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Smut, sweet, christmas por Dakuraita

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Notas del fanfic:

¡Hola amores! Decidí escribir algo rapido para navidad.

💝 Dakuraita les desea lo mejor en estas fiestas 💝

Notas del capitulo:

🎉🎉🎉 🎀 ¡Disfruten, puro amor MuraAka! 🎀 🎉🎉🎉

Atsushi y Akashi estaban besándose, así de simple. Sentados en el sillón de la sala de la casa de Atsushi, el calentador estaba frente a ellos y daba una sensación agradable. Sin embargo, lo que les calentaba más eran esos besos húmedos. La lengua de Akashi jugaba con la de Murasakibara, y no pasó mucho antes de que empezaran a tocarse un poco más. Las cálidas manos de Atsushi se colaron bajo el suéter de Akashi para poder acariciar su pecho, puso sentir como se endurecían sus pezones con el tacto. Akashi tomó una de las manos de Atsushi y sin pena alguna se la colocó entre las piernas, quería ser tocado así mientras era besado y acariciado. Ah, era la mejor navidad que había tenido. Estaba con la persona que más quería teniendo una sesión de besos excelente, y seguro se podría mejor. Hace años que no gozaba así, hace tanto tiempo que no disfrutaba de esa fecha que hasta entonces le había parecido un día más.

 

Atsushi quería hacer de ese día algo especial para su amado pelirrojo, y decidió que lo haría bien.

 

Acostó a Akashi y luego se las arregló para colocarse entre sus piernas, le despojó de sus pantalones para empezar a lamer por sobre la tela de la ropa interior de Akashi. El dulce calor recorrió el cuerpo del pelirrojo. No satisfecho, el menor siguió acariciando su propio pecho, cerrando los ojos, gozando de lo que vendría a continuación. Murasakibara procedió a hacerle una felación. Akashi sentía que la lengua de Murasakibara se movía tan cual como si estuviese lamiendo una paleta, tal vez era una paleta helada que empezaba a derretirse en la boca del mayor y hacer un desastre. Pero Murasakibara lejos de quejarse continuaba, aceleraba, se aseguraba de enfocarse en el glande, hasta que por fin Akashi se corrió en su boca. Atsushi no tuvo problemas en contenerlo en su boca, no quería derramarlo sobre el sillón.

 

Akashi abrió la boca, sabía que seguía a continuación. Atsushi se acercó a él y entonces abrió la boca, dejando que la semilla de Akashi terminara en su boca, para luego besarlo. Akashi estaba acostumbrado a ciertas cosas extrañas, y el morbo al hacerlas le encendía aún más. Atsushi podía hacerle lo que sea, y de cualquier manera lo disfrutaría.

 

—Aka-chin~ —llamó con sensual voz el mayor—. Tengo un regalo más para ti.

 

Atsushi se levantó y buscó una caja, la caja contenía una de esas capsuladas rosadas, un vibrador para ser exactos.

 

—Aka-chin… me harás sentir bien a mí también, ¿cierto?

 

—Sí —respondió seguro.

 

Atsushi tomó asiento en el sillón, y Akashi pasó a hincarse en el suelo, quedando entre las piernas de Murasakibara, quien lamió un par de veces aquel nuevo vibrador, mientras Akashi se tocaba a sí mismo, preparado para recibir aquel aparato. No había lugar para el decoro entre ambos, no había lugar para la decencia o la pena, solo el placer y el calor que los consumía.

 

Akashi tomó el vibrador y lo introdujo con delicadeza en su cuerpo, arqueando la espalda, el placer se reflejaba en su expresión, no necesitaba gemir, aun si esos excéntricos labios se reusaban a soltar sonido alguno, su cuerpo mostraría sin pena la realidad en él. Era un pervertido, un depravado… y se sentía excelente serlo. Murasakibara le había mostrado un camino curioso a Akashi, uno donde estar manchado de pecado era éxtasis puro, uno donde desafiar lo que está bien es lo que da sentido a la vida.

 

El pelirrojo desabrochó el pantalón de Atsushi y sacó su falo al aire, ya estaba duro por supuesto, Murasakibara siempre se excitaba con la simple imagen de Akashi, su mirada, sus labios, su cuerpo semidesnudo, su aspecto perfecto desalineado… era erótico, sin duda.

 

Ahora Akashi estaba dándole la felación a Murasakibara, no era sencillo engullir todo, era considerablemente más grande, pero con sus manos y algo de esfuerzo lograba hacerse cargo de ello. La lengua de Akashi subía y bajaba, iba de un lado a otro, se detenía un poco en la punta, rodeando el glande repetidas veces para luego succionar en la abertura de la uretra. Murasakibara gozaba particularmente ese gesto. Las manos agiles de Akashi jugaban con sus testículos, con la base, sabía exactamente cómo y dónde tocarlo, la practica ayudó bastante.

 

—Parece que estás lamiendo algo delicioso… —comentó Atsushi, sonriendo con morbo, acariciando la cabellera de Akashi.

 

Akashi se detuvo un momento, su rostro estaba rojo. Dudó, pero terminó por decir.

 

—Si eres tú… está bien —era su forma algo orgullosa de corresponder aquellas sucias pero emocionantes palabras.

 

Atsushi procedió a encender el vibrador, Akashi reanudó su trabajo, aunque Atsushi podía sentir ahora ligeras exhalaciones, el aliento de su pelirrojo se hacía caliente y ahora procedía más lento. Las caderas de Akashi se movían ligeramente, como si intentase mover aquel vibrador. No era suficiente. Y el mayor se dio cuenta, así que, haciéndose un poco hacia adelante, estirando su brazo, pidió: —Alza tus caderas, Aka-chin —una vez listo, sus dedos empujaron el vibrador para que llegara a nuevas profundidades. Akashi no pudo evitar soltar un audible suspiro, su cuerpo entero se estremeció. Una mano suya no aguantó y sencillamente bajó hacia su nueva erección para darle atención.

 

—Suficiente, Aka-chin, eso se sintió delicioso, gracias —Murasakibara premió con besos a su querido pelirrojo, y le lazó del suelo, pero no le quitó el vibrador. Tomó un lazo rojo que venía en la caja donde estaba el vibrador y la amarró en la base del pene de Akashi. —Las sorpresas deben abrirse en el momento indicado —Akashi se sorprendió pero no pudo decir más, antes de tener la oportunidad el miembro de su pareja se hacía paso, con todo y vibrador adentro, de hecho, el falo de Atsushi lo empujó un poco más. El pelirrojo sentía el vibrador siendo presionado contra su próstata, lo volvió loco, se sentía tan bien que no dudó en empezar a moverse por sí mismo. Atsushi decidió cooperar y empezó a envestir a Akashi quien simplemente parecía pararse y sentarse cada que ocurría. Atsushi seguía sentado en la misma posición así que de vez en cuando echaba la cabeza hacia atrás, recargándose en el sillón. Su pelvi empujaba con fuerza. Atsushi tomó los brazos de Akashi y este, comprendiendo lo que quería, se quedó quieto para lograr ese efecto de tensión y recibir estocadas más fuertes, estaba siendo penetrado con todo.

 

—Quiero venirme… Atsushi, quiero venirme —se quejó, no paraba de exhalar, su lengua estaba afuera, era un gesto extraño y le hacía sentirse como perro pero era imposible no hacerlo. Su mirada empezaba a perderse, solo quedaba mundano y maravilloso placer azotándole, torturándole, penetrándole.

 

—Solo un poco más… Aka-chin, se siente… excelente —jadeó Atsushi, quien ya respiraba a ritmos anormales, excitado cual bestia ejerció aún más fuerza. La punta de su pene chocaba contra el vibrador lo cual generaba un cosquilleo placentero. Akashi gritaba cada que estos dos objetos chocaban, pues mezclaban dos maravillosas sensaciones, y a su vez presionaban su próstata. Podía sentirlo, estaba listo para eyacular, pero era imposible, el listón impedía el paso a su semen.

 

—A-Atsushi, por favor —gimoteó suplicante, podía ver el color de su miembro oscureciéndose un poco por la falta de circulación.

 

—¿Puedo venirme en ti? —preguntó Atsushi.

 

—Haz lo que quieras —se quejó Akashi, jadeando—. ¡Solo deja que me corra!

 

Entonces Atsushi sentó con tremenda fuera a Akashi otra vez, dejando que su miembro llegara hasta lo más profundo posible, Akashi sin pensarlo dos veces abrió sus piernas lo más que pudo, sentía las vibraciones incluso en su estómago, sus caderas no dejaban de menearse y el clímax estaba cerca, su entrada hacía empezado a presionar el miembro de Atsushi con ligeras contracciones que indican que se está llegando al punto máximo del placer.

 

Un último ligero empujón y Atsushi sintió cómo se corría sin problema alguno, procurando que su eyaculación explotase en todo el interior de Akashi.

 

El pelirrojo arqueó su cuerpo, había llegado al clímax pero no pudo correrse aún, Atsushi no le quitó el listón. Akashi gritó desesperado, su voz derrochaba deseo suplicante.

 

—¡A-Ah!... N-No puedo… parar —gimió mientras empezaba a moverse de nuevo, el semen de Atsushi se resbalaba y el vibrador seguía haciendo presión. Akashi empezó a gritar, se sujetó de Atsushi, estaba sufriendo por lo que se conoce como «dry orgasm» u orgasmo seco. Se sentía de maravilla y era alucinante, aunque era ligeramente doloroso, sentía como si no pudiese detenerse de venirse. Las vibraciones y contracciones en su entrada se hicieron más potentes, Atsushi soltó un gemido también, se acaba de venir pero la sensación del vibrador y cómo Akashi lo apretaba lo llevó a venirse de nuevo.

 

Akashi tenía una sonrisa en sus labios, no pudo evitar llevarse sus dedos a la boca para tener algo que lamer, era algo que usualmente hacía Atsushi y le agregaba mucho morbo que terminaba por sentirse bien, pero tuvo que hacerlo por sí solo.

 

—A-Atshuhi… —articuló difícilmente.

 

Atsushi apartó la mano de Akashi y procedió a besarlo, gozando de los segundos de excitación orgásmica que quedaban, terminando por remover el lazo del pene de Akashi, dejando que el semen saliera sin problema… Oh, la alfombra ahora tenía una gran mancha.

 

Murasakibara salió de Akashi y retiró el vibrador, Akashi aun jadeaba satisfecho y se estremecía ligeramente, los espasmos fueron reduciéndose.

 

El mejor regalo de navidad, sin duda alguna, pensó Atsushi.

 

—Feliz navidad… Atsushi.

 

—Feliz navidad, Aka-chin.

 

Luego de besarse un poco más, Atsushi se levantó y se llevó a Akashi en brazos, gozaron de un baño caliente juntos, para luego irse a la cama.

 

Quizá Santa no llegaría a su casa, pero eso no importaba, porque el mejor regalo era poder descansar en paz juntos.

 

—Te amo Aka-chin —susurró Atsushi, dejando unos últimos besos en el rostro de su amado, quien ya había sucumbido ante el cansancio y estaba profundamente dormido.

 

 

 

💝 Feliz navidad, ángel mío. 💝

 

 

Notas finales:

¡Espero lo hayan disfrutado! 

Adoro el MuraAka ♥


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