CAPITULO I
Era un noche calurosa en el número 4 de Privet Drive; Harry había terminado de hacer todos sus deberes que su tía Petunia le había impuesto esa mañana; como cada día desde que empezaron las vacaciones de verano. Harry estaba recostado en su cama, recién aseado preparándose para dormir pero, como siempre, las cosas nunca le salen bien. Tenía muchas cosas en su cabezita azabache, tantos sentimientos encontrados; angustia, miedo, coraje... Tenía unas inmensas ganas de llorar, patalear la habitación entera, gritar "crucio" al primer cristiano que se le apareciera; pero por supuesto, él no tenía derecho de hacer un escándalo de tal magnitud. ¿Y porqué se sentía como la peor escoria del planeta entero? ... Sencillo: ese año había sido el peor (hasta ahora) de toda su vida; había terminado su cuarto año con bastantes preocupaciones. En primera instancia, el torneo de los 3 magos dió inicio y por supuesto, con su suerte... resultó seleccionado. Tuvo que enfrentar 3 pruebas que casi le costaron la vida; entre ellas un dragón escupe fuego que solo pensaba en deborar su pequeño cuerpo, el rescate de sus amigos que por alguna extraña razón decidieron meterlos metros y metros dentro del lago custodiados por criaturas que nadamás pensaban en matarle y como no, la cereza sobre el pastel: la tercera y ultima prueba que se basaba en un laberinto que te volvía loco mostrándote tus mayores miedos; claro, él había ganado pero decidió ayudar a uno de sus compañeros de la competencia (como siempre de alma caritativa) a llegar a la copa de los 3 magos.
Bueno, no todo salió como quería.
Parece ser que la copa era un traslador. Y no. No te llevaba a donde el director a festejar ni nada de eso. Nope. Lo llevó a un cementerio donde a continuación uno de los fieles sirvientes del señor oscuro mataron a Cédric, si; el chico que ayudó Harry y bueno, el lugar donde posteriormente se hizo un ritual de sangre para revivir el cuerpo de Lord Voldemort.
Lo peor de todo no es que Cedric haya muerto, ni tampoco el regreso del Señor Oscuro, ni mucho menos el torneo que resultó ser un gran peligro para los concursantes. No, lo peor de todo es que prácticamente a él, Harry Potter, el salvador del mundo mágico; lo tachaban de mentiroso, embustero, calumniador, farsante... Y cualquier sinónimo que el ministerio de magia y el diario el profeta se supiera. Sí, por toda esa gente por la que año tras año luchaba en contra de algo o alguien que iba tras sus huesitos. Sí, el mundo mágico por quienes ahora él tendría que matar al señor oscuro.
Vaya mierda...
Sip. Las cosas no salieron bien desde el principio; alguien había metido su nombre en el cáliz de fuego, para luego saber que había sido Barty Crounch Jr. con posión multijugos.
Que cómo el director dejó entrar a un mortífago a las instalaciones de la escuela a base de engaños, no tengo idea. Pero lo que si tengo la plena certeza es de que las cosas se pondrán más peor de ahora en adelante.
El colmo de los colmos es llevaba varias semanas teniendo sueños bastante extraños. Y no, no eran sueños húmedos relacionados con su adolescencia, ni tampoco pesadillas sobre Voldemort o sobre la muerte de sus padres. Nope.
Eran sueños donde veía cosas diferentes cada día. Como si fueran recuerdos.
Lo extraño de todo esto es que el jamás ha hecho algo parecido a lo que soñó ni tampoco a visto a las personas que llega a mirar a la cara dentro de sus sueños.
Es un tanto extraño.
Y estando en cama, con solamente unos bóxers negros (a causa del calorón que hacía), mirando hacia el techo con la poca luz de la luna que entraba por la ventana; se dió cuenta que le costaría dormirse así que se levantó de la cama y caminó hacia la pequeña mesita destartalada de madera en la que hacía (cuando tenía tiempo) sus tareas de la escuela, y tomó un cuadernillo muggle pequeño color vino con letras plateadas que estaba encima de unos cuantos pergaminos.
Regresó a la cama y se sentó cerca de la cabecera con las piernas dobladas; abrió el pequeño cuaderno y ojeó hasta llegar a una hoja en blanco y comenzar a escribir con el bolígrafo muggle que iba dentro cuaderno.
" 2 de Julio de 1995
Esta noche me ha costado dormir; como todas las noches desde que tengo memoria; por esta razón tomé este diario para escribirte algo.
Todo el tiempo me siento cansado. La cabeza me da vueltas, mis ojos miran borroso con o sin lentes a cualquier punto de la habitación. Mi mente divaga entre mi pasado, mi presente y mi futuro; y poco a poco me voy quedando sin nada más que mis emociones erráticas, atascadas en el alma, en lo más profundo de mi ser.
No logro comprender muchas cosas. No logro entender ciertas razones, ciertas personas y ciertos hechos.
No se que hacer... Me siento tan confundido, me siento tan solo...
Y ultimamente me siento más extraño que nunca antes. Como si no fuera yo mismo, como si algo me faltara; me siento incompleto, aturdido, débil, engañado, ultrajado. Pero sobre todo: muy enojado.
Siento que me falta algo.
Cosas que no debí de haber olvidado, situaciones y momentos que no debí de haber olvidado.
Como si fueran recuerdos.
Ultimamente tengo recuerdos; que tal vez en algún momento olvidé... Aunque refuto esa idea.
Son tan ambiguos...
Me siento tan extraño cuando pienso en ellos; por un lado pienso que no deberían ser recuerdos míos y que quizá son de alguien más porque todos, absolutamente todos, son de distintas épocas, con distintas cosas, con distintas actividades, momentos o hechos... No pueden ser míos; es imposible. Es decír, ¿cómo explicas que cada noche un recuerdo diferente aparece o llega a mi mente como por arte de magia? Bueno, pensandolo así puede que esa sea una razón.
Pero a lo que me refiero es que, no pueden ser míos... No deberían ser míos. No.
Y eso es a lo que quería llegar; al segundo punto:
Muy dentro de mí me dice que sí, que son míos. Que todos esos sueños no son precisamente sueños, que son recuerdos y que son míos. Y es que a pesar de que creo que no debería de suceder esto, no puedo negar que cada recuerdo se me hace altamente familiar.
Merlín me ayude.
No se qué hacer, qué pensar... ¿Estoy enloqueciendo?
Cada día que pasa me siento más distinto. Cada día cambia algo en mí y eso me asusta.
Estoy aterrado porque no se a quién o a que acudir por ayuda.
Estoy solo en ésto, y lo peor de todo es que tengo el tiempo contado.
Voldemort volvió, si lo recuerdas ¿no?; el maniaco psicopata que cada año, desde que entré a Hogwarts ha intentado matarme.
Y ya no se que hacer. No se cuál es mi prioridad ahora.
Me siento tan pequeño y asustado. ¡Dios, qué coraje...solo soy un adolecente! No debería estar pasando estas cosas.
Tengo miedo por lo que va a pasar. Y no me refiero a voldemort ni al mundo mágico. Me refiero a mí. "
Dejó la pluma sobre la hoja para marcar en donde se había quedado y cerró el cuadernillo. Bostezó y se levantó de donde estaba sentado para dejar la libreta encima de la mesita destartalada sobre los pergaminos que anteriormente se encontraban ahí.
Regresó y se acostó nuevamente, Hedwing despertó y lo miró molesta, como preguntándose qué tanto hacía. Harry ingnoró rotundamente a la lechuza y cerró los ojos. Ya pasaban de la 1 de la madrugada y la noche a penas comenzaba a refrescarse.
Se quedó dormido en un par de segundos.
*
Estaba caminando. Llevaba horas haciendolo. Me encontraba en un bosque, hacía frío pero aún no era invierno. Estaba buscando ingredientes para pociones.
Era un hombre de unos 23 o 24 años.
Mi pelo lo llevaba suelto y largo hasta la cintura, color negro profundo. Mis ojos eran verde musgo. Tenía puesto una larga túnica manga larga color azul marino que me llagaba hasta las rodillas, parecía un vestido porque en la parte de arriba se ajustaba más a mis hombros, pecho, torso y brazos y de la cintura hasta 4 o 5 centimetros antes de las rodillas estaba suelta. Bajo de esta traía unos pantalones de color negro, hechos con una tela delgada y cómoda, pero muy ajustada a mis piernas; llevaba puesto unos zapatos negros bajos, atados con listón negro que se envolvían en mis pantorrillas justo antes de empezar las rodillas. Y encima de mi vestimenta interna llevaba una capa negra con gorro, bastante gruesa.
Cargaba una gran canasta, dentro de ella llevaba bastantes semillas, hojas, raíces, pequeñas botellas con liquido dentro que parecía sangre y otras que parecía agua, también algunos botes con lo que podía ser algun tipo de polvo.
Estaba tratando de encontrar un tipo de hongo que al unirlo con mi sangre y con otros ingredientes podía crear una toxina letal que tenía como consecuencia la muerte en poco más de 40 minutos. Creaba un mareo cuando recién la ingerías y un efecto adormecedor. Atacaba directamente el lóbulo parietal y con ello la habilidad motora del cuerpo, así como también el lóbulo occipital y con ello traía ceguera. Poco a poco iba matando las neuronas hasta que impedía la oxigenación del organo cerebral, a este punto la victima era diagnosticada con muerte cerebral. Era indetectable, inolora, insavora e insípida y tan solo una gota disuelta en cualquier líquido era capaz de matar a 30 personas. A pesar de crear muerte cerebral, en algunos casos provocaba principalmente infartos fulminantes o desangrado interno.
No había antídoto.
Necesitaba crearla porque quería vengarse de unos tipos que vivían en el centro del pueblo. Estos hombres no poseían magia. Es decír, eran muggles pero no sabía como se les decía en ese lugar.
El 5 días el pueblo festejaría el equinoccio de invierno durante la noche; tendrían mucha comida y vino. Yo junto con otra gente nos habían asignado hacer el banquete. Habría muchas personas y aprovecharía para añadir una gota en las bebidas de esos malditos asquerosos.
Esos hombres me violaron.
Me profanaron cuando venía de regreso de mi trabajo. Yo era maestro, enseñaba literatura y redacción en la escuela en esa época.
Flashback-------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Y para el lunes quiero un ensayo de 3 páginas del libro que se leyó hoy en clase. Pueden irse.
Había sonado el timbre de salida, era una tarde bastante fresca. El joven profesor se dedicó a guardar sus papeles y carpetas en el maletín.
Ya eran las 7 de la noche, no tardaba en oscurecer y desde la escuela hasta su pequeña casa eran aproximadamente unos 35 minutos caminando ya que se encontraba en la primera bifurcación en la entrada del bosque de las afueras del pueblo. Vivía en una preciosa cabaña.
Terminó de guardar todo y borró el pizarrón. Guardó el borrador y los gises en su estuche y salió del salón de clases.
-Buenas noches Karina.- saludó el joven.
-Buenas noches Harley querido. Se me olvidaron las carpetas de los niños, tu crees... Ya estoy vieja para andar subiendo escaleras a cada rato.-contestó la maestra de ciencias que se encontraba a punto de subir las escaleras rumbo a su salón de clase.
-No estas vieja Karina, si gustas yo puedo ir por ellas.-contestó Harley con una sonrisa.
-Oh, no te preocupes muchacho; también se me quedó el estuche de mis lentes así que de una vez voy por todo.-contestó la vieja mujer haciendo ademán de subirse.
-Esta bien querida, nos vemos el lunes.
-Nos vemos cariño.
Al llegar a la salida de la escuela Harley observó que ya estaba anocheciendo así que se abrigó bien y tomó su bolso donde llevaba libros y los trabajos de los niños de la clase de hoy y se encaminó hacia el bosque.
Ya llevaba algunos 20 minutos caminando cuando sintió que alguien lo seguía y volteó.
-¿Pero qué...? ... pff es solo mi mente que esta cansada de tanto pensar.- dijo en voz baja mientras regresaba a su andar.
Minutos después ya estaba acercandose al bosque.
Tendré que recolectar algunos ingredientes, se me está acabando la poción para el dolor de cabeza y además tengo que encontrar sangre de ciervo recien nacido y pedir raíz de harpagófito para empezar el rit...
Pero nuevamente algo lo sacó de sus pensamientos.
-Vaya vaya, miren a quién tenemos aquí. Al profesor McCartney.- un hombre de voz burlona y grave salió detrás de un arbol.
Harley se sobresaltó cuando vió a su dirección e intentó retroceder pero habían otros dos hombres justo un par de metros atrás de él.
-Tranquilo princeso... ¿Dime Brad, cómo es posible que esta lindura sea maestro de mi hijo? .-dijo de forma cantarina uno de los tres que se le acercó por atrás.
-tsk no lo sé Marcus, la verdad no sabía que la escuela contratara polluelos para dar clase jajajajaja!.-Respondió 'Brad'
-¡¿Qué es lo que quieren?!.- gritó Harvey bastante asustado ya que había oscurecido y a esa hora los pueblerinos no acostumbraban a adentrarse al bosque.
-Oh miren chicos, el polluelo se está alterando jajajaja.-comentó el que se ocultaba detrás del arbol.
-jajaja hey Mike démosle un poco de cariño; esta muy espantado.-Comentó Marcus acercándose a Harley lentamente.
-¡No me toquen! ¡Aléjense o les haré mucho daño, no saben con lo que se estan metiendo!.-respondió hecho nervios Harley.
-Oh miren al polluelo jajaja tratando de defenderse. ¡Qué patético! - dijo Mike avalanzandose sobre Harley.
Mike traía en la bolsa de sus pantalones de lino un pañuelo con cloroformo. Rápidamente lo acercó sobre la nariz del muchacho.
El joven profesor forcejeó para tratar de safarse, pero Mike era más fuerte fisicamente que él.
Respiró...
De pronto sintió como todo se oscurecía y su cuerpo se soltaba sin fuerzas.
Sintió como unas fuertes manos lo sostenían y luego la nada.
Dolía.
Dolía mucho, su cabeza palpitaba de dolor…
Todo era oscuridad.
Se limitó solamente a sentir. Estaba en el suelo, hacía frío; podía sentir el frio penetrando en sus huesos. Cuando por fin abrió los ojos, todo estaba tan lóbrego.
¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba? ¿Estaba soñando?
Solo recuerdo... ¡Sí, ya recuerdo! Iba hacia casa cuando: el bosque, los 3 hombres, la droga...
Todo se siente tan extraño.
De pronto un golpe en la boca del estómago lo hizo despertar totalmente. Abrió los ojos con asombro y dolor.
-Ahhnng.-limitó a gritar con fuerza cerrando los ojos a causa del dolor, era increíble; el golpe lo dejó sin aire varios minutos. Trato de conciliarlo, a los poco segundos escuchó una voz.
-Despierta polluelito marica.-Se refirió a él con todo desagradable.
Reconozco esa voz...
-Debe estar asustada la zorra, démosle un poco más de cariño.- Volvió a vacilar la misma voz.
Sintió unas manos cargando su adolorido y pequeño cuerpo.
Cuando por fin pudo visualizar con mayor nitidez, observó que unas figuras lo arrastraban de forma hostil por el suelo hasta subirlo a una cama.
Lo amordazaron fuertemente a la cabecera. Sus ojos dolían, sus manos, su cuerpo; todo dolía. No entendía qué estaba pasando.
-Vamos perrita, ¿por qué no dices nada? ¡¿No sabes que es falta de respeto no contestar?!- Dicho esto, el hombre le soltó una bofetada haciendo que Harley jadeara de dolor.
El joven respiró con dificultad. Empezó a temblar del coraje.
-Oh miren, la perrita está temblando. Pobrecita- Dijo otro hombre en tono burlón.
Para este punto Harley ya había visualizado 3 hombres, dos enfrente de él y uno por su costado, observándolo sin expresión alguna en sus rostros. Los mismos hombres que lo habían acorralado a la entrada del bosque.
Se sentía sin fuerzas, como si su magia se hubiera drenado. No podía mantener la vista fija porque sentía la cabeza pesada.
Debe ser por la droga... ¡Esto es horrible!
-¿Quién será el primero que le de amor a esta perrita sabrosa?- Dijo el tercer hombre que no había hablado.
-¿Qué, qué hago aquí?, ¿qui… quienes son ustedes?.-habló Harley con dificultad.
Los tres soltaron una carcajada.
-Pobre zorrita, ¿no recuerdas nada? Jajajajaja- Habló el mismo tipo.
-Parece que necesitas una lección para aprender a respetar a los mayores- Dijo el tipo que se encontraba frente a él con una sonrisa en la cara, para nada gratificante.
-Tienes que hablar cuando se te ordene perrita sarnosa- Se refirió con tono de hostilidad mientras se quitaba el cinto y se bajaba los pantalones rápidamente.
Se acercó a Harley rápidamente, se posicionó encima de él y lo observó detenidamente por unos cuantos minutos.
-Mira que cuerpo tan pervertido tienes pequeña alimaña, te enseñaré a que aprendas a respetarme- Dicho esto, se apresuró a quitarle la única prenda que le faltaba al Harley para quedar desnudo (quien se encontraba solamente con un calzoncillo blanco algo sucio), se lo bajó hasta las rodillas sin previo aviso.
Harley empezó a golpearlo con sus piernas, tratando de evitar que se acercara más a él no quería que le quitara la prenda pero para su desgracia, no pudo con la fuerza de éste, pues Harley estaba muy débil… el tipo terminó por quitarle lo único que podía cubrir su intimidad.
El hombre se puso de pie y terminó por quitarse todo, cuando por fin estaba como Dios lo mandó al mundo, se acercó nuevamente a Harley quien estaba temblando descontroladamente.
-¡No por favor!, ¡por favor! ¡SE LO SUPLICO!- gritó Harley con lágrimas en los ojos.
Para desgracia de Harley, las cosas no iban por ahí. El hombre acarició la mejilla de Harley haciendo que éste se estremeciera y empezara a jadear del miedo.
Dios, porqué no puedo usar mi magia... ¡Qué me hicieron!
Los gritos eran pesados y llenos de amargura.
-POR FAVOR, POR FAVOR NO ME HAGA DAÑO; NO SE ME ACERQUE, ¡SE LO PIDO POR DIOS…!- imploró Harley con tanto dolor, el hombre lo golpeó nuevamente en el estómago, haciendo que Harley perdiera el aire.
El tipo aprovechó ese momento para separar las piernas del chico. Las subió hasta sus hombros, posicionó su pene en la entrada de Harley y con fuerza descomunal lo embistió de una sola.
Los ojos de Harley se abrieron totalmente de dolor al sentir el miembro del hombre en su interior, sus paredes estaban lastimadas; el dolor recorrió su columna vertebral hasta llegar a su cuello. Era una sensación horrible. Gimió al sentir al hombre moverse con fuerza dentro de él; lo estaba lastimando. Sus ojos no podían soportar ver la cara de satisfacción que tenía el tipo.
-DIOS, ¡NO! ¡Por favor para! ME DUELE-gritó Harley con lágrimas recorriendo sus mejillas rosadas.
-Ufff, zorrita…. Mmmm, estás tan estrecha. Mmmm así, si… Sigue gritando que nadie te ayudará- El hombre se acercó al cuello de Harley para morderlo demandantemente.
Al sentir que el hombre lo mordió Harley gritó una vez más.
Estaba asustado, tenía miedo… Todo su cuerpo se estremecía en cada estocada. Le dolía su entrada, le ardía.
Harley sollozó con fuerza, no sabía porque se encontraba en esa situación.
-ME DUELE, POR FAVOR ¡PARA! ME ESTAS DESTROZANDO…-gimió entre sollozos al sentirlo más profundo. Se clavaba con fuerza dentro de su ser.
Estaba siendo lastimado profundamente.
Su cuerpo, su mente, su orgullo. Todo se le era arrebatado.
-¡¡ME DUELE, ME DUELE…!! POR FAVOR, PARA… ME ESTÁS PARTIENDO EN DOS.- gritó Harley nuevamente al sentir como el grueso miembro de su violador entraba y salía de él.
-Ufff mmmm si perrita, sigue implorándome… mmmm estas tan delicioso, debe ser un pecado poseer un cuerpo tan perfecto, mmmm sigue llorando - El hombre le susurraba con desprecio a Harley mientras lamía su oreja.
Harley se estremecía en cada embestida, lloraba y sufría; no tuvo más remedio que cerrar los ojos y tratar de hacer como si no sintiera nada.
Pero no funcionó, siguió sollozando del dolor, sentía un dolor físico inquebrantable e increíble en cada metida y sacada, parecía eterno, con cada estocada lo lastimaba de miles maneras; no podía pensar en nada, su mente estaba vuelta un remolino de cosas. No podía con su propio ser, no podía hacer nada; no tenía el control. Sus emociones estaban a flor de piel; sentía tanta vergüenza, se sentía tan sucio como una escoria, una abominación.
El hombre se aferraba a sus labios, pero Harley solo podía sentir asco en ese momento apartándolos de la boca del hombre; el tipo al sentir esto le dio una bofetada que dejó mareado a Harley por algunos segundos mientras él seguía con las embestidas cada vez más bruscas.
El hombre tomó entre sus manos el pene de Harley, jalándolo con rudeza haciendo que el chico se estremeciera; luego lo apretó con sus dos manos, fue tan fuerte la forma en que lo hizo que pronto empezó a sangrar lentamente del prepucio a lo que Harley gritó de dolor.
- ¡Por Dios! No hagas eso, me duele mucho por favor; detente… ¡DETENTE! Te lo suplico.
Harley seguía llorando, suplicando que se detuviera, pero no lo hizo; nunca lo hizo.
Minutos después el dolor decremento pero solo un poco, pues aún sentía el miembro erecto del tipo retorcerse dentro de él. Sintió como algo caliente lo llenaba totalmente.
El hombre se corrió dentro de Harley haciendo a este se asqueara al sentir el jugo caliente llenándolo completamente.
Qué asco, se vino dentro de mí.
El hombre retiró su miembro de forma brusca haciendo que Harley gimiera nuevamente de dolor. Cuando salió de su cuerpo, un hilo grueso de sangre y semen salieron al momento.
Harley tenía los ojos cerrados, las lágrimas recorrían sus mejillas sonrojadas por la vergüenza y el coraje. Le ardía su entrada, le dolía su miembro, su espalda y vientre estaban llenos de sangre y semen ya que cuando el tipo sacó su gran longitud, la sacudió con rudeza justo encima de Harley.
Harley siguió sangrando y esta vez el hombre se levantó y caminó hacia el pequeño armario que estaba al otro lado de la habitación. Harley seguía con los ojos cerrados pero esta vez llorando con mayor sentimiento, el hombre tomó un trozo de palo negro con pequeñas erupciones puntiagudas de casi 45 cm. y se dirigió nuevamente hasta Harley.
Se acercó sonriendo retorcidamente y Harley fue penetrado de golpe con el trozo de palo.
Harley abrió los ojos al sentir el objeto duro dentro de su recto.
Jadeó de dolor, era insoportable; el hombre la metía lo más profundo que podía y la sacaba de manera brusca, en una de sus penetraciones sintió como se estremeció y ahogó un grito pesado y abrumado puesto que el trozo de dureza había llegado al fondo produciendo un dolor más grave, duró así por varios minutos; le destrozaba las paredes intestinales con fuerza; pronto se vio como la sangre del ano de Harley inundaba el trozo de palo hasta el tope, haciendo que también manchara la mano de su violador.
-¡DIOS MIO POR FAVOR YA DETENTE, ME ESTAS DESTROZANDO!.
Estaba temblando, esta vez el dolor era indescriptible. Estaba cubierto de sangre, su entrada palpitaba de dolor haciendo que Harley siguiera llorando con más fuerza. Se estremeció al sentir como retirada de su interior.
El hombre sonrió de satisfacción al ver la cara contorsionada del dolor que Harley tenía; podía verse el sufrimiento en los preciosos ojos verdes del chico.
-¡¡TE ODIO!!.- gritó Harley con tanto odio que los hombres se quedaron callados por un momento para después soltar una carcajada.
El tipo lo bofeteó tan fuerte que Harley escupió sangre al momento. Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, su voz estaba rasposa. Ya no le quedaban fuerzas para nada. Sentía su cuerpo totalmente adolorido y lastimado, ultrajado, entumido, sucio…
Mientras este se retiraba otra voz se hacía sonar.
-Vamos putita, sabes que te gustó jajaja; además… A penas vamos empezando a fiesta princesa.
Harley intento controlarse, sentía como su magia no respondía, no sabía porqué... Estaba en pánico y a punto del desmayo. El dolor era indescriptible, ya no tenía ni fuerza para respirar.
Intentó un hechizo no verbal pero nada funcionaba.
-¡Mírate nada más! Un estúpido niñato que se cree un GRAN profesor jajaja un polluelo violado, ultrajado, lastimado; y aun así, tienes una mirada de salvaje valor. Jajajaja qué poca cosa eres, ¿qué no lo ves?, vales basura. ¿Qué dirían tus alumnos si te vieran así?... Les darías vergüenza.
Dijo uno de los dos hombres que seguían en los costados con una risa retorcida.
-Déjame ir, ¡suéltame!, pelea como un hombre, eres un maldito cobarde-gimió Harley tratando de no colapsar puesto que el dolor lo había mareado a tal punto que estaba por vomitar; con los ojos cristalinos a causa de las lágrimas dirigió la mirada hacia su atacante.
Sentía cada vez más que su corazón iba a explotar del coraje.
Sollozó lo más fuerte que podía, ya estaba cansado. Su cuerpo le pedía a gritos reposo. Estaba lastimado, su autoestima estaba por los suelos.
-Oh mira nada más, pobre perrita ya está llorando; ¡deja de ladrar pequeña arrabalera y déjate querer!-
-¡No por favor!, se los suplico. ¡No me lastimen otra vez, por favor!.-jadeó Harley con preocupación y mucha dificultad... En este punto Harley ya no podía tranquilizarse, el miedo lo había ahogado por completo.
Ese mismo hombre empezó a patearlo y a golpearlo hasta que de su boca salió sangre nuevamente.
Solo mátenme, sólo eso… Por favor Merlín.
Ya no aguantaba más, su cuerpo convulsionaba en la cama.
¿Cuánto había pasado?
Harley sentía que en cualquier momento moriría, pensó que era la única forma de evitar más dolor; más sufrimiento… era morirse… Morir… Solo quería morir.
La respiración de Harley era errática, inconstante, torpe. Veía borroso, vomitó; estaba temblando y ya no tenía ni fuerzas para mantenerse vivo, no podía hablar, la boca la tenía completamente llena de sangre.
Estaba todo sudado, tembloroso, lastimado; cada vez que quería dar un bocado de aire, le dolían los pulmones, el pecho y las costillas; sin contar el insoportable dolor que tenía en el vientre y espalda baja, así como también el ardor en la entrada de su recto anal. Los golpes habían hecho que nuevamente su entraba volviera a sangrar sin control alguno.
Le dolía.
Le dolía todo esto, su cuerpo, su corazón, su mente… Todo le dolía, le dolía su jodida vida.
-¿Qué? ¿No te gustó?
-Cuando termine esto juro por Satanás que los mataré a todos. Me vengar…
No pudo terminar la frase cuando el mismo tipo se abalanzó sobre él. No supo como pero ya se había bajado los pantalones.
Comenzó a golpearlo en el estómago fuertemente haciendo que Harley escupiera sangre, y después lo giró sobre sí mismo quedando de espaldas a él.
No puede ser, ¡No de nuevo!
El hombre no le dio tiempo ni de respirar, abrió las nalgas de Harley haciendo que este temblara y comenzara a sollozar pidiendo clemencia.
-No por favor, te lo suplico; no lo hagas…-balbuceó Harley con mucha dificultad pues sentía como la sangre subía por su garganta hasta ser escupida por él.
Ni siquiera le dio tiempo para tomar un poco de aire cuando sintió nuevamente que un miembro desconocido invadía su interior.
Su cuerpo se estremeció de nueva cuenta.
Gritó de dolor al sentir cada embestida… Con cada estocada le arrebataban a Harley parte de su alma.
-Por favor, para ya… para. Me estoy muriendo, por favor.- habló de nuevo Harley, esta vez ya no gritaba; solo lo pedía… Ya no tenía fuerzas para gritar; el dolor era inmenso y eterno. Se había dado por vencido.
La sangre seguía escurriendo. Esta vez la sangre bañaba completamente el miembro de su violador, pero eso no fue problema alguno para él.
Este rasguñaba con fuerza la espalda de Harley, a tal grado de herirlo con fuerza.
Harley estaba a punto de caer inconsciente del dolor extremo. Pero su atacante no lo dejaba descansar tan fácilmente; le jalaba la cabellera negra haciendo que Harley se estremeciera y abriera los ojos con dificultad; sus nalgas estaban totalmente moradas por tanto golpe que el hombre le proporcionaba, su columna se arqueó cuando sintió de nueva cuenta algo caliente corriendo por sus entrañas.
-Ufff chiquita, estas tan preciosa… mmmm perrita. Déjame penetrarte más, hasta que mueras… mmmmmmm ohhh siii, mmmmm ohhh maldita zorra, que buena estás… Mmmm ¡¡OHHHH !!-
El hombre salió de Harley de forma brusca. Harley ya no decía nada, solo cayó de nueva cuenta en el colchón estando boca abajo, estaba llorando.
Era demasiado dolor.
Y así fue, cada violación peor que la anterior. Los hombres perpetraron el acto sin siquiera sentirse mal por el dolor increíble que tenía Harley; en este punto el chico estaba totalmente en shock, ya no podía hacer nada.
Sólo se limitaba a sentir.
Ya no había luz en sus ojos, no había nada. Sólo odio y dolor.
No sabía si aún seguía con vida, solo se limitó a cerrar sus ojos, sin siquiera darle importancia a lo que seguía.
Sus ojos empezaron llorar, estaban cerrados, inmóviles; sollozó por última vez débilmente.
De pronto todo fue oscuridad otra vez.
Fin del Flashback----------------------------------------------------------------------------------------------
Caminando lentamente para evitar caer por tantas ramas, palos y piedras. Me detuve cuando vi que había llegado a un río.
Lentamente apareció una sonrisa maliciosa en mi rostro.
-Se van arrepentir de haberme puesto un solo dedo encima.
Suspiré con exasperación arreglándome algunos mechones de pelo que cayeron hacia mi rostro.
Debo encontrar ese hongo...
*
Despertó totalmente espantado, hiperventilando. Los golpes de la puerta y los gritos eran bastante fuertes como para levantar a medio ejército.
-¡Levántate mocoso inutil, tienes que preparar el desayuno para tu tío y tu primo!-gritó su tía Petunia.
-Ya estoy despierto tía Petunia, ahora bajo.-gritó para que Petunia dejara de molestar.
Se levantó de la cama sintiendose pesado. Rápidamente cogió los lentes y se puso unos baqueros azules rotos por las rodillas y una playera negra que había sacado la noche anterior antes de acostarse. Se puso unos tennis converse bastante desgastados y salió de su habitación rumbo a la cocina.
-Rápido, rápido que tu tío no tarda en bajar.-dijo en un respingo su tía.
-Sí tía.
Harry sacó del refrigerador la leche, huevos, bacon, frijoles refritos, tortillas, tomate, cebolla y chile.
En una tabla picó la verdura en pequeños trozos. Y en una sartén colocó mantequilla, rompió unos cuantos huevos, les colocó sal y lo picado y empezó a revolver mientras que en otro colocó los frijoles, y en un comál colocó las tortillas para calentarlas.
Al mismo tiempo colocó rebanadas de pan en la tostadora mientras seguía revolviendo los huevos y los frijoles.
Iba sacando las tortillas y puso agua en la cafetera.
En la mesa colocó los platos, tazas y vasos, la sal, los utencilios, el café molido y la leche.
Colocó un plato en el centro y sirvió los huevos, después los frijoles. Sacó la salsa que había hecho la tía petunia la noche anterior.
Sacó otra sartén y comenzó a freír el bacon hasta hacerlo chicharrón. Lo sacó del aceite y lo agregó encima de los huevos. Colocó las tortillas y el pan tostado en otro plato.
Sacó unas naranjas del costál que su tío compró a unos chicos en el centro de Londres; las lavó y las partió para después exprimirlas y servir en una jarra grande de jugo.
Todo quedó justo a tiempo, ya que su tío y su primo iban llegando a la mesa de la cocina para su desayuno.
Uff ¡Lo logré en tiempo record! Yupi
Lavó todo lo que usó para el desayuno mientras sus familiares comían en paz. Cuando una voz grave y bromosa lo sacó de sus pensamientos.
-¡Oye chico! Es sábado e iremos a casa de mi hermana Marge por su cumpleaños cuando acabemos el desayuno; obviamente, fenómenos como tú no están invitados así que te quedarás en casa, y ni se te ocurra hacer algo raro o yo mismo me encargaré de que no puedas moverte en días ... ¡¿Me escuchaste?!.- berreó su tío Vernon.
Ni que fuera a quemar la casa...
-Sí tio Vernon.-respondió secamente Harry.
-Bien, Petunia... Dale la lista de tareas que tiene que hacer hoy. ¿Escuchaste muchacho? Tendrás que hacer todos los deberes del hogar que te ponga mi esposa si es que quieres comer mañana.
-Sí tio Vernon.
Cuando acabaron el desayuno, Duddley y Vernon subieron al carro unas bolsas mientras Petunia escribía los que haceres para Harry.
-Toma.Y espero que esté todo correcto para esta noche cuando lleguemos.-Respondió tajante.
Acto seguido subieron al coche y lo dejaron en casa, solo.
Bueno, pudo haber sido peor.
Se frotó los ojos y fue a limpiar la mesa y la cocina ya que esa era la primera cosa que debía hacer de la lista.
Cuando terminó con la cocina salió al patio para comenzar con el jardín ya que más tarde saldría el sol y haría bastante calor como para andar afuera.
Empezó a cortar la hiedra y los zacates de los rosales. Continuó con su tarea un tiempo más cuando un ruido de aleteo lo sacó de concentración.
Era una lechuza.
Pero no una lechuza cualquiera, era una del colegio. De Hogwarts.
Cielos... Y ahora que hice.
Se acercó a la lechuza quien rápidamente se aferró a su brazo. Harry quitó la carta de su pata para poder desdoblarla y leerla.
-Es del director.-Jadeó.
Era imposible no reconocer la letra.
" Querido Harry.
Me he tomado la libertad de escribirte porque quiero que sepas que estamos juntos en esto. Sé que estos últimos meses han sido muy estresantes para tí.
En lo que a mi respecta, estoy bien. Bastante cansado y ocupado tratando de encontra una forma para que la comunidad mágica crea el regreso del Señor Oscuro; pero como verás no hubo y creo que no habrá mucho por hacer.
Se que a penas tienes una semana en casa de tus tíos pero lamento comunicarte que no será así más adelante, aunque, creo que lejos de lamentarte estarás más que felíz el saber que en una semana irán algunos miembros de la orden por tí para llevarte a Grimmauld Place donde te esperan con mucho entusiasmo Sirius, Remus y tus amigos.
Otro motivo por el que te envío esta carta es porque hay un asunto demasiado importante que tratar contigo Harry. No, no te preocupes; no hizo nada Voldemort pero de cierta forma también lo concierne a él, solo que no más que a tí.
Cuando estés presente te enterarás de lo que sucede y entonces tomarás una decisión.
Espero que estos días descanses un poco, si no puedes; no te preocupes tomaremos tiempo para tu debido descanso.
Cuidate mucho.
Atentamente:
Albus Dumbledore. "
Harry dobló nuevamente la carta con cara de pocos amigos.
-¿En qué mierda me he metido ahora?.-susurró en voz baja para si mismo.
Las cosas se estaban empezando a complicar. Esperen, pero.. ¿No se habían complicado ya?
Pff... grandioso.
-Mejor sigo con el jardín.-suspiró con aire cansado y continuó sacando las plantas y hiedras secas del jardín.
Lentamente sus pensamientos se dirigieron al sueño de la noche anterior. Aún estaba bastante cansado; cuando tiene ese tipo de sueños o recuerdos en realidad su mente no descansa; quizá pudo haber dormido la noche entera pero ciertamente su cerebro y mente estuvieron en pleno funcionamiento durante todo el tiempo que duró dormido, y no es algo que lo haga sentir bien.
Este sueño lo dejó muy marcado. Cuando despertó tenía unas aberrantes ganas de llorar, su pecho le dolía y sentía su estómago apretado... No había tristeza o dolor, si no furia; quería vengarse de esos hombres; quería hacerles daño, quería matarlos.
Sinceramente no sabía que pensar.
Las cosas desde hace mucho tiempo que se salieron de control...
Estos recuerdos empezaron exactamente hace 6 semanas. Y no, nadie lo sabía. Ni Sirius, Remus, el director o sus amigos. No sentía la confiaza plena como para decirles ni tampoco comprendía muy bien lo que le estaba pasando como para explicar.
Ultimamente no creía poder confiar en nadie. Quizá solo en Sirius, pero... Lo cierto es que nadie podría nunca entenderlo.
Habían tantas dudas en su cabeza, tantas preguntas.
¿Qué sucederá conmigo?, ¿de quiénes son todos esos recuerdos?, ¿serán mios?...
Vidas pasadas, ¿tal vez?... Ay... no se, qué hago Merlín... Me siento tan diferente, desde el primer sueño. Pero, si son míos... Entonces, ¿porqué recuerdo solo algunas cosas y lo hago hasta ahora?, y en todo caso; ¿porqué los olvidé?, ¿habrá más personas como yo?, oh... mmm y si; y si lo olvidé porque algo o alguien bloqueó mi mente, o mi cuerpo, o mi alma; y si, si pudiera recordar...
¿Si pudiera recordar todo?, ¿cambiaría?, ¿entendería lo que me sucede ahora y lo que me sucedió?... ¿Mis dudas se irían?, ¿el miedo, dolor y enojo se irían?, ¿qué pasaría con mis enemigos?, ¿sería más fuerte?...
Quizás.
Quizás debo recordar todo... pero, ¿cómo?.
Para este punto Harry ya había terminado con el Jardín y ya casi eran las 11 de la mañana. Justo a tiempo para continuar con las tareas del hogar y evitar quemarse con el calor del medio día.
El resto del día transcurrió sin problemas; entre tanto tiempo libre terminó todas las tareas que tía Petunia le había puesto.
Preparó algo para merendar, un poco de café con pan blanco y algo de mermelada para que sus tíos no se dieran cuenta que faltaba comida; terminó de comer y se subió a bañar. Estaba muy sudado y en la mañana no le había dado tiempo para asearse así que buscó ropa cómoda y una toalla, preparó sus productos para lavado personal que había comprado en Hogsmeade una semana antes de que acabara el ciclo escolar.
Al entrar se desvistió y abrió la regadera; se quedó un momento sintiendo como el agua fresca caía directamente en su nuca y espalda. Estaba tan cansado, durante el día había limpiado la cocina, arreglado el jardín, limpiado el garaje, el sótano y el ático, lavó la ropa de sus tíos y la suya, recogió los dormitorios y el suyo (ya que hoy si tuvo bastante tiempo) y finalmente barrió y trapeo la casa entera. Sí, estaba más que cansado. Lo único bueno es que a penas eran las 6:30 de la tarde y sus tíos no llegarían hasta pasadas de las 10:00 pm; así que podría darse una larga ducha y después descansaría como Dios manda.
Sentía sus músculos agarrotados y su cuerpo totalmente pesado. El agua le caía en la cabeza y la cara mientras cerraba los ojos. Su cuerpo había cambiado tanto estos años, aún seguía blanco y pálido, a veces de un pálido enfermizo, pero en realidad era porque le faltaban algunas que otras vitaminas; nada que no pudiera arreglarse, el quiditch lo mantenía bastante firme y delgado, su cuerpo era muy andrógino desde que era un niño, y aunque era lo bastante atractivo y bonito en algunas ocasiones el llegó a pensar que parecía una chica; claro, una chica con pene en vez de vagina y senos, pero al fin de cuentas con curvas bien asentuadas, delgado y con una piel lo bastante suave y linda; y no es que no le gustara, al contrario, él amaba su cuerpo; aunque en algunas ocasiones se cuestionó el porqué de su físico, pero ya pasó esa época en la que era lo bastante estúpido como para pensar que su cuerpo era feo y bueno ya que nunca había sido alimentado correctamente su cuerpo era pequeño comparado con la de otros chicos de su misma edad.
Un ejemplo era Ron, su mejor amigo era lo bastante alto y musculoso (claro, dentro de lo normal) que cualquier chico a esa edad que come bien y hace deporte. Y aunque Ron y Harry tenían la misma edad, Harry era lo bastante menudito y pequeño como para parecer más pequeño que Ron; inclusive Hermione era más alta que él, aunque sea por una pulgada.
Y bueno, mientras enjabonaba su cabello su mente giró de rumbos de pensamientos.
Tenía que investigar su problema. Encontrar algo, una manera de recordar todo, totalmente. Algo que lo ayudara y de esa forma podría saber si lo que le pasa es bueno o malo, quizá sea malo para algunas personas; pero no para él.
Es decír.
Si alguna vez decidí recordar mis vidas anteriores es porque tenía una razón.
Así que eso haría.
Pero primero, terminaría de asearse.
La tarde era lo bastante cálida y ya casi anochecía. Pronto estaría oscuro y la calle dejaría de tener el poco movimiento que tiene durante el día.
Harry salió del baño ya cambiado. Vestía un short de lino color negro pegado a su cadera, una playera blanca sin mangas color azul oscuro y bastante cómoda y fresca; unas sandalias color blanco que utilizaba para estar dentro de casa y su cabello suelto aún un poco húmedo que le llegaba hasta los hombros.
Entró a su cuarto, se encerró y caminó hasta su escritorio y se sentó en la silla rota que estaba justo enfrente.
Abrió el pequeño cuadernillo color vino y comenzó a escribir:
" He asumido que día tras día mi vida se irá quedando en la deriva de la soledad; poco a poco perderé más de lo que ganaré y simplemente no debo permitír más odio, aunque el dolor sea inevitable.
Poco a poco voy dejando de sentir esa pequeña necesidad de amar a otros... No sé porqué. Pero después de mi último sueño, la vida no fué lo mismo. Ahora simplemente estoy deseando que las personas que alguna vez fueron importantes para mí, me partan el corazón y salgan de él por la grieta.
Tengo que dejar ir ciertas cosas; cosas que me pesan sin siquiera saber dónde quedaron o cómo sucedieron; sin siquiera recordarlas. Pero para dejarlas ir tengo que saber, tengo que encontrar, tengo que comprender; para poder entonces, dejar ir... Por que lo que no dejas ir, lo cargas. Lo que cargas, te pesa. Y lo que te pesa, te hunde.
Es cierto que escribir me calma de a ratos, es como si llorara en letras derramadas de tinta. Ayuda a abrir mi alma y a curar poco a poco las heridas que jamás he podido cerrar; me veo desde las palabras como si fuera otro, y entonces es cuando me siento más ligero, más libre.
Pero, una vez decidí liberarme de todo lo que no es saludable; situaciones, personas, gustos. Lo llamaron egoísmo, yo lo llamé amor propio. Pero no me entendieron.
El amor propio no es egoísta, es importante. Les dije; ellos me respondieron: esto es lo más egoísta que has hecho Harry. Y finalmente me di por vencido.
Esto que siento ahora es solamente un calmante temporal; porque es la escritura la que me calma. Ojalá que existiera otra cosa que pudiera quitarme el dolor; ese dolor que no es físico, si no mental. ¿Habrá alguien que me ayude a sanar?, ¿que me acepte con libertad, con mis demonios y con mi oscuridad? Alguien capaz de soportar lo que yo soy. Algo que seguramente no le agradará a nadie...
Pero por ahora no importa... Por ahora, yo mismo me basto y me sobro. "
-Ahora tengo encontrar información sobre este tipo de mágia. Y si hay alguna manera de recuperar mis recuerdos y conocimientos.-suspiró con aire ausente mientras colocaba nuevamente el bolígrafo dentro del cuaderno.
Se quedó un momento pensando.
-Y si...
Sí. Eso haré... Mañana temprano iré a Gringotts.
Y una pequeña sonrisa de satisfacción se mostró en su carita.