Hace más de diez años que no corría en cuatro patas, la velocidad que logro alcanzar era brutalmente liberadora, le llenaba el pecho de satisfacción, estar en su forma de lobo era tal y como lo recordaba, solo que ahora era un adulto, un lobo mucho más grande y fuerte, del resto nada había cambiado, saco la húmeda y larga lengua, dejando que esta le refrescara y humedeciera su nariz. Su cabeza estaba saturada de preguntas pero su instinto lo conecto irremediablemente con sus desarrollados sentido, con todo lo que suprimió por años, volvió a oler y oír todo a su alrededor, no superficialmente sino de forma profunda casi espiritual, implicando los sentimientos y datos exacto de las criaturas vivas que lo rodeaban.
Tantas veces visitando poblados salvajes mayormente conformados por depredadores, en cada uno fueron innumerables los testimonios de los lugareños de la conexión cazadora con su alrededor, era potente, brindaba la seguridad de conocer la respuesta a todo, por ello sin saberlo ya tenía su camino trazado, como si lo hubiera recorrido todos los días, salto con gracia y sin equivocaciones cada obstáculo del bosque.
Tan rápido como era en esa forma, le basto un salto para pasar los obstáculos de la montaña y llegar a lo que parecía la entrada de una cueva, enseguida se encontró con dos cuerpos agazapados en la nieve, uno olía a lagrimas saladas en tristeza y desesperación, mientras que el otro estaba empapado en sudor frío a puertas de dar su último aliento.
Su desconcierto era grande, responder al “llamado” lo había llevado a la escena de una inminente tragedia, ninguno de esos dos omegas podían corresponderle y él no podía haberse equivocado de dirección.
–Louis…- Gracias a su desarrollado oído logro captar la débil voz suplicante del convaleciente, le costó reconocerlo, no solo por su mal estado, también era la peste de la muerte que se llevó el delicioso aroma que capto en aquel efímero encuentro de hace días pero aunque lo vio solo una vez, jamás podría olvidar su hermosa apariencia y la peligrosa e inexplicable atracción que sentía por aquella deidad mortal, prohibida en cualquier ámbito.
Lo vio luchar contra su débil condición para levantar un tembloroso brazo en su dirección, mostro su cuello en señal de sumisión mientras lo llamaba con una señal de sus dedos, conocida pero tan olvidada que solo por instinto la reconoció, era la señal de aprobación de un omega para el apareamiento, solo era conocida por lobos de su clan de nacimiento, no tenía ni la menor idea de donde la conocía, pero su cuerpo contesto a ella más rápido que su cabeza. Se acercó y con toda la delicadeza que le permitía su robusta y peluda forma, se envolvió alrededor de la ahora pequeña figura del chamán.
El omega respondió a la silenciosa e inconsciente petición que hizo su lobo al recostar su cabeza en el regazo de este, envolviendo en suaves caricias su hocico y coronilla, calmando las inquietudes de su alma, por su parte instintivamente hundió su húmeda nariz en el cuello ajeno, sintiendo a su paso la febril piel erizarse ante el helado contacto. Trato de inspirar el olor del omega, buscando sin saberlo una confirmación de que estaba al lado de la persona correcta pero no sintió nada, ningún olor intimo que revelara algo de aquel enigmático omega, es más ahora que estaban cerca, no podía sentir el lobo omega que debía poseer Hazza, lo hizo dudar, pensó por un momento que este era un beta.
Se sintió engañado, levanto la parte superior de su cuerpo, encarando al Chamán a los ojos mientras le dedicaba un gruñido de advertencia, buscaba respuestas, pero Hazza seguía moribundo, antes de que formulara otra palabra perdió el conocimiento sobre su gran lomo, esto solo logro enfurecerlo.
-No lo lastimes …- La figura femenina habló, incorporándose mientras se limpiaba los rastros de lágrimas del rostro, le sostuvo la mirada firme, dispuesta a defender al cuerpo inconsciente –Debes ser Louis, no hemos hablado para nada, ni siquiera me intereso conocer tu rostro, pero Hazza de alguna forma cree en ti, lo siento por el vínculo que aun compartimos, él confía, por ello te confiare un gran secreto.
…Para ser chaman se debe pasar por un ritual de purificación, limpiar completamente el espíritu, cortando cualquier lazo terrenal que la ate, para ello el cachorro que es elegido se le da una purga, si sobrevive a ella es considerado digno de ocupar el cargo, su alma es parte ya de un destino trascendental al mortal…pero, hubo algunas complicaciones cuando Hazza la tomó, yo trate de que no se postulara pero era tan terco, sigue siendo tan terco. Pensé que fallaría al no ser un lobo ártico pero me equivoque, ante todo pronóstico él fue elegido, no me sorprendí, después de todo el mundo espiritual siempre ha estado a su favor. La hora del ritual llego, ese día solo yo podía estar presente, como su madre adoptiva debía ser el testigo de que tan importante transición se llevara de la forma adecuada, así fue, hasta la parte donde debía beber aquel líquido, solo logro tomar una pequeña parte cuando el dolor lo doblego y le impidió terminar el ritual, me dijo que era un veneno, lloro y suplico por seguir con vida, pensé que moriría, entre en pánico, siempre fui imparcial, poniendo en primer lugar las tradiciones del clan y luego mis sentimientos, aun así aquel día no pude hacerlo, me quede a su lado, mis suplicas se sumaron a las suyas y al final del día sobrevivió y un tótem fue hecho en representación, sabía que estaba mal, él aún conservaba cosas terrenales y en una extraña mezcla adquirió los dotes de un chamán, nadie parecía darse cuenta, así que guarde el secreto, no quería perder a mi pequeño, aunque su supervivencia fuera una traición al clan y también una bomba de tiempo, el veneno aún sigue en su interior tratando de matarlo, algo o alguien despertó su celo, eso debió activar los residuos que aún están en su cuerpo…
-Él te llamo en todo momento apenas despertó, no conozco que relación tengan, pero si Hazza cree que puedes ayudarlo, yo te agradecería que…- La pequeña loba se acercó y acaricio los rizos de su hijo adoptivo -Siempre se consideró un cobarde por no terminar con su vida como debía ser, pensé que en el momento que esto pasara se dejaría morir, pero ahora está luchando y debe ser por una razón, por eso, por favor Louis, sálvalo.
La voz técnica en su cabeza pareció resurgir, recordando sus experiencias, entre sus muchos diarios de campos encontró las similitudes a lo que se le había revelado de la situación del omega, el veneno de alguna forma atacaba las hormonas, por ello los chamanes no podían formar los vínculos familiares y de pareja, Hazza solo consumió una pequeña cantidad, aun podía ser salvado, solo tenía que estabilizar su cuerpo para que produjera las hormonas correspondientes que lo ayudarían a sanar definitivamente, no podía llevarlo a un hospital en este estado, normalmente en los poblados salvajes, un Alfa le daba una mordida de apareamiento al omega, entre compañeros se creaba un lazo y la unión liberaba hormonas que suplementarían las que el omega no podía producir, luego se le daba a beber de la sangre de su compañero, la sangre de los lobos era sanadora, como un analgésico, ya que el cuerpo creaba lo necesario para auto-sanarse, pero si eso no era suficiente, el compañero de vida del lobo lo produciría por su pareja.
Podía salvarlo pero ellos no eran nada y los lobos se apareaban solo con una persona de por vida, además que el apareamiento estaba prohibido entre ellos, les traería la muerte, de que servía salvarlo si la manada lo ejecutaría por traición y por ende moriría su compañero. Ni siquiera sabía porque estaba contemplando la idea, él no era un filántropo y era parte de su código no intervenir en los problemas de las personas, esa era área de otro especialista, lo suyo era solo observar, a veces claro que tenía que participar para entender los que veía pero nada como la situación de ahora, pero aun con todo en contra su lobo no dejaba de rugir en aprobación por Hazza, era confuso, pensó en aquellas leyendas que involucraban a la luna eligiendo el destino de un alfa y omega para que estuvieran juntos pero nunca creyó antes en las parejas destinadas, cuando era pequeño en su clan se tenía una creencia parecida pero no era el momento para seguir divagando, si lo iba a salvar tendría que ser rápido, al omega no le quedaba tiempo para buscar otro candidato.
Volvió a su forma humana cuando su lobo estuvo seguro que estaban en sincronía, se encontró desnudo ante el gélido ambiente, ignoro lo mejor que pudo, la fría brisa que golpeaba como un látigo su expuesta piel, con el omega en sus brazos entro a la cueva, dentro era cálido, todo parecía estar cubierto con pieles de distintos animales, en las paredes y alrededor había distribuidas velas, parecían que no se consumían, lo mantenían todo caliente y aromatizado dentro, llego donde parecía ser el lecho donde dormía el chamán, apenas deposito al omega sintió los pasos apresurados detrás de él.
-Es mejor que nos deje solos- Sintió lavergüenza teñir ligeramente su rostro.
-Sea lo que tengas que hacer, ayudare- Evito cruzar miradas con la mujer, no necesitaba ayuda o un testigo en todo este asunto.
-Nos aparearemos- El silencio fue incomodo después de aquella revelación, sintió la mirada de la omega en su espalda, casi taladrándolo –Apenas imagino cuantas consecuencias traerá este acto pero es la única forma de salvarlo, ya hemos perdido mucho tiempo en explicaciones, la prioridad es la seguridad de Hazza luego enfrentare todo los problemas que se vengan encima- La loba no dijo nada más, salió del lugar, contrariada con todo lo que conocía, necesitaría todo ese tiempo para digerir toda la situación.
Lamentablemente no podía darse el lujo de tomar más tiempo para apreciar a plenitud al omega entre sus brazos, nunca imagino que la situación en la que tomaría a su compañero de vida lo sentiría casi como un sacrificio, sin parafernalias se saltó todos los pasos de cortejo y hundió directamente sus colmillos en la suave carne entre el cuello y el hombro, su intención era solo una pequeña mordida, pero sintió el cálido liquido estallar en su boca, con un sabor demasiado dulce, tan delicioso, casi lo hace perder la cabeza, chupó con fuerza casi olvidando que el omega estaba moribundo, en el momento que pensó que mataría al ser del que se estaba alimentado, lo sintió, resurgir de apoco hasta que exploto en todo su ser, por fin, ahí estaba el lobo de Hazza, el olor lo envolvió, calmando por completo a su lobo, quien aulló satisfecho como si hubiera encontrado una posesión preciada perdida desde hace mucho.
Tuvo que usar hasta el último retazo de autocontrol para separase, posteriormente lamió la herida para una rápida cicatrización. Abrió de nuevo los ojos, estaba completamente aturdido, parpadeo varias veces, le ardían los parpados y no podía ver los colores del lugar, sus ojos habian cambiado al igual que sus uñas y colmillos crecieron, eran una clara demostración de que estaba exitado, lo cual no era muy prudente en esa situación.
Cuando por fin se calmo pudo sentir a Hazza removerse entre sus brazos, le prestó atención a su ahora pareja, el omega abrió los ojos y ambos entablaron sus miradas, se sorprendió al ver los ojos lobunos del contrario, hace un momento estaba muriendo pero logro excitarse hasta ese punto, aunque era un alivio, sus mejillas sonrojadas le daban un aspecto más saludable a su piel que ya no se encontraba tan pálida como un cadáver.
-Louis…- El omega estiro sus brazos, rodeando su cuello para acercarlos más si era posible, a la pronunciación ronca de su nombre le siguieron varios gemidos en forma de súplica, cada uno de los sonidos de su pareja viajaron directamente a su entrepierna.
-Al parecer no eres capaz de decir otra cosa además de mi nombre- Se burló, en un vano intento de desviar la atención de su obvia condición. Funciono en parte, el omega desvió la mirada avergonzado, le pareció tierno, cuando conoció al Chaman era tan prepotente que verlo avergonzado era bastante lindo.
-Esto es extraño, antes lo sentía todo por una clase de vínculo unidireccional, aún siguen allí, todos los dones espirituales pero ahora vuelvo a oler y oír como antes, siento a mi lobo otra vez- Aun avergonzado, se abrazó a su cuerpo, escondiéndose –Siento como tanto mi lobo como mi sangre cantar por ti.
Su corazón salto a una carrera y por la posición de Hazza sabía que él podía sentir el desenfrenado palpitar en su pecho, era de alguna retorcida forma algo doloroso, todo su ser vibraba de anticipación pero tenía que controlarse –Estas muy afectado por la mordida- Sonrió sinceramente a su pareja, lo separo para recostarlo de nuevo en las pieles, sus manos picaron por acariciar los rizos del omega, sabía que no tenía que contenerse, pero era lo mejor aún debían conocerse y aceptar eso de estar juntos –Bebé de mí- Le ofreció su muñeca, Hazza no aparto la mirada de él mientras hundía los colmillos y comenzaba a chupar, tomo tanto hasta quedar satisfecho, después de todo lo necesitaba.
-Tengo que decirte tantas cosas- Le alegraba que su voz volviera a sonar tan melódica y suave como cuando lo conoció, quería oírlo pero son era el momento, seguía repitiéndose eso, solo quería que el omega descansara, había librado toda una lucha las últimas horas.
-Hablaremos mañana, por el momento es mejor que descanses- No tuvo que repetirlo, el omega apenas cerró los ojos volvió a caer en la inconciencia, siguiendo su propio consejo, él también estaba cansado, por esa noche esperaba que no pasara nada más. Aprovecho para recostarse al lado de su omega y abrazarlo, suspiro de placer al tener el cálido cuerpo contra su pecho, antes de caer de lleno en el sueño sé preguntó si seguiría sintiéndose así de satisfecho cuando el sol reinara en el cielo y la cruda realidad lo golpeara.