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Frente a frente. por LUCIFER69

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Notas del fanfic:

Pues bueno, esta es la primera vez que me animo a escribir algo. he dejado algunos reviews en historias, así que me entro curiosidad de cómo sería escribir. si hay algo en lo que pueda mejora no duden en decirlo, un agradecimiento a quien se pase a leer.

La falta de confianza es algo que puede perjudicar a una persona en gran o menor medida. Muy probablemente ese era su problema más grande, siempre que se sentía atraída a una chica o un chico nunca se decidía a confesarse, aún si la atracción era demasiada y perdía la noción del tiempo simplemente observándole. Ellen es una chica demasiado tímida, por fuera parecía ser alguien fría y segura, a quien no le importaba los comentarios ajenos, y aunque fuera así, realmente muy pocas personas sabían cómo era completamente. Estaba llena de inseguridades, si bien no le importaba del todo los comentarios ajenos, no podía evitar tomar en cuenta los comentarios de sus amigas. Siempre le decían que debía de mejorar su ya obvia falta de confianza, les desesperaba ver que Ellen no se animaba a hacer una simple confesión; o de menos una invitación a salir. Es por eso que, cuando ella gustaba de alguien, invitaban a la persona en cuestión a una salida "grupal", la cual siempre terminaba en sus amigas desapareciendo "misteriosamente" o tardando demasiado en ir a algún lugar de compras para almorzar. Ella sabía que solamente le estaban dando espacio para que pasara algo, una charla amena, algunas indirectas, o si había suerte un beso. Para decepción de ellas nunca pasaba, Ellen simplemente no hacía nada, hablaban si, y era hasta cierto punto interesante; pero nunca decía lo que sentía y mucho menos dejaba frases en doble sentido cómo indirecta, nada.

Sus amigas consistían únicamente en tres personas. Karla, Jazmín y Alexia.

Con 19 años Karla era en apariencia una chica alta, midiendo 1:79 cm de alto. Delgada, de cabello negro descolorido, de largo hasta abajo de los hombros, piel ligeramente bronceada, ojos color café, que cautivaban inmediatamente, poseía una sonrisa enorme, que no dudaba en regalar a quien sea siempre que fuera amable y amistoso con ella. Su busto es pequeño, un hecho que le molestaba terriblemente, pero de glúteos era otra cosa. No había hombre o mujer que no viera su parte trasera, eso sumado a su estilo de vestir, con pantalones y blusas ajustadas, hacía que su pequeño pecho pasara desapercibido por sus nalgas, sabía aprovechar esa parte en concreto. Su personalidad variaba, podía ser extrovertida en algunas cosas e introvertida en otras, eso sí, era extremadamente indecisa y tímida en varios aspectos.

A sus 18 años Jazmin media 1:73 cm de alto, tenía el cabello corto hasta los hombros, de color castaño intenso, su piel era blanca, ojos color azul cobalto que te invitaban a perderte en ellos. Su sonrisa era, cómo muchos la describían, alegre, no podías verle sonreír sin hacerlo uno mismo o una misma por inercia. Ella hacia ejercicio constantemente, no era de sorprender que fuera delgada y con buen cuerpo, cada salida que hacía para correr o simplemente de paseo robaba miradas, lo sabía y le encantaba ser el centro de atención de unas cuantas personas. De personalidad relajada, era alguien a quien podías conocer apenas y llevarte con ella cómo si la conocieras de toda una vida.

Alexia, de las 4 era la más hermosa era, además de la más joven. Un cabello largo hasta la mitad de la espalda, de color rojo fuego, piel blanca cómo la leche, ojos amarillos cómo el mismo astro rey, una sonrisa que enamoraba y de mirada y cuerpo seductor. Poseía unas curvas que para su edad y su estatura eran irreales, teniendo apenas 16 años de edad y una estatura de 1:68 cm era una diosa entre niñas. Con una personalidad despreocupada, disfrutaba la vida sin preocupaciones, tenía muchos pretendientes entre ellos mujeres incluso. Robaba miradas donde quiera que fuera, las mujeres le envidiaban y los hombres la deseaban en su cama, una rompe corazones a su corta edad.

Ellen era de las 4 la más rara, tez un poco pálida, cabello largo hasta la cintura, negro cómo la más obscura noche, unos ojos de color púrpura demasiado irreales cómo para existir, una mirada completamente fría y su rostro falto de expresión, pero no por eso era menos linda. Su sonrisa era algo que sólo conocían sus familiares y amigos más cercanos, así que sólo habían 3 personas que la habían visto sonreír sinceramente. De personalidad introvertida, analítica, crítica y escéptica. Su forma de vestir era completamente random, podía vestir casual en la mayoría de las veces, otras podía vestir pijamas todo el día y en algunas pocas algo formal. Su cuerpo no era la gran cosa, se podría decir que lo normal, sin exageraciones de pechos o de glúteos. Aún con eso, a ella le parecía raro que sin ser la gran cosa, muchas personas, más de las que desearía, le observaban cuando pasaba, ya sea simplemente al salir a hacer unas compras o pasando de regreso del colegió. Odiaba que le mirasen, no había ninguna razón en particular para hacerlo, pero aún con esas lo odiaba.

Era un sábado por la tarde, las 4 chicas se habían reunido en casa de Karla para decidir si iban a salir a algún lado, o de mínimo pasar la tarde haciendo algo. El clima presagiaba lluvia, Ellen estaba reacia a la idea de salir con esa nubes en el cielo, le gustaba la lluvia, pero no cuando aparentaba que en cualquier momento se caería casi literalmente el cielo. Alexia, Karla y Jazmin les hacía ilusión salir, intentaban con todo para convencer a la peli negra, pero esta no cedía.

-Vamos Elli, no perdemos nada con salir así.- Alexia intentaba animarla a salir.

-Claro, sólo podemos terminar completamente mojadas de pies a cabeza y atrapadas en una lluvia torrencial si es que no encontramos un lugar donde refugiarnos antes de que llueva.-

-Tampoco es cómo que vayamos a ir muy lejos.-

-Karla, sabemos que en estas salidas nunca vamos cerca, siempre terminamos en lugares exageradamente alejados.-

-Cierto... Pero eso no quiere decir que no encontraremos un lugar donde escondernos de la lluvia.- agregaba Jazmin desde su lugar.

-Y tampoco quiere decir que vayamos a encontrarlo.-

-¿Por qué siempre vez el lado negativo de las cosas Ellen?, Y no me salgas con tu frase de "no es el lado negativo, es la realidad", que siempre usas-

-Es porque es la realidad Alex, nada nos asegura que vayamos a salvarnos de la lluvia o de que encontremos algo interesante siquiera-

-¿Y a ti que te asegura que no será así?, Cómo sueles decir, las posibilidades son muchas.-

Ellen se dio cuenta de que no podía responder el cuestionamiento de Karla, principalmente porque era su misma lógica la que usaba para animarla a salir, y porque odiaba contradecirse, así que no respondió.

-Eso, vamos, puede que hasta liguemos- le guiñaba un ojo Alexia.

-A las únicas que les interesa ligar es a ustedes dos- decían al unísono las pelinegras.

-¿Y a ustedes por qué no?- preguntaba Jazmin, sabiendo de sobra la respuesta.

-Sabes que Karlita tiene a su niña.-

-Ah cierto.-

-¿Y tú por qué no?- era Alexia esta vez la que preguntaba.

-Saben de sobra que eso me resbala más que los Ad Hominem de las Feminazis.-

-¿Qué?- fue lo que respondieron las tres chicas, enteramente confundidas al escuchar semejante palabra.

-Olvídenlo, sólo recuerden que me importa poco.-

-¿Así cómo poco te importo que aquel chico que tanto te gustaba, por el cual estuviste triste un mes completo? el cual se fue con una chica que si se decidió en decirle cómo se sentía ¿Así de poco?- un ataque directo de parte de Karla.

No le respondió, lo único que hizo fue dedicarle una mirada con el ceño fruncido. Eso era algo que no podía negar, aquel sujeto le atraía profundamente, y cuando se enteró de que tenía pareja le destrozó. No le culpaba, fue un error de ella misma al no tener el valor ni la confianza suficiente como para confesarse, pero no por ser verdad el comentario dejaba de ser molesto.

-¿Vamos a salir sí o no? Se está haciendo tarde y es más probable que llueva- dijo Alexia, para finiquitar la discusión y bajar la tensión que se había creado.

Ellen lo pensó durante poco tiempo, llegado el momento se dijo a si misma que tenían razón y no había nada por lo cual negarse, lo único malo que podía pasar era que terminaran mojadas, pero estaban juntas, así que al menos compartirían la vergüenza y unas cuantas risas.

-Bien, porque no, pero vámonos ya antes de que sea más tarde-

-Así se habla- fue lo único que dijo Alexia, alegre de que por fin Ellen se decidiera.



La primera cosa que pensaron al quedarse paradas bajo la entrada de una cafetería, viendo caer una tormenta del demonio fue "tenia razón".

-Bueno, no quería decirlo pero...-

-Ahórrate el "se los dije" Ellen- fue lo que contestaron completamente frustradas las otra tres chicas.

La pelinegra sonrió con satisfacción al saberse poseedora de la razón.

-¿Y que se supone que vamos a hacer ahora? ¡No podemos quedarnos aquí paradas cómo estúpidas hasta que se calme la tormenta! ¡ME NIEGO A HACERLO!- comentaba una exasperada Alexia.

-Pues no sé, quizás podemos entrar a la cafetería que esta tras nosotras- ironizo Jazmin.

Fue cómo una cachetada mental para Karla Alexia y Ellen, ¿cómo mierda no se les había ocurrido antes? Llevaban cerca de 10 minutos paradas fuera de ese lugar y no se les ocurrió entrar, sumándose que habían caminado más de 3 kilómetros por culpa de Karla.

-Y se supone que tú eres la racional, Ellen- le recrimino Karla.

-Cállate tarada, que por tu culpa caminamos 3 kilómetros, y lo peor es que nos convenciste diciendo "haber que pasa".- Le contesto molesta.

-¡NO FUI YO LA QUE NO SE DECIDIA A SALIR!-

-¡Y NO FUI YO QUIEN NOS HIZO CAMINAR TANTO!

-Deberían de entrar en vez de estar peleando.- fue lo que dijo Alexia, asomándose desde dentro del local.

Las dos voltearon a ver a su compañera pelirroja, dándose cuenta que estaban completamente solas, se encogieron de hombros y por fin entraban a aquel lugar.

La cafetería era más simple de lo que se imaginaban. Las paredes estaban pintadas de un color Beige, mientras que la parte inferior de las misma era de color marrón obscuro. El piso era de mármol, completamente lustrado. Unas lámparas con luz tenue alumbraban el local. Las mesas de madera en color negro, con unos sillones de piel color rojo. El aire estaba impregnado del ya conocido olor. El mostrador dejaba ver algunos postres, a la vista bastante deliciosos. En una esquina estaba una estantería con libros, los cuales podían tomar libremente para su lectura. Decidieron sentarse junto a una ventana, así podrían ver en qué momento cesaba la lluvia y poder marcharse. Tomaron la carta y observaron lo que podían pedir. Pasaron unos cuantos minutos hasta que un mesero llego a tomar sus órdenes. Karla pidió una simple taza de café negro, Jazmin por su parte pidió una taza de chocolate frío con una rebanada grande de pastel de fresas, Alexia pidió sólo una taza de chocolate frío, no quería perder su figura. Ellen no se contuvo, pidió una taza de chocolate caliente y dos rebanadas grandes de pastel de fresas, imitando a Jazmin.

Pasaron cerca de veinte minutos hasta que llego el mesero con los pedidos, de fondo se pudo escuchar el tintineo de las campanillas de la puerta de la entrada, anunciando que un nuevo cliente había entrado.

-Al fin está aquí mi bebé, ven con mamá.- exagero Jazmin al ver su postre en la mesa

-Cuando se trata de los pasteles de fresa no hay quien te pare eh.-

-Tu eres igual Elli, así que no digas nada.-

-Pero no tanto cómo Jazmin, Karla.-

- ¿A no?, pero si hasta pediste dos rebanas grandes.- se burlaba Alexia.

-No entiendo cómo puedes comer tanto y no engordar Ellen, yo hago ejercicio y tú no, pero aun así eres igual de delgada que la enana.- se quejaba Jazmin.

-Jajaja pues te jodes querida, así es mi complexión-

Pasaron quince minutos en silenció, disfrutando sus postres, en ese tiempo hubo algo que llamó en sobre manera la atención de Alexia, y es que había una chica, la misma que había entrado cuando el mesero llego con las ordenes. Esta estaba leyendo un libro, pero Alexia se dio cuenta de que la chica en cuestión alternaba la mirada entre Ellen y el libró, sonrió a sus adentros, quizá el día no había salido cómo esperaban, pero al menos podría molestar a su amiga un poco.

Ellen estaba demasiado concentrada saboreando el ultimo trozo de su primera rebanada de pastel, hasta que la voz chillona de su amiga menor le saco de su trance.

-Oooh Elliiii- canturreo la pelirroja alargando la última sílaba.

-¿Que sucede?- pregunto confusa la pelinegra.

Karla y Jazmin se dieron cuenta de que su pequeña amiga estaba mirando a un punto en específico, más bien a alguien. Voltearon a mirarse maliciosamente, reconocieron a la chica que Alexia estaba mirando, y no dudaron en unirse al juego de su amiga.

-Oooh Elliiii- esta vez fueron las tres quienes dijeron su sobrenombre en forma burlona.

La pelinegra sabía que cuando Alexia hacia eso era por dos cosas, una era para molestarla y la otra porque quería algo. Pero cuando lo hacían las tres estaba segura que nada bueno podría salir de eso. Pensó durante un momento que podían estar tramando sus amigas, no encontró nada, no había nada con lo que pudieran molestarla o avergonzarla en ese mismo instante y lugar; así pues, no dio mucha importancia y se dispuso a comer su segunda rebana de pastel.

-Oye Ellen ¿segura que quieres cometerte esa segunda rebanada de pastel?- pregunto misteriosamente Jazmin.

-No, no te la voy a dar maldita glotona, además ¿por qué carajo dudaría sobre si comérmela o no? Para eso la pedí-

-¿Qué pensaría Alice de ti, Ellen? Atragantando en tu cuerpo tantas calorías sin preocuparte por tu salud.-

Alexia a su corta edad sabía captar algunas cosas, supuso Alice era la chica que no dejaba de ver su amiga. Y que tanto Jazmin como Karla estaban dándole indirectas a Ellen, cosa que le pareció estúpida, pues sabían a la perfección que no las entendía.

-¿Quién es Alice, Ellen?- pregunto solamente para molestar.

Pero su pregunta fue olímpicamente ignorada.

-¿Que tiene que ver Alice aquí, Karla?- pregunto alzando una ceja, sin terminar de entender el punto.

-Mucho más de lo que tú crees- respondio Jazmin.

-¿Qué quieres decir?-

-Ellen ¿quién es Alice?- se aventuró a preguntar otra vez la pelirroja.

-Una chica del colegio- fue todo lo que dijo.

-Pues por cómo hablan de ella parece ser más que "una chica del colegio"-

-Yo te contesto enana, básicamente es una chica que trae a Elli completamente loca.-

-Gracias, Jaz-

-No me trae completamente loca ¿vale? No exageres.-

-Claro, y me vas a decir que no suspiras cada que la vez-

-Eso no te incumbe Karla, lo que no entiendo es por qué la sacan cómo tema a colación.-

-¿Admites que te gusta?-

-Si Jazmin, admito que me gusta- trato de ser lo más sinceramente posible.

-¿Que haría Alice si te escuchara decir eso?-

-No lo sé Karla, lo más probable es que me mandara al carajo, no tengo oportunidad-

-¿Has hablado con ella?-

-Mmm algo así, nunca pasa de un saludo amistoso, ¿por qué la pregunta Alex?-

-¿Y cómo aseguras que no tienes oportunidad?-

-Pues porque simplemente es así, ella es demasiado buena para alguien como yo-

Alexia preparaba su próxima pregunta, de pronto se le ocurrió una idea.

-¿Cómo es ella?-

Ellen sonrió para sí misma, recordando a Alice.

-Ella es hermosa, de cabello corto, rubio, ojos azules cobalto, que te enamoran y quedas atrapada en ellos. Su rostro es angelical, con un cuerpo escultural, que hasta la misma Venus le causaría celos. Ama leer, no hay día en que no le vea con un libro en las manos.- rememoro Ellen, con cara de idiota.

-Es increíble que se fije tanto en una persona para recordar eso- pensó Alexia sorprendida.

-Vaya, ha dejado de llover-

Jazmin, Karla y Ellen dirigieron su vista a la ventana, dándose cuenta de que la lluvia había parado. Voltearon a ver a Alice y al verse descubierta viendo a su amiga regreso su mirada al libro. Supieron en ese instante que la chica no se acercaba porque Ellen estaba acompañada. Cómo si la mente de las tres estuviera conectada por una misma idea, se vieron a los ojos, hablando con miradas, se dijeron que debían hacer lo mismo que hacían cuando intentaban ayudar a su pelinegra amiga.

-Oye Elli, dado que no has terminado de comer y visto que la lluvia paro, será mejor que vayamos a buscar un transporte para irnos-

-¿Sabes, Jazmin?, Esta es una de la pocas veces en las que tienes razón, déjenme terminar esto y vamos-

-No es necesario, vamos nosotras, tu termina tu pastel, nosotras te llamamos para que salgas cuando lo tengamos-

-NO NI MADRES, me van a dejar aquí sola y tendré que pagar lo suyo, termino y nos vamos.-

-¿Nos crees capaces de algo así?- preguntaron ofendidas las chicas.

-Si- fue la escueta respuesta de Ellen.

-Jajaja si, lo haríamos. Pero mira, toma el dinero de cada una y pagas cuando termines, ¿qué te parece?- propuso Alexia, no quería que el plan se arruinara, y al parecer Alice se había alertado, posiblemente se había dado cuenta de las intenciones de irse de las chicas.

-¿Por qué están haciendo esto? Usualmente me mandarían a mí a buscar un taxi mientras se quedan aquí sin sufrir de frío- interrogo con sospecha, algo tramaban, pero no sabía que.

-Pues ya era justo que nosotras lo hiciéramos ¿no te parece?-

Pensó en las palabras de Karla, algo en ella le dijo que debía sospechar, pero por otro lado… tenía razón, no dudó en aceptar la propuesta. Además no quería salir aún, no sin terminar el delicioso trozo de pastel.

-Pues bueno, pero no tarden, saben que odió que vayan sin mí-

-Aww Ellen se siente sola sin nosotras.- lo dijeron cómo si le hablasen a un bebé-

-¡NO ES ESO! Es por que tardan demasiado.-

-Bueno ya vamos, que se hace tarde.- apresuro Alexia.

-No tarden.-

-Eso no depende de nosotras.- dijeron en tono misterioso.

Ellen las vio salir, no comprendía el extraño comportamiento de esas tres. Se encogió de hombros, no se preocuparía ese día, disfrutaría que no tendría que ir ella.

Estaba dispuesta a tomar su tenedor, cuando escucho unos pasos acercándose, supuso que era el mesero, se levantó para pedir disculpas.

-No se preocupe, han salido, pero han dejado el dinero para...-

Su cuerpo se tambaleó, sintió su rostro arder, cayó ligeramente hacia atrás, tuvo que sostenerse de la mesa para no hacerlo completamente. Quedo muda al ver a Alice frente a ella, saludándola con su melodiosa voz y hermosa sonrisa.

-Hola.-

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