Era una noche despejada en la ciudad, ya después de la media noche no se esperaba escuchar mucho ruido, se podían apreciar las pocas estrellas que adornaban la ciudad y no estaba haciendo mucho frío, simplemente una noche perfecta… O al menos eso se aparentaba.
En una de las calles más prestigiosas de Tokyo, en un hotel cinco estrellas, se estaba ofreciendo una gran fiesta. Un montón de personas de alta alcurnia disfrutaban de una velada espectacular; grandes artistas y gente muy importante hablaba y reía de temas variados. No se imaginaban que esa linda noche habría algo de qué preocuparse, todo había estado tranquilo desde que inició la fiesta y no se presentaron inconvenientes en el transcurso de la noche por lo que se relajaron un poco más cuando el reloj marcó la una de la mañana.
La fiesta podía apreciarse desde algunos edificios cercanos ya que eran un poco más altos y daban una vista perfecta a los 3 pabellones al aire libre donde mucha de la gente con altos mandos en la ciudad se encontraba reunida en aquella ruidosa reunión. Si, un lugar perfecto para que la gente curiosa tomara fotografías y las vendiera a alguna revista, pero esto no era el caso a esa hora.
En uno de los edificios más cercanos al hotel se escuchó un sonoro bostezo– Esto es aburrido ¿Cuánto tiempo tengo que esperar? ¡Llevo aquí 3 horas! – Se quejaba cierto castaño, mientras prendía un comunicador que tenía en la oreja.
– ¿Y porque me preguntas a mí, idiota? Yo sólo sigo órdenes– Contestaba molesto la voz de un chico a otro lado de la línea.
–Lo entiendo, pero habías dicho que esa persona estaría en posición vulnerable hace 2 horas y aún no está ahí– Comentaba mientras volvía a revisar cada objeto que tenía alrededor.
–Eso es lo que decía el documento que me entregaron, tú sólo debes esperar, en algún momento llegará–
–Que Consuelo– Suspiró resignado y desordenó un poco su cabello.
–Dejando eso de lado ¿los lentes que te regalaron no te molestan? – Preguntó curioso el chico del comunicador.
– ¿Estas preocupado por mi vista? Qué lindo –
– Cállate, maldito sex symbol–
– ¿Sex…? Como sea, los lentes funcionan perfectamente, puedo acercar la imagen sin necesidad de los binoculares y veo mucho mejor en la oscuridad. Son perfectos para este tipo de trabajos– Decía mientras acomodaba aquellos lentes para mejorar la visión y buscar a su objetivo.
–Bueno, al menos hacen más sencillo tu trabajo y mi trabajo, y así sé que estás trabajando y no vagando como siempre–
– ¿Vagando? ¿Yo? Que cruel eres Kuramochi, yo siempre hago mi trabajo– Mencionaba en un tono irónico
–Miyuki… ¿Me tomas por idiota? Aunque hagas tu trabajo tengo que estarte acosando para que lo hagas a la hora que se te ordena– Decía algo irritado por el comentario tan poco profesional.
–Oh vamos, no te enojes, sólo estoy tratando de pasar el rato–
–En vez de estar fastidiándome al menos deberías revisar que tu rifle– Su voz cada vez era más irritada conforme la conversación se alargaba.
–Mi rifle está en perfectas condiciones para disparar, ya lo he revisado 6 veces desde que estoy aquí– Miró su reloj y ya era más allá de la una y media, ya empezaba a fastidiarse de estar ahí sentado, estiró un los brazos y se soltó un poco la corbata que tenía en ese momento para volver a mirar a ese pabellón donde se suponía estaría la persona que debía asesinar.
–Como sea, me acaba de llegar una información que dice que el maldito decidió tener una noche alocada con una de las empleadas. Acaba de salir del cuarto para volver con sus compañeros de trabajo–
–Tsk… Al menos disfrutó de su última noche de sexo mientras yo me aburría aquí Arriba, con mayor razón quiero matarlo– Volvió a revisar el rifle y la ajustó de nuevo.
–Entre más rápido termines tu trabajo, más rápido me libero de ti–
–Yo sé que me amas y no podrías vivir sin mí– Mencionaba el castaño en son de burla, mientras se volvía a colocar unos guantes negros, que horas atrás se retiró porque le empezaban a fastidiar.
–Qué asco…–
–Jajajaja sólo estoy jugando–
–Déjate de tonterías, tu objetivo está en la zona de tiro–
–Ok… Lo tengo– Ajustó sus lentes para mejorar su visión, una vez encontró la cara de quien buscaba, sonrió. Se sentiría tan bien matarle y más cuando tenía una cara de satisfacción por lo que acababa de terminar– Veamos cómo le sonríes a esto, bastardo de mierda– Con un movimiento rápido colocó sus manos en el rifle y lo posicionó apuntando a la cabeza –Espero que hayas tenido linda noche– Y sin más, disparó.
En menos de 2 segundos se empezaron a escuchar gritos por parte de la gente que estaba alrededor, alguien había caído, el disparo atinó perfectamente en la cabeza del sujeto matándolo al instante, se veían personas corriendo hasta la salida en total pánico.
–Objetivo eliminado–
–Ahora sal de ahí antes de que todos los de ese edificio despierten por el alboroto–
–Estoy en eso– Con movimientos rápidos desarmó el rifle y lo empacó en un estuche, se retiró los lentes y los guardó en una maleta, se retiró los guantes, los colocó en su bolsillo y sacó otro estuche de la maleta donde se encontraban unos lentes normales y se los colocó, acomodó su corbata y dio un largo suspiro – Al final fue divertido – Apagó el comunicador, tomó la maleta y el estuche, y salió por la puerta de emergencia de aquel edificio, bajó tranquilamente por las escaleras de emergencia y una vez afuera, se mezcló con el pánico de la gente que salía del hotel y aprovechó que estaba vestido elegantemente para pasar desapercibido entre el tumulto de gente.
-----------------------------------------
El chico que horas antes había matado sin ninguna pizca de compasión, ahora se encontraba en una habitación tratando de dormir. Eso de desvelarse para matar a alguien no le molestaba del todo, pero llevaba tres misiones parecidas en las que no pudo dormir más de dos horas y podría decirse que se encontraba irritable, y al haber pánico en las calles había mucho ruido, lo cual no le ayudó a calmar su enojo.
Luego de una hora de dar vueltas en la cama logró conciliar el sueño, fue lindo descansar, pudo dormir no más de 4 horas ya que golpes en su puerta le despertaron.
– ¡Oi Miyuki despierta!– Golpeaba la puerta fuerte un chico de cabello verde oscuro.
–Déjame en paz Kuramochi– Se acomodó entre las sábanas de nuevo.
–Yo también quisiera estar durmiendo, no creas que me gusta desperdiciar mis horas de sueño hablando contigo, pero Kataoka-San nos necesita con urgencia – Respondía sin dejar de golpear la puerta – ¡Despierta maldita sea! –
– Está bien, ya me levanto – Dio un largo suspiro y se levantó de la cómoda cama.
–Sólo quiere hablar con nosotros así que no te tardes arreglándote, tienes cinco minutos– Y dicho esto dejó de golpear y se retiró a esperarle en una sala de estar que había cerca.
–Si mamá– Dijo para sí mismo el castaño y se arregló, tomó una camisa manga larga negra y unos pantalones del mismo color.
En menos de tres minutos ya estaba afuera del cuarto con una cara de molestia.
–Wow, no te tardaste… Muy bien, vamos– Dicho esto empezó a caminar, Miyuki lo siguió de cerca.
–Entonces… ¿Para qué nos necesita? – Preguntó el castaño curioso.
–Miyuki ¿Crees que si lo supiera no te lo habría dicho? Yo también estaba durmiendo y Zono llegó a despertarme, dijo que Kataoka-San necesitaba verte a ti y a mí urgentemente, me pidió que te despertara porque estaba ocupado y que es más fácil despertarme a mí que a ti… Y el desgraciado tenía razón, llevaba quince minutos golpeando la maldita puerta hasta que por fin te despertaste – Con sólo recordarlo le provocaba matar al de lentes ¿Desde cuándo se había vuelto la niñera del más alto? ¿Y se supone que ese mismo sujeto era mejor que él usando armas? Absurdo.
–Jajajaja… Mi culpa, lamento ser tu dolor de cabeza, pero no pongas esa cara – Era gracioso verle molesto, no podía evitar reír.
– ¿Quieres que te golpee, bastardo? – Pronunciaba ya harto de escucharle hablar –Mejor calla y camina rápido– El de pelo verde empezó a aumentar el ritmo de sus pasos, ya no quería escucharlo.
–Como tú quieras – Y dicho esto, también aumentó la rapidez de sus pasos.
Caminaron por un gran pasillo, hasta llegar a una puerta enorme, se acomodaron uno al lado del otro y tocaron la puerta
–Pasen– Se escuchó una voz grabe del otro lado de la puerta, ambos chicos tragaron saliva y entraron. Se encontraron con un hombre mayor de treinta mirándoles seriamente. A su lado se encontraba un chico bastante apuesto de cabello castaño que al verlos sonrió levemente.
–Puedes retirarte… Chris– Mencionó aquel hombre de cabello negro.
–Si señor– Y dando una reverencia salió del lugar, no sin antes darles una mirada a los chicos que sonrieron levemente al verlo de nuevo–
Una vez el castaño salió y cerró la puerta, el hombre de pelo negro aclaró su garganta haciendo que los más jóvenes le miraran.
–Primero que todo, les debo felicitar por otro trabajo bien hecho, ese sujeto ya nos debía grandes cantidades de dinero y cuando nos enteramos que fue él quien había hecho esa costosa fiesta sabiendo bien lo que nos debía teníamos que hacer algo, y al no recibir una respuesta luego de las advertencias y amenazas, pues llegamos a la conclusión de que no podíamos dejar que nos tomaran tan a la ligera. Una vez fue exitoso el asesinato varios de los invitados que también nos debían dinero, recibieron la advertencia de que les pasaría algo parecido si no pagaban; así que no hace menos de una hora estas personas empezaron a pagar sus deudas. Y debo agradecérselos– Asintió levemente con su cabeza y les volvió a mirar.
–Muchas gracias Kataoka-San– Comentaron al mismo tiempo ambos jóvenes.
–Pero no los llamé sólo para felicitarlos. Tengo un favor que pedirles– Los miró con más seriedad –Como habrán notado Chis ha vuelto y me ha pedido un gran favor, al parecer tienen nuevos reclutas y algunos tienen habilidades muy interesantes para el asesinato. Chris sólo entrena a los reclutas para defenderse a sí mismos y evitar ser lastimados en el proceso, ya luego son puestos bajo el mando de un tutor para que se especialicen en sus áreas, pero cuando hay personas con grandes habilidades, el simplemente no puede hacer mucho más que enseñarles a pelear. Y cómo ustedes son los mejores en lo que respecta a ser un Hitman quiero que los…– paró de hablar, ya que el castaño de lentes bufó en son de queja– ¿Algo que decir Miyuki? –
–Espere un segundo… ¿Está diciendo que nos va a colocar de niñeras? Yo no quiero ir detrás de un montón de mocosos enseñándoles a matar, es simplemente loco, ya suficiente tengo con tener que ir seduciendo a mujeres para que me revelen información de sus compañeros de trabajo los cuales les deben dinero y matando gente a altas horas de la noche – Ya de por si el castaño estaba irritado por no poder dormir bien ¿Y ahora lo querían poner a cuidar niños con “habilidades” para el asesinato? Eso ya era abuso.
–Entiendo cómo te sientes, pero he visto las habilidades de esos chicos y si ustedes los instruyen bien se convertirán en grandes asesinos. Además, tú también llegaste aquí junto a Youichi con grandes habilidades para el asesinato… Y ahora que lo pienso, esa persona me dijo casi las mismas palabras cuando le comuniqué que sería su maestro– Viejos recuerdos llegaron a la mente del mayor y pudo notarse sonrisa leve.
–Pe…– Se quedó callado un momento, ¿Porque tenía que mencionar a su maestro en ese mismo instante? No era justo.
– ¿Algo más que decir? –
–No señor… – Realmente quería decir mucho más, pero no era ni el momento ni el lugar para contradecir al jefe.
–Muy bien… Cómo iba diciendo, quiero que ustedes los entrenen, les enseñen lo básico y hagan de ellos unos verdaderos Hitman. Claro que no les pido que lo hagan gratis, les doblaré su paga y cualquier inconveniente que causen esos chicos será mi responsabilidad… ¿Podrían hacerlo? Entiendo que ustedes no tienen métodos de enseñanza, pero con su habilidad pueden sacar lo mejor de esos chicos –
–Yo no tengo ningún problema – Mencionó Kuramochi observando de reojo al más alto, este se veía molesto.
– ¿Y tú Miyuki? ¿Puedo confiar en ti para esto? –
–Sabe que no puedo negarme… Pero antes de aceptar quiero que agregue algo más al trato – No tendría una oportunidad cómo esa, así que lo aprovecharía.
–No te voy a triplicar la paga – Kataoka tampoco era una mina de dinero y esos jóvenes ya eran bastante costosos con una doble paga.
–No quiero que me triplique la paga, ya de por si gano muy bien por cada asesinato y recibir el doble hará que viva más que bien – Le ofendía que lo tomaran de timador – Lo que quiero que agregue al trato es que me deje probar el mejor café que tiene en su inventario – El castaño se cruzó de brazos y miró con seriedad al mayor.
Kataoka era un amante del café y sus conocidos le daban los mejores granos de todo el mundo. Miyuki también lo amaba, pero nunca se le permitió tomar nada de este y él quería conocer todos los sabores que estos tenían… Nada mejor que ese momento para pedirlo.
–Oh… – Recordó lo mucho que le gustaba el café a ese chico y no pudo evitar reír leve. Le recordaba mucho a él cuando era pequeño y conoció lo que era el buen café de distintos países – Bueno, eso suena bien para mí, escogeré los mejores granos y podrás pedir el café que quieras cuando quieras ¿Eso suena bien para ti? –
–Claro que sí, entonces tampoco tengo problema, pero no espere que sea suave con nadie –
–Espero que no lo seas, quiero ver que esos chicos mejoren sus habilidades por sus propios medios, sólo les pido que los instruyan en lo básico y que saquen lo mejor de ellos –
–Entonces tenemos un trato – Finalizó Kuramochi. Le sorprendió que Miyuki se enfrentara al jefe y que tuviera el descaro de pedir más cosas aparte del doble de paga. Pero le asombró más que Kataoka-San accediera con facilidad. Pero al final todo había salido bien.
–Ah y otra cosa, quiero que tengan extremo cuidado con uno de esos chicos. Forma parte de la familia Kominato y su hermano me mataría si le pasa algo –
– ¿Hermano? – Kuramochi sabía que la familia Kominato tenía dos sucesores, pero no sabía cuál de los dos era el que tomaría el mando.
–Sí, el hermano mayor, Kominato Ryosuke decidió ser el sucesor de la familia, dándole la libertad a su hermano menor, Kominato Haruichi, para que sea lo que él quiera –
– ¿R-Ryo-San es el sucesor? – Al escuchar ese nombre no pudo evitar ponerse nervioso, ellos de conocían de pequeños y por varios inconvenientes no lo había vuelto a ver desde hace años, pero al convertirse en la cabeza de la familia empezaría a tener de nuevo contacto con él.
–Así es, por eso les pido que lo entrenen bien y eviten a toda cosa que ese chico sufra daños innecesarios en el proceso de aprendizaje–
–No se preocupe, aprenderá bien – Esta vez fue Miyuki quien contestó – Haremos un gran trabajo señor ¿Algo más que necesite? – Se veía bastante seguro.
–Sólo que ellos llegarán aquí la próxima semana y quiero que preparen todo para su llegada y hospedaje, en el segundo piso hay unos cuartos desocupados, pidan que los arreglen, en total son cinco chicos. Les deseo la mejor de la suertes, ya pueden retirarse, no los molestaré el resto del día así que descansen bien, mañana pueden empezar a hacer los preparativos, por hoy ustedes están libres – Y dicho esto los jóvenes dieron una reverencia y se retiraron.
–Bien, ahora seremos niñeras – Comentaba Miyuki mientras caminaban de vuelta a los cuartos.
–Yo soy niñera desde que te tengo de compañero, para mí esto no es nuevo – Comentaba el de pelo verde caminado a su lado, con las manos en los bolsillos.
–Pues haces un excelente trabajo – El de lentes sonrió, no era propio de él quedarse callado y menos si podía molestar al más bajo – Y ahora cuidarás del hermano de tu Queridísimo Ryo-San – Sonrió aún más cuando vio que la cara del peli verde se tornaba roja, había dado en el clavo.
– ¡S-silencio maldito sex symbol de mierda! ¡No es asunto tuyo! – Le brindó una fuerte patada en el trasero a Miyuki – ¡Púdrete!
–Ouch… Jajajaja lo siento, lo siento ¿Y aún sigues con eso de sex symbol? – El castaño se acarició la parte afectada por el golpe propinado por su compañero mientras reía, además Miyuki no entendía a que venía ese “insulto” y tampoco de donde había salido este.
– ¡Es porque lo eres! ¡Todas las chicas que pasan a tu lado te terminan desnudando con la mirada antes de siquiera dirigirles la palabra! ¡Maldito seas! – El rojo de su cara aún no bajaba de su cara y ahora estaba molesto.
–Ah… Es por eso, yo no tengo la culpa de eso – Desordenó un poco su cabellos y miró divertido al tomate que tenía al lado
– ¡Claro que sí! ¡El hecho de que nacieras hace que sea tu culpa! – Se sentía indefenso ante esa mirada, lo odiaba, odiaba que Miyuki supiera lo que sentía por Kominato Ryosuke y que lo usara en su contra, el hecho de que ese idiota cuatro ojos lo viera tan rojo lo hacía sentir mucho más enojado.
–Eso es cruel Kuramochi-Kun – Recibió otro golpe por parte del más bajo, esta vez en el brazo – ¡¿Y ahora que hice?!
– ¡No uses ese honorifico conmigo, basura! – Recordó cuando era pequeño y Miyuki siempre le llamaba así.
–Ok, ok, ya no lo haré… Antes te gustaba –
– ¡Eso fue antes de conocerte mejor! – Sin más se retiró hacia su habitación, no quería que Miyuki lo siguiera viendo sonrojado – ¡Ojala te mueras mientras duermes! –
–Sí, yo también te quiero Kuramochi – Siguió riendo mientras veía al más bajo cerrar su puerta con fuerza –
– ¡Púdrete! – Se logró escuchar del otro lado de la puerta.
Al final Miyuki se retiró a su cuarto, una vez en este se tiró a la cama agotado, no quería ser niñera de nadie, ni siquiera sabía cómo eran esos chicos en persona y ya tendría que cuidarlos. Pero recibir una mejor paga y más eso poder probar los mejores sabores de café de todo el mundo valdrían la pena.
–Espero que por lo menos sea divertido y que esos chicos sean tan interesantes como dijo Kataoka-San – Dijo para sí mismo. Poco tiempo después se quedó dormido.
Lo que no sabían era que esos cinco chicos harían su estadía ahí mucho más interesante de lo que creían.
Continuara...