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Alas. por Sun16

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Notas del capitulo:

Jelou ~ ¿Como están? :3
¡Deos por fin actualizo! (?)
No sé por qué la inspiración se jue y no quiso volver más :'c
Enn finnn (?) ~ Disfruten este capí ^u^

Un saludo y un abrazo uwu para :
ToukaLove101
Dayari
Y CelesNicole *-*

Los dejo leer amados míos :3

Bai :v

Alas.

Abrió sus ojos con lentitud, sintiendo el cansancio dominarlo por completo. ¿Por qué cada vez se sentía más y más débil? ¿Acaso no debía estar mejorando? ¿Por qué algunos pacientes podían levantarse y el aún no?
Una mueca de tristeza se formó en su pequeño rostro, el viento que ingresaba por la ventana jugó con su cabello un poco. Su vista se posó en la nada, perdió la noción del tiempo, cuando tocaron la puerta de su habitación.
- ¿Puedo pasar, Vegeta? – La suave voz de Milk lo despertó de su trance y se limitó a responder un casi inaudible ‘’’’
- Veo que estás despierto, eso me alegra. – Esbozó una sonrisa y se dirigió hacia la mesita para dejar una bandeja con su almuerzo. – Dime, ¿Te sientes mejor? – Tomó asiento y observo las reacciones del menor.
- Creo que sí, yo me siento bien… - Una lágrima recorrió su rostro hasta tocar las suaves sábanas. La pelinegra se preocupó y lo observo más detenidamente. - ¿Qué ocurre, pequeño? ¿Algo te molesta? – El nombrado alzó su mirada para encontrarse con la contraria.
- Dime la verdad Milk… ¿Voy a sobrevivir? – La chica sintió como su en su garganta se formaba un nudo. No podía revelar nada. Secreto médico.
- ¡Claro que sí, Vegeta! ¡Saldrás de aquí y todo volverá a ser como antes! ¡Lo prometo! – Vegeta sonrío. Milk odiaba mentirle. Todo ese tiempo estuvo mintiéndole sobre su estado. Todo era por su bien. – Cuéntame, ¿Te divertiste con Goku ayer? – El castaño asintió muy contento. Procedió a contarle lo que habían charlado y hecho. Se ruborizó al recordar aquel ‘’Yo también. Y no te imaginas cuánto. ’’ ~ Realmente tenía el mejor novio de todos.
- No sabes cómo me alegro por ti. ¡Uy! Se me hizo tarde, debería estar en una reunión. – Ambos rieron y se despidieron tras un abrazo de la chica.

Una vez se fue, Vegeta volvió a pensar en su vida. ¡Saldría de ahí! ¡Milk lo había confirmado!
La felicidad se hizo presente en sus ojos. Podría volver a estar con Goku como antes, sin preocupaciones, sin miedos… Sin nada.
No escuchó a nadie rondar por el pasillo, por lo cual supuso que todos estaban ocupadas en la planta inferior. Se le ocurrió una idea. ¿Por qué no se levantaba? ~ Ese había sido su sueño desde que había entrado allí.
Con cuidado se quitó de encima las sábanas que lo cubrían. Puso un pie en el suelo y al momento de incorporarse, cayó de nuevo en su cama.
- ¿Eh? ¿Por qué… no puedo levantarme? – Volvió a repetir su acción un par de veces más, obteniendo siempre los mismos resultados. Algo estaba mal. Algo debía estar mal.
No se rendiría allí, pero sus pocas fuerzas no le permitían moverse más. Decidió dejar de intentar, ignoró a su estómago y durmió hasta que la noche se hizo presente.

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『 Un par de horas más tarde 』

Otra vez, despertó bajo la luz de la luna. ¿Qué hora era? ~ O más importante… ¿Dónde estaba Goku? ¿No iría a visitarlo? ~ Sonrío amargamente. – Quizás, ya se cansó de mí. El debería ser feliz, como alguien normal. Ya le he causado muchos problemas…– Sin abandonar su expresión dirigió su mirada a su ventana, donde el paisaje parecía más bello que nunca.
Estaba triste, pero aun así quería volver a ver las estrellas. Desde que tenía memoria, le encantaba ver aquellas luces blancas en el cielo.

『 Flash Back 』

Un niño de unos diez años corría desde su casa hasta el patio acompañado de su madre.
- ¡Vamos Mamá! ¡Las estrellas están muy brillantes hoy! – Su madre río. Lo siguió a un paso lento, hasta llegar al patio. – Tienes razón, las estrellas están muy bonitas hoy. – Ambos tomaron asiento en una banca cercana. El menor tenía su cabeza apoyada en el regazo de su madre, mientras ésta acariciaba su cabello.
- ¿No te parece increíble, Veggie? – El nombrado observó el cielo con confusión. –
- ¿Qué cosa, Mamá? – La mujer volvió a sonreír y elevó uno de sus finos dedos hacia ese ‘’Mar azul’’
- ¿Ves esa estrella? – Apuntó hacia un lugar en el cielo. Vegeta asintió y abrió aún más sus ojos.
- Dicen que si le pides un deseo, ella puede cumplirlo. – Con su suave y calmada voz, siguió acariciando el cabello de su pequeño.
- ¿¡De verdad!? – Sonrío ampliamente para luego incorporase y observar a esa pequeña estrella. -¿Entonces puedo pedirle que seas eterna? – La mujer nuevamente río. – No, no puedes pedirle eso. - El castaño se giró para ver a su madre algo triste. - ¿Por qué? –
Ella se levantó de la banca y caminó hasta quedar un poco más al frente que el. – La estrella solo puede ayudarte a cumplir tu deseo. Debes trabajar y esforzarte para cumplir tu sueño. – El menor bajo su cabeza y derramo algunas lágrimas.
- Pero… Yo quiero que estés siempre a mi lado… - La mujer sonrío dulcemente y se acercó a su hijo. Lo elevó a su altura y tomó su mentón con sus delicadas manos, para luego levantarlo suavemente.
- Pequeño, no llores. Te prometo que siempre estaré contigo, siempre. – El niño dejo que su madre secara sus lágrimas, para luego abrazarla. – Te quiero, mamá. – Ella correspondió el abrazo para volver a sonreír.
- Yo también te quiero, tesoro. –

『 Fin del Flash Back 』

Sin darse cuenta, estaba llorando. Su madre siempre fue una persona amable, dulce y tenía un corazón puro. Aún no entendía como la vida decidió llevársela. Sabía que ella lo amaba, pero le hubiese gustado poder decirle un último ‘’Te quiero’’ antes de que ella se marchara.
Secó sus lágrimas con aquella bata de hospital. No sabía de donde había sacado tanta fuerza, pero estaba decidido a llegar a la terraza para verlas. No estaba consciente de que su cuerpo debía descansar y no ser presionado. Nada le importó en ese momento. Iba a ver las estrellas, costara lo que costara.
Con mucha determinación, volvió a quitar las sabanas y a poner sus pies en el frío suelo. En ese momento nada importaba. Tardó varias veces en ponerse de pie y cuando lo logró le dedicó una mirada al peluche que lo acompañaba siempre. Un osito marrón pequeño y con un moño en su pecho. Sonrío algo cansado y con mucho cuidado se dirigió hacia la puerta.
Al intentar avanzar, automáticamente sus piernas flaquearon. Tomó aire y con ayuda de los bordes de la cama, volvió a ponerse en pie. Siguió así hasta llegar a la puerta, donde giró lentamente el pomo hasta abrirlo.
Al observar el pasillo no vio a nadie, sonrío y cerró la puerta con mucho cuidado. Con paso lento se dirigió al ascensor del piso, sus piernas no aguantarían mucho tiempo pero aun así decidió ignorarlo.
Cuando llegó al ascensor se recostó en la pared cristalina y rápidamente presiono el botón del último piso.
Su respiración se hizo más y más agitada. Parecía que hubiese corrido diez kilómetros. Su vista se nublaba pero hacia todo lo posible para volver a la realidad. El ascensor se detuvo y el castaño salió, divisó a lo lejos la puerta de la terraza y sonrió ampliamente.
Su cuerpo intentaba avisarle que se detuviera, pero el no quería volver.

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『 Minutos antes, en el décimo piso del hospital 』


Milk y Goku, como todos los días charlaban en el camino hacia la habitación de Vegeta.
- Me alegra que hayas llegado a tiempo, Vegeta se pondrá muy feliz de verte. – Ambos sonrieron algo preocupados.
- Lo sé, es algo tarde. Solo espero que no haya despertado. – En ese momento vieron como dos médicos salían de la habitación del castaño con una expresión de espanto.
- ¿Qué sucede? – Preguntó la chica al acercarse un médico.
- Vegeta no está. – Esas palabras paralizaron al chico. - ¿Q-qué? ¿¡Como que no está!? – A paso rápido ingresó a la habitación de su pareja y notó que lo único que quedaba era su peluche.
- ¿¡En donde está el!? – Milk ingresó detrás del mayor para calmarlo. - ¡Tranquilízate Goku! –
- ¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? – Goku con el ceño fruncido salió de la habitación seguido de la chica y un médico. - ¡Debemos encontrarlo! –

Recorrieron todos los pisos intentando hallar al castaño, pero no encontraron nada. Incluso se cerraron las puertas del hospital por si acaso. Les quedaba un último que revisar, el número 15.

Apenas se abrieron las puertas, Goku salió a paso veloz a recorrerlo. - ¡Vegeta! ¡Vegeta! ¿En dónde estás? – Gritaba sin tener respuesta, lo cual lo preocupaba más. - ¡Vegeta! ¡Soy yo, Goku! – Su voz estaba a punto de quebrarse, cuando a lo lejos divisó una pequeña silueta que reconoció al instante.
- ¡Vegeta! – Antes de correr hacia el, la mirada del nombrado lo detuvo. ¿Acaso estaba… Llorando?
- Tengo que… Llegar… - Con las pocas fuerzas que le quedaban, prácticamente se deslizaba por las paredes a un paso lento, al único paso al podían llevarles sus piernas.
- ¡Vegeta espera! ¡Te harás daño! – Goku comenzó a acercarse de a poco. - ¡Vegeta! –
- ¡Detente! – Ese grito lo detuvo durante un segundo. - ¡Debo verlas! ¡Es lo único que me queda de ella! – Su llanto inundó la sala y el azabache supo de quién hablaba.
- Vegeta… ¡Tu madre siempre estará en tu corazón! – Detuvo su caminar para oírlo. - ¡Ella siempre quiso que fueras feliz! ¡Nunca va a dejarte solo! ¡Ella te ama! – Su llanto se intensificó y avanzó un paso más. Antes de tocar la puerta su cuerpo no resistió más y finalmente sus piernas flaquearon y cayó al suelo.
- ¡Vegeta! – Corrió hacia el junto con sus acompañantes y lo cargó. Lo sentía muy frío y ligero. No le gustaba esa sensación.
‘’ ¿Por qué rayos no llegué antes? ‘’

Nuestro corazón es tan frágil, como un cristal…

Notas finales:

*-* ~ Amo este fic :´v (?
Solo que mi forma de narra y explicar no es la mejor pero... —e xD
Muchas gracias por leer :*
Nos leemos y se me cuidan :B

Sayonara ~ :*

~ Sun


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