(Narración de Shinya)
–¡Arghh… otra vez me dejó plantado! Lo más probable es que me venga con otra de sus estúpidas excusas como siempre lo ha hecho. Pero la verdad… más estúpido soy yo, que siempre acabo aceptando cada una de ellas – me lamentaba mientras esperaba sentado en la habitación donde se supone me encontraría con Guren. –Es obvio que no llegará, así que mejor regreso a casa de una buena vez. –cogí mi abrigo colocándolo suavemente sobre mis hombros y salí de la habitación dirigiéndome a la cochera para finalmente subir a mi moderno auto rojo y salir de aquél edificio.
Ya en casa caminaba lentamente por los pasillos que iban en dirección a mi habitación, estaba algo cabizbajo e irritado debido a lo sucedido, solo podía pensar en lo tonto que había sido de esperarlo tanto tiempo otra vez. Mis pasos eran lentos, mi mente estaba sumergida en otro mundo, parecía un alma en pena lamentándose por sus pesares, así seguía mi camino hasta que de pronto me tropecé con algo realmente duro…
–A-auch – exclamé sobando un poco mi rostro.
–Vaya, siempre tan torpe.
–Ah, eras tú Kureto… con razón la sensación que sentí fue bastante desagradable– murmuré mirándolo con desdén.
–Jajaja en el fondo sé que mueres de ganas por entregarte a mí, y ya que estamos hablando de esto… ¿por fin tomaste en cuenta mi oferta?
–Déjame en paz, y quítate de mi camino, realmente no estoy de humor para tus tonterías.
–Bueno, si cambias de opinión sabes que estoy disponible para ti, pequeño hermanito –lo decía mientras se acercaba a mí y tocaba mis mejillas con sus toscas manos.
–¡Te dije que me dejarás en paz!– grité y de un manotazo me escapé de su agarre.
Él solo sonrió y se quedó parado mirándome mientras yo, acelerando mi paso huía hacia mi habitación. Saqué la llave del bolsillo derecho de mi abrigo y la introduje en la cerradura abriendo por fin la puerta. Di unos cuantos pasos y me desplomé sobre las frías sábanas blancas de mi cama.
Kureto siempre había estado interesado en mí, inclusive hasta hace un tiempo solía atacarme y querer obligarme a estar con él, pero simplemente mi corazón ya estaba ocupado por una persona y no quería ser tocado por nadie más. Aunque el hecho de rechazar a “El cejotas” como yo le decía, era algo normal, es un simple idiota que se cree el Dios del mundo, aunque lo entiendo, ya que teniendo a alguien tan sexy e inteligente como yo simplemente no es fácil para él dejarme pasar. A pesar de ello si existe la persona que es capaz de rechazarme y mucho peor de utilizarme, ¡Maldito Guren! cuando será el día que por fin me tomes enserio…
Daba vueltas y vueltas en mi cama, mi mente parecía explotar presa de todos los pensamientos y reproches que me atormentaban por culpa de la situación por la que estaba pasando, si continuaba con eso me hundiría más y más en la profunda tristeza así que decidí que necesitaba hacer algo que despejara mi mente –¿Tal vez no sea mala idea salir un rato con Kureto?– pensé –Además no pasaría nada, nunca cruzaría esa “línea” con él. Bien. ¡Está decidido! iré a avisarle que acepto su oferta– salí de la habitación y me fui al lugar donde definitivamente encontraría a mi hermanastro, su oficina. Toqué suavemente la puerta.
–Kureto… ¿Puedo pasar?
–Sí. Adelante
–Sabía que te encontraría aquí, pareces una rata de biblioteca. Aunque lo de rata no te va tan mal…– murmuraba mientras abría la puerta adentrándome en la habitación.
–Hermanito, también podrías encerrarte conmigo en la biblioteca si gustas.
–Piérdete Kureto, en fin a lo que venía, ya que dices que estás a mi “total disposición” mmmm… te parece si… ¿salimos hoy?
–Oh… ¿enserio?
–No te hagas ilusiones, solo quiero despejar mi mente.
–Pero esto es un avance para mí así que te llevaré a dónde quieras– cogió las llaves de su auto y salimos rin rumbo definido.
(Narración de Guren)
–¡No puede ser! Esta vez si se me hizo realmente tarde, Shinya va a matarme– corría presuroso mientras miraba algo preocupado el reloj alrededor de mi muñeca. –Pero al menos ya estoy aquí y nisiquiera se por qué me preocupo tanto si lo más probable es que aún me esté esperando siempre es así.
Me sentía muy confiado en cuánto a los sentimientos de Shinya hacia mí
Abrí de forma silenciosa la cerradura de la puerta para tomarlo por sorpresa pero antes de entrar traté de arreglar un poco mi alborotado cabello que yacía así debido a que corrí presuroso con el fin de llegar lo más antes posible, y por supuesto, no podía dejarle ver a Shinya que había hecho todo esto por él, si no sentiría que estoy a sus pies y ya lo conozco, seguramente empezaría a alardear de lo genial que es…
Al abrir la puerta no encontré a nadie. Lo más seguro era que estuviera por aquí cerca así que marqué a su celular pero nunca respondió. Ha de estar molesto, pero no es la primera vez así que no debo preocuparme. Ya había pasado por esto antes, entonces por qué me sentía intranquilo. El hecho de que no me contestara en cierta forma me hacía perder un poco de confianza en el poder que tenía sobre él.
Caminaba nervioso por la habitación inseguro de la decisión que debía tomar.
¿Dejarlo así o ir a buscarlo?
Finalmente me decidí. No puedo dejar ir a Shinya así, E-este… mejor dicho no puedo dejar escapar a mi juguete así no más. Iré a buscarlo, rápidamente salí de ahí y fui directo a su casa.
Al llegar a la gran mansión Hiragi toqué fuertemente la puerta hasta que una de las empleadas me atendió.
–Buenas noches, Ichinose-san ¿a qué debemos su visita?
–Buenas noches, necesito entregar unos documentos a Shinya ¿podría pasar a verlo?
–El joven Shinya salió con su hermano mayor, no avisaron a qué hora regresarían ¿gustaría esperarlo?
–¡¿Con Kureto?!–
–S-si joven.
–Disculpa por asustarte, volveré en otra ocasión, muchas gracias por la información– sin dejarla terminar de hablar di la vuelta para regresar nuevamente a mi departamento. Mientras me alejaba poco a poco de la mansión pensaba.
–¡¿Con Kureto?! Esto no está bien, ¡para nada bien!, ese hombre sólo se la pasa acosándolo ¿cómo pudo ir con él? Hasta ahora siempre lo había rechazado ¿en qué está pensando? ¿se aburrió de mí?
Mientras todas esas preguntas venían a mi mente una ligera presión en mi pecho se empezaba a hacer más y más fuerte.
–¡Espera! ¿e-estoy celoso? No, no, no nada que ver. Es preocupación nada más. Shinya está enojado por plantarlo hoy y ese idiota de Kureto que está esperando el momento adecuado para atacarlo no es una buena combinación. ¡simplemente debo impedirlo! Aunque la pregunta es… ¿dónde lo buscaré?, si ni siquiera contesta su celular.
Mientras pensaba en los lugares donde posiblemente podría encontrarlo y caminaba sin rumbo alguno pude divisar a lo lejos las siluetas de dos hombres acercándose. Entrecerré los ojos para observar mejor y pude descubrir sus identidades. Sí, eran ellos, esperé un poco y cuando ya los tenía cerca, jalé rápidamente hacia mí a Shinya y al cejotas ese le dije, mientras sentía claramente como me hervía la sangre por los… ¿celos?
–¡¿Qué haces tú con Shinya?! ¡¿No te dije que no te quería cerca de él?!
–Somos “hermanitos” por si no lo recuerdas y tenemos momentos para compartir ¿no crees Guren?– exclamó mientras me miraba con una expresión burlona y desafiante a la vez.
En ese momento ganas no me faltaron de romperle la cara, pero Shinya me detuvo. Kureto entró a la casa y nos quedamos los dos afuera guardando total silencio por un breve momento…