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Pruébame por LadyBondage

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Notas del fanfic:

Está versión ya la había subido al fandom Naruto, y dije que sólo lo haría con ese anime pero recientemente me vi Shingeki no Kyojin y me enamoré perdidamente del RiRen, es hermosa esa pareja, y del anime en general. Aquí les subo este one shot, ojala les guste.

 

A leer. 

Dulce caramelo

[1]

 

Cuando lo mira sonríe, entonces su boca desciende por su enorme falo henchido y caliente, la saliva ayuda mejor a que logre su cometido, sabe a sal y a su propio sabor: cereza y miel. Es delicioso ese miembro en su boca, finaliza en la punta con un chapoteo, aleja su rostro para poder admirarlo mejor. Su profesor luce satisfecho, agradecido con la exquisita mamada que su primorosa boca le dio.

 

—Trágatelo todo —esa voz de trueno le ordena. Eren frunce las cejas pero obedece, junto con su saliva pasa la esencia de ese hombre.  —Así me gusta gatito. —le dice con una sonrisa resplandeciente. Eren sonríe orgulloso.

 

—Y entonces…

 

—Considerare esto como un trabajo extra para tu calificación final —sentencia duramente. Eren se pone de pie, las rodillas le hormiguean por la incómoda posición en la que estaba anteriormente.

 

No es que sea mal estudiante, en realidad se considera muy bueno pero calculo diferencial le falla bastante, intentó aprobar por todos los medios posibles; estudio durante semanas, devoró libros de la materia, e incluso salió con la bonita Mikasa Ackerman para que hicieran la tarea juntos. Pero aun así todo su esfuerzo resultó infructuoso. Y aunque es la primera vez que hace ese tipo de cosas, en el fondo le ha gustado poder intimar aunque sea un poco con su profesor de matemáticas. Ese hombre es un epitome a la belleza masculina, realmente es de admirar.

 

—Gracias —musita leve. El hombre asiente, con cuidado se coloca los pantalones en su lugar. Eren sale del salón rápidamente sin mirar atrás, en el camino se limpia la boca con el dorso de su mano. Ya va tarde a casa, no quiere preocupar a sus padres.

 

 

 

[2]

 

—Qué fastidio, el examen sí estuvo complicado —se queja Armin, uno de sus más brillantes compañeros. Lo envidia un poco, ese vago no se esfuerza en nada y pasa todas las materias sin pena ni gloria. En cambio él tiene que estudiar mucho, pero más en cálculo, ahí sí que está para el caño.

 

—Estoy seguro que lo pasarás con seis o siete —dice Eren alicaído. —Mientras yo seguramente lo reprobaré.

 

—Animo, hombre —Connie, otros de sus compañeros palmea su hombro solidario, Eren emite una mueca de inconformidad.

 

—Levi-sensei es un hombre muy accesible,  seguro que te dará la oportunidad de aprobar su materia con un trabajo extra o algo así.

 

Eren asiente,  trata de animarse con esas palabras de hálito aunque realmente no está seguro. Va a intentarlo, hablará con Levi al final de las clases y rogara por una oportunidad.

 

 

 

 

 

[3]

 

Y esa fue su oportunidad, al principio Levi se mostró reacio a escucharlo a pesar de que Eren prácticamente suplicó por una oportunidad más. Levi alegó que él era bastante asequible con todos como para que reprobaran y que era su responsabilidad su calificación tan baja.

 

Ante aquel juicio emitido Eren no hizo más que darle la razón, iba a marcharse con el orgullo herido hasta que la voz seca de su profesor lo detuvo.

 

—A menos que…

 

— ¿A menos que, qué?

 

—Solo digamos que esto podría traer beneficio para los dos.

 

Levi lo miró a los ojos con un brillo sustancial opacando el color de sus irises.

 

Él haría cualquier cosa por aprobar.

 

 

 

[4]

 

Eren mordisquea la punta de su lápiz, este examen es el último en el ciclo escolar para finalmente ser libres por un mes. Las vacaciones de verano prometían bastante. Sus padres lo llevarían a Alemania con la abuela, con la condición de que su promedio se mantuviera inherente.

 

Ahora si había estudiado para su prueba final, el examen de Levi- sensei no iba a agarrarlo en curva, demostraría que era tan buen estudiante como Armin o Mikasa.

 

Levi repartió las pruebas, cuando llegó a la banca de Eren, una sonrisa se dibujó en los labios fríos de Rivaille, Eren admiró en aquella ocasión dicho gesto, quizá porque Levi en realidad era la persona más hosca a la que había tratado o porque le gustaba tanto, pero en su rostro jamás vio una sonrisa como esa, tan sincera a pesar de que sólo fue por segundos.

 

Vio la prueba sobre su pupitre, identificó rápidamente las más difíciles. ¡Qué bueno que había estudiado! Porque todo le parecía bastante sencillo, incluso empezó antes que los demás, y terminó antes que todos.

 

 

 

 

[5]

 

— ¡Como que cinco! —exclamó Mikasa realmente sorprendida. Ella había comparado su examen con el de Eren, el moreno se merecía un nueve no un horroroso cinco.

 

—Hablaré con él después de clases, seguro anotó mal la calificación. —señala con un tono seguro y embravecido. No se creía que Levi se equivocara así premeditadamente, había algo ahí que no encajaba. Y él lo averiguaría.

 

 

 

 

[6]

 

Todos los alumnos abandonaron el aula tan pronto repicó la campana, él se mantuvo estoico en su lugar, Levi metía sus documentos a un portafolio listo para irse.

 

— ¡Espere! —alega en alto para detenerlo. Levi lo mira extrañado.

 

—Joven Jaeger, ya voy tarde, lo que quiera decirme puede esperar a mañana. —le dice con ese temple sempiterno y relajado.

 

Eren no puede esperar a otro día, y menos cuando las calificaciones estaban próximas a subirse a la red de la escuela. Se pone de pie en dirección a su profesor, extrae de su mochila el examen mal calificado y se lo muestra con renovada rabia.

 

—Usted me calificó erróneamente —espeta a Levi quien enarca una ceja como si no estuviera sorprendido. Hasta parecía consciente de su error.

 

—Tsk, ¿en serio? —le pregunta con evidente cinismo.

 

— ¡Sí!

 

Levi le arrebata las hojas y revisa el examen minuciosamente, luego esboza una sonrisa que sabe que podría fastidiar a Eren, así que sin preámbulos se afloja la corbata y muestra una sonrisa en su boca delgada de labios bermejos y nariz respingada, Eren abre la boca para decirle algo. Joder, el profesor sí que estaba muy guapo, con razón todas las maestras se le iban encima pero no debía distraerse del verdadero objetivo, Levi estaba tan jodidamente cerca de él que podía respirarlo y su aroma mentolado lo embriagaba.

 

—Disculpe el error joven Jaeger, realmente no me di cuenta pero cambiaré su calificación —hace un tono de fingida pena. Eren no se lo traga para nada.

 

— ¿Qué está tramando, Levi-sensei?

 

—Nada, a menos que quieras que te lo demuestre.

 

— ¿Demostrarme?

 

Su profesor aprovecha que está distraído para plantarle un beso francés.

 

 

 

[7]

 

—Carajo… —Levi jadea, está sostenido de las caderas de su pupilo mientras este sube y baja pasmosamente de su falo, la calidez de Eren es efímera, deliciosa, y su rostro se descompone en mil gestos de placer.

 

El muchacho es virgen, bueno, era virgen hasta hace unos minutos… ¿O serán horas? Quien sabe, solo se enfoca en seguir penetrando esa cálida entrada que lo recibe con ansias reverdecidas.

 

—Levi-sensei… —murmura esa boca de algodón, las manos de Levi resbalan de sus caderas producto del sudor perlando su cuerpo.

 

—Me voy a venir —pronuncia con un hilo de voz. Eren asiente.

 

—Hágalo dentro de mí.

 

Y claro que lo hace, Levi se viene dentro de ese cuerpecito menudo, ambos exprimen sus cuerpos uno dentro del menor y otro entre sus vientres. Entonces Levi se percata de las múltiples marcas rojizas en esa piel morenita, Eren huele a él; tabaco y canela.  Se siente delicioso estar dentro, probándolo, sintiéndolo.

 

— ¿Lo hiciste a propósito, verdad? —Eren pregunta cuando recupera el aliento.

 

—Si —responde su profesor con esa voz grave que tanto le puede. —Quería tenerte así a mi merced.

 

Eren emite una risa floja. —Entonces, ¿estoy aprobado?

 

—No lo sé, necesito probarte otra vez.

 

—Perverti-do —gime por lo bajo, Levi lo ha colocado sobre el escritorio enterrándose profundamente en él.

 

—Y no tienes idea de cuánto…

 

—Pruébame.

 

—Eso es lo que pienso hacer.

 

Y a esos gemidos se le unieron muchos más, lo único que lamentaba era que iba a perderse la hora de la comida, ya tendría una excusa que dar en el camino a casa...

 

 

 

 

 


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