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Obsesión. por NennyCx

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Notas del capitulo:

¡Muchas gracias a los dos lectores que comentaron! :3 


Me alegra que les haya gustado el capitulo anterior y pues aquí esta el segundo.


Al resto del publico que también este leyendo este fanfic pues espero les guste... Aunque no sé si sea adecuado decir eso... En fin... Aquí esta el resto... 

El día de la fiesta había llegado prácticamente en un abrir y cerrar de ojos. Misaki y Usami se vistieron con un elegante traje y se dirigieron en el deportivo rojo del escritor al hotel donde seria la fiesta.

El más joven rompió el silencio.

—Dime Usagi, ¿No me veo un poco ridículo? No es la primera vez que uso un traje pero aún no me acostumbro. –El mayor volteo rápido pero cariñosamente al asiento del copiloto, analizo a su niño y con una sonrisa contesto su duda.

—¿Pero que dices? A mi me parece que estas bien. De hecho, Misaki se ve más adorable en traje.

El castaño se sonrojo ante el comentario y vio de reojo como el escritor acercaba su mano para tomar la suya. Quizá en señal de apoyo para que no se sintiera mal en su aspecto, o bueno, eso fue lo que le dio a entender su acción.

Una vez que llegaron a su destino tuvieron que separarse en muchas ocasiones ya que Usami tenia que convivir con varios autores más. Por si no fuera poco, por ser alguien muy importante en la empresa tenia que dar un discurso, el cual "no le avisaron con tiempo" o eso le quizo hacer creer a Misaki ya que si hablamos de tiempo fue al que mas le dieron pero como siempre dejo todo al último minuto. Al no haberlo preparado tenia que improvisar delante del público.

—Tks, que fastidio, Misaki esperame aqui.

—¡Ah! No te preocupes Usagi-san, iré al baño.

Una vez que se había ido el sensei, Misaki se dispuso a buscar el baño.

Pasaron alrededor de 10 minutos y aún sin éxito seguía buscando el baño. Las ganas de hacer sus necesidades se hacían mas presentes y el castaño apresuraba más el paso porque sentía que no alcanzaría a llegar.

Estúpido hotel gigante me hace perder mi tiempo y por si no fuera poco me hace perderme a mi.

Deambulando por el hotel abrió una puerta pensando que ahí estaría lo que buscaba.

Encontró un gran cuarto, con una hermosa decoración, una sala que hacía juego con las tonalidades de las paredes y una pequeña mesita de vidrio en la que yacían una botella de vino con dos copas, pero... Eso no era todo, una sombra estaba sentada en un gran sillón y al momento de oír la puerta abrirse volteo levemente mientras una voz lo llamaba.

—¿Takahashi-kun?

—¡¿I... Ijuuin-sensei?! —contesto algo nervioso el castaño.

¿Por que será que siempre me lo encuentro cuando menos lo quiero?

—¿Qué hace aquí? —pregunto Misaki un poco extrañado.

Todos los autores estaban en la fiesta y que él se encontrara solo en esa habitación le causaba raro.

Con una sonrisa, sensei le contesto.

—Eso mismo me pregunto yo ¿Qué haces aquí? ¿Como llegaste a mi habitación?

—¡Ahh! Es que... ¡Lo siento! estaba en busca del baño y me perdí, disculpe las molestias, me retiro.—apenas alcanzó a dar media vuelta cuando la voz de Ijuuin lo detuvo.—¡Espera! Este cuarto tiene baño, justo ahí esta —dijo señalando una puerta color melón.

Misaki no podía rechazar esa oferta pues sentía que su vejiga explotaria ya que tenia mucho tiempo aguantandose.

—Gracias sensei, pasaré rápido, con permiso.

Al salir de aquel baño Ijuuin se acercó a Misaki y con una voz suave lo invito a quedarse un rato más, diciéndole que tenía una sorpresa para él. Lo tomo de la mano y lo sentó en el sillón donde se encontraba.

¿Sorpresa?

—¿Qué pasa sensei?

 

—Extiende tus manos Takahashi-kun.

Misaki sin ninguna objeción obedeció aquellas palabras y  observó como el mangaka sacaba un pequeño objeto de su bolsillo y ¡Vaya sorpresa! Un llavero de “The Kan” que ni siquiera había salido a la venta le era entregado. Misaki un poco sonrojado y muy emocionado se dirigio al dibujante de manga.

—¡Woah! Sensei muchas gracias no debió haber hecho esto, ¡Enserio gracias! –sus ojitos de fan boy comenzaron a brillar y su emoción era muy obvia.

A sensei le gusto mucho su actitud, le parecía algo lindo de su parte su forma de actuar. Sin duda Misaki era alguien inocente. Muy inocente de hecho.

—No es por nada Takahashi-kun, quien mejor que tú para tener un objeto así, ¿Que te parece si lo festejamos?

—¿Festejar? ¿A que se refiere sensei?

—¿Pues que te parece si con una copa vino? –contestó como si fuera lo mas obvio del mundo. —Además algo de compañía no me haría mal, en estos momentos me siento algo solo –comentó con algo de tristeza, y Misaki se pudo percatar de eso.

Ijuuin no espero la respuesta de él, solo se limitó a servir el líquido en una segunda copa.

—P-pero sensei, yo no bebo.

—Una copa no te hará daño Takahashi-kun, toma. –tomo la copa y se la dio a el castaño.

Misaki acepto aquella copa por muestra de agradecimiento y porque pudo ver que sensei se veía realmente triste. Quizá... Realmente se siente solo.

Lentamente fue saboreando el alcohol y Misaki soltó un comentario. —Este vino se siente muy ligero –y se bebió la copa muy rápido.

Ijuuin aprovechando su comentario le servía más vino argumentando que no iba pasar nada porque no tenia mucho alcohol.

El tiempo paso y de pronto la platica entre ellos se torno larga, hablando diferentes temas e incluso de cosas absurdas. Riendo y bromeando como si fueran amigos de toda la vida.

—¡Hahaha! —solto una carcajada Misaki —Sensei... realmente es usted... Muy... Divertido...

Los efectos del alcohol hicieron que Misaki cayera desmayado en el regazo de sensei. Ijuuin por su parte sonrió. Él tenia otros planes para Misaki y ninguno de ellos era con buenas intenciones. Planes con los que siempre había soñado y hoy por fin se harían realidad.

—Takahashi-kun... —lo llamaba mientras le acariciaba el cabello, pero no había respuesta, al contrario, acomodaba mejor su cabeza en las piernas de Ijuuin.

Ijuuin se levanto y acomodó delicadamente el cuerpo de Misaki en el sillón, dejándolo totalmente acostado. Por suerte el sofá no era tan pequeño y cabían perfectamente los dos así que opto por sentarse a un lado de él.

Tomo uno de sus brazos y lo elevó un poco para posteriormente dejarlo caer pero nuevamente no hubo respuesta.

—Si que te pusiste ebrio Takahashi. –sensei se acercó a su oreja para susurrarle. —Yo tratare de quitarte lo borracho. –mordio delicadamente el lóbulo de su oreja.

—He~ –solto una risita Misaki al momento en que movía su cabeza hacia otro lado.

—Tan lindo... –se acerco un poco a él y le dio un tierno beso en la mejilla.

Ya acostado en el sillon le empezo a quitar su ropa delicadamente. Comenzó por la parte de arriba, aflojo su corbata, desabotono suavemente su saco y en seguida su camisa, dejando al descubierto el torso del menor; sus pezones  ligeramente rosados le daban un cierto aire de inocencia. Paso algunos dedos acariciando desde el pecho del menor hasta su estómago, éste enseguida al sentir contacto se tenso un poco.

—Nggh... –solto un pequeño quejido y un escalofrío lo invadió, aun así no abrió los ojos, estaba muy cansado y ebrio. Sensei solo soltó una sonrisa.

Después se dirigió a su parte baja y con él mismo cuidado de antes le desabrocho el cinturón. Cuando ya estaban flojos sus pantalones los bajo muy lentamente, impacientándose un poco por ver los muslos del menor. A pesar de que era hombre, Misaki tenia buenas piernas, eran blancas, suaves y delgadas, pero no tanto. Se veía perfecto, bueno, a los ojos de Sensei era así.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Que decir de su trasero, tenia lo suficiente para presumir. Sin duda la ropa escondía su verdadera figura. No podía negarlo, Misaki realmente era atractivo y con un cuerpo que parecía frágil pero con cada cosa en su lugar. Se mordió el labio al ver que se acercaba a una parte muy sensible. Tomo el miembro del menor sobre el boxer y lo acarició un poco. Quería hacerlo de emoción eso lo excitaba cada vez más. Al sentir el contacto, Misaki abrió un poco los ojos.

—¿Usag-gi...? —fue lo único que dijo el castaño, estaba perdido, para ser sinceros no sabia ni en donde estaba.

Sensei tenia unos ojos parecidos a los Usami aunque claro sus diferencias se hacían notar en cuestión de segundos pero Misaki no tenia la capacidad para notarlo; los efectos del alcohol no lo hacían pensar con claridad y  con las copas de más lo confundia fácilmente.

—No lo menciones a él en un momento así –fue lo que le dijo Ijuuin.

Dicho esto, se acerco al miembro de Misaki y paso su lengua sobre la tela del bóxer. A continuación, le arrebato la ropa interior, esta vez no lo hizo suave como anteriormente, lo hizo violentamente. La parte baja de sensei empezaba a tomar forma y el no podía aguantar mas.

Deseaba con todo su ser poseer a aquel niño. Tenerlo a su merced, escucharlo gemir y con suerte oirlo gritar su nombre. Toda su mente era un caos de fantasías que esperaba hacerlas realidad en ese mismo instante.

Se separó un poco de él para contemplar mejor su cuerpo; su respiración era agitada, sus ojos levemente cerrados, un fuerte sonrojo, que ya no se diferencia si era por el alcohol o la vergüenza, se apoderaba de su rostro, sus labios semiabiertos y por si no fuera poco su camisa abierta mostrando sus pezones rosados y endurecidos; era una imagen muy excitante.

Quería guardar esa imagen para siempre. Llevar un recuerdo de esa noche y es que, tenerlo desnudo frente a él era como un sueño, él siempre había querido que llegara ese día.

No lo dudo ni un poco y tomo la cámara que cargaba con él. Misma que se encontraba en una mesita de por ahí cerca. Originalmente la ocupaba para sus viajes de recolección de datos para su manga pero a la mierda eso.

Empezó a fotografiar al chico. El flash de la cámara perturbaba a Misaki y empezó a moverse un poco de un lado para el otro.

Dejo de lado la cámara y empezo su deber. Tomo la mano de Misaki para así entrelazar sus dedos mutuamente como si de una pareja se tratara y empezó a lamerlo y llenarlo de besos por el cuello. Le frustraba no poder dejar marcas, si las dejaba su plan se vendría abajo. Bajo hasta sus pezones y empezó a succionarlos y dar pequeños mordiscos.

—Nghh... Y-ya...

Misaki perdía la cordura con tan solo un roce. Bajo un poco más hasta el miembro del menor que empezaba despertar.

El liquido preseminal se hacia presente, el tiempo si que volaba y debía apurarse y sin pensarlo más llevo esa parte hasta su boca. Empezó a llenarlo de pequeños besitos, lamerlo repetidas veces, para después succionarlo tanto como le era posible mientras una de sus manos se encargaba de masajearle sus testículos.

El castaño en un impulso enredo sus dedos en el cabello negro de sensei mostrándole el ritmo al debería ir.

—Y-ya... No pu-puedo... Misaki se corrió en su boca y sensei gustoso trago aquel liquido caliente.

—Delicioso –fue lo único que dijo sensei limpiando algunos rastros que quedaron en sus labios.

Ya no podía esperar, su parte baja crecía cada vez más, ansiando estar dentro de aquel cuerpecito blanco y frágil.

Metio dos de sus dedos a la boca de Misaki. Éste con dificultad reaccionaba y al quererlos expulsar de su boca con la lengua, lo que hacia era lubricarlos con su saliva. Cuando vio que era suficiente, sensei saco los dedos y los introducio en la entrada del menor.

—¡Ah!, ¡Me duele! –solto un grito Misaki. Le había dolido tanto y ese dolor lo hizo despertar un poco pero no lo hizo reaccionar para huir de ahí.

—Lo siento Takahashi-kun no pensé que eras tan sensible —contesto sarcásticamente Ijuuin.

—¡Aghh¡ Espe...

Misaki quería hablar pero sentir como algo se movía dentro de él lo distrajo. Ijuuin comenzo a meter y sacar los dedos en forma de tijera para dilatarlo. El cuerpo de Misaki comenzó a corresponder sus acciones y su miembro comenzó a tomar forma. Ijuuin dedujo que ya estaba listo su pequeño cuerpo, tomo las piernas del menor y las puso a la altura de sus hombros, enseguida entro de un solo movimiento.

—¡Usagi-san! Duele... –decia el castaño, aun confundiendo el mangaka con su amante.

Ijuuin se molesto. El solo imaginarse cuantas veces Usami había tomado el cuerpo del menor, tanto para acostumbrarse a decir su nombre a cada rato le enfadaba. Él quería hacerle pasar el mejor rato, quería que lo disfrutara al cien por ciento, tanto que regresara a sus brazos rogando porque lo hiciera suyo tantas veces quisiera. Sus ideas eran algo locas pero pensaba que funcionaria.

—Takahashi-kun, de verdad... Me vuelves loco. –Ijuuin lamió la mejilla del menor.

Quería probar todo de él sin excepción. Y comenzó su deber. Empezó a embestirlo muy rápido, con él era obvio que nada iba lento y es que, quería darle al castaño el mejor sexo de su vida y así no olvidara tan fácilmente su encuentro esa noche.

—¡Ah!

—¿S-se siente b-bien T-Takahashi-kun?

—S-si ¡A-ahí...! –Misaki tan perdido estaba que empezó a ser honesto diciendo lo que realmente pensaba.

La verdad, lo estaba disfrutando como nunca. El alcohol altero un poco su apetito sexual y lo hizo más sensible a cualquier tacto. Ijuuin recargo su frente en la del menor, sus miradas se encontraban y las expresiones que ponia Misaki retorciendose de placer lo encendian cada vez mas.

Su rostro aún colorado, sus ojos levemente cerrados y de ellos salían pequeñas lágrimas ocasionadas por el dolor que al principio sintió, un hilo de saliva salia de la comisura de sus labios; su apariencia tan delicada le lleno de energía y cuando estaban a punto de llegar al clímax lo beso.

Abrió paso en la boca de Misaki e introdujo su lengua explorando cada rincón de su boca, entre mezclándose sus alientos y el fuerte sabor a alcohol.

Lo beso como nunca. Mordiendo sin cuidado alguno y aprisionando los dulces y carnosos labios del menor sin parar, tomando pequeños lapsos de tiempo para tomar aire. Era su primer beso con él y ese beso lleno de pasión y lujuria lo demostró.

Ambos se corrieron, Ijuuin dentro del menor, Misaki ensucio el pecho del mayor y parte de su propia cara. Esa cara tan dulce como la de un niño que no rompe ni un plato realmente le gusto. Ijuuin lamió lento el semen que había en el delicado rostro de Misaki y después le dio otro beso para que él también probara un poco de ese liquido.

Ensuciaron parte del sillón y su alrededor pero eso no importaba. Ijuuin había cumplido su cometido. Tan pronto como acabaron Ijuuin se vistió rápidamente y limpio todo lo que habían ensuciado. Observó a Misaki que parecía que estaba a punto de dormirse y con una voz seductora se dirigió a él.

—No te preocupes Takahashi-kun no te dejare así –dicho esto se dispuso a vestirlo, incluso le puso la corbata.

—Así está mejor Taka... –sensei tomo una pequeña pausa y admiro más de cerca el rostro del castaño, quien se veia muy tierno al dormir. Acerco su mano a una de sus mejillas. —No... Misaki –junto sus labios a los de Misaki para despedirse de él con un suave beso.

Hecho esto el mangaka se retiró de aquella habitación. Al oír la puerta cerrarse, Misaki se empezó a mover un poco.

Los minutos pasaban y lentamente comenzó a despertarse.

—Auch –tomó su cabeza entre sus manos. —¿Q-Qué p-paso? –se preguntaba inútilmente ya que nadie podría contestar sus preguntas. No recordaba nada pero pequeños fragmentos de recuerdos llegaron a su cabeza.

Esa voz... No es la misma que siempre me llama. Esa voz... ¿De quién era? ¿Usagi? No... Esa voz...

La puerta de aquella habitación fue abierta nuevamente y Misaki intento sentarse en el sillón en el cual estaba acostado pero fracaso en su intento ya que su cabeza aun daba vueltas.

—¿Misaki? ¿Como encontraste la habitación que había reservado para nosotros? Esa voz era de esa persona, era de Usagi quien se acercaba a él mientras agarraba la botella de vino que ya había sido abierta antes. —Veo que ya la has abierto, ¿acaso será posible que me estabas esperando para beber juntos? Te has vuelto un poco descarado Misaki, justo ahora te iba a buscar.

Mientras Usami le contaba el porqué no había podido llegar antes, preguntas se desarrollaban en la mente de Misaki ignorando completamente la conversación con el escritor.

¿Como llegue aquí antes que Usagi?, ¿Por que mi boca sabe a alcohol?, ¿Quien estaba antes en esta habitación?, sera que era... ¡¿Ijuuin-sensei?! ¿Como supo que nos quedaríamos en esta habitación? Y más importante, ¿Que paso entre él y yo?

Inocentemente, Misaki Takahashi cayó en la boca del lobo, aquel lobo al cual le tenía un gran aprecio y que en un momento de debilidad se aprovechó de su inocencia y honestidad.

Notas finales:

 ¡Gracias por leer hasta acá!


Espejo actualizar pronto, la verdad es que he subido los capítulos desde mi celular y es un poco difícil.


Posdata.- Aún es muy pronto odiar a Ijuuin... Bueno, yo solo digo...


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