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Cuanto me haces falta por Arteemisse

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Notas del capitulo:

¡¡Hola a todos!!

Agradezco mucho qu hayan llegado al final de esta historia; no saben cuán feliz me hacen...

Los quiero mucho, y espero que les haya gustado este neuvo capitulo...

¡¡Hasta la proxima, pastelillos!!

--Entonces… ¿Te das por vencido, Gray Fullbuster? —

--Si…--

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Pocos años han pasado, y aunque aún no he podido olvidarme de él; me hace feliz saber que él lo es.

Al resolver los malentendidos; él y yo pudimos convertirnos en amigos.
Lo que me hizo mucho más feliz.

No me importa que no sea yo con quien comparta su vida, con quien tenga a sus hijos; con quien pueda ser feliz todos los días. Aunque honestamente, lo desearía.

He cambiado demasiado en estos cuatro años; y he sentido que todo eso ha sido para bien.

Ahora que por fin me he librado de una parte de mi sufrimiento, me he dado cuenta de todas las cosas que perdí en mi vida.

Por una pequeña estupidez, perdí todo lo que pude haber tenido.
Un esposo cariñoso, un precioso hijo; y muchas otras cosas más que ya no puedo recuperar.

Aunque al ver su hermosa sonrisa, mi dolor se desvanece poco a poco.

Ya hace cuatro años de que la empresa “Scarlet” y “Fernández” han acordado formar una alianza; lo que me ha permitido verlo casi todo el tiempo.

Claro está; siempre bajo la vigilancia de su esposo, quien no me quita el ojo cuando estoy con Natsu.

Aunque ahora nos llevamos mejor que antes; ahora me habla de una mejor manera, hasta me dio una fotografía de mi pequeño Yuki; y me alegra saber que era idéntico a mí.

Tambien me hice amigo de Lucy y su esposo; y ahora salimos juntos de vez en cuando.
Además de que Juvia dejo de molestarme; y recientemente se casó con un conocido llamado Lion, por lo cual renuncio a la compañía.

Ahora mismo ya no hay nada que me moleste; por lo que me siento más tranquilo.

Mi vida mejoro; y aunque no es del todo feliz, agradezco esta segunda oportunidad.

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En este momento me encuentro en una de las muchas, muchas, muchas casas de Jellal-san; recostado a las orillas del mar, junto a una enorme fogata; en una playa que es exclusivamente para la familia Fernández.

Éramos solamente once personas; junto con todos los empleados, quienes también estaban tomándose unas vacaciones.

--¡Ahh! ¡Fue un hermoso día! —exclamaba un pelirrosa, mientras estiraba sus manos tratando de tocar las estrellas.

--No más hermoso que tú, Natsu—musito un peliazul, tomándolo por la cintura, y dándole un beso en los labios.

--O-oye, s-suéltame—dijo Natsu, tratando de zafarse de las garras de su esposo--¿Podrías dejar de acosarme sexualmente cada vez que nos vemos? —

--Cuando tu marido lo hace no es acoso— exclamo, dándole un beso en la mejilla.

--¿¡Podrías por lo menos no hacerlo frente a tus socios!?—

--A ellos no les importa—

--¡¡PERO A MI SI!!—

--Creo que nunca se cansaran de eso—musito Erza, mientras bebía un vaso de limonada.

--Llevamos cuatro años de conocerlos, y al parecer no les interesa el paso del tiempo—dijo Laxus, mientras daba un sorbo a su bebida.

--Pero siempre es divertido; y lo será más en unos minutos—exclamo Lucy, con una sonrisa burlona.

--¡Siempre me ha gustado esa parte! —musite, riéndome de la situación.

--¡A mi tambien! – dijo la rubia, chocando su mano con la mía.

Como me volví un poco menos reservado; estoy tratando de disfrutar de lo mucho que me perdí en siete años.

--¡MAMA! ¡MAMA! ¡MAMA! —exclamaron al unísono un par de niños de cabellera azul y uno rosa, aferrándose a las piernas del pelirrosa.

--¿¡QUE RAYOS!? – musito Jellal-san, liberando a su esposo.

--¡MAMA! ¡MAMA! – decían un trio de niñas, dos pelirrosas y una peliazul, quienes tambien se abrazaron a las piernas de Natsu.

--Ustedes seis, ¿Podrían dejar de abrazar a su madre solo un momento? – musito Jellal-san; con un ligero tono de molestia.

--¡¡¡NO!!!—exclamaron los cinco al unísono; uno de ellos solo asintió.

--¡Mama es nuestra! – dijo un pequeño peliazul de ojos verdes.

--¡Si, es nuestra! —musito otro niño de cabello azul, pero este tenía ojos negros.

--¡No te la daremos por nada del mundo! —exclamo una chica peliazul, de ojos dorados.

--¡Cierto! ¡Es nuestra! –dijo una pelirrosa de ojos negros, mientras su gemelo solo asentía.

--¡Mía! —decía una pequeña pelirrosa, pero de ojos rosados.

--¿¡QUE!? ¡YUKI, KYOU, SHIKI, YUME! ¡SUELTEN A SU MADRE EN ESTE INSTANTE! ¡USTEDES TAMBIEN HARUMI, AKI! –

--¡¡¡NO!!!—exclamaron cinco de ellos, el otro solo asintió, aferrándose más al pelirrosa.

--No puedo creer que mis propios hijos me quiten a mi esposo—musito el peliazul, con un gesto de cansancio.

Los chicos solo se aferraron más al pobre pelirrosa; quien trataba de mantener el equilibrio.

--Chicos… podrían dejar de abrazarme por favor; ya… no… siento las piernas…—decía el pelirrosa mayor; tratando de zafarse del agarre de sus hijos.

--¡AYE! – exclamaron al unísono, soltando al pobre pelirrosa.

--G-gracias—dijo este, desplomándose en una silla.

--Chicos, ¿¡cuántas veces les he dicho que no se aferren de su madre de esa manera!?—musito Jellal-san, algo molesto.

--Amor, no los culpes; ellos todavía son unos niños—exclamo el pelirrosa, con una sonrisa, acariciando el cabello de sus hijos.

--Cariño, comprendo que los trillizos tienen cuatro años y Yuki solo dos; ¡Pero Harumi y Aki tienen diez! ¡DIEZ! —eso amigos, se llama aprovechar el tiempo.

--Pero todavía son mis bebes…—proclamo el pelirrosa, haciendo un puchero.

--¡Ahh! ¡Natsu…! ¿Qué voy a hacer contigo? –

--No sé por qué, pero nunca me aburro de ver esto—exclamo Lucy, mientras reía a carcajadas.

--Igual yo—musite, con algo de melancolía.

Quisiera ser yo el que estuviera junto a ti en este momento; el que pudiera estar contigo todas las noches, todos los días. Pero eso jamás pasara.

--¡MAMA! —exclamaron cinco chicos al unísono, el otro solo siguió la corriente.

--¿Qué sucede chicos? –musito el pelirrosa, con algo de ternura.

--¿Quisieras casarte con nosotros? —proclamaron los seis al mismo tiempo, poniéndose de rodillas; y tomando a la vez la mano derecha de su madre.

--¿¡QUE!? P-pero… Y-yo... P-pero…—exclamo Natsu; quien se sonrojo en un máximo nivel.

--¡ESO SI QUE NO! ¡EL ES MIO! –dijo Jellal-san, mientras tomaba a su esposo en sus brazos; mientras huía del lugar.

--¡HEY! ¡PAPÁ SE ROBO A MAMA! ¡¡A POR EL!!—exclamo Harumi, con una pose desafiante.

--¡¡¡¡AYE!!!!—proclamaron los demás; comenzando a perseguir al mayor.

Todos empiezan a reír ante la situación; mientras escuchábamos los gritos de auxilio del pelirrosa.

Pobre Jellal-san; puede que yo ya no sea su competencia; pero sus hijos serán el obstáculo más grande para estar con Natsu.

Me alegra saber que eres feliz, Natsu; porque si tú lo eres, yo tambien.

No importan los años que pasen, yo siempre te seguiré amando; te lo prometo.

Notas finales:

También públicada en Wattpad, ver el link en mi perfil.


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