La pequeña ciudad de namimori esta regida por la familia Hibari una antigua familia de vampiros, todos en el pueblo eran humanos pero sabian que de la existencia de ellos despues de todo no se ocultaban y al hijo menor de aquella familia Hibari Kyouya le gustaba dejar en claro quien mandaba, él ponia el orden, nadie salia y entraba de la ciudad sin su consentimiento, es por eso mismo que la presencia de un nuevo cura en la ciudad les sorprendia demasiado, no habia sido anunciado un cambio y el tipo habia entrado segun los rumores sin que hibari lo supiera, tal vez era demasiado valiente o demasiado tonto, optaban más por la segunda.
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Eran las 3 de las mañana cuando dino cavallone y sus hombres cruzaron el bosque de namimori entrando a la ciudad con el mayor sigilo posible, media hora después ya estaban en la iglesia de la que dino seria el nuevo cura.
- De quien fue la brillante idea de hacerme pasar por un cura
Dino suspiró cansado en cuanto llego a su habitación y se tumbo en la cama, no entendía por que tenia que hacer esto.
- De reborn, jefe
- ¿!Pero en que esta pensando reborn¡? no me he leído ni la tercera parte de la biblia como espera que pueda hacerme pasar por un cura!
Romario río divertido ante la desesperación de su jefe.
-Entonces creo que es un buen momento para hacerlo.
Dino bufo.
- No es divertido, enserio. Un jefe mafioso como cura parece un chiste de mal gusto, comenzando por los tatuajes hay muchas cosas por las que quejarse.
Romario dejo que su jefe siguiera quejándose después de todo tendría que hacerlo quisiera o no, ya todo estaba preparado.
- Por que no profesor de ingles? o un mecánico, o no se un mensajero, o que se yo cualquier cosa!
- Reborn cree que es mas fácil encontrarlo así, la mayoría de los mafiosos y narcotraficantes suelen ser muy religiosos, puede haber un chance de que se confiese y ya que eres un "padre" estará seguro de que esa información no saldrá de ahí.
Dino suspiró, sabia que era cierto pero aun tenia cierta reticencia a hacerlo. Mentirle a la gente nunca le había gustado además de que tampoco era demasiado religioso.
- ni modo, aunque me cueste admitirlo es una muy buena idea. Por ahora vamos a dormir lo que podamos, mañana empezaremos el plan.
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Al día siguiente
En la mansión Hibari
Se levanto con pereza no necesitaba un despertador siempre despertaba a la misma hora 4 de la tarde, la hora en que empezaba sus rondas ya que el sol solía bajar y se iba a dormir a las 5 am, el resto del tiempo sus hombres hacían las rondas. No era que el sol lo matara como en los absurdos relatos de los humanos, pero su piel era mas sensible así que se enrojecía y picaba algo parecido a la alergia al sol así que preferían la noche, total podían ver en la oscuridad.
Bajo a comer y ya estaba toda su familia ahí.
- Buenas tardes
Fue su saludo para todos
- Buenas tardes kyouya - le saludo su madre Ieyasu Sawada
- Dormiste bien?
- Hn
- Buenas tardes hermano.
Saludo su siempre apacible hermano, fon. Su padre Alaude en cambio aunque su miraba fuera estoica había un deje de molestia y seriedad en ellos.
- Que estabas haciendo anoche?
- Vigilar el pueblo como siempre.
- Pues no parece, dejaste entrar un intruso. - en su voz se notaba el enojo.
- Mientes, es imposible.
Nadie se le escapaba, podía sentir la presencia de todos y sabría si alguien entro o salio de la ciudad, en ningún momento noto algo extraño.
- Como dices? - su mirada se afiló, no le gustaba que lo cuestionaran.
- Cariño lo que kyouya quiso decir es que estuvo atento y no noto nada.
Bufo no le gustaba que su madre saliera en defensa suya, el podía enfrentar sus propios problemas.
- No debe ser una persona normal si pudo pasar desapercibido - comento fon
- Así es, ya que fue tu error quiero que lo vigiles, si representa alguna amenaza desaste de él .
- Si, padre.
No le gustaba bajar la cabeza pues era muy orgulloso y le gustaba mostrar su fuerza a su padre, pero esta vez había sido su error.
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Busco en toda la ciudad hasta que halló al intruso, la ubicación le sorprendió: la iglesia de namimori.
Espero hasta la hora en que la misa diera inicio y entró, la gente le reconoció apartándose de él, se fue a una esquina de la iglesia y espero. En cuanto el padre salio supo era él.
La mayoría se sorprendió al ver al nuevo cura, hibari incluido. El tipo era extranjero indudablemente, su cabello rubio brillaba como el oro, sus ojos eran miel, muy joven para ser un cura de unos 23 más o menos y... guapo, bastante. El padre dio unas palabras antes de empezar
- Em..Ciao! - saludo con una sonrisa, la mayoria de las mujeres se sonrojaron y suspiraron.
- El anterior padre tuvo que irse durante unos meses, por eso vine en su reemplazo.
El padre dijo unas palabras más y empezó la misa, el realmente no le estaba poniendo atención a lo que decia estaba demasiado embobado mirandolo: sus facciones, su sonrisa, su voz, esta era como sus ojos miel suave, dulce. Sacudio su cabeza que demonios estaba pensando, ya parecia esas herbivoras enamoradas, incluso sentia sus mejilas arder, solo esperaria hasta que terminara la misa para poder morderlo hasta la muerte.