti y a la estúpida esa- señalo a Petra.
-A ella déjala en paz- gruñó.
-No pensé que fueras del tipo de persona que se preocupa por sus lacayos.
-Ahora luces mejor, ¿Aún conservas tus poderes? - pregunto.
La niña miró sus manos y una brisa fría salió de ellas.
-Eso parece- respondió - ¡Pero ese no es el caso! ¿Cómo pudiste? – lloriqueo. El vampiro solo se recostó en el sofá mirando al techo.
- ¡Levi! - grito - ¡Eres un maldito!
-Como sea- puso una almohada en su cabeza para no escuchar los gritos de la niña. La joven novicia optó por también ignorarla.
- ¿Sabes las consecuencias que esto trae? - pregunto ya algo tranquila. Respiro profundo ahogando las maldiciones en su garganta.
-Si, algo me explico Hanji- dejo la almohada a un lado suyo, para luego arrojársela a Petra –Que te quites de ahí- bufo enojado.
-Ahora yo…- se lanzó al piso - ¡Soy tu sirviente! - se retorció en el suelo al tiempo que gritaba y pateaba cosas, el de cabellos negros solo miraba la escena con fastidio, se levantó y tomó a la chica de los costados.
- ¿Aun eres una yuuki-onna?- la miro curioso.
- ¡Púdrete! - gritó lanzándole una fuerte patada en el estómago. Petra se mantuvo en silencio, apoyó su cabeza en la almohada y se durmió.
--...--
Eren caminaba cansado y somnoliento, lucía unas terribles ojeras como dos círculos negros enmarcando sus ojos "me siento fatal" pensó, levantó la vista y pudo ver como sus dos amigos lo saludaban con las pocas energías que le quedaban devolvió el saludo junto con una sonrisa.
-Eren te ves mal- dijo la japonesa preocupada.
El castaño solo intento fingir una sonrisa para aliviar a la chica, ella frunció el ceño en señal de disgusto.
- ¿Qué ha sucedido contigo? - pregunto el rubio preocupado. Armin era más perspicaz, no es fácil engañar a Mikasa, mucho menos al de ojos azules.
-No he dormido bien- fue la respuesta de Eren, igual y no es de toda una mentira. Juntos caminaron hasta llegar a la entrada de la escuela, el día transcurrió normal, aunque Eren se la vivía paranoico mirando a todos lados y siendo muy cuidadoso con lo que hacía.
--...--
Mocosa molesta
- ¡Soy una huerfanita! - chillo una niña rubia.
-Cállate- gruño Levi.
- ¡Soy una huerfanita y mi hermano no me quiere! – lloriqueo.
- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó el vampiro.
- ¡Dulces! - pidió la niña con una gran sonrisa - ¡Muchos dulces!
-Bien - siguieron su camino ante la mirada expectante de los transeúntes quienes los miraban curiosos. Petra lucia bastante alegre, incluso aunque la transformación en vampiro es dolorosa la chica parecía llevarla bien.
- ¿Cómo te sientes?
-Bien- asintió.
- ¿No duele demasiado?
-Solo tengo mucha sed- rasco su garganta.
-Sí, así es al principio, conforme pase el tiempo aprenderás a controlarla.
- ¿Estás enojado?
-No- negó el mayor –Solo un poco cansado.
-Los vampiros se cansan…- río –Es triste- la brisa meció sus cabellos.
- ¿Qué?
- ¿Cuánto tiempo ha estado solo? - se atrevió a preguntar aquello que la estaba intrigando.
-Lo suficiente- respondió.
-Es triste- lo miro con cierto pesar –Estar solo.
- ¿Qué me compraras hermano? - la pequeña yuki-onna jalo de la gabardina al vampiro.
-No soy tu hermano- recalcó.
-Sí, si lo eres, ahora que soy débil necesito de alguien que me cuide y proteja, y Levi mi hermano mayor será mi protector.
-No, no lo seré- siguió su camino haciendo todo lo posible por ignorar a la rubia, está jalo su gabardina nuevamente.
-Levi no me dejara solita, ¿verdad? - pese a su baja estatura y su actitud algo infantil en ningún momento se le olvidó quien era realmente. Un demonio.
-Muérete- se inclinó hasta quedar a su altura.
- ¡Soy una huerfanita! - lloriqueo, se lanzó al piso y pataleo –Mi madre está muerta y Levi mi hermano mayor quiere que me muera- la gente solo se detuvo a mirar la escena - ¡Soy una huerfanita! - el azabache siguió su camino hasta darse cuenta de que una mujer se detuvo y habló con la rubia. Petra solo lo seguía como un cachorro perdido.
- ¿Qué te pasa? - pregunto preocupada la mujer.
- ¡Soy una huerfanita! - dijo entre lloriqueos –mi hermano me ha abandonado.
- ¿Quién es tu hermano? -
- ¡El! - dijo señalando a Levi, el solo giró sobre sus talones.
-Nos vamos- la tomó del brazo, la niña se trepó sobre él, la novicia solo suspiro.
- ¿Ella es su hermana? - le pregunto la mujer.
-No…bueno sí, hemos tenido un par de problemas familiares por eso anda bastante inquieta- explicó Levi apretando el brazo de la niña –Es muy traviesa.
- ¡Soy una huerfanita! - repitió por milésima vez.
Levi apretó con fuerza la delicada muñeca de la niña.
- ¡Dulces! - grito feliz.
-Te daré dulces…- camino junto con la pequeña niña –Pero te callas.
- ¡Oh! ¡Sí!
--...--
-Gato-
La escuela era ruidosa, se sentía terrible, quería irse y dormir en algún lugar donde sea, incluso en el piso de ser necesario
- ¿No has dormido bien? - le pregunto la chica al castaño. Eren solo estiro los brazos pensando en alguna excusa creíble, se detuvo, bajó la vista y miró sus pies. «Si se lo digo probablemente desatara la tercera guerra mundial».
-Creo que sufro de insomnio- dijo con una gran sonrisa forzada.
-Deberías ir al médico, quizás tengas alguna enfermedad, no me gustaría que te enfermaras- la chica lo miró con tristeza –Cuando termine el semestre me iré a Japón con mi madre, quiero disfrutar estos últimos meses con mis amigos, aunque pensándolo bien no tengo muchos.
Ambos se miraron
- ¡No te preocupes! - dijo con la poca energía que le quedaba –Armin y yo te haremos una fiesta espectacular.
-Cierto…- sonrió.
- ¡Oye! - la llamó el castaño –Sobre el festival de la escuela ¿qué haremos? - preguntó el de ojos verdes a la de rasgos asiáticos.
-Sobre eso…- la chica se detuvo y se quedó parada pensativa –Dos estudiantes se unirán a la clase, haremos todo para el festival, en parte para integrarlos a la clase.
- ¿Nuevos estudiantes?
-No sé, creo que son extranjeros.
-Una pregunta.
Mikasa asintió.
- ¿Las personas pueden tener ojos completamente negros?
-No, normalmente llega a un marrón muy oscuro, pero nunca negro.
- ¿Ni completamente negro? Como si la pupila fuera todo el ojo.
Mikasa lo pensó un poco.
-No he leído sobre esa enfermedad- se acomodó su bufanda -¿Por qué lo preguntas?
-Solo tenía curiosidad.
--...--
Pequeño monstruo.
-Tengo hambre- repitió por milésima vez
-Ya comiste.
Levi le entregó una de las bolsitas de sangre a Petra, ella la bebió con desesperación, de sus comisuras salió la sangre, la trago, Suo lo mira con repudio.
- ¡Levi! - araño la mesa de madera –Tengo hambre.
-Eso no me importa- le entregó un pañuelo a la novicia, esta se limpió avergonzada.
-Lo lamento- Se disculpó.
-No es nada.
-Hermano…- la niña estaba sentada en la mesa, jalando el mantel o meciéndose en la silla.
-Debe haber algo en la nevera- respondió el azabache a las exigencias de su compañera.
- ¿Hay helado? - preguntó la niña.
-Sí, hay helado- respondió limpiando los restos de sangre en las mejillas de la castaña.
- ¡Qué bien! - la niña corrió a la nevera y abrió la portezuela, sacó un bote de helado corrió hasta el sofá y comió –Me gusta el helado- dijo con una gran sonrisa.
-Ya lo noté- el vampiro lucio fastidiado ¿En qué momento terminó siendo el hermano mayor de ese monstruo? –Ve a bañarte- ordenó a Petra.
- ¡Recordé algo! - grito la albina.
-No grites solo porque recordaste algo.
- ¡Ly! - gritó señalando al vampiro con la cuchara.
- ¿Ly? - por la mente de Levi paso la esbelta figura de un hombre con un traje completamente negro y unos fieros ojos azules - ¿Que tiene el gato de Hanji?
-Gato…- la niña ladeo la cabeza –Gato blanco, ojos verdes, es un chico.
- ¿Ah
-Tienes hambre…
- ¿Hambre?
La niña parecía bastante concentrada lo que preocupo a Levi.
–Los vampiros deben cazar, como los gatos, no importa que tan adiestrados estén son bestias, en ningún momento su instinto se fue- lo miro y pudo ver los ojos de
un rojo pálido casi rosa –Pero eso no es ningún problema- enterró la cuchara en el helado, observó cómo se derretía.
-Eres una pequeña molestia- bufo Levi cansado.
-Ya es de noche, no queda más helado…
-Te lo comiste todo- Levi le entregó una toalla a Petra, la chica entro al baño mirando de reojo a la chiquilla.
-Cierto…- colocó el bote en la mesilla –Eren.
- ¿Qué tiene ese mocoso?
-Nada en particular. Asintió energéticamente.
--...--
Él sabía que algo se escondía en el bosque.
Incluso cuando se sentía aterrado algo le decía que debía ir. Ahí. Dentro del bosque.
"Las cosas se han puesto oscuras"
Un gran loco plateado salió de la penumbra, oscureció repentinamente, el lobo no era el mismo de la otra vez, sus ojos eran más humanos.
-Supuse que vendrías- una mujer de lentes apareció, detrás de ella una joven de pecas lo miro de pies a cabeza - ¿Eren Jeager?
Al oír su nombre solo pudo sentir terror.
-Bueno, creo que ya nos conocemos.
-No sé quién eres.
El gran lobo se colocó detrás de él.
- ¿Ah no? - dijo fingiendo no entender -Eras más pequeño, Hannes hizo un buen trabajo junto a Rico.
- ¿Hannes? ¿Rico?
-Oh, si
-Ustedes no son personas normales.
- ¿Qué es normal?
-Sea lo que sea no son humanos.
-Exacto- lo felicito.
El lobo se echó en el suelo y la chica de pecas se posó junto a él.
-Deja de actuar como un idiota- le dio una patada al lobo. Este solo le gruño.
-Confiar en mí- le extendió la mano -Tu padre no quería esto, pero es necesario.
La delgada silueta de un hombre lo vislumbro. Si piel tan pálida lo aterro, los mismos ojos negros, detrás de él un alto hombre de ojos azules lo miraba.
-Supongo que conoces Ly, lo seguiste hasta aquí.
- ¿Ly?
"El gato"
- ¿Ustedes han hecho todo eso? - grito ante el horror.
-Nosotros queremos detenerlo.
- ¿Cómo conocen a mi padre?
-Un viejo amigo.
El hombre de piel clara lo observaba con gran detalle. No demostraba emoción alguna. Solo ese semblante serio.
- ¿Qué eres? - se dirigió a él.
-Él es un vampiro.
- ¿También la chica del otro día?
- ¿Cuál chica?
-Se refiere a Petra- explicó Ymir -Nos veremos en el colegio.
Ly paso de un alto y delgado hombre a un humo plateado para luego tomar la forma de un gato. El mismo gato.
-Ellos quieren matarte- Hanji tomo a Ly entre sus manos y se lo entregó -Toma- Ly tenía los ojos clavados en él, ronroneó un poco, Eren lo miró con terror.
-Solo toma al maldito gato- ordenó la chica de pecas.
Eren obedeció.
-Mientras este el contigo no te pasara nada.
- ¿Cómo conocen a mi padre?
Ly gruño.
-Lo sabrás luego, por ahora no le cuentes sobre esto a Hannes ni a Rico, nosotros hablaremos con ellos después- le guiñó un ojo.
Ymir extendió sus manos con las palmas abiertas en el aire, una brisa cálida lo hizo temblar, de las manos de la chica un líquido salió de este se transformó un portal, pudo ver su habitación a través de él.
-Te veremos después- se despidió Hanji.
Eren tomó a Ly quien dormitaba en su pecho, entró asustado por el portal, le dio una última mirada a todos. El sólido piso lo hizo saber que estaba ahí, fue real. Aún tenía al gato cargado, lo dejo en su cama.
Parte del cuerpo de la chica de pecas salió por la pared.
-No sueltes la legua niño- reprocho -Y no hagas cosas estúpidas- finalmente desapareció.
--...--
Logró salir de su trabajo antes de las diez, se encontraba aparcado fuera de la casa de detective retirado, vio la luz de la sala encendida.
Golpeó la puerta y lo recibió el hombre viejo un tanto encorvado.
-Estaba a punto de irme a dormir- dijo con molestia.
-Lo lamento.
-No te preocupes, supongo que estás muy ocupado, la gente no deja de morir ¿Cada tres días?
Erwin no había tomado ese dato en cuenta. Cada tres día encontraba un cadáver fresco o ya pasado tiempo, los cuerpos recientes.
-Se alimentan cada tres días- explicó con desgano.
Un montón de cajas apiladas en la sala.
-Es eso- señaló a la montaña de cajas -Ahí está todo lo que necesitas, llévatelo, léelo y quémalo.
- ¿Qué hay ahí?
-Todo lo que necesitas para entenderlo- su voz era baja -Lo único que te puedo decir es que no te enfrentas a algo ordinario y ten mucho cuidado, si se enteran que estás husmeando no dudaran en matarte, lo hacen con todos, lo hicieron con mi abuelo.
- ¿Qué son "ellos"?
-Vampiros Erwin, vampiros reales, no los de los libros, estas cosas son horribles- hizo una mueca horrorizado.
--...--
Eren estaba recostado en su cama, el techo de repente se volvió interesante. Algo golpeó su ventana, no quería levantarse. Estaba en un tercer piso, probablemente la rama de un árbol. Todo lo ocurrido hoy. Se cubrió la cara intentado despertar de un terrible sueño.
Hizo una cara de niño feo y decidió ir a ver quién lo molestaba.
- ¡Oye! - una voz se escuchó desde afuera. Sorprendido miró a Levi.
- ¿Qué quieres? - pregunto asustado. Pensó en llamar a la policía, ¿Qué les diría? "Un vampiro está acosándome". –¡No quiero nada que ver con ustedes!
-No seas idiota- se trepó hasta llegar a la ventana del chico, Eren solo retrocedió.
-No me hagas nada- balbuceó.
-No te hare nada, solo venía a verte.
Ly estaba dormido sobre la cama del chico, su respiración pausada. Abrió sus ojos azules, al ver al vampiro siguió durmiendo, el sabia que este no le haría daño al chico y si lo hacía él estaba para defenderle.
–Creí que el gato no estaba- su rostro se mantuvo estoico como siempre.
- ¿Usted se preocupa por mí?- preguntó ante la inesperada visita del vampiro.
Levi se sintió descubierto, en algún momento sintió la necesidad de venir a ver si el mocoso estaba bien. No lo diría. Se mantendria al margen tal y como lo planeo.
-No realmente- sacó del bolsillo de su gabardina una grulla de papel, se la entregó al castaño.
- ¿Qué es esto? - pregunto confundido tomando la grulla de papel entre sus manos.
-Solo quédatela- no dijo nada más, saltó por la ventana desapareciendo en la noche. La brisa nocturna entre por la ventana. Solo en la habitación Eren pensó en eso y lo otro. Ahora consciente de muchas cosas se sentía inquieto.
Eren tenía muchas cosas en la cabeza, todo le pesaba, se sentía tranquilo de saber que Levi no le haría nada, se sintió solo cuando lo vio perderse en la noche, acarició la grulla dejándolo en la mesilla de noche, se acostó en la cama y cerró los ojos. Mañana será un nuevo día.
--...--
Erwin miraba el semáforo cambiar de rojo, amarillo a verde. Llevaba cajas en el maletero y en los asientos.
- ¿Vampiros?
Pronto entenderá muchas cosas. Y pronto descubriría los horrores de los cuales tiempo atrás no fue siquiera consciente. su imaginación iba y venía entre las posibilidades que lo atormentaban. Apretó la mandíbula dispuesto a no dejarse vencer por el miedo que le corroía.