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Lo hice porque ¡Te amo! por Gabriela yaoista

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Notas del fanfic:

Los personajes no me corresponden solo a su Autora Shungiku Nakamura.                                           

Notas del capitulo:

Espero les guste. 




{{{Pov Autora}}}


— ¡Que rayos estaba diciendo aquel hombre! — Pensó el pelo plateado un tanto molesto y sorprendido


— Seis meses es lo máximo que le queda de vida — volvió a dictaminar el galeno con pesadez


El escritor estaba sumamente sorprendido, simplemente no podía ni quería creerlo

Quizás era un error pero el médico se le adelantó antes de volver a preguntar


— Hicimos los estudios dos veces — proclamó el doctor para asi matar definitivamente las ilusiones del ojos lila

Sonrío amargamente, se lo merecía, su propia pareja se lo había dicho hasta el cansancio y ahora era turno de aceptar las consecuencias pero no podía


— Podemos alargar un poco su vida con quimioterapias — expresó el médico intentando animar al escritor


— No — fue la respuesta de Akihiko y sin decir nada se retiró


Caminó hasta su automóvil se recargo con pesadez y preocupación


No podía decir que no lo merecía pero realmente no lo quería. Sabía que algo ocurriría si no dejaba de fumar y muchas personas cercanas a él se lo advirtieron pero el pelo plateado no tenia por quién vivir por lo que le dio igual pero ahora era distinto ahora tenía a su adorado castaño quién era lo más importante de su mundo.


Se subió a su auto y empezó a conducir mientras pensaba en su Misaki, simplemente no permitiría que el castaño se quedara a su lado viéndolo marchitar, tenía que hacer algo aunque ese algo lo matara por dentro.


Mientras tanto en el penthouse del escritor se hallaba un ojos esmeralda un tanto preocupado


Desde hace unos días se había sentido fatal demasiado mal que incluso había días en las cuales no deseaba levantarse de la cama, suspiró lentamente y volvió a sus deberes pero si esa situación seguía lo mejor sería ir al hospital.


De pronto escuchó la puerta abrirse y el castaño puso su mejor sonrisa


— Bienvenido — recito el menor con alegría


El pelo plateado no respondió a lo que el castaño se le hizo extraño. El ojos lila solo se quedó mirando atentamente a su amante como intentando grabar en su memoria todos los detalles del rostro de su amado, el silencio se volvió un poco preocupante para el ojos esmeralda por lo que estaba a punto de comunicarle que la cena estaba a punto de su cocción. Más sin embargo el escritor no quería desistir de su decisión


— Tenemos que hablar — anunció seriamente


Tras unos largos minutos el pelo plateado miró hacía un lado donde no estuviera su amado a lo que el castaño solo se limitó a llorar amargamente y fue así en tan solo unos cuantos minutos, que la historia de dos enamorados empezaba a terminar


¿Pero este realmente sería el final?

Continuará..... 

 

 

 

 

Continúa... 

 

• Pov Autora •


El ojos esmeralda no pudo siquiera pedir una razón, el nudo en su garganta se lo impedía. Sin querer saber nada solo, se limitó a subir a la habitación que el pelo plateado le había asignado como suya pero ahora sentía que jamás le había pertenecido


Su subconsciente le decía una y otra vez que era culpa suya, ya que después de todo el siempre lo había negado frente a todos, incluyendo a su hermano. A pesar de eso no podía evitar que le doliera


Lloró fuertemente pero sin ser escuchado, gracias a que había puesto la almohada en su rostro, su corazón estaba mas que destrozado. ¿Y ahora que haría? ¿Donde iría? Ya que dudaba quedarse allí y aunque el escritor se lo permitiera él ya no podría verlo no después de haberle pedido terminar.


Sin tantos ánimos empezó a empacar a pesar que eran ya las once de la noche. Salió de la habitación, al no ver rastros del pelo plateado el castaño se dirigió a la salida pero no sin antes de mirar todo por ultima vez, la tentación de quedarse e intentar arreglar las cosas con su amante pasó fugazmente por su mente pero el ojos esmeralda detestaba causar problemas y eso era lo que sería si se quedaba. Cerró lentamente la puerta al salir.



Tras salir del edificio el castaño sonrío amargamente para después caminar sin volver a mirar hacía atrás


Estaba ido y caminaba sin ningún rumbo cuando de pronto una voz muy gruesa le llamó


— ¿Te perdiste? Niño bonito.. — exclamó un hombre en tono de burla


El castaño estaba a punto de correr cuando de pronto chocó con otro hombre de estatura media pero cuerpo robusto y un tanto grotesco


El ojos esmeralda entró en pánico por lo que empezó a gritar ¡AYUDA!


Al día siguiente...



Un pelo plateado despertaba un poco incómodo y es que había dormido en una silla que pertenecía a su escritorio, salió de su escritorio y se adentró a la habitación de su adoración

Al ver la habitación vacía se sintió miserable pero eso era lo mejor o ¿No?


Intentó fingir indiferencia al no escuchar o ver a su castaño, caminó hasta la cocina y se preparó un café pero el horno de microondas había roto su taza y nuevamente se dijo a si mismo que no importaba, volvió a intentar su acción para asi lograrlo


Tomó su taza y subió a su estudio, comenzó a trabajar después de todo no tenía otra cosa que hacer. Tras terminar su taza de café el escritor tomó un cigarro a pesar de saber de sobra que esa adicción era la culpable de no estar cerca de su ojos esmeralda.


Volvió a fumar mas cigarros ya que no le importaba morir, todo lo que le importaba, se había ido en tan solo unos minutos el día de ayer.


Tras pedir comida a domicilio el pelo plateado empezó a vomitar al parecer la enfermedad era mas que real y ahora empezaría a sentirlo día a día. Sonrío tras irse a recostarse realmente la cabeza lo estaba matando.


Pero por alguna extraña razón su corazón le había dolido ayer por la noche pero ahora estaba en paz, lo que el escritor no sabía era que ese dolor era un presentimiento

Pasaron los días y el pelo plateado se sentía peor y el hecho de seguir fumando no le ayudaba mucho. Su salud empezó a decaer, tenía ojeras y estaba muy pálido, incluso se notaba algunos moretones en sus brazos



Pese a que su editora y su mejor amigo le visitaban seguido el pelo plateado seguía mal, tras enterarse que el escritor tenía aquella enfermedad, tanto editora como su mejor amigo le pidieron ir a las quimioterapias pero el albino era terco, sabía que hacer lo de las quimioterapias solo llegaría alargar su sufrimiento


Lo único que deseaba era que acabase todo de una buena vez.
En este instante se hallaba recostado en su sillón mientras soñaba despierto, soñaba que su castaño estaba a su lado mientras hablaban de trivialidades y una que otra risa se le escapaba al castaño.

De pronto recordó su realidad, estaba solo y a punto de morir pero a pesar de todo, seguía preguntándose que estaría haciendo su Misaki


Pero el ruido que provocaba el teléfono le distrajo, sin ánimos para nadie el albino tomó el aparato


— Diga — respondió el ojos lila


Tras unos minutos el pelo plateado dejó caer el teléfono


— No es cierto.... — susurró el escritor sin poder creer lo que le habían dicho.



Continuará

 


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