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NO LOVE |VKOOK| por MkaGD

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Notas del capitulo:

Hola

Disfruten la lectura~

 Dolor de los pecados.

 

La diferencia de edad entre ellos era de 1 año, 8 meses, y 3 semanas para ser exactos.

 

Y esa diferencia TaeHyung la recalco todos los días, por los siguientes 3 años y 6 meses.

 

JungKook iba a tener 13 años dentro de un mes y a TaeHyung no le gustaba eso. Odiaba la idea de que JungKook creciera, pero la amaba en cierta manera. Se preguntaba  cómo se vería un JungKook de 16, 18 años ¿perdería su cara de bebe, los ojos redondos y su sonrisa jodidamente tierna? TaeHyung quería comprobarlo por sí mismo.

 

Los días en la sala principal-desde el incidente de los cachorros- continuaron sin apuros, tranquilos según JungKook; claro agregando una chispa de la esencia de TaeHyung. Pero escenas como la de los cachorros se volvieron a repetir, en menor o mayor medida. Aunque para JungKook no había mayor ni menor medida, todo era como TaeHyung quería, y no había manera de mermar o maximizar sus decisiones.

 

Con el paso del tiempo JungKook empezó a idear una forma para que las víctimas de las despreocupadas decisiones de TaeHyung, se reduzcan solo a él. Y hasta un punto lo logro, JungKook cumplía con cualquier orden, petición, o capricho que se le viniera a la cabeza de su señor. Hasta que quede satisfecho su ego y su sensación de poder sobre los demás.

 

Pero TaeHyung era insaciable y JungKook no sabía hasta donde tendría que llegar a ser humillado.

 

Comúnmente los ataques encaprichados de TaeHyung  no cesaron. Al parecer llego a ser necesaria la presencia de JungKook en su vida, hasta que pasaban semanas en las cual JungKook no salía de la mansión o asistía a clases. Solo para observar todo el día, como TaeHyung devoraba un libro tras otro.

 

A JungKook no le importaba con tal de salvar vidas humanas. Tampoco le gustaba ir a clases, pensaba que si TaeHyung no iba-resulta que el mayor era autodidacta y no necesitaba clases o enseñanza alguna. Tenía hasta exámenes universitarios aprobados- no habría razón para ir. En su colegio lo trataban de marginado, antisocial; aunque JungKook era el mejor vestido, con los mejores materiales, e iba y volvía con un chofer privado en un lujoso automóvil-hasta este extremo era el nivel de control de Kim TaeHyung- Talvez por esas razones lo trataban mal.

 

JungKook decidió no volver a hablar con TaeHyung sobre la escuela, de seguro si se enteraba lo sacaría de ahí y lo obligaría a estudiar en casa. JungKook aunque ya había renunciado al mundo exterior, aun  quería tener contacto con él. Su único mundo era el de él, TaeHyung y la voz misteriosa dentro de su cabeza.

 

Otro episodio, sucedió a finales del año pasado, en Navidad. TaeHyung acababa de cumplir los quince años y quería celébralo en las montañas. Algo normal en él. JungKook se negó rotundamente a ir, no quería morir de frio o ser comido por un oso. Pero le asustaba más la idea de quedar solo en una cabaña desierta junto a TaeHyung, sin señales de vida humana a los 20km a la redonda.  No podía pensar siquiera lo que TaeHyung sería capaz de hacerle. Pero no pudo evitar pensar que talvez sería un buen viaje. A JungKook le gusta la excursión y perderse en lugares desolados. Además TaeHyung a veces solía ser divertido y agradable; era encantador pasar tiempo con él. Sin embargo, JungKook no tenía tendencias suicidas. 

 

Pero como buen demente, TaeHyung amenazo con quemar las propiedades-incluso la casa donde vivían- sino aceptaba. JungKook pensó que talvez no sea posible debido a la nieve y humedad, pero era casi un pecado subestimar a TaeHyung.

 

Al otro día, sintió el olor a humo, muerte y espanto. Los bosques alrededor de las casas estaban ardiendo a rojo puro. Era una amenaza. No sabía cómo TaeHyung logro destruir tanta vegetación-eso era lo de menos- pero logro convencer a JungKook que era mejor no negarse ante él.

 

Luego de haber apagado el fuego y se calmaran las cosas, JungKook acepto acompañarlo en el intrépido viaje. Por miedo a que de una vez por todas, el mayor logre asesinar a toda su familia y servidumbre.  Pero JungKook aún estaba resentido, no le dirigió palabra a TaeHyung por todo el restante día. Hasta que fue llevado a rastras por los pasillos, hasta la habitación de la Señora Jeon.

 

Debido a que JungKook empezó a ser más importante en la casa de los Kim- los padres de TaeHyung amaban a JungKook, por ser un salvador en sus pobres y miserables vidas. Los había salvado de lidiar con su hijo. JungKook no podía creer como seres tan buenos, tan blandos, eran padres de un demonio como TaeHyung- la Señora Jeon fue ascendida a puestos mayores en la servidumbre, hasta lograr ser la Señora que controlaba todo. Desde el chef hasta el jardinero. Entonces vivía en la casa principal, donde TaeHyung y JungKook vivían. Por eso caminaron solo un tramo y se encontraron en la puerta de la Señora Jeon.

 

–Señora Jeon–grito TaeHyung mientras golpeaba la puerta de su recamara con su puño.

 

La mamá de JungKook salió lo más rápido posible en pantuflas y bata. Visualizo a TaeHyung luego a su hijo que estaba detrás de él–En que puedo ayudarlo, Joven– murmuro.

 

–Mm– Tomo el agarre de JungKook y lo tiro hacia su madre; haciendo que caiga de rodillas y se golpee la cabeza contra las piernas de su madre. TaeHyung a pesar de ser joven, podía tratar a JungKook como un saco de papas– Pregúntele a su hijo el por qué ha estado sin dirigirme la palabra e ignorándome durante todo el maldito día–señalo con el dedo anular al menor.

 

–Oh lo siento Señor–se disculpó– Lo hare entrar en razón –se arrodillo frente a JungKook y lo tomo de los hombros– Hijo ¿has estado haciendo eso? Sabes cuál es tu posición y no debes huir de eso–Zamarreo al pequeño hasta hacerlo entrar en razón– Anda ve y discúlpate; muestra arrepentimiento.

 

La Señora Jeon se inclinó ante TaeHyung y volvió a su habitación. JungKook fue dejado solo con el monstruo, otra vez.

 

JungKook se puso de pie mientras se sacudía el polvo inexistente. Giro sobre sus talones y enfrento a TaeHyung con la mirada gacha.

 

–Lo siento, Hyu…

 

–Mírame.

 

JungKook se aclaró la garganta. Se enderezo. Llevo sus ojos hacia los de TaeHyung. Trato de no pensar en nada. Sí lo hacía, estaba perdido.

 

–Estuve mal y no volverá a ocurrir. Fui muy irrespetuoso. Lo siento.

 

–Algo típico en ti– recalco TaeHyung. Giro hacia el pasillo y empezó a caminar hacia su habitación– Vamos, estoy cansado y no veo la hora de dormir.

 

(“Miente constantemente, ya sea sobre su pasado, lo que hace o deja de hacer, etc. se siente a gusto haciendo de su vida una mentira. De hecho, los verdaderos sociópatas se sienten incómodos cuando dicen la verdad.” Se preguntaba si alguna vez TaeHyung no lo hubiera engañado.)

 

 

 

Cuando los jóvenes aventureros volvían en coche-estamos hablando de TaeHyung. Él podía conducir un tanque militar si quisiera- de su helada aventura en las montañas.  JungKook estaba altamente molesto, hambriento y avergonzado.

 

Resultaba que en la cafetería donde habían desayunado, TaeHyung pidió un rembolso por la comida, ya que no era “decente” y  estaba “fría”. El personal insistía que no era así, la orden fue entregada en perfectas condiciones. Así era, pero TaeHyung tenía la última palabra.

 

Termino con tirar los platos por los pisos, los panqueques, el caliente café, los vaso de vidrio en la barra, servilletas, lo que tenía al alcance. JungKook no estaba seguro de donde esconderse o que hacer. Parar el desastre no era una opción. Al final uno de los meseros y el cocinero corrieron TaeHyung del lugar, sin llamar a la policía, ya que talvez vieron que el Joven era de buena familia. JungKook los siguió por detrás sin ser visto, hasta lograr meterse en el coche.

 

Antes de ser empujado a su coche, TaeHyung tomo una buena y grande piedra para arrojarla y hacerla impactar en el vidrio de una ventana del local. Se escuchó un grito, una maldición, otras cosas que el menor de los jóvenes no llego a oír debido a que TaeHyung salió por la carretera.

 

El aselerador parecía ser pisado constantemente. Los arboles desnudos desaparecían uno a otro como el tiempo, y las ganas de seguir estando en el coche. Lo único que percibía JungKook  era la ira de TaeHyung tratando de salir del coche e impactar en alguien. Y así fue.

 

Dos inocentes zorros de montaña que pasaban por el camino de vuelta fueron víctimas por la inevitable ansías asesinas del mayor. JungKook soltó un grito  cuando gotas de sangre y el pequeño cuerpo golpearon el capo.

 

JungKook temió por su vida cuando una tercera víctima fue atropellada por la bestial cólera del mayor. Volteo a ver a TaeHyung, que miraba concentrado la carretera, sin ningún remordimiento por las tres vidas que se había cargado.

 

“Hyung…” pidió JungKook “Por favor detente”. Solo logro que el aselador fuera pisado más fuerte. “Hyung” JungKook sentía su corazón ir a toda velocidad. Se sujetó del asiento y trato de respirar con normalidad. TaeHyung apretaba el volante entre sus manos.

 

JungKook pensó que TaeHyung se amaba tanto a sí mismo, que no sería capaz del suicido. Pero sabía que era capaz de irse al infierno y llevarlo también a él, solo para mostrar su poder sobre él. JungKook no tenía quejas, aunque esta no es una bonita forma de morir.

 

TaeHyung fue zamarreado por JungKook tratando de hacer que se detenga. “Hyung, detente. Vamos a chocar contra un árbol sino te detienes.” JungKook no se dio cuenta cuando empezó a llorar. “Hyung por favor” TaeHyung no podía oírlo. Solo oía a la misteriosa voz que le ordenaba seguir y seguir hasta lograr desaparecer del mundo. La misma voz de siempre.

 

JungKook deslizo sus puños por el sweater de TaeHyung, sus brazos rodearon su cintura y escondió su rostro en uno de sus costados.  Apretujo el sweater con su frente y sus brazos. El aroma que se desprendía de su ropa, era de ropa cara, la goma de mascar que tanto ama, hojas de libros viejos. Olía a hogar y una sensación de nostalgia invadió su ser. Se encontró amando ese aroma “Hay mucha nieve… podemos resbalarnos TaeHyung…” los sollozos del menor llegaron a los oídos de TaeHyung.

 

El mayor disminuyo la velocidad. Estaciono el coche a un lado de la carretera y soltó el volante. Sus manos dolían, estaba jadeando, su piel se hallaba cubierta por una capa de sudor, incluso con este clima. Los brazos de JungKook seguían ensamblados en su cintura. No importa lo enojado que TaeHyung se encontraba, no podía pasar por alto, el primer abrazo que recibía de JungKook; aunque fuera obligado. Decidió que no sería el último

 

 

 

En los últimos días TaeHyung sea encontrado menos irritable, eso a JungKook se le hizo sospechoso. Hasta que finalmente TaeHyung decidió hablar.

 

“Jung Kookie” El mayor dejo el tomo V sobre el viejo Código Penal a un lado y miro a un distraído JungKook que observaba el más mínimo detalle de los infinitos libros. Era su costumbre.

 

“Ejem…” El menor volteo hacia el mayor, asintió, mientras caminaba hacia el sillón. 

 

“Haber Jung Kookie ¿Qué te gustaría recibir en tu cumpleaños?

 

JungKook no lo había pensado, tampoco pensaba que iba a recibir uno.

 

“Mm… He visto que no has quitado mirada de mis libros.” Eso era cierto, tampoco había mucho que ver en la habitación. Y observar a TaeHyung llego a ser incómodo para el sistema biológico de JungKook.

 

“Qué dices. Desde que cumplas 13 años podrás leer y echarle un vistazo a cualquiera de estos libros” JungKook rogo a que los libros estén en su idioma. “Sabes leer ¿cierto?”

 

JungKook trato no mirarse como un idiota enojado y solo asintió.

 

El día de su cumpleaños hubo una pequeña cena, en la cual JungKook no recuerda mucho. Fue como los años anteriores y TaeHyung no le dejaba hablar con otros por mucho tiempo. Luego la celebración fue interrumpida en la mitad porque TaeHyung quería dormir.

 

La cálida mano de TaeHyung llevo a JungKook en medio de la noche hacia la biblioteca. TaeHyung ya había tomado su mano anteriormente, pero hoy era diferente. TaeHyung se hallaba rozando la palma de JungKook con sus yemas.  Al menor no le molestaban el gesto.

 

La biblioteca se encontraba y sentía más encantadora de noche.

 

“Ahora, Jung Kookie es hora de tu regalo” TaeHyung giro hacia JungKook y esbozo su característica rectangular sonrisa. JungKook guarda cada imagen en la retina de su cerebro.

 

JungKook circulaba alrededor de la biblioteca buscando algún libro que le llamara la atención; con TaeHyung detrás, que ocultaba las manos en su espalda y seguía con la mirada al menor. Termino por elegir una novela por impulso-debido a que estaba muy nervioso como para continuar- llamado “El coleccionista” de un tal John Fowles. El titulo le parece vacío y la portada muy sobria; comparada con otros libros. Pero es mejor que nada.

 

 “Oh, un buen libro” TaeHyung se acomodó en sillón, apoyando el codo en el espaldar y su mejilla en su puño. “Ven, siéntate”

 

JungKook tomo asiento a una distancia decente de TaeHyung. Subió los pies al sillón y giro hacia TaeHyung.  Desplego la tapa del libro e intento sumergirse en las páginas.

 

TaeHyung, no apartaba la vista de Jeon JungKook. Sus grandes ojos registraban cada mínimo gesto de él. Seguía con la mirada cada acción del menor, mientras relamía sus labios cada 3 a 5 segundos. Su revisión no duro ni 5 minutos hasta que la respiración de JungKook se agito.

 

El libro trataba-por lo que puedo leer-sobre un reprimido contable coleccionista de mariposas que se enamora de una prometedora estudiante de arte.

 

“Hyung…” Desde el momento que se hace millonario con una quiniela se obsesiona con la idea de secuestrarla.

 

“¿Qué sucede Kookie?” Pero esa idea es aparentemente una ilusión, como toda la vida de Frederick.

 

“No… no puedo concentrarme” Éste es incapaz de relacionarse socialmente con normalidad o incluso de intentar acercarse y enamorar a la estudiante de arte. “Tú… Disculpe usted”

 

“Yo…qué” Sin embargo, sí es capaz de imaginarse que él rapta a la chica, y soñar que ella terminará enamorada de él.

 

“Es incómodo” En algún momento, cruza la frontera que existe desde la ilusión a la realidad, y planea el crimen, eligiendo con esmero cada uno de sus instrumentos de caza con los que raptará a Miranda.

 

“Especifícate ¿Qué es incómodo?” TaeHyung se removió en el sillón y se enderezo.

 

“Esto… Nosotros” JungKook murmuro, escondiéndose detrás del libro abierto. TaeHyung se aproximó al menor para poder escucharlo.

 

TaeHyung soltó un bufido “No lo es, Jung Kookie. No conoces la incomodidad”

 

La respiración irregular de JungKook se trasformó en cortos jadeos, hasta ser extraños sonidos para JungKook, pero música a los oídos de TaeHyung. Llevo sus piernas más a su pecho, protegiéndose de lo que sea que este imaginando. “Si lo es para mí, Hyung… No…”

 

TaeHyung se arrimó hacia JungKook. Este se alejaba de apoco hasta chocar con los brazos del sillón. El mayor quedo de horcajadas sobre él.  JungKook se escondía debajo del libro, ocultando sus rojas mejillas y sus relamidos labios. TaeHyung tomo la tapa del libro entre sus dedos y bajo el libro de un tirón “¿Mm? No qué” TaeHyung apoyo sus palmas en  los brazos del mueble. A solo segundos de sus rostros.

 

“N-no te acerques…” balbuceo el menor antes de ser atrapado por los suaves labios de TaeHyung. Los labios del mayor se aferraron a los del menor, rozándolos con ansias. En un segundo, la boca del menor fue abierta, dándole pasó TaeHyung para explorar su interior recorriendo sus encías, las paredes de su boca. El menor gimió ante tal sensación, se apartó un segundo  para lograr respirar.

 

Del visible orificio de su boca se mostraba un hilito saliva que unía sus labios, sus bocas. TaeHyung volvió a juntar el hilito de saliva, beso nuevamente a JungKook. Tiro hacia un lado el sobrante libro. Sostuvo las mejillas del menor entre sus manos. JungKook apretaba nervioso entre sus dedos el sillón. Sus piernas estaban inquietas y no dejaban de removerse. Todo le era retorcido, incompresible, ilusorio, complejo. TaeHyung lo confundía.

 

Los labios hambrientos de TaeHyung  llevaron a JungKook a nuevas sensaciones. Lo estremecía. La lengua de TaeHyung que podía llegar hasta lo más profundo de su boca. JungKook no podía evitar gemir cada vez más seguido.  Y continúo por varios segundos o minutos, hasta que la propia respiración del menor le pertenecía.

 

Esa noche la voz misteriosa no apareció.

 

(“Carece de remordimientos. Como ya hemos dicho, el sociópata

 

nunca acepta la culpa de sus actos, errores o faltas. Su respuesta habitual es culpar a otro y ponerse en el papel de víctima. Si casualmente acepta la responsabilidad, lo hará por interés propio, de cara a la galería, pero no lo siente en realidad.”

 

Le costaba asimilar todo. El peso de la realidad lo estaba torturando)

Notas finales:

Parte 2 terminada! Mañana subire la siguiente.

Esperare sus mensajes para saber si es de su agrado o algo para mejorar o nose ;;

Gracias por leer <3


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