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Me before you. por yarytax

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Notas del capitulo:

Perdón la demora, me quede en otros fanfics :c pero aquí esta, espero les guste, mil disculpas :c 

os quiero <3

 

Charles.

Habían pasado un par de días desde que estaba internado en el hospital y su salud parecía mejorar considerablemente, ya no necesitaba un respirador artificial, tampoco estaban todos sobre él como lo estuvieron en un principio y muy a su pesar dejo de ver al doctor Erik tanto como lo veía antes. En parte eso simplemente mostraba que estaba cada vez mejor, que su cuerpo comenzaba a responder de forma positiva y que posiblemente todo esto terminaría luego y ya no tendría que volver al hospital, pero por otro lado significaba que deberían tener en cuenta el hecho que no volvería a ver a aquel doctor que lo dejo completamente prendado en primer lugar, porque tampoco sabía que más hacer, como tenerlo a su lado, como siquiera poder hacer que la conversación fuera un poco más larga antes de que tuviera que irse con otro paciente. Eso en todos los casos era completamente frustrante.

Tampoco se le ocurría que hacer con su apartamento, por una parte –la que posiblemente catalogaba como la razón –sabía perfectamente que no podría hacer mucho aunque quisiera, Raven había puesto las cosas bien clara la última vez que había insistido en quedarse a vivir allí e incluso tuvo que traer a Azazel para convencerle que no era seguro volver y estar solo nuevamente, porque  una cosa era que estuviera solo y que no pasara nada pero otra muy diferente era estar solo en el lugar donde vivía para volver al hospital a los días después porque no fue capaz de hacer las cosas que el doctor le había dicho, porque no había guardado el reposo que necesitaba y por sobre todo porque no había sido capaz de esquivar simplemente a la gente tóxica que vivía a su alrededor y quienes fueron los primeros causantes de enviarle de nuevo al hospital y esta vez dejarle en él un par de semanas.

No obstante tampoco iba a dar su brazo a torcer al cien por ciento porque una cosa era que se fuera a vivir con su hermana y su cuñado hasta que no necesitara más ayuda para hacer sus cosas y otra completamente diferente era quedarse de forma definitiva con ellos. No le molestaba el hecho de volver a vivir con Raven, incluso sentía que era lo que más necesitaba y podría aprovecharlo de la mejor manera pero otra cosa –que él conocía perfectamente  -se lo iba a impedir y eso no era nada más ni nada menos que la privacidad, ellos eran una familia si claro porque Raven era su hermana pero no quería incomodar a Azazel o que ellos dejaran de comportarse como lo hacen solo porque él iba a estar en casa en esos momentos, sentía que era suficiente con los meses que iba a necesitar entre la terapia y el no poder hacer sus cosas por el solo como para seguir abusando de su hospitalidad.

Menudo lío.

Con un suspiro se acomodó de lado en la cama, ya no le dolían tanto las costillas por lo que podía recargarse aunque fuera un par de horas en ellas antes de volver a su posición habitual de espaldas a la cama, no quería ni siquiera pensar lo que iba a hacer en cuanto se fuera del hospital, tampoco sabía cómo iba a volver a trabajar, no tenía idea que iba a hacer ahora, estaba seguro –al menos la mayor parte de él –que en su trabajo todos se iban a enterar de que él era homosexual –que en realidad no le molestaba que lo supieran –sino que le habían dado una paliza y él no había sido capaz de hacer algo por ello, que no había logrado defenderse y en realidad el ya no quería… ya no quería que su hermana tuviera que hacerse cargo de él, ya no quería que todo lo que estaba pasando se fuera de sus manos de un momento a otro, estaba solo y estaba asustado, se sentía como un bebé al cual le dejas solo un par de horas y busca con desesperación los brazos de su madre.

Estaba cansado.

Cansado de seguir con lo mismo, de luchar contra lo que no se puede, de intentar ser feliz con lo que tenía, de conformarse con tan poco, de querer algo que jamás iba a tener, de soñar con cosas comunes como alguien que estuviera a su lado, alguien que le acompañara, alguien que fuera capaz de hacer hasta lo imposible por saber que estaba bien, alguien que no fuera su hermana, alguien que el mismo no conociera, alguien que fuera completamente nuevo, alguien que le sorprendiera todos los días, alguien que tuviera algo que él no tenía y que fuera capaz de sorprenderle con poco, que fuera capaz de amarlo como a nadie y al mismo tiempo como si fuera su igual. Porque estaba enamorado de la vida y al mismo tiempo la odiaba porque si le dieran a escoger en ese mismo momento lo único que obtendrían de él es que quería morir y dejar de sufrir, dejar de medir lo que hablaba, con quien hablaba, dejar de guardar secretos, dejar de cortar sus piernas cada que algo le saliera mal, dejar de hacer sufrir a sus seres queridos, dejar de sufrir el mismo porque si algo sabía es que morir solo significaba eso.

Morir para él era no existir…

Erik.

Ese día no le tocaba turno hasta la tarde y no podía dormir más, la verdad es que era relativamente tarde o temprano en su casa –dependiendo de cómo lo vieras –el asunto es que no podía sacarse a Charles de la cabeza, había algo en él que le hacía sentir que en realidad no todo estaba perdido como él creía, que tenía un camino por el cual poder recorrer, que podía intentarlo y que podía triunfar como también podía caer y chocar contra el duro suelo una vez más, podía Charle tacharle de acosar o incluso de algo peor, no quería que le tratara mal pero no sabía cómo abordar el tema, no sabía cómo hacer para decirle que se sentía atraído por él, no sabía cómo explicarle que desde había visto esos hermosos ojos azules se había enamorado perdidamente de él.

De esos ojos azules.

De esos ojos que en el momento en que se posaron sobre los suyos simplemente fue como volver a nacer, fue como si le dijeran “¡Hey! A ti te estaba buscando” pero sabía que no era así, porque verse en esos ojos no significaba que llegara a ser el dueño de aquella mirada, no significaba que en realidad fuera capaz de hacer algo por poder pertenecerle, por poder ser el dueño de sus sonrisas o por poder ser el dueño de su futuro.  Sabía que soñaba alto y que cuando se quisiera dar cuenta –en realidad cuando fuera demasiado tarde –el golpe sería el peor de todos, porque no solo estaba hablando de que en cuanto le diera el alta ya no tendría una excusa como el hecho de tener que revisarlo para verlo, porque sabía perfectamente que en cuanto le diera el alta solo lo podría ver en las sesiones de terapia pero estas solo serán dos veces a la semana, que no le va a importar volver a acumular vacaciones una vez Charles esta en ellas porque hasta ahora es lo más importante.

Es patético.

Es más que patético, está enamorado de alguien de alguien, se dio cuenta en pocas charlas que simplemente fueron el uno para el otro, a ambos les gusta leer –aunque suponiendo que Charles siendo un profesor de ciencias le va a gustar aún más –a ambos les gusta pasar la tarde del domingo sin nada que hacer en realidad, a ambos les fascina el hecho de que sepan jugar ajedrez, lo consideran lo más relajante que puede existir, lo consideran como un espacio sagrado porque no solo tienen que mantenerse en silencio para jugarlo, sino porque sin perder la concentración pueden entablar –si quieren –una conversación completamente amena, porque pueden servirse algo sin tener que llegar más allá, porque pueden conversar de todo y a la vez de nada, porque se sienten a gusto en la compañía del contrario, porque sin proponerlo ambos se enamoraron y temen decir sus sentimientos por miedo a no ser correspondido.

-Correspondido eh….-se dio la vuelta en la cama quedando de barriga a ella.

Apretó la almohada contra si e intento ahogarse un poco con ella, no quería pensar que debía siquiera tener que levantarse, que no podría estar tanto como quisiera con Charles porque tenía más pacientes que atender, que de un momento a otro todos le habían resultado completamente monótonos, porque incluso habiendo conocido a miles de personas con ojos azules o de colores exóticos, sólo los de Charles habían logrado llamar su atención, habían logrado hacerle sentir cosas que no había sentido en meses –posiblemente en años –su última pareja había sido Magda –quien en realidad no la contaba mucho como pareja por el simple hecho que fue algo pasajero –pero ni siquiera valía la pena pensar en ella, no valía la pena gastar pensamientos en ella hasta que llegara la hora de hablar de algunos asuntos y algunos temas pero ese no era el punto; no había amado a nadie desde ella y el mismo día que internaron a Charles él había pensado que posiblemente iba a morir solo porque no sabía cómo hacerlo, no se sentía preparado para encontrar una pareja –y dudaba en realidad de que hubiera alguien dispuesto a esperarlo y soportarlo –no sabía ni siquiera en realidad lo que quería, solo sabía que le tenía miedo a la soledad, posiblemente lo mismo que Charles.

Charles está roto.

Erik lo sabe, sabe que tiene que juntar los pedazos uno por uno, pieza por pieza y granito por granito porque no todos los pedazos son del mismo porte, porque no todos los lados tienen la misma forma, tiene que saber que en realidad debe tener cuidado, no quiere tomar uno y romperlo más pero tiene miedo… no está completamente seguro de ser el dueño de sus sonrisas y mucho menos está seguro de lograr hacer que Charles vuelva a ser el de antes –porque si hubo un antes –no lo recuerda mucho –porque jamás le prestó verdadera atención –pero cuando iba a casa de Raven a hacer algún trabajo –que por lo general le exprimía toda la fuerza y se iba agotado hasta su casa terminando por soñar con ello –podía apreciar en la biblioteca –cerca del cuarto de Raven –a un pequeño de grandes y expresivos ojos azules que solía saludarle con la mano o en el remoto caso de que la lectura estuviera muy interesante como para levantar la cabeza solía asentir con esta y seguir como si nada; no sabía en realidad si podía ser el merecedor de algo como aquello, de tener cosas que hacer con él, de poder compartir de alguna forma el tiempo que tenía para que fuera feliz, de poder…ser feliz.

No podía.

Debía hacerlo, lo creía, creía posible que en algún momento podría ser feliz pero lo veía tan lejano; tenía la muerte de su madre casi en sus espaldas, tenía la muerte de su padre en uno de sus hombros y su infancia en el colegio sobre el otro, aún podía sentir las risas que daban sus compañeros cuando él se presentó –le era difícil –un niño que hablaba alemán intentando hablar un inglés algo fluido sin perder el acento característico era para las burlas, si cerraba los ojos y se concentraba en el momento en que llego a aquella escuela aún podría escuchar la risa de sus compañeros, el dolor que sintió cuando comenzaron a golpearle hasta que se defendió –al igual que en la universidad –con un fierro, aunque aquí no le pusieron apodo alguno, todos sabían que no debían meterse con él y termino completamente solo y sin amigos, amigos que necesito. No le gustaba llegar a casa y ver a su madre que siempre soñaba con que trajera algún compañerito a casa, a alguien con quien jugar en las tardes en vez de quedarse sentado sin nada que hacer mientras el tiempo pasaba sin que se diera cuenta, posiblemente por eso cuando trajo a Raven la primera vez su madre se esmeró tanto en hacerles algunas galletas y llevarles algo de jugo.

Piezas.

Él también tenía piezas que pegar y estaba completamente dispuesto a entregárselas a Charles si era capaz de entregarle sus piezas a cambio, iba a dejar todo de lado e iba a intentarlo todo para que pudieran estar juntos aunque fuese un momento más y si no se daba nada entre ellos volvería a guardarse sus piezas y se conformaría con ser su amigo, al menos así tendría la excusa algunos días para ir a su casa a jugar ajedrez con él o decir que iría a ver a Raven ahora que todo estaba perfecto entre ellos y que quería volver a tener contacto, posiblemente si…de todos modos, aún le quedaban un par de días antes de que llegara el alta y eso significaba un par de días antes de que su mundo volviera a ser gris nuevamente.

.Charles

Al final había dormido un par de horas sobre uno de sus costados que despertó doliéndole, como algo le estrujara el pulmón y con cada inalada quisiera que se le reventara. Despacio giró hasta quedar de espaldas a la cama y luego a quedar el otro lado donde en cuanto sintió su espalda completamente libre de algo como tope pudo volver a respirar.

-Hola Charles-

Observó curioso a la figura que entraba por la puerta –justo después de que él hubiera despertado –y supo solo con la voz de que se trata de Erik pero necesitaba verlo aunque fuera con trampas –como el hecho de que tuvo que girarse un poco para verle –porque no iba a resistir pasar otro tiempo sin él, sin verle y que hablar de escucharle, no quería perderse de esas dos gemas verdes que miraban con atención la pequeña libreta que garabateaba con lo que supuso eran algunas indicaciones.

-Hola Erik-le saludo luego de que su evaluación personal hubiera finalizado.

-Veo que ya te sientes mejor-le dijo ganándose a su lado-has logrado colocarte sobre uno de tus costados, eso es un gran avance teniendo en cuenta que tus costillas aún no sanan por completo-

-Si-le miró-en realidad e acabo de dar vuelta, estuve un rato sobre el otro costado hasta que sentía una leve opresión en el pulmón-

Erik asintió levemente y comenzó a leer entre sus notas para dejar el final la libreta a un lado.

-Bien, necesito que te sientes, tengo que hacer una revisión en tus costillas y ver algunos puntos que pusimos en tu espalda a ver si ya están listos-procedió a colocarse sus guantes.

Charles se sentó despacio en la cama y se sacó la camiseta del pijama con algo de esfuerzo pero manteniendo el cuidado, al verdad es que ya no se sonrojaba como la primera vez que Erik vio su cuerpo –ahora en realidad se le hacía costumbre –y le gustaba que fuera él porque de cierta manera sentía que con cada mirada estaba reuniendo sus pedazos esparcidos por donde caminara y los colocaba dentro de un gran frasco que ayudaba en realidad a mantener las cosas en margen y a sentirse cada vez como si fueran menos los pedazos que estaban por caer y ya en el suelo de lo que en realidad eran.

-Tienes muy buena pinta Charles-le dijo sacando al contrario de su ensoñación-los puntos estaban listos y al parecer ni siquiera sentiste que te los saque, la mayoría de los morados ha desaparecido de tu cuerpo y que decir de sus costillas, se ven completamente firmes, eso no quiere decir que estés curado por completo, recuerda que son huesos y deben tener una recuperación un poco más larga que el resto-se sacó los guantes.

Charles tomo aquello como una invitación para volver a colocarse la ropa y se vistió en silencio, la verdad es que ni siquiera había sentido que le había sacado algunos puntos –tampoco recordaba haberlos tenido en primer lugar –esperaba que aquella noticia alegrara un poco más a Raven porque se iba a volver simio si no sabía cómo poder hacer que su hermana volviera a soltar sonrisa aunque fuera chiquita.

-¿Para qué será mi terapia?-le pregunto-dijiste que necesitaba una pero el balazo fue en el abdomen no en las piernas o algún brazos en realidad-

-Heridas antiguas-le dijo suspirando-conozco todas las heridas de tu cuerpo y sé que no todas han sanado como se debía Charles, fuera de eso tienes una cojera en una de tus piernas por culpa de un tendón que se lastimo ahora que tuviste el último encuentro-le miró-asique básicamente esta será una terapia para volver a caminar correctamente y sin las muletas que deberás ocupar por estos días-

Charles bufó molesto más no le dijo nada respecto a aquello, Erik –aunque quisiera negarlo –tenía razón y por ende debería empezar a hacerle caso –además era una buena excusa para volverle a ver una vez saliera del hospital.

-Erik yo-

La puerta se abrió en ese preciso momento dejando entrar a dos personas con un bolso, Charles los reconoció en cuanto pusieron un pie en el cuarto, sabía que su hermana era puntual con la hora –como lo venía haciendo desde que le internaron en el hospital –pero ahora –solo ahora –la quería asesinar un poquito porque le interrumpió, había al fin juntado toda la valentía que tenía para preguntarle a Erik si quería salir a beber algo una vez que él se fuera del hospital pero no pudo y ahora simplemente se había ido todo al carajo; podría asesinarla y asesinar a Azazel que le venía siguiendo y así poder quedarse con el pequeño kurt, en realidad no tenía problema, así tendría un hijo y sería educado como corresponde.

-Holas Charles-le saludo Raven acercándose a dejarle un beso en la frente-hola Erik-le saludo luego de dejar el bolso sobre la cama para besar su mejilla.

-Raven-le dijo con una leve sonrisa, no podía enojarse con su hermana, ella no sabía que casi había peleado con la existencia misma por poder preguntarle algo a Erik, no era su culpa.

-Hola Raven-saludo Erik mirando atrás con una ceja alzada-Pero si es Azazel-le dijo sonriendo.

Azazel devolvió la sonrisa antes de apretarse en un fuerte abrazo con Erik.

-¿Se conocen?-fue todo lo que Charles pudo preguntar en cuando vio a esos dos alejarse.

-Fuimos compañeros de apartamento en la Universidad-comentó Azazel-fuimos designados por conducta-se rió-quien pensaría que al final se juntara el peor trío de todos-soltó una risotada-con Mistique y el Diablo-se apuntó-a la guía de Magneto-se encogió de hombro-fueron buenos tiempos-

Erik rodo los ojos simplemente antes de mirar a Charles.

-Lo siento-se disculpó-entre estos dos harán que mis pacientes ya no me vean como una figura de respeto y de cuidado, malas elecciones de amigos-dijo con dramatismo-muy malas-

Charles soltó una pequeña risa ante las palabras de Erik, la verdad conocía a Azazel un poco menos de tiempo que ellos dos porque solo supo d su existencia en cuanto Raven anunció que estaba de novio con alguien y tampoco supo mucho de su vida en la universidad porque no tenía mucho tiempo y ellos no lograron hablar mucho, el sobre todo se había encerrado en su mundo cuando le había dicho a su madre que era abiertamente Gay y las discusiones entre ellos dos empezaron.

-Na-le dijo restándole importancia-perdí aquel respeto cuando supe que conocías a Raven-le sonrió-porque si alguien la conoce significa nada bueno-

Raven bufó algo molesta antes de sentarse a su lado en la cama, mentiría si dejara que aquello no le resultaba completamente bonito y fascinante.

-Debo volver con mis pacientes pero volveré en un rato, tenemos que ponernos al día en muchas cosas Azazel-

-Claro que si Erik, tu tomate tu tiempo, sabes dónde estamos-

Con un asentimiento de cabeza Erik se retiró del lugar con su libreta y una pequeña sonrisa en la cara, al parecer ahora si tenía un excusa real para ver a Charles aunque fuera con otras personas de por medio.

………………….

Los días pasaron relativamente rápido –dependiendo de cómo lo quieras ver –ya Charles estaba completamente curado –o tanto como se podía –y eso significaba que el alta estaba prácticamente con él, no sabía que día –o si lo sabía pero no quería recordarse la fecha –porque sería el último día que podría ver a Erik por más del tiempo permitido. Luego de aquella charla en la que tanto Azazel como Raven fueron participes le siguieron muchas otras donde solo ellos fueron lo que supieron, donde solo ellos comenzaban a conversar, donde solo ellos estaban tranquilos en la compañía del otro como aquella vez que Erik se coló en su cuarto a jugar ajedrez luego de un turno.

Se dio cuenta que no quería irse, que estaba bien allí viendo a Erik todos los días, que estaba a gusto con sus conversaciones, que ni siquiera sabía si podría seguir adelante luego de perder un pilar tan importante como él, que no podría siquiera saber cómo estaba o que no podría simplemente pedirle que se quedara un ratito más porque quería conversar algo con él.

-Hola Charles-entró Raven al cuarto con un bolso algo pequeño esta vez-vengo por ti-le dijo-me acabo de encontrar a Erik en el pasillo estas de Alta-

Charles suspiró sentándose en la cama, sabía que aquello debía llegar en algún momento, lo estaba pensando antes de que fuera realidad pero al menos –esperaba que lo fuera –tendría al valor en su primera sesión para preguntarle a Erik si quería salir a tomar un café, siempre y cuando no le importara que tuviera que ir con muletas y con un gorro horrible a causa del frío.

-Azazel tiene todo listo para cuando llegues-le dijo-está haciendo tu comida favorita-

-De saber que iba a hacer mi comida favorita me accidento más seguido-

Raven solo rodo los ojos y sonrió ante sus palabras, al menos se veía de mucho mejor semblante.

-Tienes la primera terapia en dos semanas, asique tendrás que ejercitarte en casa, Erik nos espera afuera para entregarte la carpeta con las indicaciones y el resto de cosas, yo debo terminar de firmar algunos papeles-se retiró-asique él te llevara abajo-se retiró de allí.

Charles observó cómo su hermana se iba en cuanto el termino de vestirse y despacio se fue a sentar en la silla, aún le dolía el costado cuando cambiada de posición muy rápido sin contar que en esas dos semanas apenas y había salido de la cama para algunas cosas –como el ir al baño o bañarse –que sentía la herida algo punzante en realidad.

-Hola Charles-

Giró la silla despacio y observó a Erik parado en la puerta con la famosa carpeta en manos, se veía bien, algo cansado –supuso que por el turno de anoche –pero fuera de eso se veía feliz y eso era algo que había visto pocas veces desde que entro al hospital.

-Hola Erik-le saludo acercándose.

-Me siento pagado con el hecho de que ya puedes sentarte en la silla solo-le dijo con una sonrisa antes de ganarse tras él para empujarle con cuidado-tienes que seguir las indicaciones que te coloque en la carpeta al pie de la letra-le dijo-no quiero verte en dos semanas más con los músculos aún agarrotados-

-¿Por qué en dos semanas?-le pregunto-pensé que empezaba en una semana como todos-

-Sí, no todos van conmigo a terapia-le dijo-en realidad eres el primero-algo dentro de Charles se sintió bien ante sus palabras-pero mis superiores me están mandando a casa, digamos que tengo cerca de un año de vacaciones acumuladas asique me han mandado con días libres porque yo no acepte irme de vacaciones aún-suspiró encogiéndose de hombros.

Charles sonrió fascinado ante las palabras de Erik asintiendo a ellas, sentía que estaba completamente a gusto allí.

-Me siento una mala parodia de un comic-le dijo al fin.

-Sí, te falta quedar calvo-le respondió.

Ambos soltaron una pequeña carcajada que se apagó de a poco hasta quedar en un silencio agradable.

-Bien-dijo Erik al ver a Raven afuera con el auto listo-aquí es donde me despido-lo dejo cerca del auto-nos vemos en dos semanas Charles-miró a Raven-Raven-

-Nos vemos en dos semanas Erik-le habló Raven-igual puedes pasarte por la casa, sabes que eres más que bienvenido a unirte a nuestro almuerzo cualquier día-

-Pensaré en ello-le dijo ayudando a Charles a sentarse-nos vemos Charles-

-Nos vemos viejo amigo-le dijo sonriéndole mientras recibía la carpeta y la puerta se cerraba.

Raven se metió en el auto unos minutos después luego de que Erik se fuera.

-A casa-

Sonaba extraño aquello, ni siquiera sabía lo que era casa pero suponía que donde alguien te estuviera esperando ese sería su hogar. Abrió la carpeta sin ningún interés en realidad pero no le apetecía hablar con Raven por el momento, ya luego podría soportarla todo lo que quisiera, al pasar las hojas y llegar al final donde aquel simple papel escrito a mano logro hacer que su mal humor se esfumara un sonrojo se posara en sus pálidas mejillas muy difícil de esconder.

“Sé que es poco ético pero la verdad me agrado tenerte en el hospital, no me malentiendas, simplemente me agrado tu compañía y me gustaría que pudiéramos vernos fuera del hospital ahora que tengo días libres, sino quieres hacerlo no importa, te dejo mi número de todos modos, fui un cobarde por no decirlo en persona pero me gustas y me sería algo lindo que me dieras una oportunidad, primero solo como amigos y espero que mis sentimientos no se pongan entre nosotros.

8374-XXX

Con cariño Erik Lehnsherr.”

Si en definitiva aquel disparo era lo mejor que podía haberle pasado. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? :3


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