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Los Petirrojos No saben Volar por Michelle2

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Notas del capitulo:

Disclamer:

 

Todos los personajes pertenecen a Dc comics

 

 

 

Este es un fanfic que queria escribri hace mucho tiempo pero no sabia como, pero ayer decidi ponerme a escribir y espero no dejarlo.

1

La casa de la hiedra venenosa

 

La casa para huérfanos de la señorita Isley era mejor conocida por sus habitantes como la casa de la hiedra venenosa.

Sus habitantes, siete para ser exactos, lo afirmaban.

Las mañanas en la vieja casa comenzaban de la misma forma, y esta mañana no era la excepción. Para Tim el día comenzaba cuando el petirrojo de siempre se colocaba en el árbol de tilo afuera de la ventana; sus ojos se abrían y lo primero que enfocaban era el desgastado techo con un agujero en el lado derecho. Su hermano Jasón decía que durmiera con un casco de hockey por si llegara el caso que se asomara un ratón y cayera sobre él. Tim le creía, pero no tenía como conseguir ese casco.

Juntando los brazos y elevándolos al aire, Tim estiro todo su cuerpo, sacudió su melena negra y se preparó para la ducha. Procuro dar largos y sigilosos pasos para no despertar a Jasón; ayer, cuando su tercer hermano, Dick, no se encontraba a la vista le había dicho que no lo despertara; cada mañana ese era su trabajo: arruinar la siesta de Jasón.

Bajando las escaleras, el sonido de una lluvia de diminutas hojuelas repiqueteando un tazón de vidrio abrió su apetito y lo lleno de tristeza.

En la casa había un porcentaje muy alto de que hubiera solo dos platos para el desayuno, cereal o pan tostado con huevo, eran muy pocas las ocasiones donde comían panqueques, gofres y si había suerte emparedados acompañado con jugo de naranja. Sin embargo, esa mañana solo sería cereal el que comerían. en el comedor, Tim le sonrió a Dick y él le devolvió la sonrisa.

Dick siempre era el primero en levantarse, el preparaba el desayuno y ordenaba las cosas, era como la madre que Tim recordaba. Antes de que Tim se llevara la primera cucharada de cereal a la boca una sustancia pegajosa y con olor a vainilla golpeo su mejilla y volteo a ver a su hermano mejor con desprecio. Damián, tenía solo dos años y era un completo demonio, el babero no servía para nada, su cara siempre terminaba llenándose de avena.

Con desprecio, Tim se quitó la avena de la mejilla y se obligó a no gritarle a Damián, si la señorita Isley se despertaba a causa del ruido echo por los niños, habría problemas.

—¿Jasón ya está listo? —pregunto Dick sin verle, estaba más ocupado alimentando a Damián

—No —respondió Tim—, Dijo que no lo despertara

Dick rezongo por bajo

—Idiota…—murmuró. Dick se apartó de la silla comedor de Damián de pronto acerco la silla hacia Tim, él le extendió la cuchara en forma de oso—. Aliméntalo mientras yo despierto a todos, llegaremos tarde a la escuela

Antes de que lo discutiera, Dick ya estaba subiendo la escalera y Tim se había quedado con una cuchara en la mano y un Damián esperando su avena.

Frustrado, Tim se forzó a sonreírle a Damián, luego hundió la cuchara en la avena y comenzó la pelea para que su hermano abriera la boca; normalmente, Damián solo se deja alimentar de Dick o de mujer (no cuenta la señorita Isley, ella nunca lo hace o intenta)

—Vamos, Vamos ¡abre tu boca! —mascullo. Bueno, él podía entender un poco la situación, desayunar avena todos los días podía ser lo peor. Damián solo desayunaba avena, pero también tenía días de suerte, cuando el dinero de Jasón sobraba para comprarle algo de puré

El retumbo la puerta del refrigerador provoco un respingo en Tim, él se dio la vuelta y nuevamente la sutiliza de Raven lo sorprendía.

La niña se dio la vuelta con leche de soya en mano, sus ojos soñolientos se apretaron.

—No digas “me asustaste” por favor—dijo Raven

Tim negó. era cierto, cada vez que Raven lo sorprendía él decía lo mismo, era como un acto reflejó.

Raven tomo asiento y vacío el cartón de leche de soya en su tazón. Raven era la menor del trio de niñas, no tenía un buen temperamento siempre te la encontraba en una esquina con un libro en mano o mirando hacia el cielo, era bastante aislada, sus ojos siempre se mantenían soñolientos y por alguna extraña razón su corto cabello purpura siempre permanecía impecable. Era una envidia, Tim tenía que peinar su largo cabello todas las mañanas Raven parecía que no.

—Odio la escuela…—escucho Tim decir a alguien. Él se volvió a las escaleras y como era de esperarse era Jasón quien lo decía.

—Pero debes ir, la educación es lo más importante—respondió Dick

Detrás del malhumorado Jasón el resto de los huérfanos hacia su desfile. Con diecisiete años, Jasón era el mayor de todos, el más rebelde y contestador de todos la que le seguía—y aunque no parecía—era Starfire. Starfire era la chica más animada y optimista de todo el grupo, su personalidad infantil no la hacía aparentar su edad, pero su altura sí.

Starfire tomo asiento a la par de Tim, le arrebato la cuchara y empezó alimentar a Damián. a ella si le abría la boca.

—Buenos, Buenos, Buenos días—susurro, observando a todos con sus cósmicos ojos verdes

Con lamento, Tim recordó el día en el que Starfire llego a la casa. Como costumbre la señorita Isley los reunió a todos en la sala y la presento, aun la recordaba, ella se aferraba a sus ropas y temblaba como si estuviera expuesta al más mórbido hielo, cuando la señorita Isley le ordeno que se presentara, ella solo repetía el nombre Starfire una y otra vez con histeria, algo no estaba bien. Un día la curiosidad mato a Dick y Tim, y con la ayuda de un gancho oxidado y las habilidades de Jasón jugaron con la muerte al abrir la puerta de la dirección de la señorita Isley. Abrieron la gaveta principal e indagaron en sus expedientes; cuidadosamente, leyeron el expediente de Starfire, descubrieron que su verdadero nombre era Kory Anders, que su madre era adicta a las sustancias alucinógenas y un día sufrió de una sobredosis y no había nada más. Aun sabiendo el nombre verdadero de Starfire, nadie la llamo Kory. Al principio Star no hablaba con nadie, no decía nada coherente, apretaba sus labios, apretaba su piel bronceada y se ponía a mascullar por bajo. Gracias a Dick y a los libros de lingüística de la biblioteca de la escuela, Starfire comenzó a hablar y socializar con los demás. Tal vez Starfire nunca le agradeció Dick, pero cada vez que Star miraba a Dick a los ojos se podía ver que él era su galaxia.

En un momento Tim deseo ver a alguien así, como su mundo, como su sistema solar, como su galaxia entera. Jasón diría: “tonterías” era una corazonada.

La otra chica restante era Cassandra Cain, ella era la más renuente del grupo, su mirada y sus manos parecían estar al asecho de cualquier movimiento importuno, incluso la señorita Isley y su novio, amante, esposo (nunca definido) le tenían miedo.

Los ruidosos bostezos hicieron voltear a todos en dirección de las escaleras. Ahí estaba, con el largo cabello pelirrojo mojado y con el rostro exageradamente maquillado: Pamela Isley.

A tropiezos, Pamela Isley logro tomar un asiento en la mesa y comer.

—¡Estoy tan harta del cereal! —grito, restregándose los ojos rojos

—Si comprara otra clase de comida fuera diferente…—murmuró Jasón

Pamela levanto la mirada

—¿Qué dijiste, maldito? —gruño

—¡Nada, Nada! Solo repasaba formulas, hoy tenemos examen de matemáticas—interrumpió Dick—, ¿verdad? —Dick amenazo con la mirada a su hermano

Jasón puso los ojos en blanco

—Si—respondió

Pamela Isley se encogió de hombre y emitió una baja risa

—Pues más te vale ¡Oye, alienígena, pásame la leche! —le ordeno a Starfire

Star agarro el cartón de leche. cuando iba a pasarlo, el rápido movimiento del brazo provoco que su tazón cayera al suelo. Todo se esparció en el suelo.

 Antes de que alguien hiciera un movimiento, Pamela se levantó de su asiento y le lanzó una fuerte cachetada a Starfire. Star se agacho en el suelo, junto sus manos y comenzó a pedir perdón, de la misma forma histérica como cuando repetía su nombre la primera vez que entro por la puerta de la casa.

—¡Eres una estúpida! —le grito

Tim vio como Dick ponía su mano sobre la mano de Jasón, la patada que la señorita Isley le había lanzado a Starfire en la cabeza estaba provocando a Jasón explotar. No necesitaban más de esta escena.

—¡Limpia este desastre! ¡Ahora!

—Sí, Si, Si, perdóneme—lloraba Star, recogiendo cada pedacito de vidrio con sus manos

De mal gusto, Pamela Isley termino su desayuno y se puso de pie, tomo sus llaves y se volvió hacia el grupo de chicos atemorizados.

—¿Qué esperan? ¡Vámonos a la escuela! ¡Tal vez así aprenden algo!

En silencio, todos se pusieron de pie. Jasón maldijo por bajo y cargo a Damián con él. Como Damián tenía apenas dos años, él tenía que quedarse en una guardería, la señorita Isley grito desde el primer día que nunca cuidaría a un bebe.

Todos subieron a la camioneta y nadie dijo nada en el viaje. Dick se acercó a Starfire y le limpio las lágrimas.

El escape, así llamaban todos a la escuela, solo ellos y si rastros de Pamela y su amante, novio, esposo.

En el momento que vieron la camioneta de Pamela desaparecer a lo lejos, todo el grupo pudo respirar con normalidad

—¡Esa maldita perra! —grito Jasón. Dick no lo sermoneo—¡Un día, Un maldito día me voy a ir de esa estúpida casa y esa perra me va a conocer!

Starfire se rompió a llorar

Raven se acercó a ella y la tomo por los hombros

—Eres escorpio ¿no? Leí tu horóscopo, dice que hoy será un día lleno de optimismo—dijo Raven

Starfire abrió la boca, pero no dijo nada

—Fue un momento triste, Star, no un mal día, el día aún no termina—continuo. Star asintió ahogando su llanto

—Vamos, te llevare a la enfermería, tienes las manos cortadas—dijo Dick

En el resto de la mañana no ocurrió nada bueno que destacar, sin embargo, la profesora Karen Starr llamo a Tim al final de la clase. Tim recibió su examen de matemáticas y como era de esperarse su calificación fue perfecta, la profesora Karen le felicito y le entrego un listón.

 

 

 

 

 

La emoción de haber obtenido una calificación perfecta y un premio se desvaneció cuando encontró a si mismo varado en la salida, regreso al colegio para revisar la hora, efectivamente habían pasado tres minutos desde la hora de salida, eso significaba que la señorita Isley lo había dejado. Eso ya le había pasado dos veces, la primera con sus hermanos y la otra con Raven.

Irónicamente, a la hora de salida Pamela Isley era muy puntual y gracias a ello, impuso una ley, si los niños se atrasaban dos minutos ella se iría y los dejaría.

Tim bufo por bajo y comenzó a caminar. El camino al orfanato no estaba tan lejos, pero era muy cansado. Entrando en el vecindario un perro blanco llamo la atención de Tim, nunca lo había visto por ahí.

Tim se agacho y acaricio la cabeza del perro ¿se extravió?

Cuando Tim busco a ponerse de pie sintió como si un camión lo hubiese golpeado. Se encontró en el suelo con un fuerte dolor de cabeza y un ardor en la rodilla.

—O-Oye Oye ¿estás bien? ¡No pude verte! ¡me distraje!

La cabeza de Tim dejo de girar y miro por encima de su hombro, sus ojos se encontraron con un chico de cabello negro y ojos azules como los de él, excepto que el ganaba en musculatura. Vestía ropa de ejercicio y un auricular caía a lo largo de su suéter.

—¿Estas bien? —volvió a preguntar

Tim asintió y se puso de pie, sin embargo, el dolor en la rodilla provoco que su rostro se crispara.

—Bien, Bien mira esa rodilla, ven a mi casa puedo curarla, mi abuela tiene un gran botiquín de primeros auxilios—ofreció

Antes de que Tim aceptara o negra, él ya estaba siendo halando por su muñeca. El perro ya los seguía.

—Quédate aquí—le dijo mientras lo dejaba en las escaleras de la entrada de la casa del chico.

Él vivía a cuatro casas del orfanato y era extraño porque Tim no lo había visto nunca, ni siquiera en la escuela.

Tim respiro el aire de media mañana y le echo un vistazo a la desolada calle de Smallville

La puerta se abrió y Tim miro hacia atrás y luego hacia adelante.

—Déjame ver tu rodilla—pidió extendiendo la mano. En la otra mano sostenía un algodón

Tim le extendió la rodilla, el chico la sujeto y con cuidado presiono el algodón en el pequeño orificio del pantalón que se había formado a la altura de la rodilla. El chico lo presiono varias veces para limpiar la sangre, luego cello la herida con una bandita.

—¿el alcohol no ardió? —pregunto

Durante la curación, Tim no había retrocedió y saltado de dolor, él ya estaba acostumbrado a sanar y a sanarse las heridas, un raspón en la rodilla no era nada.

—No—respondió

El chico le sonrió

—¿Cómo te llamas?

—Timothy ¿Cómo te llamas tú?

—Conner

 

El siguiente día de clases, cuando Tim se encontraba sacando sus libros de ciencias él no se percató de un grupo de chicos que venía riendo, luego noto sus presencias cuando lo empujaron con brutalidad dentro del casillero.

Tim cayó al suelo, sus otros moretones aún no habían sanado del todo. Ese golpe se sintió como el de ayer.

El grupo comenzó a reír

—¡Buen trabajo, Conner! —otro chico palmeo la espalda de Conner con orgullo

Los ojos de Tim se abrieron de asombro, era el mismo chico que lo ayudo ayer, pero este no era como el de ayer. No entendida nada.

¿Qué estaba pasando?

Notas finales:

Espero que me digan que les ha parecido, sus comentarios cuentan

nos vemos


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