Su lobo arañaba en su interior, picaba en su piel, el reclamo era claro, no quería que su omega se alejara de él pero ambos debían mantener la distancia, era peligroso dejarse llevar por sus deseos en aquella situación. Vio desde una distancia prudente, la figura de los dos omegas, mientras estos caminaban cortos pasos, desorientados en la oscuridad; aunque el pudiera ver no podía guiar pues no sabía a donde debían ir, hasta ahora no estaban encontrado una solución a nada.
Se recostó contra las rocas, estaban atrapados y era jodidamente enloquecedora la necesidad de encontrar una solución, solo para lucirse ante su recién adquirida pareja, quería ser necesario en cada aspecto de la vida del otro. Hay entraba en juego su parte racional, luchando por el control, exponiéndole todos los puntos para que se calmara; primero no sabían nada el uno del otro, aparte le había dejado claro que Hazza era un guerrero y que no aceptaría otro lugar que no fuera a su par, y él sinceramente lo aceptaba, es más le entusiasmaba la idea, le emocionaba la simple idea de estar emparejado con el salvaje lobo, no, aunque el proceso estaba iniciado, aun no estaban oficialmente entrelazados, claro que nadie podía interferir a menos que quisiera una batalla a muerte con él, no quería pensar en ello, solo aumentaba el desasosiego, la posesividad de su parte animal, él enserio quería culminar su unión, el aroma del omega no era dulce pero si difícil de ignorar, se estaba empezando a impregnar profundo en su alma, quedando grabado hasta en sus senos nasales.
Todo era tan confuso y para Hazza que se había criado en una tribu que no practicaba el emparejamiento por mordida debía serlo aún más, Louis no estaba siendo un buen guía y es que demonios, ese apareamiento era diferente a lo que estudio, a todo lo anterior que conocía, según su experiencia de observador, debía haber estado histérico desde que lo mordió, reclamándolo en el acto; al contrario cuando se despertó se sentía lívido, solo fue al cabo de los últimos minutos que pareció aumentar su deseo desmesuradamente.
Sabiendo de antemano que el omega podría ser agresivo si se comportaba muy mandón, no quería arriesgarse a tomarlo totalmente fuera de sí y a la fuerza, en esas circunstancias sabía que no podría controlarse, ¿cómo hacer entrar en razón a su bestia interna? debía actuar ahora que aún era consiente de sí mismo. Abordar "ese asunto" enfrente de la omega hembra, con sus cazadores solo a una pared de nieve de distancia, posiblemente sin privacidad, no tenía que ser un genio para saber que era una pésima idea. Debía aguantar, tragarse las ganas – ¡Puedes hacerlo!- Trataba de animarse internamente.
Ya sesgado ese tema, era hora de que se centrara en lo verdaderamente importante. Debía proceder con calma, no podía dar órdenes, seguía siendo un extranjero, no solo, no conocía mucho de aquella mágica tierra, si no que también desconocía aún todas las técnicas de caza y pelea de los lobos antárticos, era primordial que se tragara su orgullo de dominante y bajar la cabeza ante los dos omegas, aprender de ellos, porque por mucho que una mordida adornara el cuello de Hazza, estaba claro que no sería sumiso ante él y no lo necesitaba. Golpeo la pared de rocas a su espalda, le estaba constando horrores encontrar su máscara profesional, esto en el pasado no hubiera significado un reto, ahora con un compañero, su alfa estaba revolucionado, no oía razones, sentía que debía mostrarse de la mejor manera, fuerte, inteligente, que debieran depender de él, no entendía como dos ideas tan contrarias podían llegar a un acuerdo, lamentablemente conocía la respuesta, no habría tregua hasta que alguna cediera, gruño a la oscuridad, su lobo era terco, terminaría cometiendo una estupidez, no necesitaba ser un adivino.
Se levantó decidido a buscar estar lo más cerca posible de su omega, al menos su olor lo calmaría de tantas vueltas mentales. No fue difícil encontrar las pequeñas figuras, apenas se habían movilizado, bueno Hazza no debería verse tan pequeño, ¿Por qué se sentía tan grande?, ¿Desde cuándo podía ver en la oscuridad? De verdad estaba fuera de su piel y no solo eran divagaciones suyas.
Totalmente ajenos a la lucha interna del Alfa, los dos omegas no eran capaces de dar dos o tres pasos sin sentirse perdidos, Tikaani se había arrodillado y trataba de crear fuego chocando dos piedra, Hazza no veía mucha esperanza en esa acción, pero como no tenía una mejor idea por el momento solo la dejo, tal vez ocurría un milagro y funcionaba, sinceramente estar dependiendo de la chispa de dos rocas estaba incrementando las probabilidades de que los atraparan -por si solas estas ya eran altas- pero no quería entrar en pánico, no era el momento.
Louis se acercó y al instante el omega que permanecía tranquilo, salto lejos de él, podía ver perfectamente que este lo evitaba, Hazza seguía ignorante al hecho de su visión. Volvió a gruñir, agarrando los hombros del más bajo y acercándolo a la fuerza a su cuerpo, gruño de nuevo, esta vez en el oído ajeno, una advertencia que sacudió al contrario "quédate cerca de mí" fue un duro mensaje sin palabras.
Cuando el omega no trato de alejarse, pudo encontrar la calma para hablar – ¿Por qué no usas las velas?- su voz estaba ronca por lo que tosió tratando de que volviera a la normalidad.
-Las velas eran una manifestación de mi energía espiritual, todo de alguna forma lo era, pero ahora el santuario profanado y sin chaman, perdió toda... ¿su magia?- Hazza sonrió al pronunciar esa palabra, parecía impropia en su lengua pero no encontraba otro termino.
-¿Magia?- Pregunto con gracia el alfa- Es un término muy moderno, no concuerda con el contexto- Este se agacho y recogió una de las lámparas de aceite, una de las tantas que veía regadas en el suelo, junto con algunas velas- Para ser una manifestación sigue sintiéndose muy real- El chamán sostuvo entre sus manos la hermosa antigüedad, sintiendo el metal frio en su tacto, tan tangible, era imposible pero decidió concentrarse, su energía fluyendo fuera de su cuerpo, como una chispa y paso, lo sintió arder, inundando el oscuro pasillo, la luz se extendía de nuevo por la cueva en un suave azul.
- ¿Cómo puede ser posible?- Hazza no se quejaba, tener aun sus dones era una gran ventaja, pero la pregunta aun lo inquietaba. Con la confianza de siempre le ordeno al santuario iluminarse por completo, todas las luces obedecieron, todo estaba exactamente igual. Dirigió su brillante mirada a Louis y justo en ese momento se dio cuenta de un pequeño detalle que pasó desapercibido, esté había crecido, cuando lo vio por primera vez hace aproximadamente un mes, él era un poco más alto y ahora era al revés. Recordó la charla pendiente de su pasado, lo que significaba su unión, que era mucho más que solo haberlo salvado de la muerte. La promesa de sangre fue cumplida y el cuerpo de Louis estaba cambiando, preparándose para ser el Líder que estaba destinado a ser por designio divino.
-¿Estas todo bien?- Fue sacudido por el Alfa, al parecer quedo en trance por varios minutos como para preocuparlo –Debemos movernos ahora que hay luz.
-Hazza muéstranos el camino- Ambos pares de ojos lo observaban expectantes, solo asintió sin más, sus pasos recorrieron la cueva como tantas veces anteriores, sabían el camino de memoria aunque no fue más de una vez y por accidente que llego a ese lugar. El Templo de la montaña, una edificación en lo alto, tan empinado que solo se podía llegar por el sendero de la cueva, olvidado por todo el clan; su entrada fue sellada por el mismo Anatkok, la razón no la conocía, el espíritu no quiso hablar de ello y lo castigo severamente por entrar, advirtiéndole de no volver, era un lugar prohibido.
Casi olvido la amenaza que representaba aquel espíritu, nadie quería ser el objeto de la cólera de un ser divino, aunque sumándole a los hechos extraños, Anatkok no se había mostrado para nada, por ello pensó que no conservaba sus dones, ya que no era capaz de sentir su poderosa presencia y eso, como todo lo que estaba sucediendo, lo preocupaba. Estaba dudando, si tendría la fuerza de hacerle frente a toda la situación, sin guías, ni respuestas, solo su instinto, como antes, solo estaba dando pasos en la oscuridad. Pero él no solo era un guerrero, era un elegido espiritual, debía probarle a los protectores de su clan natal, que era digno de tener el título de pareja del Líder y la misión de reclamar las tierras de los lobos gigantes.
Detrás suyo lo seguían de cerca, llevaría unos minutos llegar a la barrera, si esta no estaba, solo significaba que Anatkok de verdad había desaparecido o estaba muy débil, pero esa consecuencia carecía de un causante, después de todo, él tenía sus dones y el santuario estaba intacto.
-La barrera no está- Anuncio en voz alta, sus acompañantes solo se miraron extrañados.
-¿Es eso malo?- Indago Louis, ajeno a todo el tema espiritual. Hazza no respondió inmerso en sus pensamientos, busco respuestas en la omega pero esta se encontraba en la misma situación que el Alfa.
-Anatkok, su presencia se ha desvanecido por completo, es mi culpa, le he quitado la valiosa protección espiritual a todo un clan de lobos- El chamán se arrodillo, abrumado, Tikaani corrió a reconfortarlo, Louis deseaba también hacerlo, pero se abstuvo, no pertenecía al cuadro familiar.
-No puede ser tu culpa, los espíritus existen por sí mismos, la grandeza de su presencia está relacionada a la fuerza de su poder, al dominio de su territorio, pero no debería estar ligado a ti, los chamanes que he visto, son solo mensajeros, no son una pieza indispensable para el protector de un clan, ¿Por qué en tu caso si lo sería?
-Oh, ¿ahora sabes mucho de espíritus?- El tono del omega lo amedrento, era un orden indirecta de que guardara silencio.
-La verdad si, llegado a esto de su posible desaparición, es un hecho que el único punto débil o por lo que dejarían de existir, es si su santuario es saqueado, alguna de sus reliquias, ya sabes, su residencia mortal por así decirlo.
-Pues así fue ¿no?, yo era su reliquia, fui saqueado- Hazza estaba de nuevo en pie, encarándolo, al parecer la charla renovó su interés.
-No, tú no puedes serlo, su reliquia debe ser una urna con sus restos...o si puede que lo fueras, pero tú solo serias algo temporal, no la original.
-Es verdad, el santuario que dejamos atrás tampoco es el original.
-¿De qué hablas Hazza?- Tikaani como descendiente directa de los lobos árticos debería tener las respuestas y aunque no era así eso no le impedía que ya estuviera tejiendo algo en su mente, mientras rebuscaba en lo más profundo de la historia de su clan.
-Sé que el clan lo desconoce ya que Anatkok se encargó de sellarlo, yo lo descubrí por accidente, pero si seguimos caminando, veremos el verdadero santuario, el que dejamos atrás al parecer solo era una clase de fachada pues no se compara en nada al original.
-Si Anatkok escondió su verdadero santuario y acogió un cuerpo mortal como reliquia, significa que su reliquia original aún está intacta, así que no ha desaparecido.
-Si es como dices no habría una razón para todo el teatro que monto Anatkok, para esconder algo como eso a sus seguidores es que la reliquia original no está donde debe estar, en el santuario original, entonces alguien o algo la escondió o la tiene lejos de nuestras tierras, por ello ahora que no tiene a Hazza ha desaparecido, su presencia no se encuentra más en nuestro valle.
-Ahora que lo mencionas, mientras estuve de servicio sospeche algo parecido ya que Anatkok no se sentía tan fuerte como los protectores del clan de lobos gigantes, era como si su poder hubiera sido menguado o sellado por alguna razón. Además recordando las antiguas leyendas y oraciones siempre se hablaba de cuatro protectores, las estatuas del camino también son cuatro, pero solo estaba Anatkok, ¿dónde quedaron los otros tres?-Miro fijamente a su segunda madre, ignorando la inquietud con la que Louis lo observaba.
-Recuerdo que en algunos pergaminos se hablaba de la ceremonia de ofrendas del cambio de luna, pero con indicaciones diferentes a la actual; el camino señalado al santuario era más largo, atravesando toda la montaña y las ofrendas eran variadas, no solo eran pieles, también se debían llevar presas, hierbas y artesanías, según con que fuiste bendecido ese ciclo lunar. Por curiosidad cuando le pregunte a padre, me dijo que una guerra por poderes egoístas había mermado a nuestro clan, duro tres generaciones, la más larga que alguna vez se haya presenciado en nuestro territorio, en ella no solo se perdieron muchos guerreros y tierras, también los grandes protectores fueron heridos y tres desaparecieron.
-La gran guerra...la fecha, sabes en que año se dio esa guerra- Louis se veía extrañamente emocionado ante aquella mención.
-Lo siento no sé qué es año, padre estimo una gran cantidad de ciclos lunares, que nadie en verdad puede recordar esa época y por todas las perdidas, no queda ningún relato confiable del evento, que era como las leyendas, solo se recuerda por el eco que hacen las escrituras en los pedestales de las estatuas antiguos, allí se cuentan sus orígenes y glorias pero no su deserción.
-Louis habla de una gran guerra, ¿el evento no solo afecto a los lobos árticos?
-No, aquel evento fue mundial. Es mi tesis- Rió a su comentario –Todos mis trabajos en la universidad giraban a ese evento histórico y en mis expediciones solo he encontrado más relatos sobre este, no fue solo una lucha entre cambia-formas débiles y fuertes. Fue reciente, cuando visite el clan de las tortugas, que son las más longevas en la tierra, me confiaron una pequeña historia, donde aseguraban que los mismos dioses estuvieron implicados en aquella batalla, la culminación trajo un orden completamente nuevo, además de una nueva casta...
-Perdón por interrumpirte, pero nos estamos desviando, sé que Anatkok es importante para el clan pero ¿hay una verdadera consecuencia si desaparece?- Hazza solo negó ante las palabras de la omega, el clan a veces era muy ignorante del mundo espiritual.
-Si madre, los protectores dan la fuerza animal a sus creyentes, sin ellos no nacerá un nuevo lobo ártico.
-Eso no lo sabía, ¿cómo estás seguro de ello?
-Creo que era por ser el recipiente de Anatkok, podía de alguna forma saber la concepción exacta de un nuevo feto, debía ir los primeros días a bendecirlo con su forma animal, solo de esa forma se aseguraba que fuera un lobo ártico.
-Interesante, eres el primer chamán recipiente que encuentro o del que haya registro, sabes mejor que nadie sobre las tareas de los protectores y eso que dices, podría ser la respuesta a una de mis más grandes preguntas...ese podría ser el origen de los betas.
-Oh betas, criaturas horribles sin espíritu- Comento despectivamente Tikaani.
-Exacto, no tienen forma animal, olor, ni rango de alfa u omega, tampoco pueden aparearse por medio del nudo y su reproducción es muy dificultosa entre su mismo tipo, su aparición fue después de la gran guerra según mis investigaciones, siempre pensé que sería una adaptación, por un ambiente de paz, pero si la guerra incluyo a los espíritus, fue mucho más de lo que imagine, tengo tantas hipótesis y no tengo papel para anotar nada- Ambos omegas quedaron perdidos entre los retazos que soltaba el Alfa, al parecer solo pensaba en voz alta.
-¿Por qué todo esto debe tener relevancia con nuestra huida?- Decidióignorar los desvaríos de Louis.
-No puedo irme si le hice este gran daño a la tribu que me acogió por años
-Pero esto es de muchas lunas atrás, no es nuestra lucha, no tenemos ni la versión completa, ¿Quién tiene la reliquia de Anatkok?, ves, no tenemos ni siquiera un enemigo, Anatkok solo gano tiempo por medio de los chamanes, si estaba destinado de esta forma, no podemos luchar contra lo espiritual, eres un mortal ahora.
-No...no soy solo un mortal, madre, sé que es insensato, parece un sinsentido, pero debemos quedarnos, hasta que repare mis errores, no puedo seguir siendo un cobarde, esta es la primera lucha, lo presiento, el primer peldaño, si supero esto, estaré mas cerca de tener el poder de recuperar las tierras de mi clan.
-...tu clan, ¿Cuál es tu verdadero clan?- Hazza lo miro, era hora de soltar toda la verdad, ambos debían estar conscientes de la lucha que tenían por delante.
-El clan de los lobos gigantes, igual al tuyo- Louis estaba sorprendido pero ahora que podía oler completamente la esencia de Hazza, pudo comprobar que tenía razón, no era un lobo cualquiera –Madre, podrías darnos algo de privacidad, luego tratare de explicártelo.
-Pero...los cazadores, mi padre...
-Pondré una barrera, no tendremos que preocuparnos, estamos en el antiguo santuario ahora, ellos no podran alcanzarnos- Ella asintió.
-Es verdad, ambos tienen muchos asuntos pendientes- Aquella declaración puso tenso el ambiente, la omega se sonrojo abochornada- Yo...iré a investigar algunas cosas, después de todo se leer nuestra antigua lengua- Sin más, huyó del lugar.
–Ah, por todos los contratiempos, enserio debemos hablar- Había aún mucho que decirse y Hazza no sabía por dónde empezar.
–Sinceramente hablar es lo último que pienso hacer contigo- El omega no pudo ocultar su sorpresa ante aquella roncas declaración, miro temeroso, muy impropio de él, como las facciones de Louis eran más lobunas, una oleada de deseo puro impacto en su contra, picándole el cuello, justo donde palpitaba necesitada la mordida, todo pasó en un borron, por unos momentos le costó respirar al encontrarse presionado contra la rocosa pared y el caliente cuerpo del Alfa.