"El Odio Es Mutuo"
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La sensación de la sangre siendo absorbida por una aguja y jeringa, no es nada comparado con un vampiro quitándote gran parte de ella, al menos así lo veía Mahiru, desde aquellos fríos y malignos brazos. Con su vista borrosa, logro divisar a Kuro, con el rostro furioso y mirada preocupada, eso solo quería decir que ese nuevo vampiro si atentaba contra su vida.
—K... Kuro —, logró soltar un casi inaudible susurro.
Pereza vio con preocupación a su Eve, sabía que si no se movía rápido, Mahiru podría morir y eso no era algo que quisiera. Quiso correr hacia ese tipejo, pero este lo miro divertido, mientras negaba con la cabeza y desviaba su rojiza mirada hacia el chico en sus brazos.
Kuro solo pudo chasquear la lengua con una tremenda frustración, debido a esa inesperada situación.
— ¿Qué es lo que quieres? —, preguntó furioso. —Si buscas venganza, ¡pues bien!, pero Mahiru no tiene nada que ver en esto.
El peli blanco solo rió con fuerza, como si su hermano hubiera dicho algo gracioso. Miro al chico en sus brazos y no pudo evitar recordar el sabor de su sangre. En el transcurso de su despertar y el tiempo actual, mato a muchas personas, y ninguna tenia ese exquisito y embriagante sabor. Ese chico tenia una deliciosa y exquisita sangre, la cual estaba llena de vida y energía.
Miro a su hermano y lo odio más, ¿por qué el asesino de su padre tenía la suerte de tener un humano como aquel castaño?, simplemente no lo entendía y tampoco quería hacerlo.
—Lo siento hermano, pero creo que me voy a quedar con él —, afianzó su agarre en el castaño. — Es que me encantó su sangre, y porque no admitirlo, también él —, sonrió divertido, sin duda ese chico tenía algo especial.
Sleepy Ash enfureció. Era raro verlo enojado, pero solo cuando Mahiru se veía involucrado, salía a relucir ese raro lado suyo.
Si su disque hermano creía que permitiría tal cosa, estaba completamente equivocado. Es decir, no se lo permitió a su hermano Lawless, y tampoco a Tsubaki. Incluso tenia en la mira a Tsurugui, para vengarse por haber dejado a SU Mahimahi inconsciente, con eso era obvio que le haría pagar todo lo hecho a ese sanguinario con serios problemas de control.
—Lo siento, pero dejar que le hagas algo a Mahiru, no está en ninguno de mis planes —, murmuró molesto. Por alguna razón, algo desconocida para el mismo, sentía furia al imaginar a su Eve con otro que no fuera él.
Pocas son las personas que lo han hecho enojar. Lawless porque casi estrella al castaño contra una dura pared de concreto y por haber contado uno de sus oscuros secretos. Tsubaki por todas las veces que casi mata al chico y Tsurugui por la vez que lo hirió. Pero entre todas esas personas, ese vampiro se llevaba el premio al más odiado por él.
Desvió su furiosa mirada y la dirigió a su Eve. Su furiosa expresión, paso a ser a una llena de preocupación. Mahiru estaba perdiendo más sangre, debido a aquella descuidada mordida en su cuello, y ni qué decir del color, porque era obvio que el castaño estaba pálido.
—Bueno, creo que es hora de que nos vayamos —, sonriente, acomodo al chico entre sus brazos. —Si quieres, puedes ir a visitarnos a nuestro nidito de amor —, se carcajeó al sentir aquella poderosa sed de sangre, proveniente de su furioso hermano.
Y esas simples palabras fueron el detonante para que Kuro se lanzara contra aquel ser. Definitivamente, no dejaría que le hicieran algo malo a SU Mahimahi. Su puño fue detenido con una sola mano del peli blanco, el cual tuvo que usar su otro brazo, para sostener al debilitado chico por el que ahora peleaba contra su hermano mayor.
Por unos instantes, aquel par de hermanos vampiros, olvidaron por quien peleaban. Se olvidaron que su eterna rivalidad era por aquel ser que los creo con tanto esmero, y todo por aquel chico, que se encontraba ausente de su pelea.
Pereza se mordió el labio con completo enojo. Su puño estaba siendo detenido, sí, pero aún tenía sus dos piernas y su otro brazo, y sí que hizo uso de una de sus piernas. Logro asestar una fuerte patada, en ese rostro juvenil que poseía su recién descubierto hermano menor, logrando así, mandarlo lejos y sin su Eve. Con gran velocidad, aprovecho que el peli blanco soltó a Mahiru y lo atrapo antes de que este tocara el suelo siquiera.
— ¡Mahiru! —, lo llamo en voz alta. Su preocupación era palpable, y más con el chico así de pálido y frió.
—Shirota entre abrió sus castaños ojos con gran esfuerzo. Su borrosa mirada logro distinguir a su Servamp. —K…Kuro —, logró decir su nombre, dándose cuenta de que su propia respiración era errática. — ¿Y tú…hermano? —, preguntó. Muy en el fondo temía que el peli celeste hubiera matado a su reciente hermano, aun cuando casi lo devoraban.
—Ash solo suspiro con alivio. Miro a su Eve con dureza. —No deberías preocuparte por los demás. Más si te preocupas por aquel que casi te mata —, le reprocho, haciendo más fuerte su agarre en el chico, cuando a lo lejos vio que el causante del estado de SU Mahimahi se levantaba. —Mejor quédate donde estas —, advirtió furioso.
El peli blanco solo le envió una mirada llena de odio y rencor, para después mirar al chico que antes estaba en sus brazos. Apretó sus puños hasta hacerlos sangrar. No sabía bien que era, pero ese castaño lo había cautivado en todos los sentidos, no solo con su irresistible sangre, también el mismo. Tal vez el chico era especial, o lo hacía para que su hermano sufriera al perderlo, o tal vez ambas.
—No te lo llevarás —, susurró. —¡¡NO VOY A DEJARTELO!! —, grito furioso.
Se lanzó al ataque con una increíble velocidad. Estaba dispuesto en matar al asesino de su padre, no solo por su amado padre, también por aquel chico sin igual.
Kuro dejo a Mahiru en el suelo. Estaba dispuesto a proteger lo suyo, no importándole acabar con aquel que trataba de llevarse a Mahiru, más si era por una venganza en su contra.
Con gran esfuerzo logro parar su golpe, más eso no detuvo al peli blanco. Comenzó a repartir golpes fuertes y veloces, haciéndole difícil su trabajo a Pereza, el cual estaba pensando seriamente en tomar su verdadera forma animal. Ambos se golpearon en el rostro, pensando en la gran fuerza del otro. Y de no ser por una bala, ellos no hubieran dejado de pelear.
Kuro vio con el efímero alivio de quien se trataba. Su hermano Envidia había llegado y estaba situado en el poste de luz frente a él y su nuevo hermano. Sus rojos ojos miraron tras de sí y suspiro algo aliviado. Mahiru estaba a salvo, y más con aquel rubio loco, Eve de Envidia.
—Jeje, asegúrate de no dejarlo con vida —, le dijo serio. —Ese vampiro es peligroso y dejarlo vivir es peor que dejar vivo a Tsubaki —, se encargó de recordarle.
Kuro lo miro con intriga, aunque claro, era obvio que Mikuni supiera de su nuevo hermano, si de por si el rubio trabajaba para la C3. Desvió su mirada en Jeje y frunció el ceño.
— ¿De qué se trata esto? —, exigió saber. —Sí sabias de un noveno Servamp, debiste informarlo, no importa para quien trabaja tú Eve —, lo regaño, por culpa de aquella falta entre hermanos, su Mahimahi estaba grave.
—Envidia lo miro con rencor, mientras le apuntaba con su arma. —Me acabo de enterar —, le dijo, para después mirar a su Eve.
Mikuni entendió la mirada de su Servamp. Miró al chico y frunció el entrecejo. Si se tardaban más, Shirota no iba a vivir para contarla.
—Solo diré que es algo nuevo. Ese Servamp era un secreto hasta hace unas horas —, le dijo serio.
Y era verdad, ese nuevo vampiro era noticia nueva. Si no fuera porque andaba investigando lo ocurrido en una vieja y deteriorada sede de C3, él no hubiera descubierto el secreto detrás del noveno hermano Servamp.
—Lo único que sabemos de él, es que es más poderoso de lo que crees —, le dijo.
Todos se pusieron alerta, cuando el peli blanco pego un fuerte y furioso grito. Lo miraron con detenimiento, esperando un ataque por su parte, más al verlo, no pudieron evitar ponerse nerviosos. Sus antes rojos ojos ahora eran completamente negros, casi como si se tratara de alguien poseído. Sus uñas comenzaron a crecer hasta volverse filosas y puntiagudas garras y sus colmillos crecieron aún más de lo que ya eran.
Kuro y Jeje estaban listos para comenzar a pelear, cada uno dispuesto a proteger a su respectivo Eve, pero el menor entre ellos, se detuvo. Extrañados lo analizaron y la intriga se hizo aún más grande cuando vieron que regresaba a la normalidad, aunque ahora respiraba agitado.
—N..No puede ser —, susurró extrañado.
Se suponía que su padre lo hizo dormir para arreglar su problema, pero allí estaba él, mostrando al asesino de su padre su verdadera debilidad. Miró frustrado hacía donde estaba el castaño y una inmensa sed de su sangre lo abrumó, haciendo que recordara las últimas palabras de su padre. “Solo el sabor de la sangre de tu Eve te hará recuperar las fuerzas”, ahora lo entendía, ese chico debía de estar con él y no con su maldito hermano mayor.
Analizo con detenimiento su situación. Era obvio que en esa situación perdería, así que sonrió satisfecho por lo recién descubierto, aun cuando tenía que huir para salvarse, ya luego regresaría por lo que sabía que le pertenecía. Aunque lo mejor para lograr sus objetivos, era conseguir ayuda, y nada mejor como conseguirse sus propios Sub Clase.
—Dejaremos esta pelea para después —, susurró divertido.
Cuando Pereza y Envidia trataron de detenerlo, ya era tarde. El menor de ellos disipo su ilusión en una espesa neblina, desapareciendo así, todo rastro de su presencia.
—Es demasiado tarde, se ha ido —, dijo el rubio. —Por ahora, lo mejor será llevar a Mahiru-kun con un doctor, el problema está en que ese vampiro no lo va a dejar ir así de fácil —, llamo la atención de los vampiros. —Lo llevaremos a mi antiguo hogar, y allí avisaremos al resto de sus hermanos.
Ambos Servamps lo miraron. Kuro asintió sin ganas de eso, pero hasta el mismo sabía que debía acatar a aquella sugerencia, bien sabía que sus otros hermanos e incluso su hermana debían saber del noveno Servamp. Se acercó en silencio y tomo entre sus brazos a su castaño Eve, no importándole la mirada que le enviaba el rubio Alicein.
—Bueno, entonces no se diga más —, dijo en tono divertido, mientras sacaba su celular, para hablar a alguien en su búsqueda. —Mejor intenta parar el sangrado y no llegar rápido, eso solo perjudicaría más a Mahiru-kun —, sugirió al ver las intenciones de Sleepy Ash.
Kuro detuvo sus intenciones. Solamente debía esperar un poco más para que ayudaran a su herido Eve.
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Logró llegar al otro extremo de la ciudad. Jadeaba cansado, pero eso no le impedía saciarse con cuanta persona se cruzaba en su camino, frustrado al no sentir la misma calidez que el castaño le había otorgado.
—Así que, Shirota Mahiru —, murmuró ansioso.
Definitivamente, recuperaría lo que por derecho le pertenecía y ese chico era suyo y de nadie más. No dejaría que nadie es interpusiera en su camino, especialmente, Sleepy Ash.
Continuará