Tarareaba, algo inusual en él. Incluso se podía notar una ligera sonrisa en su rostro que se mostraba siempre apático. Erik no quería decir que le afectaba la presencia de Charles, pero sabía que si lo hacía. Tenerlo cerca, charlar, comer juntos. Todo era algo tan cómodo para él como para el de ojos azules.
Caminaba en dirección a su oficina, los escalones estaban algo húmedos, tal vez la que hizo la limpieza acababa de pasar el trapeador por ahí. Llevaba en la maleta unos documentos, algunos sobre el pequeño caso en el que estaba involucrándose y otros sobre los cursos de docencia que estaba llevando a cabo. Tendría que impartir pronto clases ante los jóvenes universitarios. No le preocupaba estar frente a ellos, era alguien serio. Lo que le preocupaba era no tener la suficiente paciencia para soportar las preguntas absurdas o malos comportamientos que pueden tener algunos jóvenes.
Estiró un poco sus brazos antes de sentarse en la silla frente al escritorio. Después del primer día de haberse reencontrado con su amigo, los malos sueños se habían esfumado. Ese efecto siempre lo tenía con él. Tal vez por el hecho de que vivió muchos malos y también buenos momentos a su lado. Una amistad fuerte que ninguno deseaba romper.
No era el único con buen humor esa mañana, Charles estaba inexplicablemente radiante. No sólo por que las juntas con la institución estaban saliendo bien. Había una calidez que llenaba su ser. No se podía decir lo mismo de Logan, ya estaba harto.
La convivencia con la suplente de su amante estaba haciéndolo perder la paciencia. La mujer parecía inventar cualquier excusa para dejarlo trabajar hasta tarde con ella. Ya ni siquiera la presencia de otros profesores ayudaba mucho ya que, la mujer no se frenaba en sus roces poco discretos. No eran sólo pequeños toques suaves a sus hombros o tactos accidentales a sus manos, no, ahora parecía que lo tomaba de los brazos con tanta naturalidad que daba apariencia de haber estado saliendo por un largo tiempo. Y que decir de esa manía de la mujer por llamarlo ahora por su nombre, le molestaba.
Durante las clases era su único momento de libertad, pero estaba tan estresado que no se podía concentrar bien. Tampoco es como si tuviera muchas oportunidades de dar las clases, ya que se veía interrumpido por los eventos a los que forzosamente debía asistir y claro, convivir de nuevo con la de cabellera de fuego.
Raven por su lado, comenzaba a sentir la ausencia de su hermano, no es que al principio no fuese divertido, pero sentía algo de preocupación. Después de lo sucedido a sus padres, aunque estos fuera adoptivos, creció en ella unas ganas de proteger a su hermano. La única persona que siempre vio por ella. Fue casi un capricho de Charles que la adoptaran, algo que ella agradece cada día que pasa a su lado.
La joven acababa de levantarse, no desayunaba sola pues tenía un buen acompañante. Aquel hombre mayor le preparaba gustoso el desayuno.
-Si que tardas en despertar. – mostraba la blancura de sus dientes al sonreírle cada que terminaba de hablar.
-No es tan tarde, créeme, puedo llegar a dormir dos días seguidos.- la rubia se le acercó y le dio un beso en la mejilla, luego tomó asiento esperando a que el hombre terminara de servir lo que parecían huevos revueltos y pan tostado.
-Espero te guste. Pensaba hacerte algo de café pero cada estante que abría tenía té.
-Es culpa de mi hermano, siempre le ha gustado más el té por lo que no encontraras tan facilmente algo de café aquí. - degustaba con pequeños bocados el platillo. No parecía ser un mal día.
-¿Irás a la universidad más tarde? - rodeaba sus brazos sobre los hombros de la chica y apoyaba el mentón en su cabeza.
-Si, aunque me saltaré la clase de teatro para que podamos salir a comer juntos.
-En ese caso pasaré por ti.
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-¿Hay algo más que me quiera mostrar? - El joven caminaba con su siempre buena postura por las oficinas de la universidad acompañado de la directora.
-Esperaba mostrarle bien los edificios pero creo que eso puede esperar para mañana. Debe estar agotado, lo he monopolizado desde tempranas horas.
-No estoy para nada agotado. Me ha parecido muy interesante todo el lugar. Y al revisar el plan de estudios de sus diferentes carreras me ha fascinado. Ver que hay varias materias en común que los estudiantes pueden ejercer. De verdad ha sido un gusto poder establecer un vínculo con esta institución.
-Se ve verdaderamente entusiasta. Me temo que lo único para lo que le quiero robar un poco más de su tiempo es para que vea la lista de los nuevos profesores que tendremos. No me gustaría que piense que no están capacitados.
-Estoy seguro de que ninguno está fuera de capacitación.
Ambos caminaban a la par, llegando a la oficina de la mujer.
-Pase, sólo durará unos minutos ver la lista.
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-¿Por qué faltaste ayer? - el joven castaño estaba parado frente a ella para impedirle el paso a su salón. El chico tenía una mancha amarilla en la mejilla.
-¿Te peleaste con la mostaza?
-No evadas mi pregunta Raven.
-Por favor Hank, fue sólo un día. Estuve con Azazel toda la tarde.
La chica sacó de su bolso unas servilletas y se dispuso a limpiar la mejilla del joven.
-¿Acaso Charles te pidió vigilarme? - el joven sólo negó con la cabeza.
-Sólo me preocupé por que normalmente no faltas a tus clases de teatro y como no te vi.
-No es malo dejar de lado las responsabilidades aunque sea un rato. Lo que me recuerda que hoy faltaré también. Saldré a comer pero estaré de vuelta para las otras clases restantes que me quedan en la noche.
-No creo que debas hacer eso pero como quieras. Estaré dando las clases de biología hoy.
-¿No se supone que eso lo hace el remplazo de Charles? Creo que era una de las profesoras...la señorita Grey.
-Bueno, ella está algo ocupada últimamente. - se rascaba la nuca mientras le quitaba las servilletas a la joven para tirarlas al bote de basura.
-Entonces hablaré con ella en la noche. Es cierto que Charles la dejó como su suplente en la dirección pero también la dejó a cargo de sus clases, no puede modificar sus decisiones.
-No tienes por que hacer eso. Mira, yo estoy bien dando las clases, así me pagan un extra.
-Pero no está bien. No puede hacer lo que quiera. - la chica se ponía un poco roja al hablar. No le gustaba la idea de que aquella mujer comenzara a tomarse el papel de directora en serio cuando sólo era una suplente. - Como sea, esta noche hablare con ella. Nos vemos. - sin más que decir, la chica rodeó al castaño y se alejó caminando con prisa, sonando sus tacones.
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La puerta sonaba con insistencia, tuvo que levantarse del asiento mientras soltaba un bufido. ¿Quién iría a interrumpirlo en pleno trabajo?
Estuvo a punto de gritarle a la persona que se encontrara del otro lado de la puerta, pero al ver esos ojos azules no pudo.
-Charles...que sorpresa. - y si, era una sorpresa. No esperaba verlo hasta la noche en el restaurante dónde se habían estado frecuentando. Se hizo a un lado dándole espacio para entrar.
El joven pasó y tomó asiento en el sofá.
-¿Por qué no me lo dijiste? - desabotonaba su saco mirando al más alto.
-No leo mentes Charles, dime de que hablas. - sus pasos lo acercaron para tomar asiento en la silla de la cual se había separado hace unos instantes.
- Nunca mencionaste que trabajarías como profesor. - lo miraba con curiosidad esperando una respuesta.
-No me parece algo interesante. ¿Cómo te enteraste?
-Bueno, te dije que estaba aquí por negocios. La universidad donde trabajarás está haciendo un convenio con la mia.
-Ahora entiendo. - su vista se fue a los documentos en la mesa. No quería ser descortés con el de ojos azules pero tenía que terminar de revisar esos papeles. Charles no lo tomó como grosería. Se quedó ahí sentado mirándolo. Examinaba cada uno de sus movimientos.
Se dio cuenta de como las arrugas en la frente del mayor se marcaban de vez en cuando. Le provocaba gracia pues a pesar de no demostrar muchas expresiones con los demás, al leer, su rostro no dejaba de hacerlas.
-¿Cenaremos en algún restaurante? - no quería fastidiarlo mientras trabajaba pero sentía ganas de hablar.
-Claro, a menos que tengas una mejor opción.
Para Charles las ideas sobraban y no dudo en darle una respuesta.
-¿Cocinarías para mi?
Erik detuvo su labor y fijó su mirada en los ojos azules de su amigo quien no parecía bromear.
Dio un gran suspiro cerrando sus ojos mientras masajeaba el puente de la nariz. Luego de un minuto se levantó del asiento y tomó lugar junto al castaño.
-¿Qué te gustaría cenar?
La sonrisa del menor era imposible de ocultar.
-Alguna especialidad que quieras hacer.
Erik sonrió y continuó leyendo. Por su mente pasaban varias ideas, quería dejar al menor con buen sabor de boca.
**********
La joven había salido a comer y tal como había dicho, regresó a tomar sus clases nocturnas. La idea de ir a hablar con la profesora Grey no se había esfumado de su mente.
Al finalizar la última clase, se encaminó entre los pasillos hasta llegar donde se encontraba La joven Pryde.
-Raven, no te había visto pasar por aquí hace días.
-Con la partida de Charles no había tenido la necesidad de venir aquí. ¿Se encuentra la profesora Grey?
La joven castaña hizo una mueca y desvió la mirada mientras asentía un poco.
-No puedo irme de aquí hasta que ella salga de la oficina. Siéndole sincera, me provoca dolores de cabeza. Ni siquiera puedo interrumpirla ahora, está en una reunión con otro profesor.
La rubia frunció el ceño, se estaba pasando. No tenia el derecho con el que mandaba.
-No importa lo que haya dicho, si quieres puedes irte, yo me hablaré con mi hermano en caso de que ella le de alguna queja sobre ti. Es tarde y tu jornada ya terminó. Puedes confiar en mi.
La joven le transmitió seguridad. La castaña asintió y dejó en orden su escritorio para poder retirarse.
Tenía que tener una charla seria con la de cabello rojizo. La ausencia de su hermano la hacía en parte responsable de la institución.
Pensó en tocar la puerta antes de pasar a la oficina pero no lo hizo. Giró la perilla y abrió, pero quedó estupefacta al ver aquella escena frente a ella.
Un beso, sólo eso era. Pero no fue con cualquiera, fue precisamente aquel a quien su hermano había depositado su confianza; Logan.
No dijo nada, sólo se dio vuelta para irse pero ya había sido notada por ambos en la oficina. Logan no dudó en ningún momento en seguirla, cosa que dejó extrañada a Jean.
Logró alcanzarla cerca del estacionamiento y la tomó del brazo para retenerla.
-Tienes que dejar que te explique las cosas. No es lo que....
-¿No era eso un beso? ¿Tus labios nunca tocaron los suyos?
El mayor cerró los ojos ante esas palabras. Respiró hondo y volvió a intentar explicar las cosas.
-Raven, yo no estoy interesado en ella. Yo salgo con Charles, yo lo a..
-No sigas. - el rostro de la chica estaba rojo de furia. Quería golpearlo, hacerle eso a su hermano era algo que no podría perdonar. - No te atrevas a decir que lo amas. No puedo creerlo de ti. ¿Sabes? Al principio pensaba que era una locura que Charles saliera contigo, pero se veía feliz. Hasta me agradabas pero esto... No mereces ni que te hable.
La chica fue a su auto para adentrarse en él. Le dio una última mirada al mayor y se fue.
Logan quedó parado en el estacionamiento. Quería golpear algo, no debió permitir que eso sucediera. Fue sólo un momento de descuido el que la pelirroja aprovechó para irse sobre él.
-Perdóname Charles...yo no quise dejar que sucediera.