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My unknown husband por frizzante gatto

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ras una semana de funciones de Señor Engaño, recibidas con fervoroso entusiasmo, el éxito de la obra fue divulgado por toda Inglaterra. Desde Bristol hasta York, los teatros reclamaban que se los incluyese en la lista de destinos que tocaría la compañía teatral del Capital en su gira. Los críticos habían comenzado a calificar al personaje de Chris como uno de los papeles a los que Menma Uzumaki le había puesto su marca, y que sólo él podría interpretar con tal perfección.

A Naruto le parecía irónico que ese éxito con el que había soñado no le diese ni un poco de esa plenitud que había esperado. Sólo se sentía vivo en el resplandor de las candilejas; en cambio, todos los momentos lejos de las tablas se le antojaban chatos y carentes de vida. Ahora comprendía qué era lo que sentía Neji con respecto al teatro. Como el mismo el hyuga había sacrificado todo lo que tenía valor en su vida, lo único que le quedaba eran las ilusiones vividas en el escenario.

Neji le había ofrecido dar una gran fiesta de bodas, pero esa posibilidad incomodaba a Naruto. Le pidió que en cambio organizara una ceremonia íntima y que mantuviese en secreto las intenciones de ambos. El rubio todavía no estaba preparado como para dar explicaciones ni para enfrentar la sorpresa de amigos y familiares cuando se enterasen de que había decidido casarse con Neji. Como el castaño no era ningún sentimental, no había tenido inconvenientes en acceder. Entre tanto, Naruto había consultado a un abogado quien le confirmó lo que su padre le había dicho. En cualquier momento a partir de entonces, Sasuke recibiría una carta en la que se le solicitaría la devolución de la dote de Naruto.

Después de haber terminado una de las últimas funciones de la obra en Bath, Naruto estaba sentado en su camarín, quitándose el maquillaje y el sudor de la cara. Se contemplaba, sin entusiasmo, en el espejo pensando cómo hacer para disipar el entumecimiento que sentía por dentro.

-¡Menma! —dijo Kiba, irrumpiendo en el camarín sin anuncio previo, con el rostro resplandeciente de excitación—. Tenía que verte enseguida. Tu serás el primero en saberlo.

Con desganada sonrisa, Naruto giró hacia él.

—¿El primer en saber qué cosa?

La sonrisa de Kiba se tornó tímida; extendió la mano: —Sai acaba de darme esto.

Todavía sentado, Naruto se inclinó hacia su amigo y miró el dedo medio de Kiba, donde brillaba un pequeno diamante engarzado en una tina sortija de oro.

—Oh, caramba- exhaló, y levantó la vista hacia el semblante de su amigo—. ¿Acaso esto significa que...?

—-¡Sí! — Respondió Kiba, radiante.

—Es demasiado apresurado, ¿no crees?

—Quizá parezca así a los demás, pero a mí no. Sai es el único hombre que me amará, y yo también lo amo del mismo modo —afirmó Kiba, contemplando orgulloso el anillo y moviendo la mano para hacerlo brillar . —¿No es bonito?

—Es hermoso —confirmé Naruto.

—También me regaló esto —dijo Kiba, mostrándole la mitad de una moneda de plata—-.Existe la tradición de romper una moneda cuando se compromete una pareja. Sai tiene la otra mitad. ¿No te parece romántico?

Naruto recibió la moneda de manos de su amigo y la observó de cerca con la boca curvada en una sonrisa agridulce.

—Eres muy afortunado, Kiba. Es poco común poder casarse con alguien que amas.

Al ver la nostalgia en el semblante de Naruto, Kiba echó al rubio una mirada perspicaz.

—¿Qué sucede, Menma?, ¿Tíenes problemas con tu amante? Se trata de lord Uchiha?

—Él no es mi amante. Ya no lo es más. Yo he... — Naruto vaciló y prosiguió, eligiendo con cuidado las palabras—. Me he ocupado de que la relación se acabe.

—No entiendo por qué. Él es apuesto, rico, y tengo la impresión de que es un

caballero...

—He llegado a la conclusión de que no tengo futuro con él.

—¿Por qué no podrías disfrutar con la aventura mientras dure?

—Porque voy a... — Naruto se interrumpió de golpe, consciente de que sería sobremanera imprudente confiarle cualquier cosa a Kiba, si quería guardar el secreto.

Sin embargo, sentía el impulso de decírselo a alguien. Las palabras no pronunciadas le quemaban los labios.

—¿De qué se trata? —preguntó Kiba, frunciendo el entrecejo, preocupado—. Puedes decírmelo, Menma.

Naruto bajó la cabeza y fijó la vista en el regazo.

—Voy a casarme con el señor Hyuga.

Los ojos de Kibase agrandaron de sorpresa.

—¡No puedo creerlo. ¿Por qué diantres ibas a hacer algo como eso?!

A modo de respuesta, Naruto no pudo hacer otra cosa que alzarse de hombros, contrito. —Tú no lo amas —siguió diciendo Kiba—. Cualquiera puede darse cuenta de eso.¿Lo haces en bien de tu carrera?

—No, es que... sencillamente, me parece la mejor alternativa.

—Estás cometiendo un error —dijo Kiba, convencido—. Tú no eres para el señor Hyuga. ¿Cuándo piensas casarte con él?

—Pasado mañana.

—Gracias a Dios, todavía estás a tiempo de cancelarlo.

Por alguna razón, Naruto había creído que cuando contara a su amigo la decisión que habla adoptado, quiza se aliviarla la depresión y la pesadez que sentía en su interior. Pero sus esperanzas se desvanecieron rápidamente al comprobar que ni toda la simpatía ni todas las bien intencionadas objeciones del mundo bastarían para cambiar la situación.

—No puedo hacer eso —dijo en voz queda y devolvió a Kiba la media moneda de plata.

Tomó un paño mojado y se limpió con él las mejillas, borrando los últimos restos de maquillaje.

Kiba contemplaba a Naruto y, mientras tanto, su mente ágil pasaba de una especulación a otra.

—Oh, Menma no estarás embarazado, ¿verdad?

Naruto nego con la cabeza, sintiendo que se le estrechaba la garganta como para impedir el paso de una oleada de emocion.

—No, nada de eso. Sucede que no puedo tener al hombre que quiero y las razones son demasiado numerosas para explicarlas. Y, si mi vida con él es imposible, bien puedo casarme con Neji.

—Pe... pero... —barbotó Kiba—¡tú eres el que siempre está diciéndome que elija a un hombre por amor y no por otro motivo! ¡Tú me has dicho...!

—Hablaba muy en serio —dijo Naruto en voz un poco ronca—. Pero, por desgracia, hay ciertos sueños que no son posibles para todos.

—Quizás haya algo que yo pueda hacer para ayudarte.

Naruto se estiró para tocar la mano de su amigo, le sonrió con cariño y sus ojos despidieron un súbito brillo.

—No —murmuró—. De todos modos, gracias. Eres un amigo de verdad y me siento dichoso por ti.

Kiba no respondió, pero la expresión preocupada perduró en su rostro.

Notas finales:

Capítulo corto pero lleno de sentimiento XD 

Gracias por leerme :D 


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