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In Heaven. (ChanBaek) por Aeeriz

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Notas del fanfic:

Historia creada para alguien especial, la hago pública para cumplir su capricho. 
Espero que les guste.

 

6 de Abril del 2009

 

 


—No sabes cómo puede terminar las cosas, Baekkie. Quizás sea lo mejor, quizás no, quién sabe.

 

Había escuchado a su mejor amigo susurrarle mientras se dictaba la clase de ese día lunes en la mañana.

 

Todos estaban desganados tras empezar la semana, algunos de sus compañeros estaban durmiendo sin temerles al regaño, otros hacían las tareas pendientes que se habían olvidado el fin de semana, sí; como cualquier adolescente, todo a última hora. El único que al parecer estaba feliz en ese salón era el profesor, que tras incluso saber que tenía a sus alumnos aburridos, él seguía dando su clase en un intento de explicar el cómo encontrar la jodida 'x'.

 

BaekHyun jugueteó con su lápiz mientras pensaba en las palabras de JongIn, intentando calmar su corazón que justo en ese momento, como siempre cuando pensaba en cierto pelinegro de sonrisa gatuna, latía sin control.

 

En su bolsillo seguía esa pequeña notita escrita de manera rápida de su amigo y que de la cual aún no está seguro de responder. No pueden culparlo, el pequeño está nervioso, quién no lo estaría tras recibir una pequeña nota con un corto mensaje de la persona que amas en secreto. Esas letritas, que tras leerlas, le sigue poniendo nervioso.

 

"Te espero en el patio trasero de la escuela al receso, tengo algo que decirte y es importante. Te espero, Baekkie."

 

El pequeño castaño soltó un largo suspiro, dando ligeras palmaditas en sus mejillas en un intento de calmarse, causando que su moreno amigo a su lado se riera.

 

—Baek, no pierdes nada con ir. —Le murmuró nuevamente con una sonrisa, dándole un empujón para que se animara.

 

—Sí, creo que tienes razón.

 

Terminó por susurrar con los nervios a flor de piel.

 

 

                                                                             ***

 

                                   24 de febrero del 2016

 

 

Eran las 09:35 a.m. cuando su alarma sonó, causando que se removiera por toda la cama tanteando a su lado de manera inconsciente, robándole un suspiro al encontrarla vacía y completamente fría. El castaño terminó por destaparse, quedándose mirando al techo como si fuera aquel que le diera las respuestas de su '¿por qué?' a todo.

 

Cerró los ojos por unos momentos, intentando el imaginar aquel cálido cuerpo a su lado, imaginar una caricia, una risita junto con un beso y un Buenos días, mi amor que a sido parte de sus días desde hace años, aunque claro, hace dos meses que aquello no ocurre.

 

Dejó que una silenciosa lágrima rodara por su mejilla, soltando un sollozo lastimero, la vida está siendo muy injusto con él, y joder, como duele aquellos golpes.

 

Sintió luego una pequeña brisa acariciar su rostro, y fue ahí donde se levantó, estirando su cuerpo para limpiar cada rastro de lágrimas, sabía que a él no le gustaría verlo así...

 

Si es que llega a abrir los ojos.

 

Se ació de manera apresurada, una ducha mientras que cepillaba sus dientes para ahorrar tiempo, alistándose a los pocos minutos tras salir de la ducha. Se apuró en comer algo antes de partir, tomar sus llaves, billetera y móvil para irse, pasando por un pequeño cuadrito en el pasillo, mirándolo por unos momentos.

 

—Te veo en un rato, Dae. —Susurró con una pequeña sonrisa, tragando duro para quitarse aquel nudo en su garganta que se instaló sin su permiso.

 

Salió de casa con un suspiro y se dirigió al hospital central en donde se juntaría con sus amigos...

 

Otro día visitando a JongDae.


                                                                         ***

                                         16 de abril del 2009

 


BaekHyun había llegado al jardín trasero de la escuela como le indicaba la notita, estaba jodidamente nervioso por lo que jugar con sus dedos lo mantenía, al menos, un poquito más tranquilo.

 

Sintió unos pasos apresurados tras de él, y al instante giró, notando a su amigo correr hacia donde estaba con una amplia sonrisa. Sonrisa que le causaba un zoológico en su estómago.

 

—Creí que no vendrías. —Le había dicho al llegar a su lado, mirándolo de manera brillante.

 

Como amaba esa mirada.

 

—Tengo curiosidad de lo que tenías que decirme. —Respondió BaekHyun, mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

 

—Bueno, es algo de suma importancia, porque se tratará de alguien que, si acepta, la mantendré a mi lado para siempre.

 

Un sonrojo, mirada más brillante. ¿Era momento de desmallarse? BaekHyun estaba a nada de sufrirlo.

 

—¿Y...? —Alargó la letra, casi tentado en darse contra el suelo.

 

JongDae rió.

 

—Estoy enamorado... de ti, Baekkie.

 

¿Ya es momento? BaekHyun no está sintiendo el suelo.

 

Una sonrisa se le fue dibujando en el rostro de manera lenta, sintiendo su corazón latir con felicidad contra su pecho. Su mirada brillante era respuesta suficiente junto a esas risitas cantarinas mientras se lanzaba a los brazos de su amigo completamente emocionado, teniendo sus lágrimas amontonadas en sus ojos por aquellas palabras que deseó, soñó e incluso imaginó que el otro le dijera en algún futuro no tan lejano, y que se las dijera ahora, le hacía jodidamente feliz. Sólo pudo chillar por lo bajo sin soltar el cuerpo impropio, temblando ligeramente al sentir los brazos de JongDae rodearle con firmeza, apegándolo contra él.

 

Era incluso mejor del como se lo había imaginado.

 

JongDae fue el que actuó luego de unos momentos.

 

Con delicadeza fue apartando el pequeño cuerpo de BaekHyun hasta lograr acunar su rostro entre sus manos, retirando cualquier rastro de aquellas lágrimas que se atrevían en decorar sus mejillas, mejillas que no tardaron en pintarse de un precioso carmín por esas caricias que le otorgaba el pelinegro, logrando captar la mirada del más bajito, sonriéndole tal cual estúpido enamorado, porque sí, llevaba tiempo sintiendo cosas por su amigo pero el típico temor de ser rechazado por él lo mantenían alejados de aquella posibilidad de decirle lo que sentía, si no fuera por sus amigos que le dieron la confianza suficiente, jamás hubiera podido dar aquel gran paso.

 

Y le daba las gracias a todos los Dioses que al menos el pequeño castaño le aceptara de esa manera.

 

Con cuidado se fue acercando al rostro de BaekHyun, dejando un suave beso en su frente, notando de soslayo el como iba cerrando los ojos ante el contacto, por lo que fue dejando un pequeño caminito de besos por el puente de su nariz, dejando uno tronado en la punta de la misma tras llegar, uniendo sus frentes luego demasiado contento. Se sentía completo, ambos se sentían así.

 

—Prometo hacerte feliz. No me apartaré de tu lado jamás, me tendrás para ti cada día.

 

Le susurró JongDae con una sonrisa, acercándose de a poco a sus labios, recibiendo en respuesta un precioso brillo en los ojos de BaekHyun.

 

El castaño nuevamente se aferró a él, deslizando sus manos hasta los hombros ajenos para reír antes de besar con ternura los labios de JongDae, dejando pequeños piquitos allí sin detenerse por unos segundos, causando que el pelinegro riera, sintiendo el agarre en su cintura.

 

BaekHyun lo miró, manteniéndose cerca de él.

 

—Es una promesa.

 

—Una promesa. —Asintió el otro, regalándole otro beso.— Hasta que me digas basta.

 

Sin duda, aquel día jamás lo olvidaría.

                                  

                                                                        ***

 

24 de febrero del 2016.

 

 

BaekHyun iba en el transporte sentado en un rincón, recordando aquel día cuando JongDae se le declaró, ese mismo día se hicieron novios y desde entonces han estado juntos.

 

Sonrisas siempre fueron tras estar a su lado, nunca le faltó nada gracias a él. Cada día el pelinegro le susurraba al oído lo mucho que le amaba, los besos eran dulces, las miradas cargadas de cariño.

 

Se veía con JongDae por el resto de sus días. ¿Por qué el destino no quería que fuera así? El amor que ambos se tenían era puro, todos a su alrededor se los mencionaban, sus padres incluso al enterarse de su relación habían discutido, pero luego de ver al mismo JongDae al día siguiente parado tras la puerta totalmente serio diciéndole a sus progenitores que estaba enamorado de BaekHyun y que prometía cuidarlo, fue en ese entonces que lo aceptaron.

 

El caracter que el pelinegro tenía para cuidarle siempre había llamado la atención del resto.

 

BaekHyun se sentía tan protegido estando a su lado, estando en sus brazos. Ahora estaba completamente desprotegido.

 

Se bajó del bus al llegar a su parada, cruzando la calle para poder llegar al hispotal, saludando en la entrada al guardia de todos los días y a las enfermeras por los pasillos hasta llegar al que le pertenecía a JongDae. Tanto días en ese lugar le dio la oportunidad de conocer a la gente de allí.

 

Al doblar por el pasillo totalmente blanco logró ver a sus amigos y a la familia Kim fuera de la puerta de la habitación de su novio. No pudo evitar el que sus pasos se fueran acelerando con un dolor punzante en su pecho que le gritaba alerta en todos sentidos.

 

JongIn tras verlo llegar de inmediato se puso de pie, llamando la atención del resto.

 

Todos estaban con los ojos hinchados.

 

No, por favor...

 

—Baek... —Susurró su moreno amigo, posanso su mano en su hombro. BaekHyun trago duro.

 

—¿Qué ocurre?

 

Susurró casi de manera inaudible con las lágrimas ya amontonadas en sus ojos, mirando a JongIn en espera de una respuesta. Pero fue la madre de JongDae, HwaYoung, quién se acercó a darle una respuesta.

 

—¿Por qué no entras a ver a Dae, cariño? En un momento te sigo. —Le dice con voz suave pero tensa.

 

BaekHyun tras querer apartarse de aquello, sólo asiente para luego dirigirse a la puerta y entrar al cuarto. Todo seguía igual, la habitación completamente blanca, la ventana abierta con las cortinas siendo mecidas perezosamente por el aire que ingresa al lugar. La mesita a un lado de la camilla con un florerito de flores que BaekHyun se encargaba de cambiar cuando éstas marchitaban.

 

Y él.

 

JongDae se encontraba recostado y durmiendo tan calmadamente, no teniendo idea de lo que ocurría a su alrededor. Tenía los cables en sus brazos, la maquinita a un lado suyo que indicaban el pulso de su corazón, todo estaba normal.

 

Con cuidado se acercó a él, tomando su mano fría entre la suya, acariciando la misma con tanta ternura mientras que con su otra mano le acariciaba el cabello. Tuvo que morder su labio inferior para intentar controlar el peso en su hombros y no caer a llorar nuevamente.

 

—Bebé, buenos días. —Susurró, sonriendo apenas un poco.— Fue otra noche fría, ¿sabes? Es extraño no dormir contigo, no tengo a qué aferrarme a lo pulpo ahora.

 

Intentó reír, pero fue un sollozo lo que le salió.

 

—Vas a volver, ¿verdad? Me prometiste ir a la playa, tenemos tantas cosas que hacer. No me dejes solo, Jonggie. Abre esos ojitos gatunos, mi amor... regalame una sonrisa... por favor.

 

No se había dado cuenta de la presencia de la señora Kim hasta que sintió un peso suave en su hombro. Rápidamente limpió aquellas lágrimas que no logró contener, girando un poco su rostro para poder verla. Ella sonreía con cariño.

 

—Siempre fuiste los ojos de mi hijo. Desde que te conoció en el jardín de niños quese quedó encantado contigo.

 

BaekHyun escuchó, sintiendo su labio inferior temblar. Desvió su mirada hasta el rostro de JongDae, tan tranquilo.

 

—Me sorprendí como emocioné cuando llegó esa tarde diciendo con orgullo que ya eras su pareja. —Una risita se escuchó por parte de HwaYoung, una que guardaba recuerdos hermosos.— Esa manera de protegerte de todo. Esos brillos que habían en sus miradas, nunca olvidaré cada escena de cariño que mostraron. Es... hermoso saber que al menos mi pequeño conoció el amor.

 

Aquello lo susurró. BaekHyun al instante la miró, negándose a llorar, negándose en aceptar esas palabras.

 

—Va a despertar. —Musitó dañado. La respuesta negativa por parte de la señora Kim terminó por romperlo.

 

—Ya no lo hará, cielo. Estará así siempre.

 

BaekHyun jadeó, manteniendo entre su mano la ajena, sintiéndola cada vez más fría.

 

—Baek... quiero que mi hijo descanse en paz.

 

No aguantó más. Sabía el significado de aquellas palabras.

 

Y lloró.

 

Lloró como hace noches no lloraba. Terminó arrodillado a un lado de la camilla, hundiendo su rostro en el pecho de JongDae, negando contra él.

 

No, no, no. No me hagas esto...

 

Sintió las manos de HwaYoung en sus hombros, escuchando sus zollosos por sobre los propios.

 

—Despierta... —Lloró, murmurando de manera cortada por causa de sus sollozos.— Siempre juntos, ¿lo olvidaste? Hasta que dijera basta. ¡No lo he dicho, JongDae!

 

—Cariño... —Sintió suaves caricias en su cabello, negándose soltar el cuerpo de su novio.

 

—Por favor, no me dejes, no lo hagas...

 

—Baekkie...

 

—¡No! —Medio gritó de manera dolorosa, teniendo dificultad incluso al respirar ante el dolor en su pecho. Su corazón se estaba destrozando, cayendo sin compasión alguna, entrando a una oscuridad que antes no había visto.

 

—¡JongDeok!

 

Fue lo que escuchó luego por parte de la madre de JongDae, sintiendo otras manos tomarlos por los hombros a los pocos segundos.

 

—Baek, por favor, cálmate. —Pidió JongDeok, el hijo mayor de la familia Kim, logrando que aflojara su agarre en el cuerpo del pelinegro aún dormido.

 

Estaba temblando, las lágrimas no paraban y le dolía absolutamente todo. Se sentía perdido, de la nada se sintió sin rumbo, quedando parado sin saber dónde ir, perdiendo la luz la cual lo mantenía por el camino correcto. Soltó todo el dolor, llorando como si fuera la primera vez, aferrandose al cuerpo de su cuñado. Sabía que JongDeok también estaba llorando, sabía que todos fuera de la habitación estaban igual, pero le era imposible no soportar el dolor de perderlo.

 

Logró mirar entre los brazos de su amigo el como la señora Kim acariciaba el rostro de su hijo menor, dejando que las lágrimas rodaran sin secarlas, escuchando un Te amo, hijo. antes de asentir al doctor, el cual acaba de notar. Y tras no querer ver, escondió su rostro en el pecho del mayor, siendo envuelto entre los brazos de aquel hermano igual de destrozado que él.

 

Y fue ahí cuando el pitido del corazón de JongDae dejó de sonar.

 

Fue en ese momento cuando desconectaron a JongDae, dejándolo descansar en paz tras estar en coma hace dos meses.

 

Fue en ese momento en que BaekHyun se sintió morir con él.

 

JongDae se fue, y con él las sonrisas, la felicidad, el brillito en sus ojos, absolutamente todo de BaekHyun.

 

Fue demasiado dolor por ese día, soportando todo por dos meses completos, por lo que no se dio cuenta cuando terminó en brazos de JongDeok completamente inconsciente. 

 

 

 

Notas finales:

Bieeeen, no sé cómo se lo tomarán, espero que bien. ¿? 

La historia no es tan larga, pero como dije, la hago pública para cumplir un capricho. Espero que le den una oportunidad. Las cosas, según yo, vienen buenas, ah. 

 

Eso. Gracias por leer. 


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