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El Claro / Escéptico por Aiko_Huang

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A la edad de más o menos 17 años, LuHan pertenecía a un grupo, no tan decente, que se hacía llamar Moons Out. Eran en total dieciséis integrantes pero solo ocho se juntamos a diario para ir a molestar o solo pasar el rato.

El grupo estaba dividido así;

 

1). CL - la líder.

2). Tao - segundo al mando.

3). MinZy - consejera y mano derecha de CL.

4). Dara - tesorera.

5). Baek - la mano derecha de Tao.

6). Kai - guardaespaldas.

Y por último XiuMin y LuHan - que en esos casos eran algo así como el relleno.

 

XiuMin era el mejor y único amigo de LuHan desde que eran pequeños; hasta que un día los obligaron a recibir un curso extra de inglés, donde conocieron a Tao y CL que también asistían al curso y estos les dijeron que eran hermanos. Ellos les presentaron a Dara, prima de CL, y a MinZy y Kai. El último en unirse fue Baek, el hermano menor de Dara, que se llevaba pésimo con Tao pero, después de un tiempo y varios moretones en el cuerpo de Baek, empezaron a llevarse bien hasta el punto de parecer hermanos.

 

LuHan se llevaba bien con todos, pero nunca fue muy apegado a ellos, ya que lo importante para la líder era la lealtad, no el cariño, comprensión o todas esas mierdas cursis de las que LuHan huía.

 

 

 

*

 

Un día cualquiera cuando regresaba de la escuela, Lu recibió un mensaje al celular: MinZy decía que se verían a la una y media de la tarde en el parque de siempre.

 

Después de quitarse el uniforme y pasar primero a traer a XiuMin para irse juntos, porque obviamente a él también le habían mandado el mensaje. Llegó al parque y CL se encontraba sentada en la cima del resbaladero y a su lado derecho estaba Tao, como siempre, al izquierdo MinZy y los demás estaban abajo, sentados en los pequeños bloques de cemento alrededor del resbaladero.

 

- ¡Hoy es martes, putos! - gritó CL. Elevando las manos.

 

- ¿Y qué tiene de interesante? - preguntó Baek. Metiéndose un bombón a la boca. CL rodó los ojos y observó a Tao.

 

- ¡Que cualquier motivo es bueno para hacer fiesta! - dijo Tao obviandolo.

 

- ¿Haremos fiesta? - preguntó Dara con tono angustiado mientras Baek se colgaba de su brazo asintiendo emocionado.

 

- Claro que no, pendejos. - hablo MinZy.

 

- Iremos a: “Aguas Calientes” - les informo CL tirándose del resbaladero, tomó a Tao por la muñeca y antes de salir de parque gritó - A las dos y media los quiero en mi casa.

 

Eso significaba que ninguno iría al curso. Porque si, todos asistían al mismo curso de inglés pero en diferentes horarios.

 

Aguas calientes es un parque acuático donde toda el agua es caliente, valga la redundancia, cuenta con dos piscinas, un sauna, area de parrillas y restaurantes, un pequeño zoológico, canchas de arena, juegos mecánicos para niños y juegos normales como; resbaladeros y columpios, algunos más para adultos como billar y pinpon, además de todas las areas verdes que cubren el lugar y cientos de metros de caminos empedrados que convierten al parque en un laberinto. Laberinto que es el lugar favorito de Tao y CL.

 

LuHan regreso a su casa y tomó una mochila pequeña donde metió un pantalón corto de color azul, una playera sin mangas en blanco y el libro de inglés para que su mamá no sospechara que no iría al curso. Salió de casa y XiuMin estaba esperándolo afuera.

 

- Yo no creo que sean hermanos - dijo Min derrepente.

 

- ¿Quiénes? - preguntó Lu.

 

- CL y Tao - le contestó irritado - Ella siempre anda de posesiva con Tao.

 

- Es porque es su hermano menor. - contestó LuHan sin ganas.

 

- No es por eso. Solo piénsalo - siguió insistiendole XiuMin - CL y Tao tienen la misma edad y sus cumpleaños están separados por un mes. Es imposible que sean hermanos.

 

Para LuHan todo lo que decía Xiu era más que evidente, pero que más daba si no eran hermanos, eso no le afectaba en nada a él. ¿Verdad?

 

 

 

*

 

Llegaron al parque acuático más o menos a las tres, ChaeSung, hermana mayor de los “hermanos” Huang los había llevado. Después de pagar la entrada se dirigieron a las canchas de arena pero estaban ocupadas.

 

- ¡Vuelen a la mierda! - gritó CL.

 

- CL, podemos ir a otro lado - le dijo Tao.

 

- Si, prima hermosa... - siguió Baek - ¡Podrías dejar de armar bardo cada que salimos!

 

Tao y Baek eran los únicos que podían gritarle o regañar a CL y salir ilesos. Nadie más había echo eso, pero si alguna vez intentarán hacerlo lo más seguro era que terminarían con un ojo morado.

 

Caminaron hasta el otro extremo del parque, allí había un kiosco con un bar en medio, una jaula honda circular donde estaban dos nutrias, un amplio espacio de pasto con algunas palmeras y al otro lado de la cerca metálica que rodeaba el lugar había un pequeño río. Al ser día entre semana y algo tarde, el parque estaba casi vacío, además que donde estaban de por sí se mantenía desierto.

 

Rápidamente CL y MinZy pusieron música, Tao, Baek y Dara fueron a ver el río y Kai, Min y LuHan fueron a comprar algo para comer.

Regresaron después de un rato con gaseosas, palomitas y nachos.

 

Después de comer y molestar un rato, se pusieron a jugar fútbol. LuHan se quedó sentado cerca del kiosco pensando en; lo lindo que era Tao y lo malditamente afortunado que era Baek al poder estar todo el tiempo cerca de él. Porque para LuHan era obvio que a Baek le gustaba Tao y que a Tao le gustaba CL y viceversa, pero ellos decían que eran hermanos quien sabe porque y todo era un solo embrollo del que, el escéptico ciervo, no quería forma parte. Además LuHan no creía en el amor ni de cerca y Tao era más frío que el hielo, así que toda oportunidad para estar en una relación con él era nula, sin mencionar que creía que Tao nunca se fijaría en el porque era hombre y no uno tan bonito como el puto de Baek.

 

- ¿Aburrido? - la repentina voz de Tao a su lado lo trajo a la realidad. El castaño ciervo intentó no sobresaltarse al ver al panda tan cerca de él.

 

- Si, un poco - logró contestar con fingido desinterés, después de auto calmarse para no tartamudear.

 

Tao le sonrió y volteó a ver hacia donde jugaban los otros. La mente de LuHan solo podía pensar en que el chico a su lado era tan lindo, sus ojos, su respingada nariz, sus pómulos, cabello, incluso sus ojeras pero, lo más lindo era su sonrisa... esa que momentos antes había dedicado solo a él.

 

- Quiero ir a explorar un poco. - dijo Tao llamando su atención - ¿Me acompañas?

 

- Claro - contestó LuHan poniéndose de pie. Estiro su mano para ayudar a Tao a pararse y el la acepto gustoso.

 

Subieron por las primeras escaleras que se encontraron y cruzaron por uno de los caminos empedrados a la izquierda, caminaban en silencio observando solamente el paisaje lleno de plantas por todos lados.

 

- ¡Mira! - gritó Tao derrepente - Un pavorreal blanco.

 

Sonreía como un niño pequeño mientras señalaba al ave de color blanco, acto que a LuHan se le hizo adorable.

 

- ¡Hay que seguirlo! - siguió Tao y luego camino tras el ave - Quiero una de sus plumas.

 

Y allí se acabo el adorable Tao para LuHan, y se convirtió en un niño travieso, pero igual de lindo.

Siguieron al pavo entre varios de los caminos sin ver bien el rumbo que llevaban, llegaron a un punto en el que habían dos caminos; el de la derecha subía en una larga escalera de piedra donde no se veía lo que había en la cima pero se escuchaba que caía agua como en una cascada, y el de la izquierda, por donde se había ido el pavo blanco, que bajaba en una curva y se perdía de la vista.

Por la terquedad de Tao en conseguir su pluma bajaron siguiendo al pavo y lo hallaron parado en medio del camino como si estuviera esperando por ellos, ambos jóvenes se quedaron observándolo por unos segundos hasta que el pavorreal hizo un ruido raro y empezó a avanzar hacia ellos. Corrieron de regreso pero la pequeña ave era rápida así que LuHan se subió a la baranda de roca y llamo a Tao.

 

- ¡Por aquí! - le gritó LuHan estando ya arriba de la baranda, Tao dudo por un momento pero término por aceptar. El ave estaba por subir también cuando se lanzaron al otro lado y le perdieron de vista.

 

Cayeron con un golpe sordo sobre la tierra húmeda y caliente, revisaron que ambos estuvieran bien y subieron su vista hasta el principio de la baranda para comprobar que el ave se hubiera ido, dándose cuenta que la baranda de un metro de alto ahora media más de cinco.

 

- ¿¡Pero qué broma es esta!? - preguntó LuHan en un grito.

 

- Tranquilo, que tal vez con la conmoción no hemos sentido la caía - intento razonar Tao.

 

- ¡Nos hemos pasado al otro lado de la baranda que media un metro! - gritó LuHan de nuevo.

 

- Pero es obvio que esto mide más de un metro - señaló Tao la pared de piedra.

 

- ¡Pero si yo vi la tierra al otro lado, y te digo que media solamente un metro! - siguió diciendo LuHan - ¡Te lo juro!

 

- Pues entonces la pared a crecido de algún modo - contestó Tao con sarcasmo - Eso, o nos encogimos.

 

LuHan hizo un puchero ante las palabras de Tao, el estaba seguro de haber visto solo un metro de distancia entre el principio de la baranda y el piso, pero ahora se encontraban ante una enorme pared de piedra y un frondoso montón de maleza ridículamente alta.

 

- Pues hay que buscar una salida, no nos queda de otra - dijo Tao empezando a caminar entre la maleza.

 

Caminaron unos diez minutos sintiéndose nerviosos y acongojados por el extraño ambiente que había en el lugar. Después de unos minutos más llegaron a un pequeño claro que tenía la forma de un círculo perfecto, desde allí el cielo era de un celeste puro y el pasto tenía un ligero toque de amarillo, un lugar que seria sin duda hermoso de no ser por el silencio abrumador que había.

 

- Tao - hablo LuHan - Esto me causa un mal presentimiento.

 

- Tranquilo. - respondió el panda - No va a pasarnos nada.

 

Se adentraron en el claro parándose justo en el centro y observaron los alrededores, no se veía nada más que paredes altas de platas y flores rojas. El cielo totalmente despejado y ni rastros de sol.

 

- ¿Y ahora que hacemos? - preguntó LuHan sentándose en el pasto. - No sé ve nada.

 

- Hay que llamar a CL - sugirió Tao, una de las reglas del grupo era que siempre tenían que llevar consigo un celular - No tengo señal.

 

- Yo tampoco. - LuHan puso su celular de nuevo en su bolsillo y observó el cielo mientras se mordía el labio inferior y pensaba en su suerte.

No es que creyera en eso, pero le era inevitable preguntarse si lo que le estaba pasando era buena o mala suerte. - ¿Y si regresamos e intentamos escalar la pared?

 

- Hay que intentarlo - respondió Tao después de pensarlo un poco - Ahora... ¿Por dónde venimos?

 

Voltearon a ver a su alrededor dándose cuenta que no sabían por donde habían llegado, la pared del círculo perfecto era exactamente igual se viera por donde se viera.

 

- ¡Perfecto! ¿Y ahora qué? - preguntó Tao. Reposando su cabeza en el abdomen de LuHan que seguía tirado en el pasto.

 

- A-ah... no se - no pudo evitar titubear al tener a su inalcanzable panda en aquélla posición. Jugo con sus manos un poco al no saber donde ponerlas; queriendo y debatiendo si acariciar el cabello azabache de Tao o simplemente dejarlas a los lados.

 

Optó por acariciar su propio cabello, no teniendo el suficiente valor de tocar el contrario. Respiro hondamente unas cuantas veces pensando esta vez en si debería hablar o no, sabía que su acompañante era de pocas palabras y que en contadas ocasiones el iniciaba la plática. Pero LuHan simplemente se había quedado en blanco y no sabia que decir.

 

- Allí hay un árbol.

 

- ¿Qué? - preguntó LuHan un tanto atascado.

 

- Que allí hay un árbol, podríamos subir y ver si encontramos la pared por donde bajamos o alguna otra salida - Tao se levanto del pasto y camino hacia dicha planta.

 

Era un árbol en forma de hongo, no más alto que la maleza pero si lo suficiente para ver sobre ella. LuHan podía jurar que ese árbol no estaba allí antes, el lo hubiera visto, pero no era momento para discutir con su vista o memoria, lo importante era salir de ese extraño lugar.

 

- Ayúdame a subir - le dijo Tao, LuHan junto sus manos para que el panda pudiera poner su pie y alcanzar una de las ramas.

 

Desde la copa del árbol Tao veía la espesa maleza que se extendía hasta mezclarse con el celeste del cielo, parecía que el claro estaba en medio de una pendiente, al ver tras él el cielo sin sol y la infinita maleza desaparecían en un negro profundo.

 

- Creo que no hay salida - murmuró Tao un poco más pálido que antes.

 

- ¿Cómo que no hay salida? - preguntó LuHan escalando el árbol. - Si seguimos un poco más abajo llegaremos con los demás.

 

- ¿Qué? - LuHan se bajo del árbol ante la mirada confusa de Tao.

 

- Hacia bajo - señaló tras el árbol.

 

- Pero allí no hay nada - le aseguro Tao.

 

- ¿No hay nada? - murmuró LuHan - Pero si desde arriba se ve donde están los chicos jugando... - dijo susurrando la última palabra.

 

- No es cierto - Tao volvió a subir al árbol y volteando de nuevo hacia abajo vio el negro profundo de antes. - Allí no hay nada.

 

- Claro que si, yo lo vi. - insisto LuHan.

 

- Pásame tu celular - Lu vio a Tao con expresión confundida - Tú celular tiene cámara, el mio no.

 

Cada que salían Tao llevaba el celular desechable que CL le había dado y había olvidado el suyo en su mochila, tras explicarle eso a LuHan este al fin se lo dio.

Tao le tomo una foto al negro profundo dejando que se viera parte de la maleza verde para que LuHan le creyera, abrió la foto comprobando que se viera bien y después bajo del árbol entregándole el celular a su dueño.

 

- Vez, allí no hay nada. - dijo Tao muy seguro de lo que veía.

 

LuHan observó la pantalla de su celular, frunció ligeramente sus cejas y se lo devolvió a Tao para que lo viera de nuevo. Tao lo tomó dudoso y al ver de nuevo la pantalla sus ojos casi de salen de sus cuencas.

En la foto se veían claramente sus amigos jugando no muy lejos de donde ellos estaban.

 

- ¡Te prometo que eso no estaba antes! - gritó Tao entrando en crisis - ¡Allá abajo no hay nada, no se ve nada!

 

- Pero la foto... - susurró LuHan.

 

- Si, pero... - Tao revolvió su cabello después de volver a ver la foto, frustrando porque no tenia sentido. El había revisado la foto antes de bajar y se veía aquel espacio vacío, no sus amigos jugando fútbol.

 

- ¿Estas bien? - preguntó LuHan sin saber que más hacer.

 

- ¡Claro, perfecto! - contestó Tao - ¡Ahora me estoy volviendo loco!

 

- Bueno... técnicamente, ya estabas loco. - divago LuHan jugando con sus manos.

 

- Cierto - afirmó el panda recobrando su postura - Ahora, ¿Qué hacemos?

 

LuHan pensó en que antes nunca se había dado cuenta en lo bipolar que era Tao, luego recordó que nunca había pasado tanto tiempo junto él como para darse cuenta de algo como eso.

 

- ¿Y si bajamos? - preguntó LuHan no muy consiente de lo que decía.

 

- Pero... - murmuró Tao - No estoy seguro de eso.- volteó a ver a otro lado y empezó a morderse una uña. LuHan lo había visto hacer eso antes pero nunca se percató de ningún patrón, ahora sabía que hacía eso cuando estaba nervioso.

 

- ¿Entonces qué hacemos? - le preguntó LuHan.

 

- Bien, bajemos. - contestó Tao, observó una vez más la fotografía y le devolvió su celular a LuHan. - Seguiremos tras el árbol en una línea recta, no te alejes mucho.

 

Después de decir eso camino hacia el árbol y se puso justo atrás de el, LuHan lo siguió y empezaron a caminar en línea recta. Pasaron varios minutos y parecía que no llegarían a ningún lugar, LuHan caminaba detrás de Tao y observaba embobado su cabello, cuello, espalda y un poco más abajo, así que no se fijo cuando Tao paro de caminar y se topo torpemente contra su espalda.

 

- ¡Lo siento! - exclamó LuHan, tapándose la cara con ambas manos para que Tao no viera su sonrojadas mejillas.

 

El panda volteó a ver a otro lado para que LuHan no se diera cuenta que se estaba riendo por lo adorable que se veía así y que sus mejillas también habían adquirido un ligero color rojo al darse cuenta de lo que había pensado.

 

- Qu-ee...  ¿Qué pasó? - LuHan no pudo evitar tartamudear al hablar y tampoco pudo ver a los ojos de Tao cuando este le contesto que el camino se les había acabado. - ¿Cómo eso?

 

Tao señaló con un dedo hacia delante y cuando LuHan se digno a subir la mirada, vio el enorme vacío que había frente a ellos, era una caída libre de al menos cincuenta metros que terminaba en kilómetros de oscuro y frondoso bosque. El joven con ojos de ciervo casi se desmaya cuando vio tal cosa. Talló una y otra vez sus ojos comprobando que no fuera un sueño y cuando estuvo seguro de lo que veía era real, volteó hacia Tao con un gesto de miedo plasmado en su rostro.

 

- ¡Nunca saldremos de aquí! - bocifero asustado, tomando la playera negra sin mangas de Tao entre sus manos.

 

- Tranquilo - le susurró Tao, paso sus manos tras la espalda de LuHan y lo pego a él transmitíendole una seguridad que ni el estaba seguro de tener.

 

El corazón de LuHan se paró una facción de segundo y su pulsó se volvió errático sin que lo pudiera evitar. Tao lo noto casi de inmediato pero lo ignoró porque ese abrazo se sentía realmente bien.

 

Quién sabe cuantos minutos más pasaron hasta que Tao decidió que ya era suficiente, separó a LuHan lentamente de él y se aclaró la garganta sintiéndose repentinamente raro por la muestra de afecto dada, porque no era como si antes hubiera sido afectuoso con alguien más que no fuera su hermana auto-nombrada, y hacerlo con alguien más era simplemente raro.

 

- Deberíamos regresar - dijo, sacando a LuHan de sus pensamientos, este solo asintió y empezó a caminar en la dirección que Tao lo hizo.

 

LuHan se sentía en las nubes, Tao acababa de abrazarlo sin motivo aparente, las únicas veces que había visto a Tao abrazar a alguien que no fuera CL o Baek eran en eventos específicos como los cumpleaños y como solo llevaban un año de haber formado el grupo... esos eran muy pocos abrazos.

 

LuHan seguía en su nube de azúcar, ocultaba una sonrisa mordiéndose el labio inferior y acariciaba sus brazos intentando que su piel erizada se quitara, tan concentrado estaba que no se dio cuenta de todas las veces en las que Tao volteaba a verlo, tampoco se dio cuenta que al principio lo hacía con cuidado y después empezó a hacerlo descaradamente.

 

La mente de Tao divagaba entre la coherencia e incoherencia, había pasado por sucesos extraños durante todo lo que recordaba de su vida pero nunca se había sentido tan desconectado de sus sentidos, era tan incoherente lo alocados que sonaban los latidos de su corazón o el sonrojo que tenía en sus mejillas; y aunque la situación en la que estaba definitivamente no era normal, era más coherente que todo lo demás. Decidió poner de lado a su traicionero organismo y concentrarse en buscar una salida, con un par de pasos más llegaron de nuevo al claro.

 

- ¿Caminamos en círculos? - preguntó Tao para si mismo.

 

- ¿Por qué? - LuHan se adentro en el claro y volteó a ver al panda que seguía parado en la orilla del círculo. Tao caminó hacia él y lo tomó por los hombros viéndolo fijamente a los ojos.

 

- ¿Recuerdas que te dije que iríamos en línea recta detrás del árbol? - LuHan asintió, sintiendo que se perdía en las profundas pupilas oscuras de su inalcanzable panda - Bueno, el árbol esta detrás de ti, y nosotros hemos venido por el camino tras de mí.

 

El de ojos de ciervo inclinó su cabeza para ver tras Tao y luego volteó a ver tras de sí y vio el árbol en forma de hongo justo a su espalda, sintió una corriente de aire frío rozar sus orejas e incluso alborotar un poco el cabello de Tao, trago duro al notar que era imposible que eso pasara cuando todo a su alrededor estaba tan quieto, ni una sola hoja de aquél árbol se había movido de su lugar, y entonces noto lo despistado que había sido; el cielo brillaba pero no había sol en el, no había frío ni calor, el aire no soplaba y todo estaba en un absoluto e inquietante silencio.

 

- Tao... - murmuró - ¿Dónde estamos?

 

El panda mantenía una cara seria mientras dentro de sí, todo parecía querer colapsar. No respondió a la pregunta de LuHan porque no sabia la respuesta.

 

LuHan camino hacia el árbol con Tao siguiendo sus pasos, puso su mano izquierda sobre el tronco e hizo presión en el, la madera crujio un poco antes de quebrarse y dejar ver su interior. El castaño saco su mano y una cosa pegajosa y transparente se estiró uniendo su mano con el árbol. Asqueado, sacudió su fina extremidad haciendo que un trozo de la madera cayera al piso junto con eso que parecía baba de algún animal. El de cabello azabache hundió con cuidado un poco más aquella madera que parecía más un material elástico de color blanco, dentro del árbol y repleto de baba pegajosa, habían quizás tres o cuatro estanterías con botes de vidrio llenos con la que parecían bolas de pelo naranja sumergidas en agua marrón.

 

El gritó de LuHan rompió el silencio eterno y sus manos, rodillas y labios empezaron a temblar cuando se paró asustado al otro lado del claro.

 

Tao caminó hacia LuHan, tomó su barbilla e hizo que fijará su vista en él, su plan inicial era hacer que se calmara pero, al ver su perfecto rostro repleto de miedo y sus bellas pupilas dilatadas por el mismo, fue como si removieran algo en su interior. No era cómo si Tao fuera un sin sentimientos pero aquellas sensación raras no fueron hechas para el. En el pasado había intentado abrir su corazón pero simplemente no había funcionado y terminó más de una vez con un inmenso dolor en su pecho. Dudas y malos recuerdos azotaron la mente de Tao pero, decidido a ignorar todo eso, plantó sus labios sobre los de LuHan en un firme beso.

 

Las emociones de LuHan se dispararon a diestra y siniestra, alborotando y acelerando sus latidos y respiración. Sus ojos abiertos de par en par seguían fijos en los otros, las pupilas oscuras de Tao se fueron perdiendo bajo sus párpados y cuando por fin ambos cerraron sus ojos; un mundo de colores y sensaciones vírgenes se abrió ante ellos. El viento soplo con fuerza, el sol calentó sus pieles y los animales y plantas celebraron aquel beso que removió emociones y borró incredulidades.

 

Unos labios gruesos se movían lentamente sobre otros un poco más finos, una rosada lengua se aventuró a ir un poco más allá y rozó con delicadeza temible los finos labios que temblaban un poco. Aquel temblor desapareció por completo cuando la rosada lengua del contrario hizo contacto con la suya, sus delicadas manos hicieron un rápido viaje al cabello azabache de aquel que lo besaba ahora con pasión y deseo, el de ojeras naturales atrapó entre sus fuertes brazos al de hermosos ojos de ciervo y lo estrujo contra su duro pecho. Sus lenguas se enredaban dentro y fuera de sus bocas en una danza peculiar y acompasada. Minutos pasaron o quizá retrocedieron, ellos jamás se dieron cuenta de ello, el oxígeno en sus pulmones parecía infinito y pensaron en gozar de aquel beso hasta que sus labios dolieran y su saliva se acabara.

 

Un sonido conocido viajo por sus oídos y dio contra sus cerebros en un duro golpe. Aquella maldita ave blanca cacareaba a la diestra del hongo disfrazado de árbol, estaba por encima de la maleza en una roca gris y verde húmedo.

 

- ¡¡El pavorreal!! - gritaron al mismo tiempo.

 

No hubo tiempo para nada más. Tao tomo la mano de LuHan y empezó a correr hacia el pavo blanco. El castaño le siguió fácilmente el ritmo al panda y volteó a ver hacia atrás, solo por curiosidad; las verdes hojas del árbol habían desaparecido dejando solo ramas café y secas que se expandieron y mezclaron hasta formar una masa grisácea. Sin creer que el árbol relleno con baba se había vuelto un hongo gigante frente a sus ojos volteó a ver al frente cuando Tao gritó su nombre.

 

- ¡¡LuHan!! - volvió a escuchar, sintió a Tao sujetarlo y luego empujarlo, seguido del piso empedrado chocar contra su cuerpo y el sonido del agua cayendo sonar cerca de él.

 

Se sentó en su lugar sintiéndose mareado y vio a Tao recostado más o menos a un metro de donde estaba el. Gateo hasta el panda y movió su hombro con cuidado, Tao abrió los ojos y se reincorporó repentinamente revisando a LuHan para ver si estaba bien, cuando estuvo seguro se revisó a sí mismo y hasta entonces se calmó.

 

Sin decir una palabra, se puso de pie y ayudó a LuHan a levantarse. Vieron el lugar donde estaban, encontrando a la derecha una cascada que baja por la pared y terminaba en una fuente algo grande, y a la izquierda unas escaleras empedradas. Bajaron las escaleras y llegaron a un cruce; el camino de la derecha bajaba en una curva y el de la izquierda seguía en una línea recta.

 

Gracias a la curiosidad que es natural en el hombre, bajaron por el camino curvo y encontraron al ave blanca posada en la baranda empedrada, el camino termina allí, justo donde estaba el pavorreal, era un mirador que daba justo a donde seguían sus amigos jugando fútbol, ajenos al ave que los veía desde la altura.

 

A pasos lentos retrocedieron y corrieron por el camino recto de regreso por donde habían llegado. Pasaron por la prisión de las nutrias, llegaron al kiosco y Tao se lanzó sobre CL mientras LuHan se tiraba al pasto.

 

- ¡Creímos que no volveríamos a verlos! - gritó LuHan.

 

- ¡Nos hemos asustado mucho! - siguió Tao.

 

- ¿De qué hablan? - preguntó CL confundida, abrazo a Tao y le sonrió extrañada.

 

- ¡¡Nos perdimos por horas!! - gritó LuHan de nuevo.

 

- ¿Se perdieron? - preguntó Baek - Serán pendejos.

 

- Si, ¿Cómo pudieron haberse perdido? - dijo MinZy. - Además ¿Por horas?

 

- Sólo se fueron por unos diez minutos. - CL se levanto del pasto e hizo que Tao se levantará también. - Quizá ya les afecto el sol.

 

Todos rieron por el chiste y siguieron con su juego, creyendo que LuHan y Tao les estaban gastando una broma.

Tao retomó su antiguo lugar en el pasto cerca del kiosco y LuHan le siguió segundos después. Ninguno se dijo nada y se dedicaron a ver a sus amigos jugar.

 

Un movimiento cerca del hogar de las nutrias llamo la atención de Tao y volteó a ver; en una de las esquinas el pavorreal los espiaba ocultando sus blancas plumas en la sombra.

 

- Hey... - susurró Tao, moviendo ligeramente el hombro de LuHan - Mira, el pavorreal nos está mirando.

 

- No sé de qué pavorreal hablas. - respondió LuHan, viendo hacia el lado contrario. Tao río ligeramente y observó hacía donde LuHan lo hacía; vieron juntos el cielo manchado con algunas nubes y el sol oculto tras ellas. Antes de irse del parque, escucharon a la naturaleza despedirse y sintieron el aire frío que alborotaba sus cabellos.

 

Dentro del auto, los puestos que ocupaban siempre cambiaron un poco; Baek, que siempre iba sentado en las piernas de Tao, tuvo que irse a regañadientes el la fila de atrás y LuHan, que ocupaba un puesto atrás, viajo gustoso en las piernas del que ahora era su alcanzable panda.

 

 

*

 

Semanas después, en una salida habitual de Moons Out a eso de la una de la madrugada. Tao estaba acostado en la hierba mojada, de un parque donde siempre iban a jugar fútbol, cuando un alegre castaño prácticamente se lanzó sobre el y lo besó en los labios.

 

- Creí que no vendría - dijo Tao cuando el castaño dejo de besarlo.

 

- ¿Por qué? - preguntó haciendo un puchero. El azabache tiro de su mejilla y hablo.

 

- Porque XiuMin no va a venir - río - Y tú, nunca sales sin él.

 

El castaño fingió morder el cuello de Tao haciéndolo reír.

 

- Pero... - dijo, levantando un dedo - Hoy es un día especial.

 

- Lo sé. - Tao beso dulcemente los labios rosa que estaban frente a él, en el momento preciso que una luz blanca alumbró en su dirección.

 

- ¡Feliz cumplemeses! - gritó CL abriendo una botella de vino. El resto de integrantes de su grupo aplaudió e hizo bullicio por la pareja, mientras Baek se debatía entre sí estar feliz o decepcionado.

 

Pasadas las tres de la madrugada, la mayoría se estaba yendo a sus casas. Cuando salían a esas horas la pareja se despedían a mitad de camino de sus casas, no había ningún problema con eso porque todos se iban en grupos. La ventaja de vivir cerca.

 

Antes de despedirse, Tao abrazo a LuHan y lo estrujo contra su pecho haciendo que Lu pasara sus manos sobre sus hombros, entrelazandos sus dedos tras la nuca de Tao.

 

- Nunca imagine que algún día iba a llegar a querer tanto a alguien - recitó Tao en el oído de LuHan.

 

- Ni yo - susurró LuHan. Temblando un poco y no precisamente por el frío de la madrugada. - ¡Te quiero tanto!

 

Sellando su amor con un beso, lo que LuHan creyó era una hoja cayó a sus pies. Se separó un poco de Tao y vio la luna brillar en el cielo, bajo su vista a sus pies y junto a su zapatilla derecha había una cosa blanca, larga y plana. Se agachó a recogerla, la levantó con una sonrisa y se la mostró a Tao.

 

- ¿Escéptico? - preguntó LuHan - Nunca más...

 

Junto sus labios con los de Tao por quien sabe que vez en lo que llevaba del día y tiro aquella pluma blanca de pavorreal al aire y esta voló e hizo ondas entre las ráfagas de viento hasta perderse de vista...

 

 

 

 

... Y tú... ¿Crees en la existencia de otras dimensiones? ... o eres Escéptico...

 

 

Notas finales:

No olvides que puedes dejar um review si te gusto. :D


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