Goldie
— ¡Mami! ¡Mami! ¡Quiero acariciar al osito!
— No, no, no cariño, puede ser peligroso.
— Por favor… — Vi la típica escena donde la niña hacía un puchero a su mamá para convencerla.
— Está bien… pero hazlo rápido que estamos por irnos, ¿Sí? — La madre continuó hablando por teléfono con normalidad.
Miré a todos lados, viendo como la niña pasaba la línea de seguridad sin que casi nadie lo notara, si esto fuera el escenario de Foxy sería completamente diferente. La pequeña se quedó a unos escasos pasos de mí, mirándome de arriba abajo en mi traje de mago, dio un par de pasos más y levantó la mano con seguridad. Naturalmente, sonreí y me coloqué a su altura para que me acariciara.
— Woah, tu pelo es muy suave y bonito…
— Gracias, lástima que no es tan bonito como el tuyo. — Ella me sonrió.
— Por cierto… hoy estabas diferente, ¿Verdad? O sea, te veías raro… — Giré mi cabeza, sin entender sus palabras. — No sé… no eras el mismo… ¿Estabas triste? — No supe que responder, sólo borré mi sonrisa, ¿…Hasta una niña podía notarlo? — Pero no importa, todos estamos tristes a veces, ¿Verdad? Si quieres puedes abrazar a un osito, a mí me hace sentir mejor siempre. — Aclaré mi garganta, recuperando la compostura.
— Estaré bien, pequeña… — Escuché que cómo su madre la llamaba a lo lejos. — Gracias Karyna… — Ella se despidió rápidamente y se fue.
Me levante y estuve inmóvil, fingía ver hacia un sitio cuando en realidad no veía a ningún lado… sólo pensaba. Esto duele.
Desde que supuse que estaba enamorado surgieron muchas dudas, ¿Qué debería hacer? ¿Debo decirle? ¿Él sentirá… lo mismo? Por más que pienso no encuentro respuestas… siento que mientras más busco más difícil es definir todo lo que siento, me deprime el no poder aclarar las cosas. Tex… en todo esto, ¿Qué es lo que tú deseas? Hablando de Tex, creo que ha sentido que estoy actuando demasiado extraño y nervioso cuando se acerca, no he hablado con él desde hace unos días y siempre trato de evadir cualquiera de sus preguntas. Ni siquiera sé porque estoy haciéndolo…
— “Reacciona Goldie, hay alguien hablándote.”
Parpadeé, regresando a la realidad. Cuando me di cuenta, Bonnie movía su mano frente a mí y Chica me veía preocupada.
— ¿Estará soñando despierto?
— Uhm… no puedes dormir con los ojos abiertos… y de pie, ¿No? — Bonnie chasqueó los dedos frente a mí sin que reaccionara. — Quizás encontró un libro de magia y se hipnotizó a si mismo…
— ¿Eso no es imposible?
— ¿Lo es? — Bromeo.
— ¡Bonnie! — Ella hizo un puchero a lo que él le sacó la lengua.
— Puedo escucharlos… — Murmuré y se voltearon a verme. — Estaba pensando… eso es todo…
— Qué convincente, deberías ser actor.
— Ow, ¿Sigues enojado por lo que pasó hace unos días? — Chica me miró con ojos de perrito.
— No, es sólo q-
— Escucha, estaba a punto de ir a salvarte pero esta señorita no me soltaba…
— No, entiendo que ustedes también tuvieron miedo. — Suspiré desalentado, realmente no tenía ganas de hablar. — Sólo quiero estar solo por un rato, ¿Sí? Lo siento…
No esperé la respuesta de ninguno y fui hasta la parte trasera del escenario para quitarme mi traje, el trabajo había terminado por hoy y nunca habría pensado agradecer por ello, era difícil simular mi felicidad o entusiasmo en esos momentos. Guardé todo en su respectivo sitio para las presentaciones de mañana, no quería ni pensar en que tendría que repetir todo.
Miré un gran espejo e instintivamente me acerqué a sentarme en frente, estuve observándolo fijamente hasta que sentí un escalofrío y levanté la mano, tal y como esperaba el espejo no reflejó mi gesto.
— Hola Golden…
— Cuanto tiempo… creí que no volverías a hacer este tipo de cosas nunca más. — A diferencia de mí, su voz era más grave, inclusive tétrica.
— Bueno… es que no había tenido otros problemas… — Me rasqué la nuca nervioso ante su intensa mirada. — Ya sabes que sucede, ¿No…? — Asintió.
— Vayamos al punto, ¿Qué estas tratando de conseguir? Sería mejor hablarlo directamente.— Decírselo… de sólo pensar en ello se me acelera el pulso…
— No es fácil hacerlo…— Escuché como bufaba. — No soy valiente… es… e-es imposible… no puedo…
— ¿Tienes una mejor idea? — Negué. — Estás dejándote dominar por tus sentimientos y eso es patético, ¿Qué es lo peor que podría pasar?
— Eh… no lo sé…
— Exacto. Sólo haces más difíciles las cosas. — Bajé la mirada. — Además… es obvio que ese conejo idiota ha enloquecido por ti… — Volví a verlo rápidamente, ¿De qué estaba hablando…? — La forma en que te trata, como te habla, como te mira… reconocería una mirada de interés donde fuera que la viera. — Hizo una leve pausa, pareció notar algo. — Debo decir que no me gusta la pareja que hacen ustedes… sólo mira qué alto es… me pregunto qué tan grande la ti-
— Espera, espera. — Lo interrumpí sin entender a lo que se refería. — ¿Tú crees que… yo le guste…?
— Eso es más que obvio~ Sabes que siempre tengo razón. — Sonreí apartando la vista del espejo.
— Gracias Golden… realmente necesitaba hablar con alguien…
— ¿Y bien? ¿Qué harás?
— Todavía no lo sé… — Lo vi fruncir el ceño. — Creo que necesito algo más de tiempo…
— ¿Tiempo? ¿Tiempo para qué?
Rápidamente puse la mano en el espejo al escuchar una voz detrás de mí, he hablado de esta manera con Golden bastantes veces pero tengo miedo de que me descubran y piensen que tengo un problema o peor, piensen que Golden es un problema. Quité la mano despacio, viendo como el espejo había vuelto a reflejar todas mis acciones y suspiré.
Volteé a ver a Freddy, quien estaba ocupado revisando unos cajones y no pareció notar lo que hice.
— Estabas hablando solo… — He estado a punto de responder cuando me ha dado una corta mirada. — ¿Cierto?
— Algo a-así… — Murmuré.
— Mmm… entiendo. — Me vio directamente. — ¿Me dirás lo que sucede…? — Desvié la mirada, pensando un poco antes de negar con lentitud y él suspiró. — En todo caso… creo que sé lo que ocultas, pero… si no quieres decirme también lo entiendo. Sé valiente, Goldie. — Removió mi pelo cariñosamente, tirando mi sombrero.
No respondí o reaccioné, no es que no confíe en mi hermano sino al contrario pero… hablar de esto me avergüenza tanto, sé que no sería capaz de pronunciar dos palabras seguidas sin titubear. Suspiré con pesadez, realmente quiero ser valiente… aunque sea tímido, quiero tratar al menos una vez.
Escuché el sonido del silbato y me puse el sombrero nuevamente, levantándome para salir de aquel lugar y buscar algo con qué entretenerme. Quizás debería tratar de aprender nuevos trucos de magia, sería genial aprender a levitar o hacer desaparecer personas. Sonreí inconscientemente, por un momento había olvidado lo divertido que era la magia.
Mi sonrisa no duró mucho puesto que cuando bajaba del escenario mi corazón dio un salto al ver a Tex cruzado de brazos en una de las mesas, parecía estarme esperando puesto que me miraba fijamente. Su mirada era tan diferente, enojada y fría… no me recordaba a quien conocí hace un mes. Rápidamente se levantó y fue directo hacía mí.
— Goldie, exijo que expliques qué te sucede. — Tomó mi lazo, obligándome a acercarme a él.
— No s-sé a lo que… te r-refieres… — Tiró con más fuerza, lastimándome un poco. Miré de reojo e hice una seña a mis amigos para que no se acercaran.
— No trates de evadirme.
— Me… l-lastimas… — Murmuré e inmediatamente aflojó su agarre. — Tex… cálmate…
— Sólo quiero respuestas, no esperaré más. — Desvió la mirada, su expresión cambió a tristeza por unos momentos. — Te escucharé. — Tragué saliva, ¿Este… es el momento?, ¿Tan rápido…?
— Yo… n-no lo sé… — Lo he mirado nuevamente, viendo en sus ojos que no aceptaría un no por respuesta. Respiré profundo sin saber bien lo que diría. —…H-Hablemos a solas… por favor… — Oh no… ¿Ahora q-qué voy a hacer…?
Asintió soltado mi lazo azul, sentí un poco de alivio aunque éste se desvaneció rápidamente. ¿Tengo que decírselo hoy…? No me siento listo… Apreté los puños, mis manos estaban frías. Tex tomó mi mano haciendo que me sobresaltara, no dijo nada y comenzó a llevarme casi arrastras hasta el ático, el lugar donde ambos siempre hablábamos. Sentí mis nervios crecer con cada paso que daba.
Está bien, Goldie. Respira, tienes que relajarte… Puedo hacerlo, es s-sólo hablar y ya, ¿No…?
— Aquí estamos. — Dijo secamente.
Miré a mi alrededor, encontrándome con el lugar que casi siempre estaba a oscuras ahora iluminado por el sol del atardecer, mi vista divagó hasta volver a cierto conejo que me esperaba pacientemente. De forma inevitable, retrocedí hasta estar contra la pared.
Tragué saliva. Bien… este es el momento. Me enderecé un poco tratando de aparentar seguridad, me armé de valor y lo miré a los ojos, aunque luego me arrepentí puesto que me congelé completamente, apreté mis puños con más fuerza sintiendo como empezaba a temblar. Noté como la mirada de Tex cambió de desinterés a una de confusión y preocupación.
— ¿Goldie…? — Se acercó a mí.
— No puedo decírtelo.
— ¿Por qué? ¿Tanto te desagrada mi presencia?
— Al contrario… — Por un momento pareció sorprenderse. — Pero… tengo miedo… y no sé de qué…
— Escucha. — Colocó su pie en la pared, atrapándome y acercándose demasiado a mí. — Sé que estoy siendo algo brusco contigo pero dije que no esperaría más, sea lo que sea dilo de una buena vez, Golden Freddy Fazbear.
Me quedé sin aliento, aparté tímidamente la vista al sentir como me sonrojaba más él tomó mi rostro obligándome a verlo. Tengo que ser firme, al menos por esta vez. Lo miré algo decidido.
— Tex… t-tengo algo que… decirte… — No pude evitar que mi vista divagara al suelo… estoy temblando de nuevo.
— Lo sé.
— N-No… es… — Respiré, dejando la frase a medias y decidiendo hablar directamente. — Es… que tú…
— Sólo dilo. — Entrecerró los ojos. No puedo creer lo que estoy haciendo…
—…me g-gustas… — Murmuré antes de levantar la vista hacia Tex.
Él parpadeo un par de veces, se alejó un par de pasos sin verme realmente, en su rostro se denotaba confusión. Llevé las manos a mi pecho tratando de calmar los latidos de mi corazón mientras Tex sólo se quedaba viendo el suelo sin moverse ni un poco. Comenzaba a cuestionarme el porqué de su reacción, no esperaba una respuesta específica pero… siendo que parece tan fuera de sí es raro…
Cerró los ojos, volviendo a ese semblante frío… Tengo un muy mal presentimiento…
— Goldie. — Es tan inexpresivo… — No siento lo mismo por ti, lárgate. — Eso último…
No puedo creerlo…
Cerré los ojos, sintiendo como ya las lágrimas bajaban por mis mejillas, me duele el pecho… no puedo respirar. Giré a un lado, corriendo con todas mis fuerzas lejos de ahí, no quería pensar en nada… sólo quería alejarme.
Fue una completa sorpresa encontrar a Freddy esperándome en las escaleras, limpié una de mis lágrimas y vi como volteó hacia mí, me dedicó una triste sonrisa a modo de consuelo y me ofreció un pañuelo, comencé a llorar otra vez antes de correr a abrazarlo. Escondí mi rostro en su pecho, apretando su saco mientras sollozaba, sentí que acariciaba mi cabeza apegándome a él.
— F-Freddy… — Murmuré.
— Shh, no pasa nada… Vamos…
No tenía ánimos para cuestionar, sólo dejé que me llevara a la vez que ocultaba el rostro en su pecho. Luego de unos momentos en los que no vi a dónde íbamos abrí los ojos, estábamos en su cuarto… o el cuarto que compartía con Bonnie, me sentó en la cama junto a él y empezó a secar mis lágrimas con el pañuelo. En todo momento esquivaba su mirada, quizás era mi imaginación pero… el lugar se sentía tan frío.
— ¿Cómo te sientes…?
— Mal… — Me alejé de Freddy, acostándome mientras le daba la espalda. — ¿Oíste lo que pasó…?
— No mucho… pero me hago una idea. — Me encogí apretando las sábanas.
— Hermano… quiero estar solo…
— Créeme, lo menos que quieres es estar solo. — Su respuesta me sorprendió, volteé a verlo. — Podemos hablar sobre ello…
— Disculpen la demora. — Entró Chica cerrando la puerta tras sí. — Traje algo. — Mostró una bandeja. — Y Goldie… lamento lo que pasó, pequeño…
— Ustedes… — Me senté en la cama viendo a ambos sin creerlo. — U-Ustedes… — Freddy asintió.
— No te dejaremos solo de nuevo, hermanito.
Ellos estaban preocupados por mí… pensé que esto sería algo que debía afrontar solo… No pude evitar hacer un leve puchero por mis ganas de llorar.
Espera… eso quiere decir que Chica lo sabe también, ¿No? Oh no… Me cubrí la cara algo avergonzado, Freddy me dio un par de palmaditas en la espalda, indicándome al parecer que ella no lo sabía del todo. Me extendieron una taza de té que tomé aun sintiéndome algo incómodo. Ese sentimiento de desvaneció a medida en que comenzamos a hablar, eran realmente cosas al azar pero me mantenían distraído… inclusive me estaba divirtiendo, de alguna manera lo ocurrido hace varios minutos sucedió demasiado rápido y ahora se veía como un suceso lejano.
— No lo entiendo… ¿Cómo algo puede quemarse y no cocinarse a la vez…? — Pregunté girando.
— Yo tampoco lo creía posible… hasta que vi a tu hermano cocinando. — Chica soltó una pequeña risa.
— Ey no se rían… estaba experimentando… o algo así… — Murmuró pensativo eso último.
— Freddy, mi cocina no es un laboratorio. — Bromeó ella.
Todos reímos hasta que inevitablemente bostecé llamando la atención de ambos, me tallé un ojo por la somnolencia. A esta hora de la tarde deberíamos estar durmiendo así que estoy algo cansado y han sido muchas emociones por un día.
Al abrir los ojos nuevamente noté que la mirada de Chica sobre mí, con ambas manos sobre las mejillas me veía con ojos brillantes.
— Aww Goldie, eres tan tierno…
— G-Gracias… — Me sonrojé levemente ante su cumplido.
— Ha sido un largo día… sería mejor que fuéramos a dormir si queremos despertar en la noche para vigilar el lugar.
Asentí. No sé si lo he mencionado pero… siempre nos dejan la tarde libre para dormir y que despertemos de noche, creo que de esa forma se ahorran pagar un guardia nocturno, aunque viéndolo de otro modo cualquiera se lo pensaría dos veces antes de entrar a un lugar con animales presuntamente peligrosos. De todas formas, en ocasiones nos dejan alguien para cuidarnos.
— Hermanito, si quieres puedes dormir aquí conmigo, Bonnie puede dormir con Chica en su cuarto.
— Bueno… agradezco tu amabilidad pero… sabes que hablo dormido… — Es mentira, en realidad Golden es quien habla por mí a veces. — Y estoy grande, ya no me da miedo dormir solo…
— Entiendo.
Me levanté de la cama, siendo seguido por Chica mientras Freddy recogía las tazas vacías colocándolas en la bandeja. Vi de reojo como Bonnie acabando de llegar intercambiaba unas palabras con mi hermano y me veía confundido, aunque no le di importancia. Me siento más somnoliento que de costumbre…
— Oye Goldie… — La voz de Chica me hizo reaccionar, me giré hacia ella. — He visto como actúas diferente últimamente, no sé qué sucedió pero… no dejes que te afecte, me gusta más cuando eres feliz como siempre. — Sonreí ante sus palabras.
Me abrazó y le correspondí, en el fondo… veo a Chica como mi hermana mayor. Se separó de mí y me dio un beso en la frente.
— Dulces sueños, pequeñito.
Nos despedimos y ella se fue hacia su propio cuarto más tranquila. Entré y cerré la puerta, dirigiéndome a la cama para acostarme y cubrirme con las sábanas, al fin en soledad. Tal y como esperé los pensamientos acerca de Tex no tardaron en volver a mí…
Pensé que confesar lo que sentía respondería las preguntas pero… sólo terminó por crear más interrogantes. Abracé mi almohada comenzando a sentirme triste nuevamente. Yo sólo quería estar junto a ti, Tex… ¿Era mucho pedir…? ¿Cómo hubiera sido…? Es una pena que me toque resignarme de esta manera… No es como si pudiera hacer algo al respecto. Sentí un nudo en la garganta, creo que voy a empezar a llorar de nuevo…
Abracé la almohada con más fuerza y efectivamente terminé llorando en silencio, asegurando de hacer poco ruido para no preocupar a nadie más.
— “Goldie, cállate.” — He ignorado la voz de Golden, en cierta manera sus palabras me hacen sentir peor. — “Cá-lla-te. Deja de llorar ahora.” — Intenté hacerle caso sin éxito. — “¡¡CÁLLATE!!” — Sólo escucho su voz en mi mente pero ese grito hizo que me doliera la cabeza.
— “L-Lo siento…” — No pude evitar seguir llorando. Hubo un largo silencio.
— “No… discúlpame a mí…” — Murmuró. — “No quería decir eso… pero sabes que tus sentimientos también me afectan y alteran…” — Limpié mis lágrimas, concentrándome en sus palabras. — “Estas en todo el derecho de llorar si quieres, Goldie…”
— “Golden…” — Me abracé a mí mismo. — “Tranquilo, lo sé…”
— “Odio a Springtrap.”
— “¿…A qué te refieres…?”
— “Odio a las personas que les gusta hacer difíciles las cosas más sencillas.” — Sigo sin entenderlo… — “Tengo un plan, pero debes hacer lo que yo diga… si quiere jugar, jugaremos los tres.”
Creo que ya entiendo de lo que habla…
No sé si es correcto, sé que deberíamos respetar la decisión de Tex pero… vale hacer un último intento…
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Especial 3 – ¿Qué es un beso?
Nota: Todos los especiales están ambientados en el pasado. La gran mayoría suceden en Fredbear’s así que avisaré cuando cambie de escenario.
Spring Bonnie / Tex
Dormía plácidamente, tranquilo y sin remordimientos como nunca antes… inclusive el frío suelo se sentía lo más cómodo del mundo. Claro que mi sueño no pudo durar demasiado puesto que comencé a sentir como alguien trataba de despertarme. De buena gana abrí los ojos bostezando, encontrándome con cierto pequeño oso dorado frente a mí.
— ¿Por qué duermes tanto…?
— No puedo hacer otra cosa. — Moví intencionalmente una de las cadenas aún sin levantarme del suelo.
— Entiendo… — Murmuró haciendo una mueca triste.
— ¿Y qué te trae al séptimo círculo del infierno, Goldie? — Bromeé sabiendo que no entendería. — ¿Vuelvo a ser tu niñera?
— Todavía no. Quiero preguntar por algo raro que vi… — Me senté para darle mi completa atención e hice una seña para que continuara. — Vi a mi hermano y Foxy haciendo algo raro…
— ¿Qué cosa?
Espero que no sea lo que mi sucia mente piensa o tendré que inventar una buena excusa…
Hizo una pausa, pensando sus palabras haciendo que me pusiera nervioso. No quiero hablar de… lo que hacen papá y mamá cuando se quieren mucho…
— Se dieron un beso… pero en la boca… — Ay, qué alivio.
— Eso… no es nada malo…
— ¿Por qué lo hicieron?
— Mira… — No tardé en encontrar una buena forma de explicarle. — Es una forma que tienen los grandes de decirle a su persona especial que los quieren.
— ¿Persona especial? ¿Qué es eso?
— Es… es… alguien a quien quieres pero diferente… — Eso ni yo mismo lo entendí.
— Mmm… ¿Cómo en la televisión? — Pensé antes de asentir. — Tex, ¿Tú has besado a tu persona especial?
— E…Eh… — Desvié la mirada rascándome la nuca. — …Te sorprendería… mucho… — Sentí como me sonrojaba. — Pero sí…
— ¿Quién fue? — Preguntó aún más curioso que antes.
— No puedo decirte pero… fue uno de tus amigos. — La sorpresa se apoderó de su rostro. — De todas formas fue hace mucho…
— ¿Y… qué se siente? — …Esa pregunta… definitivamente me tomó desprevenido.
— Se siente bien… creo…
Dio un par de pasos hasta mí y poniéndose en puntillas me dio un corto beso, en menos de un segundo ya estaba lejos de mí. Decir que quedé infinitamente más sorprendido que antes sería poco. Primero mis orejas y ahora esto, este niño se toma demasiadas libertades conmigo.
No sé en qué parte de la explicación se quedó Goldie pero… no puedes besar a alguien ocho años mayor que tú, eso debería ser ilegal… de hecho-
Bien Spring, no entres en pánico, sólo fue un beso y nadie más lo vio, no pasa nada.
— Yo no sentí nada…
— Goldie… — Suspiré. — No vuelvas a hacer eso.
— ¿Te molesté? Perdón… — Bajó sus orejas a modo de disculpa.
— No, es que… eso es algo que sólo los grandes hacen, ¿Entiendes?
— Oh… — Desvió la mirada. ¿Él siente vergüenza…? — Ya entendí… — No pude evitar sonreír ante ello.
— Tranquilo, no le diremos a nadie.
Lo tomé en mis brazos, revolviendo su pelo cariñosamente mientras él reía.
No me molesta estar aquí abajo si tengo a Goldie para hacerme compañía. Por un momento la realidad ha vuelto a mí, es cierto… había despertado de tan buen humor que olvidé el motivo de mi encierro y lo que ello conlleva, en algún momento esto terminará y será mi fin. Parece que mientras más huyes de la realidad más se esfuerza ésta en atraparte, más se esfuerza obligarte a ver la verdad.
Suspiré. No importa, lo primordial es ahora.