Alas. por Sun16

Alas.

Ese mismo día, horas antes…

Despertó gracias al olor proveniente de la cocina que se filtraba a su habitación. Recordó que tenía clases, así que se incorporó hasta quedar parado. Dirigió su mirada hacia su estante, donde reposaba una fotografía de el junto a Vegeta. Suspiró y bajo la mirada, seguidamente salió de allí.
Bajando las escaleras el olor se hizo más intenso, hasta que vio a su madre preparando el desayuno.
- ¡Buenos días cariño! – Con gran energía le sonrío. – Buenos días, mamá. – La mujer notó un aire ausente que no le agradaba.
- ¿Qué ocurre cielo? ¿Por qué estás triste? – El azabache desvío su mirada hacia el suelo.
- Es que… No sé qué hacer. – Ella lo observo confundida. - ¿Sobre qué? – Antes de que respondiera, supo de que hablaba. – Es por Vegeta, ¿Verdad? – El contrario asintió levemente.
- Sí. Milk me ha dicho su estado parece empeorar cada vez más. Estoy preocupado. No sé qué haría si el… - Su voz comenzó a quebrarse, sin darse cuenta su madre lo abrazó.
- Goku, sé que no es fácil. Pero, ¿No crees que Vegeta necesita fuerzas en este momento? – El azabache levantó su mirada para encontrar la de su madre. – Vegeta es un gran chico. Es fuerte, más que nada. Tranquilo, el saldrá de ésta situación. ¡Hay que ser positivos! – La mujer comenzó a frotar la espalda del menor. – Además, no olvides que el nos enseñó muchas cosas. ¿Quién te dijo que no te rindieras? ¿Quién me ayudó cuando no sabía qué hacer? ¿Quién viajó por su hermano para ayudarlo a entrar a una academia? ¿Quién le consiguió novio a Raditz? – Ante esto último ambos rieron. Era cierto, el castaño había hecho tanto por ellos, que se les hacía injusto que ahora estuviera pasando algo que no merecía.
- Tienes razón mamá. Pero una duda aún está en mi cabeza… ¿Cómo acabó así? – La azabache se giró para observar como el pan se tostaba.
- Recuerdo que los médicos dijeron… Que eso hereditario. – Goku abrió sus ojos de par en par.
- ¿Here-ditario? ¿Eso significa que acabará como su madre? – Un silencio incómodo se apoderó del ambiente. – No… No lo creo, cariño. Velitia fue un ejemplo para todos nosotros. No hay duda de que Vegeta es su hijo. – Una melancólica sonrisa se apoderó de su rostro. – Aún recuerdo cuando la conocí… -

『 Flash Back 』

En un día muy ventoso, una joven salió de su hogar para ir hacia su secundaria. Anteriormente había tenido una fuerte pelea con su padre. Al parecer, éste no toleraba el comportamiento de su hija.
Caminando por un bosque pensó en suicidarse. ¿Por qué no? No creía que le interesara mucho a su padre. Dejándose llevar por su cabeza, caminó hacia una autopista para caminar lentamente sobre ella. Escucho un ruido cerca de ella, era un automóvil. Sonrío amargamente y cerró sus ojos.
Antes de sentir siquiera el polvo, una persona la empujó, para luego caer sobre ella.

- ¿Estás bien? – Escuchó una voz femenina hablarle. Abrió sus ojos y vio a una chica de más o menos su edad verla algo… ¿Preocupada?
- ¿Te has hecho daño? ¿Te duele algo? – Más y más preguntas. Su boca no era capaz de articular una palabra. – Siento haberte asustado. Es que, iba hacia la secundaria y vi que te dirigías hacia la autopista. Es un gusto, Soy Velitia. – Le ofreció su mano para levantarse. Gine observó esa mano tan fina y suave y sonrío para sí misma. Observó a la sonriente chica y tomó su mano. Ambas sonrieron y volvieron a pararse sobre la acera.
- Soy Gine, y no. No me duele nada, gracias. – Observó al suelo al decir lo último. La chica observó su uniforme y se dio cuenta de que llegaba tarde.
- ¡Oh no! Si no me apresuro, me matarán. – Velitia miró su reloj y sonrío. – Vamos a la misma secundaria. Nos matarán. – Ambas rieron, luego Gine se dio cuenta de que era verdad, ambas tenían el mismo uniforme.
- ¿Qué dices si vamos juntas? – La azabache asintió feliz. - ¡Claro! –

Así había comenzado una bella y duradera amistad.

『 Fin del Flash Back 』

- Ella me hizo amar la vida. Amar a mi padre, más que nada. Ese día me disculpe con el y le dije que lo amaba. Recuerdo que lloré y me abrazo. No sé qué hubiera pasado si ella no me hubiera salvado aquel día. – Goku escuchó algo sorprendido aquella historia. Al parecer su madre también tuvo un pasado oscuro.
- Luego de eso, nos hicimos las mejores amigas. Yo iba a su casa, ella iba a la mía. Conocí a sus padres, ella conoció a mi padre. Éramos inseparables. Salimos de la secundaria, fuimos a la misma preparatoria, misma universidad. Ella conoció al padre de Vegeta, yo a tu padre, nos casamos, tuvimos hijos. Pero, aquella noche estrellada siempre quedará en mi memoria… Recuerdo que el padre de Vegeta llamó a casa para avisar que Velitia estaba en el hospital. Yo me espanté, fui corriendo junto a tu padre. Raditz se quedó cuidándote. Al llegar nos enteramos que cargaba con una enfermedad que la mataría en cuestión de meses. Siempre iba a ver como estaba, recuerdo que aún en sus últimos días, ella lucía y sonreía como la adolescente que yo conocí. Cuándo murió… Nada volvió a ser lo mismo. Vegeta se volvió más frío que antes, y cuidaba mucho a sus hijos. Cuando pudimos hablar, el me dijo que Vegeta y Tarble eran lo único que le quedaban.
Tarble no se enteró hasta meses después de que su madre ya no volvería. Vegeta tuvo que enterarse la misma noche de su cumple años. Recuerdo que lloró, y pedía a gritos que le devolvieran a su madre. Creció con ese sentimiento de vacío. Hasta que te conoció. Recuerdo que me dijo que fuiste la primera persona en sacarle una sonrisa tras muchos años. – Sentenció con algunas lágrimas acumulándose en sus ojos. Goku solo podía oír todo eso muy atónito.
- Es por eso Goku… Que debes ser positivo, debes decirle a Vegeta que lograra sobrevivir. ¡Yo sé que el sobrevivirá! – El azabache se levantó y abrazó a su madre. Pensó en Vegeta, y cerró sus ojos.
Tras separarse, comió lo que su madre preparó, se despidió de ella y tomó sus cosas para ir hacia la preparatoria.

En el camino encontró a la mejor amiga de Vegeta y de el. Bulma, una chica que prácticamente los ayudó a conocerse.
- ¡Goku! ¡Buenos días! – La peli azul corrió a su lado y lo abrazó. El azabache sonrío y luego de eso, ambos continuaron caminando.
- ¿Cómo está Vegeta? No pude ir ayer, papá me pidió ayuda en su trabajo. – Goku pensó en esa noche. Por un momento se perdió entre sus recuerdos y sonrío.
- Bien. ¡Cada vez está mejor! – No confiaría en las palabras de Milk. Tal vez ella lo dijo para asustarlo o escucho algo mal. – Creo que podrá salir en poco tiempo. – Ambos sonrieron.
- Creo que podré ir hoy. Solo espero que Vegeta no me odie. – La chica río y ambos divisaron su preparatoria a lo lejos.
- Hey Goku, ¿Te sientas conmigo hoy? – El nombrado la observó extrañado.
- ¿Eh? ¿No te sientas con 18? – La chica negó con la cabeza. – Nop, nos hemos peleado. No entiendo como alguien puede ser cómo ella… ¡En fin! ¿Entonces, que dices? – El azabache lo pensó un segundo y asintió levemente. La peli azul sonrió ampliamente y abrazó su brazo emocionada.

Llegaron a su destino e ingresaron. Sus compañeros les preguntaban por el estado de Vegeta, como todos los días. Ambos se dirigieron a su salón y comenzó su clase.

Al terminar su jornada, llegó la hora del último receso. Ambos salieron, Bulma fue al baño y Goku terminó en la terraza.
El viento chocaba y despeinaba su cabello. Con una mirada nostálgica observo su costado y recordó al castaño.

『 Flash Back 』

- Recuérdame que hacemos aquí. – Con un tono aburrido jugo con sus dedos.
- Bueno, huimos de una clase, para la cual no hicimos la tarea. – Ambos soltaron una carcajada y volvieron a sus expresiones normales.
- Sabes, este lugar me trae recuerdos. – El mayor lo observó confundido. - ¿Recuerdos? –
- Sí, mi madre solía contarme la historia de una chica la cual iba por el mundo en busca de aventuras. Ella siempre se detenía a ver el paisaje que la rodeaba y amaba ver la ciudad a través de una terraza. – Suspiró resignado. Odiaba su vida.
- Pero, hay algo mal en tu relato… - Vegeta alzó su mirada y Goku sonrío para luego apresarlo entre sus brazos. – Tú eres más lindo que cualquier chica. – El castaño se ruborizó y desvío su mirada, lo cual hizo reír a su pareja.
- Cállate, idiota. – Goku río y lo observo. - ¿Qué es tan gracioso? – Ambos conectaron sus miradas.
- Pues… No me mates, pero me pareces súper adorable con tu altura. – Vegeta frunció su ceño. - ¿Cuál es tu problema con mi altura? – El azabache río más aún. - ¡Lo siento! Es que eres tan pequeño y adorable. – Vegeta se ruborizó más aún y lo observo. - ¡Es tu culpa por ser tan alto! –
- Tú mides 1.50 y yo 1.85… ¡Eres súper pequeño! – Goku elevó a Vegeta hasta su altura y lo abrazó. - ¿Ves? Ahora ambos somos iguales. – Le dedicó una sonrisa y volvió a abrazarlo.
- I-idiota… -

『 Fin del Flash Back 』

- Fueron días muy hermosos… - Suspiró y se giró para encontrarse con su mejor amiga.
- ¿Bulma? ¿Qué haces aquí? – La chica sonrío y llegó hasta donde el estaba.
- Bueno, quería preguntarte si tú querrías… Ayudarme a hacer la tarea en mi casa. – Goku adoptó una expresión no muy convencida. – No lo sé Bulma, casi son las 5: 30 y debo ir a ver a Vegeta a las 7:30. – Bulma hizo un puchero y sujetó su brazo. - ¡Por favor! Prometo que será rápido, ¿Sí?
Ambos se observaron y el chico sonrío, después de todo eran amigos. Además, quizás podrían ver a Vegeta.
- Claro, Bulma. – La oji azul sonrío y en ese momento el último timbre sonó haciendo sonreír a ambos, a Goku porque estaba impaciente por ver a su pareja, y a Bulma porque quería estudiar junto al azabache.
Ambos bajaron hasta llegar a su salón y tomaron sus cosas. Salieron del lugar despidiéndose de sus amigos y tomaron rumbo hacia el hogar de la chica.

Sin saberlo, cierto castaño los observaba a través de un automóvil. Debía admitir que al ver a la pareja de su hermano y a su amiga lo había emocionado.
Ese día había vuelto de su academia y estaba ansioso por ver a su familia y novio.
Pero al ver la cercanía de ambos, frunció su ceño.

- ¿Qué está pasando aquí? – Susurraba para sí mismo, viendo desaparecer sus siluetas en el ocaso.
Aunque sabía que eran amigos, ese tipo de cercanías no era muy ‘’Típico’’ entre ellos.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
- ¡Vamos Goku quédate un rato más! - La chica insistía al ver como Goku tomaba su mochila muy apresurado.
- ¡Lo siento, Bulma! Pero si no me apresuro no llegaré a ver a Vegeta. – Observó la hora en su celular. - ¡Son las 7:45! ¡Vegeta va a matarme! – Dicho esto salió disparado hacia la puerta. Pero allí la peli azul lo detuvo, sujetando su manga. - ¿Qué ocurre Bulma? –
- Por favor, quédate. – Con agilidad, se libró de su agarre y salió hacia la calle. - ¡Lo siento, de verdad! ¡Nos vemos mañana! – Tras sonreír, corrió por toda la ciudad.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Visualizó el cartel del hospital y apresuró el paso. Al llegar a la puerta, sacó su celular y observó la hora. ‘’ 8:00 Pm’’ ~ Maldijo su suerte y entró a paso veloz al lugar.
- ¡Goku! ¿Qué ocurrió? – Milk hablo tras verlo respirando agitadamente y con el uniforme de su preparatoria.
- Es que… Una amiga… Su casa… - Milk unió las palabras para armar una frase. – ¿Fuiste a casa de una amiga? – El azabache asintió y se recompuso. - ¿Despertó? – La pelinegra negó con su cabeza. – Al parecer, no. No hubo movimiento desde la tarde. – Goku suspiró aliviadamente. - ¿Crees que puedo… ? – La chica sonrío y comenzó a caminar.
- ¡Por supuesto! Si pregunta, dile que se durmió. No podemos dejar que se presione. ¿Sí? – Goku asintió y la siguió.

Subieron al ascensor y esperaron.

- Goku… - El ascensor se elevaba y el silencio era el único compañero para ambos.
- ¿Sí? –
- ¿Qué hacías en casa de una amiga? Ella sabe que tienes un compromiso a esta hora, ¿No? – El mayor lo pensó un momento.

‘’ Lo siento, mi padre quiere que lo vuelva a ayudar. Juro que intentaré ir lo más pronto posible. ‘’

‘’ Quédate un rato más… ‘’

Recordó las palabras de Bulma y volvió en sí. – Sí, ella sabe que a esta hora debo venir. Que extraño. –

Antes de seguir charlando, las puertas se abrieron y salieron.

Mientras caminaban por el ancho pasillo, charlaban de cosas triviales.

- Me alegra que hayas llegado a tiempo, Vegeta se pondrá muy feliz de verte. – Ambos sonrieron algo preocupados.
- Lo sé, es algo tarde. Solo espero que no haya despertado. – En ese momento vieron como dos médicos salían de la habitación del castaño con una expresión de espanto.
- ¿Qué sucede? – Preguntó la chica al acercarse un médico.
- Vegeta no está. – Esas palabras paralizaron al chico. - ¿Q-qué? ¿¡Como que no está!? – A paso rápido ingresó a la habitación de su pareja y notó que lo único que quedaba era su peluche.
- ¿¡En donde está el!? – Milk ingresó detrás del mayor para calmarlo. - ¡Tranquilízate Goku! –
- ¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? – Goku con el ceño fruncido salió de la habitación seguido de la chica y un médico. - ¡Debemos encontrarlo! –

‘’ No puede ser. No, Vegeta no… El no. ‘’

Mientras más lo buscaba más se desesperaba. ¿Cuándo había ocurrido todo esto?

No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy.