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Fuera de balance. por cristinita9509

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Notas del capitulo:

Yo sé que el titulo está feo. Bueno, espero que les guste.

:'v aunque siento que me quedó corto.

Era como si un burbujeo ascendiera hasta derramarse. Tantas emociones juntas se presentaron en ambos de tal forma que les era difícil formular palabras. Sus miradas estaban fijas en la del otro, una tan intensa que sólo ellos entendían.

El primero en desviar la mirada fue Charles, agachando la vista mientras sonreía nervioso.

Erik se dio cuenta de que tan sólo se habían quedado viendo y sintió algo de vergüenza por no haber dicho nada. Inhaló hondo y dio un paso atrás al notar lo cerca que estaba.

-Estoy realmente sorprendido. No creí que volvería a verte, bueno, al menos no aquí. 

Ante las palabras de Erik, el castaño volvió a alzar la vista y sonrió con más intensidad que antes.

-Yo tampoco esperaba verte aquí. Pero ¿Qué te parece si mejor charlamos con más comodidad?  No es adecuado estar a mitad de la acera.

-Nunca dejas los modales de lado ¿Verdad?

Ambos comenzaron a caminar un poco, siguiendo la ruta que Erik tenía hasta hace unos instantes. A Charles no le importaba no haber comido nada, simplemente la emoción de ver a quién apreciaba como un buen amigo lo invadía.

El viento era fresco, revoloteaba un poco la cabellera de ambos, pero en especial la del castaño que a cada minuto trataba de acomodárselo.
-¿Te parece bien si vamos a mi despacho? – Erik se paró para pedir un taxi que a lo lejos divisaba.

-Cualquier lugar donde podamos hablar a gusto me parece bien. – con ello, ambos subieron al automóvil que paró frente a ellos. Iban en silencio, las únicas palabras pronunciadas fueron las de Erik dándole la dirección al taxista.

Bajaron en una calle estrecha, no lucía mal, en realidad se veía bastante rústica. Los establecimientos alrededor eran bastante tranquilos. El de mirada azulina siguió a su amigo. Entraron en un pequeño edificio de cuatro pisos, eran pequeñas oficinas. Utilizaron las escaleras por que al parecer el ascensor estaba averiado, o al menos eso le dijo Erik. Caminaba detrás de él, mirando su espalda, el movimiento de sus piernas con cada que subía los escalones era de algún modo hipnotizante para el joven.

Ladeó la cabeza, ya desde hace tiempo cuando salía con su amigo tenía la manía de observarlo de espaldas. No podía evitar pensar en lo bien formada que estaba, nunca asumió nada malo por admirar el cuerpo de su compañero, pensaba que era algo normal envidiar la figura de otro hombre, más se estaba tan bien formada.

Llegaron  a la oficina del joven abogado. Desde afuera daba la impresión de ser minúscula pero la fachada era engañosa, era lo bastante amplia como para que cupiese un escritorio mediano, dos estantes llenos de libros, un archivero y un sofá alargado.

Erik se retiró el saco y lo dejó sobre el sofá al igual que su maletín, mientras que Charles tomaba asiento en el mismo. El mayor arrastró la silla del escritorio y la dejó frente al joven, sentándose y así poder quedar cara a cara.

Habían tantas cosas que querían decirse y aún así las palabras no salían de sus bocas. Por su mente pasaban las preguntas más comunes, ¿Cómo has estado? ¿Que ha sido de ti? ¿Cómo va el trabajo? Ninguno quería empezar con esas preguntas que parecían demasiado formales. Inesperadamente, el primero en romper el silencio fue el de ojos verdes.

-¿Cómo está Raven? – sin duda la pregunta salió mal, no era su intención hablar de ella, en realidad le daba igual si le decía que bien o mal, sólo quería que el otro empezara a hablar. Pero, por extraño que sea, para el castaño esa pregunta lo descolocó. No es que esté mal que pregunte sobre su hermana, en realidad fueron bastantes cercanos durante un tiempo, pero ¿Acaso lo correcto no era preguntar como se encontraba él? Una pequeña chispa de molestia saltó en su mente, pero la disimuló.

-Muy bien. Ya está por terminar sus estudios, lo cual me alegra bastante y creo que tiene uno que otro enamorado rondándole cerca. – eso último no era necesario, pero salió de sus labios sin poderse controlar, casi dejándole en claro que no pretendiera nada con su hermana.

-Me lo imagino, ella es una chica muy linda. ¿Y tú Charles? ¿Has estado bien?

-Por su puesto. ¿Por qué no debería estarlo?- su voz era suave, pero al parecer esa respuesta causó algo de extrañeza en su amigo, notándolo algo incómodo.

Un silencio sepulcral se formó. Erik miraba con poco interés el suelo mientras el joven no entendía la razón de su callar.  De a ratos parecía querer decir algo pero se retractaba. Pasaron varios segundos que comenzaban a ser incómodos, por lo que el castaño se aventuró a continuar la plática.

-No sabía que tenías tu propio despacho. ¿Por qué no me buscaste? Así podría haber hablado con unos contactos y de esa forma ver si podías estar con ellos, son buenos abogados.

-Agradezco la intención pero prefiero hacer las cosas a mi manera. No es lo mejor del mundo, pero he logrado ganar varios casos con mi esfuerzo.

Ese tipo de cosas que Erik decía era lo que al castaño le agradaba, la forma en la cual su amigo no hacía nada de la forma fácil, si no con esfuerzo y perseverancia.

La charla empezó a girar entorno al trabajo del mayor, los minutos pasaban y sus bocas no se detenía más que para tomar un respiro. No hablaron mucho sobre temas íntimos, ninguno de los dos se había aventurado a hacer preguntas de carácter privado. Y sin darse cuenta, la noche empezaba a caer sobre ellos.

El cielo combinaba los colores claros y oscuro ante el atardecer. De no ser por que el menor revisó su reloj, no se habría percatado de la hora.

-Lamento tener que retirarme, pero mañana me espera un día agitado.

-No te preocupes por eso, en realidad yo también tengo que hacer cosas desde temprano.

Ambos se pararon, ahora Charles es quien iba por delante mientras que el de cabellera clara lo seguía. No sabía que más decir ante la pronta despedida. ¿Se volverían a ver? No lo pensó demasiado y cuando dejó al joven fuera del edificio, se atrevió a preguntarle si podían verse otro día.

No esperaba ver tan bella sonrisa como respuesta, o quizá no era tan bella, bueno, a su parecer se veía así pero era la misma sonrisa de siempre. Tal vez el sentimiento de nostalgia que lo invadía lo hacía ver las cosas de diferente forma. El de ojos azules se acercó un poco a él, posando una de sus manos en el hombro del contrario.

-Me has leído la mente. Me encantaría poder encontrarme contigo de nuevo, es más, creo que en dos días puedo. ¿Te parece bien si vamos a tomar algo? Claro, si no te encuentras ocupado.

-Me parece muy bien. Deberíamos ir a un bar. Aquí no tenía ninguna bebida que ofrecerte.

-Entonces está decidido.- Charles retiró su mano del hombro del mayor y buscó algo entre los bolsillos de su pantalón, sacando su celular. - ¿Me darías tu número? Así podemos ponernos de acuerdo mañana.

Erik asintió y le dictó el número al joven que movía los dedos habilidosamente.

-No te atrevas a ponerme como Magnus en tus contactos.

-Muy tarde querido amigo. Déjame disfrutar de ese privilegio. Mañana te marco.

-Hasta mañana.

Charles se despidió con un ademán de la mano, yéndose a lo largo de la calle para poder tomar un taxi que lo llevara al hotel.

Erik se quedó quieto en ese lugar hasta que la imagen de su amigo se perdió. Dejó salir un suspiro largo que desapareció junto al viento que azotaba con violencia mientras que una sonrisa ligera se dibujaba en su rostro.

-Te extrañé Charles.
                      *********
¿Realmente aguantaría todo ese tiempo sin su amante? El día no había sido el mejor.

Al llegar a la universidad fue víctima de una reprimenda que bien era justa por haber faltado durante la mañana, pero no era para tanto.

Le fastidiaba saber el hecho de que mientras Charles no estuviera, él tenía que remplazar a una profesora, cosa de la cuál no fue informado. ¿Quién lo había decidido? Nada más y nada menos que la directora suplente. Aquella chica de cabellera de flama. Jean Grey fue la escogida por Charles para ser la suplente durante su ausencia.

Logan no contaba con que la mujer lo haría estar más tiempo en el trabajo. Tan sólo habían cruzado algunas palabras antes, no es que le molestara la mujer, pero le fastidiaba saber que no había consultado con él esa decisión de hacerlo remplazo de una profesora.

Estiraba sus brazos esperando a que los huesos de su espalda tronaran. Sus hombros le dolían y no era para menos, la clase de la otra profesora era algo fastidiosa.  No le gustaban para nada las artes plásticas.

Revisó su teléfono, no había ninguna llamada o mensaje del joven. Pensó que debió haber estado realmente cansado o que se la pasó ocupado con trabajo.

Lo pensó varias veces hasta que se decidió y le mandó un pequeño mensaje a su amante. Estaba consciente de que no le respondería inmediatamente por lo que fue a su habitación y se tumbó a la cama dispuesto a descansar.

-Buenas noches Charles.- sus labios apenas y se habían movido, dejando escapar las palabras casi como un susurro suave. No tardó demasiado en quedarse dormido, teniendo como último pensamiento al joven.

Notas finales:

No Logan, Charles no estaba cansado ni con trabajo.

¿ Que pasará? Ni yo lo sé. Bueno, ya vienen mis exámenes, dos duras semanas que me van a medio matar pero pues yo intentaré escribir cachitos por día. Así no tardo tanto.

Espero les haya gustado. ¿Ya odian a Jean o les da igual? /(•_•)/ yo pues no sé, ella tiene algo bueno o quizá malo que ver en la historia.

Acepto sugerencias, tomatazos o amenazas de muerte. Traté de revisar el fic antes de subirlo, pero de verdad que el teléfono me deja medio ciega y no sé cuantos errores de ortografía se me pasaron:c les pido disculpas si encuentran.

Bueno, nos leemos.


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