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Venganza por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Gravity Falls no me pertenece. Esta sensual obra ya terminada le pertenece a su sensual creador Alex H.
¿Será que me regala solo a Dipper y a Bill? *w*

Okno, al fic.

.

.

.

“No podemos permitirnos ser ingenuos al tratar los sueños. Se originan en un espíritu que no es totalmente humano sino más bien una bocanada de naturaleza”

Dipper abrió los ojos de golpe, como si algo lo hubiera sacado de golpe de sus sueños, respiró profundamente para calmar su agitado corazón y esperó a que sus pupilas se adaptaran a la tenue oscuridad que lo envolvía antes de levantarse de su sitio y mirar a su alrededor.

Estaba tumbado en lo que parecía ser un -muy- grande flotador de color amarillo y con forma triangular, en medio de lo que parecía ser un gran lago en el bosque de Gravity Falls, la luna llena era lo único que daba luz al lugar pero era lo suficientemente brillante para hacer relucir el agua con un celestial tono platinado, casi parecía mágico.

De un momento a otro, la luna llena se duplicó y una de ellas tomó forma triangular y coloración amarilla. Dipper se encogió en su lugar, el corazón se le desbocó de nuevo, aún más fuerte que al haber despertado; la poderosa presencia demoniaca espesó el aire a su alrededor, mientras que el triángulo descendía del cielo hacía él, disminuyendo su tamaño a medida que se acercaba a su, menuda y temblorosa persona -no penséis mal, hacia algo de frio, por eso temblaba-

─Hola PineTree~ ─canturreó el triángulo, levantando su sombrero a la vez que su pajarita giraba como reguilete.

─… ─Dipper lo miró con algo de recelo.

─ ¿Qué sucede Pino? ─flotó a su alrededor ─ ¿Por qué tan callado, niño? ─ese comentario logró que Dipper frunciera el ceño, no supo por qué, pero que Bill le llamara niño en ese momento le molestó bastante, invocando su mal humor de la mañana ─Estrella Fugaz tiene razón, tienes un humor de perros PineTree ¿Qué te sucede? ─Dipper continuó con su mutismo y Bill atinó a soltar una risa maliciosa ─ ¿tanto me extrañaste en tus sueños, mi Pino? ─flotó hasta su derecha, apoyando uno de sus brazos en el hombro del castaño.

─ ¿A qué se supone que estás jugando Cipher? ─musitó por fin el de cabellos castaños, viéndolo con recelo.

─Oh vamos Dipper cálmate un poco ¿acaso no leíste mi notas? ─lo picó en la mejilla con un dedo ─yo sé que sí.

─ ¿D-De qué hablas? ─tartamudeó un poco, desviando la mirada.

Bill entrecerró su gran y fenilo ojo sobre el menor, viéndolo con diversión. Decidió luego cambiar un poco su táctica y chasqueó los dedos, envolviendo su propio cuerpo en sus llamas azules para cambiar su forma por el cuerpo humano con que se había presentado en los sueños del chico hacia unas noches atrás ─te lo dije, sino sonríes ¡te haré cosquillas! ─amenazó el, ahora, rubio levantando las manos a la altura del vientre del castaño.

Dipper retrocedió casi un tercio del espacio del flotador, flexionando las piernas por delante suyo y escondiendo sus ojos bajo la visera de su gorra.

─ ¿Qué tienes Pino? ¿Te sorprendí? ─rió el mayor ─oye, te alejabas de mi cuando era un demonio y ahora que tengo esta apariencia humana te apartas aún más ¿por qué? ─curioseó, avanzando a gatas para reducir el espacio que había impuesto Dipper.

─ ¿Qué esperabas que hiciera? ─preguntó el humano sin mirarle, con su tez seria.

Bill lo observó de vuelta con el ceño fruncido ─te lo advertí PineTree ─sin una sola palabra más, el rubio se lanzó contra el menor y empezó a deslizar sus manos con rapidez por todo su torso a la vez que movía sus dedos ágilmente, estimulando algunos puntos del cuerpo de Dipper quien no tardó en soltar las carcajadas involuntarias. Bill realmente sabía dónde atacar para dejarlo sin aire.

Dipper se removió de un lado al otro, tratando de escapar de aquella tortura que lo estaba dejando sin aire y con un severo dolor en las mejillas por tenerlas tensas tanto tiempo, así como en el vientre por las risas.

─Cipher, para ¡ya déjame! ─chilló el castaño de manera entrecortada por la falta de aire ─ No puedo respirar ¡¡Bill!! ─chilló, arqueando el cuerpo y tratando de empujarlo con sus manos.

─Jajaja, eso está mejor LittlePine ─Bill por fin dejó en paz a Dipper para que recobrara el oxígeno perdido y se recuperara de los espasmos ─tu sonrisa está mucho mejor que ese gesto serio que te traías ─dijo despreocupado, enseñando una gran y abierta sonrisa.

─Eres muy raro… pero eso ya debería saberlo ─suspiró con cansancio, tratando de recobrar el aliento y relajar el cuerpo.

─ ¿Te ha gustado mi regalo? ─Bill lo acorraló bajo su cuerpo contra el flotador.

─ ¿T-te refieres al almohadón? ─supuso el menor, volviendo a tensarse.

─Claro ─asintió el más alto.

─Ah… sí… yo, sí ─balbuceó, asintiendo a medias.

─Sabía que te iba a gustar, pequeño ─Bill lo recostó totalmente en el flotador y se acomodó sobre él, presionando su cuerpo contra el del castaño suavemente.

─Oye ¿qué haces? ¡Déjame! ─se quejó.

─ ¿Qué pasa? ¿Acaso no tenías frio? ─miró los brazos descubiertos de Dipper, su piel estaba erizada ─solo trato de darte calor ─dijo con una sonrisa ladina y mucho doble sentido impreso en su voz.

─Ah, es so-solo una reacción por las cosquillas de antes ─trató de excusarse cuando notó que miraba su piel erizada ─y no tienes que preocuparte de si tengo frío o calor ─dijo esta vez con molestia y frunciendo el ceño, buscaba que Bill se apartara de él por voluntad propia, pero no conseguía nada.

¡¿Es que aquel demonio no comprendía lo que era el jodido rechazo?!

─Claro que si PineTree ─le respondió, sin tomar en cuenta los pensamientos del castaño ─ ¿qué hago para que lo entiendas? ─musitó con un suspiro, cerrando los ojos con algo de pesadez.

─ ¿Eh? ─Dipper se mostró sorprendido, pero más curioso ¿de qué estaba hablando ahora ese lunático? ─ ¿a qué te refieres?

─Eres tan inocente niño… ¿en serio no te das cuenta? ─esta vez Bill lo miró con un brillo diferente en los ojos, era muy extraño, al menos Dipper no lograba descifrar lo que significaba esa mirada… ¿talvez era que no quería descubrirlo?

─ ¡Deja de decirme niño! –más importante aún ¡Cómo le molestaba que lo llamase de esa forma! ─ ¿Y darme cuenta de qué?

─Jajaja ─Bill perdió todo rastro de aquella extraña emoción que había exteriorizado segundos atrás ─siempre te pones de malas cuando te llamo de esa forma, es divertido pero ¿por qué te molesta tanto? ─consultó curioso, ladeando la cabeza de forma algo graciosa y tierna al parecer del castaño.

El rostro de Dipper se calentó cuando se dio cuenta de sus propios pensamientos.

─Po-porque… porque yo, ya no soy un niño ─balbuceó algo incómodo, la persistente mirada ambarina lo ponía algo nervioso.

Bill volvió a reir, llevando una mano al cabello de Dipper, tumbando de paso su gorra, la cual se perdió en una ráfaga de aire y desapareció en la oscuridad del bosque ─Dipper, eres el ser humano más intrigante que he conocido ─comentó de la nada, deslizando suavemente las yemas de sus dedos por la marca de nacimiento en la frente del menor.

Dipper notó que había ignorado deliberadamente su segunda pregunta ─ ¿de qué estás hablando ahora? ─trató de acomodarse, pues el cuello ya se le estaba cansado ─oye, si quieres conversar pues vale ¿pero podrías apartarte un poco? Los humanos tenemos algo llamado ‘espacio personal’ y tú estás violando el mío ─ “sin mencionar que esta posición podría verse muy comprometedora” las mejillas de Dipper se sonrosaron ante el rumbo de sus propios pensamientos.

─Pero es que si te suelto te alejas de mi ¡y yo no quiero eso! ─refunfuñó el rubio.

─ ¡Prometo que no me alejaré, pero suéltame ya! ─gritó algo desesperado, elevando un poco el cuello.

Bill sonrió, Dipper se veía adorable molesto. El rubio cerró los ojos con aquella sonrisa plasmada en sus labios y decidió darle algo de espacio al menor así que se hizo un poco para atrás y se sentó justo frente a él, de piernas cruzadas, un poco inclinado hacia adelante y las manos apoyadas en los tobillos.

Dipper suspiró al verse libre y se sentó recto en su lugar.

─Quise decir… –retomó el mayor ─que me causas curiosidad… no sé por qué, pero –llevó una mano al mentón de Dipper, levantándolo con suavidad ─a cada momento me intrigas más, no lo entiendo y quiero descubrirlo.

Dipper parpadeó lentamente, no comprendía las palabras de Bill ¿para qué decía aquello? No conseguiría nada de él y Bill no era de los que iban por ahí soltando alegremente cumplidos a la gente si no era para engañarlos. Así que ¿qué era el juego en que el rubio trataba de envolverlo? No comprendía nada.

─Estos días has estado más tranquilo ¿cierto? –preguntó de la nada ─ahora que esos chicos no te molestan ─dijo sonriente, como un niño orgulloso de su logro.

─Siiii… ¿Qué fue lo que les hiciste? –le regresó él, con una ceja arqueada.

Bill levantó un brazo frente a él, moviendo descuidadamente la mano de arriba a abajo ─oh, solo les di una pequeña cucharada de su propia medicina, nada grave de lo que tengas que preocuparte ─le respondió tranquilo “aunque quizás necesiten terapia para poder volver a dormir” añadió para sus adentros con una risilla malévola.

Sin poder confiar en aquellas palabras, Dipper lo miró con recelo.

Bill se acercó de repente al rostro de Dipper, sorprendiéndolo una vez más, parecía hacerle ya costumbre ─préstame mucha atención a lo que voy a decirte Dipper ─el castaño centró sus ojos en el rubio, siempre que el otro lo llamaba por su nombre salía con algo totalmente impredecible ─a partir de ahora yo me hago cargo de ti ¿quedó claro? Has llamado mi atención y eso es muy inusual así que ─juntó su nariz con la de un anonadado Dipper ─no te desharás de mi fácilmente ─y sin decir otra palabra lo tomó de ambas mejillas y lo besó en los labios.

Dipper se sorprendió, tanto o más que la vez anterior. En esta ocasión el beso fue más largo y pudo sentir la tibieza de las palmas de Bill contra sus mejillas que, poco a poco, fueron ganándole al irradiar calor. La boca de Bill acariciaba la suya con destreza y algo de travesura, jugueteando con sus labios y tomándose el tiempo de colar su lengua dentro de estos.
Atónito, Dipper no consiguió que su cuerpo respondiera más que para dejarse llevar por las acciones del mayor, pero al tener la mente en blanco se percató de algo con más facilidad…

…percibía algo, un sabor… un sabor como a vainilla, era un toque fresco y dulce en la boca de Bill… era el sabor de sus besos.

“Que descanses bien, PineTree~... Nos veremos de nuevo, en tus sueños, mi Pino” le transmitió en pensamientos el mayor, justo antes de que el castaño perdiera la conciencia, sumiéndose en una fase de sueño más profundo, de donde no despertaría hasta que el sol saliera la mañana siguiente…

-o-

Se despertó perezosamente cuando el sol le dio en los ojos, colándose a través de las delgadas cortinas de su ventana, Dipper se volteó en la cama, tratando de no ceder su dulce sueño; esa mañana particularmente no tenía ganas de levantarse.

Entreabrió sus ojos para ver la hora y se percató de que faltaban 15 minutos para la hora en que normalmente se levantaba. Trató de sentarse pero la pereza era demasiada y se dejó caer de nuevo en la cama, sintiendo algo duro bajo su almohada; en esta ocasión no se sorprendió al encontrar el diario número dos, lo sostuvo con ambas manos sobre su cabeza para pasar sus hojas hasta llegar a la página que tenía su círculo de invocación ─“Este ser extraño, triangular, ha aparecido en mis sueños cada noche por semana”… Tío Ford ─Dipper parpadeó lentamente y de las paginas continuas cayó la primera tarjetita del día.

“-2. Paso a paso, el recorrido es tan importante como la meta.
Pd: Buenos días, mi LittlePine~”

Dipper suspiró, sosteniendo la tarjetita y dejando el diario sobre su pecho, abierto en la página de Bill ─Bill pero ¿a qué estas jugando? ─dijo entre suspiros antes de que las imágenes de aquel beso llegaran a su mente como si fuera un espectador de aquel sueño cosa que logró apenarlo más, sin embargo no cerró los ojos hasta que la secuencia de imágenes no terminó.

Para cuando abrió los ojos sus mejillas estaban rojas como fresas, los labios empezaron a palpitarle suavemente por lo que se los mordió, sintiendo débilmente aquel sabor a vainilla. Dipper decidió levantarse, arreglarse y salir a desayunar.

Su madre aún estaba en casa, dejando lista la comida. La mujer, de cabello castaño y largo como el de Mabel, estaba secándose las manos y terminando de arreglarse.

─Oh, buenos días bebe ─lo saludó, pintándose los labios frente a un espejo de mano ─te has levantado más temprano de lo usual.

─Sí mamá, me desperté un poco antes ─le respondió el chico ─bueno, yo me voy al trabajo ─guardó sus cosas en el bolso ─cuida de tu hermana, que les vaya bien y suerte con su presentación ─señaló el cartel con forma de Pato ─pórtense bien, adiós ─besó la mejilla de su hijo y salió de la casa.

─Que te vaya bien, mamá ─alcanzó a despedirse antes de que se cerrara la puerta.

Se quedó un momento allí, apretando en su mano la tarjetita dorada, de pronto lo sobresaltó un roce en sus piernas ─oh, buenos días Pato ─saludó al mirar hacia abajo y ver el rechoncho cerdito a sus pies ─ ¿quieres desayunar? ─se arrodilló junto a él para rascarle entre las orejas ─Ven, vamos a la cocina ─le sonrió y camino de vuelta a dicha sala para poder darle de comer a la mascota y servirse su plato de cereal, ya escuchaba el agua correr por el baño lo que significaba que Mabel no tardaría en sumárseles.

Continuará…

Notas finales:

-o-

¿Había dicho que esto podía ser un tree-shot? A la mierda eso x’D
 5 o 6 capítulos ¡he dicho!
                     


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