Goldie
He peinado su pelo con insistencia sólo para ver como segundos luego éste volvía a despeinarse haciéndome fruncir el ceño, mientras tanto Tex se encontraba acostado en el suelo usando ambos brazos para apoyar su cabeza, yo estaba sentado junto a él. Siempre había pensado que estaba algo despeinado pero, ¿Cómo hay personas con un pelo tan rebelde?
— ¿Te rendiste? — Preguntó abriendo un ojo.
— Creo que sí…
— Sigue cepillándome… me relaja… — Se estiró en el suelo para acomodarse mejor. — Es más agradable de lo que pensé.
— Pero… creo que ya casi amanece… — Volteé a la ventana, confirmando mis sospechas con ayuda de la luna. — Debería ir a dormir un poco, los demás debieron haberse acostado ya.
— Entiendo, aunque… quizás podríamos dormir juntos.
— ¿Vendrás a mi cuarto? — Pregunté extrañado sin entender.
— Me refiero aquí, en el ático.
A decir verdad… no me parece mal, sería lindo dormir juntos. — Por mí está bien, Tex.
Vi cómo me daba una pequeña sonrisa al acostarme junto a él en el suelo, está frío y duro… aunque creo que sí puedo dormir aquí. Él continuó en la misma posición de antes, boca abajo, mientras que yo me coloqué de costado a una corta distancia de Tex para darle espacio. Sentí que me cubría con lo que parecía ser una sábana.
— Gracias… buenas noches, Tex.
— Buenas noches, Goldie, te quiero.
Sus palabras me dieron una cálida sensación, quería decirle lo mismo p-pero… no era lo suficientemente valiente, supongo que para la próxima…
Cerré los ojos suspirando, estoy feliz, ahora mismo tengo una vida sencilla y agradable. Me pregunto qué sucederá mañana, creo que se estrenará un capítulo de mi serie favorita… sería genial invitar a Tex a verlo juntos…
Pasaron un par de minutos en los que no pensaba nada y trataba de dormir pero no podía, quizás tenía insomnio… o el suelo era muy frío, de hecho, ahora que lo noto el sitio está un poco más frío de lo normal, creo que el invierno se acerca… Qué casualidad que haya decidido no llevar camiseta hoy. Aunque por mi pelaje puedo soportarlo, no es como si fuera a enfermar.
Estornudé quitándome el poco sueño que tenía. O quizás sí.
— ¿Goldie? — Se giró hacia mí. — …Debí suponer que te daría frío aquí arriba… — Murmuró para sí mismo. — Deberías ir a tu cuarto…
— Quiero quedarme contigo. — Murmuré. — ¿P-Puedo…? — Me sonrojé levemente al sentir cómo me atraía hacia él.
— Entonces esta es la única forma… — Me dio una pequeña sonrisa mientras apartaba el pelo de mi rostro. — Eres lindo, Goldie…
Desvié la vista tímido ante su comentario, Tex lo notó y acarició mi mejilla haciendo que me sonrojara más. Cerré los ojos al sentir como acercaba su rostro a el mío, sintiendo nuestros labios tocarse por unos momentos antes que se apartara un poco. Más esta vez fui yo quien se acercó sin pensar para continuar con lo que él había empezado.
Mientras nos besábamos con suavidad sentí su mano acariciando detrás de mi oreja causándome escalofríos y algunas cosquillas. Nos separamos para exhalar, aprovechando el momento para juntar nuestras frentes en clara señal de afecto.
— T-Tex… me gustas… mucho… — Murmuré débilmente cerrando los ojos. — Estoy feliz de estar contigo…
Me apegó más a él, acarició mi cuello con su rostro… hasta que repentinamente sentí cómo lamía causándome un gran escalofrío ante esa nueva sensación, luego un beso que se transformó en un suave mordisco en donde no me pude contener y solté un jadeo llamando su atención. Decir que estaba avergonzado era poco. Colocó su mano en mi mentón y entreabrió mis labios con su pulgar para besarme nuevamente, los pequeños pero constantes roces de nuestras lenguas hacía que me estremeciera y apretara sus hombros.
Finalmente pude abrir los ojos cuando nos separamos, siendo yo quien respiraba con rapidez algo nervioso.
— L-lo siento… — Murmuró apartándose más de mí. — Dije que… no tenía mucho autocontrol…
— Tex… — Tuve que apartar la mirada. — N-No… importa…
— …No es lo correcto. — Esta vez ha sido él quien volteo a otro lado. — Me dejo llevar muy pronto…
— Puedes hacerlo… — Volvió su vista hacia mí. — No me parece malo dejarse llevar. — Tex sonrió de lado divertido.
— Goldie, eres muy inocente… ¿Entiendes de qué hablo?
— A decir verdad… no mucho…
— Me refiero a que tengo unas terribles ganas de hacerte el amor.
Sus palabras me hicieron estremecer obligándome a apartar la vista hacia abajo mientras me sonrojaba profundamente, mi cara no podía estar más caliente… ¿Él dijo lo que creo que dijo? Puede que sí sea inocente pero… me hago una idea de lo que eso significa, o más bien me hago media idea…
— Ya, ya, Goldie. — Me dio unas palmaditas en la cabeza para llamar mi atención. — Estás más rojo que un tomate. — Rio y me dio un beso en la frente. Aún escuchaba esas palabras en mi mente así que me mantenía tímido. — Mejor olvida lo que dije.
— Pero… — ¿Y sí…?
Tome su rostro con ambas manos, lo acerqué a mí y lo besé con timidez. Tardó un par de segundos en corresponderme, apegándome a él nuevamente. Me separé de él y antes de que pudiera decir algo quité el pañuelo amarillo que cubría su cuello. Dirigí mi rostro hasta éste e instintivamente lo mordí un poco.
Un pequeño golpe de razón llegó a mí. ¿Pero qué…? ¿Qué estoy haciendo…? ¿Me he… dejado llevar…? Sentí mi rostro calentarse rápidamente. N-No puedo creerlo… es la primera vez que me pasa algo así…
— P-perdón… N-no sé qué pasó… yo… — Él parecía tan asombrado como yo lo que hacía que pusiera más nervioso.
— Tranquilo… — Me dio un corto beso en la nariz. — ¿Debo ver eso cómo “una luz verde”?
— E-eh, y-yo… no sé…
— Si no quieres, dímelo. — Me sujetó del mentón con cuidado para que lo mirara. — Respetaré tu elección. — Ha sonreído tratando de tranquilizarme.
A decir verdad… no lo sé. Sé que es normal sentir curiosidad pero… yo no soy así, no de esta manera. Estoy muy nervioso, creo es inevitable que estas cosas me asusten, aunque… en cierta manera quisiera intentarlo, ¿…Es eso malo…?
Tengo muchas dudas…
— Yo… — Susurré. — No sé… cómo h-hacerlo…
— Puedo guiarte… — Sentí su cálida respiración en mi oreja.
Estuve unos segundos en completo silencio antes de tomar mi decisión y asentir.
Esta vez fue él quien buscó mis labios. Sentía que me besaba con algo de ansiedad. Permití que me quitara el lazo azul oscuro que tenía en el cuello. Me sentía algo expuesto ya que ahora sólo llevaba mi short pero no pude concentrarme en ese sentimiento puesto que en medio del beso sentí su mano descender hasta mi cintura, acariciándome con su pulgar dándome una cálida sensación que me relajaba.
Repentinamente él se colocó encima de mí, haciendo que al mirar hacia arriba me sintiera algo intimidado. Sus ojos plateados que parecían reflejar la poca luz disponible me veían, pero esa mirada no era fría sino cálida. A pesar de que siento vergüenza sé que trata de darme confianza…
Se acercó a besarme y su lengua presionó contra mis labios por lo que me sonrojé al entender lo que quería. Abrí mi boca por inercia, él giro la cabeza para profundizar nuestro beso. El contacto de nuestras lenguas me hizo estremecer, siendo ésta más suave de lo que llegué a imaginar. Continuó besándome de esa forma lenta y apasionada con la que apenas lograba seguirle el ritmo, separándonos sólo unos momentos para tomar aire.
Extrañamente… creo que tengo algo de calor… no sólo en mi rostro sino también en mi cuello. Movió sus manos por mi costado, clavando sus uñas levemente en esta, sin causarme dolor y dándome escalofríos. Fije mi atención en la nueva acción de Tex, quien se había separado de mí dejándome aún embelesado mientras jadeaba un poco. Cuando sentí su cálida respiración contra mi cuello apreté los puños inconscientemente y lo vi notar mi reacción.
Comenzó a besarme en ese lugar a lo que me encogí y cerré los ojos. Suspiré. Además que... estoy sintiendo… e-es algo incómodo.
Me exalté al sentirlo presionar y acariciar mi entrepierna, obligándome a soltar un corto gemido.
— T-Te… Tex... — Llamé su nombre entrecortado por mis jadeos. — Espera... Se siente extraño… me… me… molesta…
— ¿Qué cosa? —Se separó un poco de mí.
Me quedé sin palabras ante su pregunta. Él se quedó viéndome unos segundos esperando mi respuesta o más bien cómo si tratara de deducirlo por su cuenta.
— Quizás… — Murmuró para sí mismo.
Sentí una mezcla de nerviosismo y leve miedo recorrerme cuando bajó su mano nuevamente, cerrando uno de mis ojos ante el molesto calor en mi cara y apretando un poco mis dientes. Era eso…
Asentí y él se acercó para besarme en el cuello mientras su mano comenzaba a moverse lentamente por sobre la tela de mi short, era la primera vez que sentía algo así… pero era agradable, y aunque en algún momento mis jadeos se hicieron presentes estaba demasiado ido cómo para siquiera notarlo.
Me encogí cuando desabrochaba los botones, adivinando lo que vendría. La sensación al sentir su mano contra esa parte de mí era… nueva…
Empezó a mover su mano suavemente, haciendo que gimiera contra su hombro. La presión en mis caderas se hizo más fuerte. Jadeaba y respiraba entre-cortadamente, tratando en vano de silenciar mi voz, ese sentimiento era demasiado fuerte. Acelerando de a poco, la subía y bajaba varias veces. Gemí su nombre en voz alta y me aferré cuando él apretó un poco su mano. ¿Cómo eso podía sentirse… tan bien…?. Había algo de escozor en mi parte baja pero apenas lo notaba.
Sus movimientos se detuvieron abruptamente a lo que lo miré algo atontado por el calor y traté de calmar un poco mi respiración.
— ¿Se sintió bien…? — Me encogí asintiendo de forma muy leve. — Que alivio… estoy nervioso… — Murmuró tan bajo que apenas alcancé escuchar.
— Tex…
— Llámame Spring… sólo por ahora… — Me ofreció su mano.
— …S-Spring… — Pronuncié por primera vez.
Tomé su mano a lo que me ayudó a sentarme pese a que me sentía algo mareado todavía, me estaba preguntando si eso había sido todo cuando lo vi sentarse apoyando su espalda contra la pared y mi incógnita aumentó cuando tiró de mí para que me sentara en su regazo, de forma similar a cómo hacemos siempre. Me besó con suavidad antes de tomar mi mano y guiarla hacia su short, quitando la tela amarilla antes de comenzar a desabrocharlo.
Me estremecí cuando supuse lo que quería que hiciera y cerré los ojos con fuerza. Sentí tocar algo caliente… comenzando a mover mi mano bajo de la suya para mostrarme como debía hacerlo. No puedo evitar pensar que a pese a no ver… era tan... g-grande. Soltó mi mano para que continuara solo y así lo hice aunque a diferencia de él, mis caricias eran tímidas y suaves, aun así parece disfrutarlo. Me sonrojé de sobremanera al escuchar como gemía mi nombre bajamente y me atreví a abrir uno de mis ojos viendo cómo tenía los ojos cerrados con el ceño un poco fruncido pero aún sin atreverme a ver hacia abajo.
— E-Es suficiente...
Tragué saliva. — ¿Qué... qué sigue?
— Puede que… te duela pero haré mi mayor esfuerzo por no lastimarte… — ¿…?
Vi confundido como Spring llevaba un par de dedos a su boca y los lamía. Con su brazo libre me apegó a él y pasó su mano detrás de mi espalda, bajando mi short junto con mi ropa interior de golpe. ¿Q-Qué-?
Sentí uno de sus dedos entrar dejándome sin respiración por unos segundos, solté un quejido y apreté sus hombros pese a que se movía con suavidad, es más que nada por la impresión quizás… No tardaron en pasar a ser dos, que al principio sí me causaron dolor ya que cuando los movía lo sentía demasiado incómodo. Él lo notó así que me besó tratando de aliviar mi molestia.
Al cabo de unos momentos se convirtió en una sensación similar a la de hace un rato, causándome escalofríos al rozar por cierto punto y eliminado toda incomodidad pero manteniendo un ligero dolor. Mis quejidos no tardaron en convertirse en dulces gemidos mezclados con algo de dolor hasta que se detuvo, sacando ambos dedos.
Iba a comentar algo cuando terminó de quitarme la ropa pero me quedé en blanco por la tensión.
Sujetó mi cadera con ambas manos, levantándome para bajarme nuevamente pero despacio. Sentí que presionaba unos segundos antes de comenzar a entrar y me quejé bajamente. Era… indescriptible, el dolor me nublaba la vista… y eso que era sólo… la mitad. Oyendo la respiración irregular de ambos. Sólo puedo apretar sus hombros con fuerza mientras trato de respirar.
— M... Me duele...
— Es por ser tu primera vez... Goldie... — Lo observé con mis ojos vidriosos.
Me besó y sonreí débilmente mientras limpiaba las lágrimas que estuve a punto de derramar con el dorso de su mano, consiguiendo que el dolor pasara a segundo plano para mí.
— ¿Estás mejor? — Preguntó acariciando mi cabeza.
— S-Sí… — Pasé mi mano por la cicatriz de su ojo, admirándola. — Me gustas, S-Spring.
— También me gustas, Goldie…
Da igual cuantas veces lo escuche, siempre siento un cosquilleo cuando lo dice. Nunca pensé que… Spring se volvería alguien tan importante para mí…
Miré mi lado de reojo, recordando avergonzado la posición en la que estábamos, él sentado apoyándose en la pared y yo encima, siendo sujetado por él. Volví la vista hacia Spring, quien me besó tomándome por sorpresa aunque igual le correspondí tratando de liberar tensión e instintivamente me sujeté de sus hombros.
Sentí como me subía un poco antes de bajarme, haciendo que me estremeciera por completo sintiendo prevalecer una leve molestia. Se sentía extraño. Empezó a moverme de forma lenta para no lastimarme, sin bajarme por completo. Mientras nos besábamos me separaba en breves momentos ya que necesitaba suspirar, sintiendo el calor volver hacia mí.
Estuvimos así un rato hasta que lo sentí ir más rápido. Estaba sintiendo esa presión de nuevo, tuve que apartarme de su rostro y me cubrí con una mano cuando comencé a gemir.
— A… Ah… Spring…
De la nada se hizo más rápido, causándome escalofríos que me hacían gemir con más fuerzas y presionar mi mano contra mi boca para no hacer ruido. Sus garras se clavaban con algo de fuerza en mis muslos pero estaba muy abrumado por una rara tensión en mi parte baja. Además que estoy tan cerca de Spring que lo puedo oírle gemir conmigo.
Gemí, sintiendo que aquello no duraría demasiado tiempo. Las embestidas se habían hecho tan rápidas que he comenzado a sollozar, son demasiados sentimientos para mí.
Cerré los ojos con fuerza sintiendo la presión mucho más fuerte que antes, solté un gemido que no fui capaz de callar. Escuché un corto gruñido a mi lado y luego... sentí algo caliente dentro de mí, sobresaltándome. Me dejé caer sobre Spring mientras me recuperaba de lo sucedido. Salió de mí, pero aun así no nos separamos del todo puesto que seguía sentado encima de él. A pesar de haber terminado ambos continuábamos estremeciéndonos y jadeando, aunque únicamente yo estaba temblando ya que la sensación de hace unos segundos se mantenía levemente. Sentía el rastro de mis lágrimas secarse. El calor poco a poco se desvanecía, dejando un frío abrumador que no me ayudaba a dejar de temblar.
Cuando sentí que estaba listo, usé la pared como apoyo para levantarme, estaba algo adolorido y mis piernas temblaban. Casi me hubiera caído de no ser porque él me tomó de la mano, nuestras miradas por fin se cruzaron, apartando la mía al recordar lo que acabamos de hacer… me siento demasiado avergonzado, realmente sucedió… si lo pienso profundamente no puedo creerlo. Limpió mi pecho con su mano y dirigió ésta hasta su boca para lamerla. ¿Qué es eso…? Prefiero no preguntar…
Spring se acostó tranquilamente en el suelo, invitándome a que fuera a su lado. Ahora se le veía realmente cansado, parpadeaba con lentitud cómo si fuera de dormirse. Me acerqué tímidamente y me acosté cerca, pero me jaló hasta él para abrazarme con fuerza por la espalda, besando mi cuello con suavidad.
— ¿Fui… brusco…? — Susurró en mi oído antes de besar mi cuello de nuevo. — A veces no mido bien mi fuerza… temía lastimarte… — En su tono de voz denotaba preocupación.
— Estoy bien… aunque… en la mañana tendré mucho sueño…
— Lo había olvidado… podrías fingir que estás enfermo de nuevo…
— Spring, decir mentiras es malo…
— Ya puedes llamarme Tex… y una mentira blanca no es mala.
Sonreí. Me giré hasta quedar frente a frente para así darle un beso pero él fue más rápido y terminó besándome primero.
Al separarnos nos quedamos viendo en silencio, bostecé cansado y Tex terminó haciendo lo mismo inconscientemente a lo que reí. Nos cubrió a ambos con la sábana, quedando dormido al cabo de unos minutos.
Al sentir su respiración hacerse más pesada me acerqué en busca de calor.
Abracé su pecho acurrucándome junto a él, conciliando al fin el sueño.
No es como si hubiera algo de que arrepentirse.