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Baila para mí por mikuuchan

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Notas del fanfic:

Naruto ni ninguno de sus personajes me pertencen, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para mi entretenimiento.

Notas del capitulo:

Este fic lo estoy escribiendo para el fandom de Yuri on ice! y lo estoy subiendo en mi cuenta de Wattpad, pero aquí en Amor Yaoi, lo pienso adaptar al SasuNaru.

Esta historia fue de las pocas que pude rescatar en mi pérdida, aunque solo pude salvar los 3 primeros caps con recuva, los demás archivos los tenía corruptos, si leyeron las notas finales de la última actualización de Una simple atracción saben de qué estoy hablando. 

Les dejo las advertencias, por aquí, ya que no sé cómo poner más en las categorías.

Va haber drama, hombres vestirán prendas femeninas (crossdressing) y pequeña dosis de maltrato psicológico. Así que espero que tengan en cuenta las advertencias. Además de otras parejas que haré mención.

¡Si no te agrada el Mpreg, abstente a leer!

 

La sociedad acostumbra a ser cruel con lo que desconoce o ignora, la monotonía forma parte de la tradición sensacionalista de las naciones, al fomentar con rigor la denigración de su propia especie. Namikaze Naruto, lo ha experimentado en su diario vivir, ha visto muerte e inmundicia a lo largo de los años por culpa de los gobiernos corruptos que, preponderan con bajas artimañas sus países, alimentando el odio en los sectores débiles del escalafón.

Un tercer género en la era contemporánea, representa la aberración apocalíptica para los creyentes religiosos y grupos éticos que validan su postura, con falsos estándares del bien y el mal. Naruto ríe por los ideales utópicos que, a desgracia suya, aceptó para sobrevivir en un mundo de hipocresías nauseabundas.

Ser doncel, simboliza el infortunio. Naruto aprendió el significado, al perder el cobijo seguro de sus padres. El dolor inició a raíz del conocimiento de su género, un hombre con figura andrógina capaz de concebir, es irreal para las creencias tradicionales del Japón de hoy.

La amorosa familia Namikaze, sacrificó lo poco que tenía por el bienestar de su único hijo. Las interminables horas de dolor y agonía a manos de la milicia japonesa, acabó con la vida de éstas nobles personas, al grado de negar la existencia de un vástago doncel, para incitar el debido proceso de investigación, otorgándole a Naruto, el tiempo suficiente de huir hacia otro lugar, en busca de la libertad que jamás tendría en el país del sol naciente…

—¡Maldito rubio, te estoy hablando! —el enfurruñado adolescente gritó con suma molestia, agitando la mano cerca del rostro del doncel para llamar su atención—. El anciano está a punto de perder la cabeza ante la asistencia masiva de funcionarios de renombre en el Konoha Palace, quiere que inicies con el espectáculo.

El Konoha Palace es uno de los centros nocturnos de mayor popularidad en la capital alemana, Berlín, siendo el predilecto por miles de varones al fantasear con hermosos donceles que ofrecen sus servicios de entretenimiento. Naruto es uno de los bailarines principales de Pole Dance que genera grandes sumas de dinero con cada una de sus sublimes actuaciones.

El dueño absoluto del Konoha Palace, Jiraiya Sannin, acoge a jóvenes para ofrecerles una mejor calidad de vida, a criterio de muchos, es una falta grave hacia el prestigio de la sociedad. Sin embargo, el varón japonés, se empeña en darles la oportunidad de ejercer sanamente, dentro del único ámbito laboral que pueden aspirar por normas clasistas del gobierno.

Jiraiya tiene una serie de políticas establecidas para la seguridad de los donceles: ningún varón debe propasarse con insinuaciones u ofrecimientos de índole sexual, debido a la integridad sagrada que profesa a sus bailarines. El japonés no abala el ejercicio de la prostitución, porque conoce cada una de las trágicas historias que rodea a los jóvenes, oponiéndose rotundamente a los mandatos infames de la humanidad.

—Lo siento, me distraje con mis recuerdos, Gaara —suspirando cansino, el pelirrojo doncel miró de reojo el acongojado rostro de Naruto, entendiendo su sentir—. Iré a prepararme para la función de hoy.

El más joven asintió con la cabeza, haciéndose a un lado del umbral, permitiéndole el paso a Naruto de dirigirse a uno de los grandes camerinos que el Konoha Palace posee.

Gaara conoce parte de la historia del rubio y lo entiende perfectamente, su vida al igual que los demás donceles protegidos de Jiraiya, han experimentado el suplicio de la pérdida y el desconsuelo de ser violentados por la maldad humana.

Ser diferentes es un crimen que no perdona. El hombre jamás hace distinción en la política extravagante de la doble moral y Gaara, a su corta edad, tiene presente los comentarios propagados de los diversos sectores que niegan la existencia de un tercer género:

“Los donceles representan la inmundicia anormal de la creación y su existencia debe ser aniquilada”.

Frases que refulgen con fuerza en los medios de comunicación y forman parte del acervo cultural discriminatorio, entristecen los corazones de una pequeña minoría. Gaara lo siente arraigadamente, y su aflicción continuará dispersándose, sino existe un cambio en la mentalidad de los gobernantes.

 

 

Uchiha Sasuke, es un reconocido inversionista que goza de una reputación admirable dentro del competitivo mundo empresarial. Ha expandido su poderío, haciéndose con remunerados contratos que, engrandecen gratamente sus cuentas bancarias.

Con un opulento estilo de vida, Sasuke acostumbra a tener lo que desea, es un tipo apuesto que sabe utilizar sus encantos varoniles en el momento preciso. Acapara la atención de la multitud, quienes siguen con devoción sus pasos, avivando su ego en demasía. 

 —Celebremos por el porvenir de nuestro convenio, Sasuke —el sonriente peliblanco de nombre Hōzuki Suigetsu, se pronunció, mirando con fijeza al varón de oscuros cabellos—. El Konoha Palace es el sitio adecuado para disfrutar del sano esparcimiento. 

Tomando la llamativa tarjeta de invitación que su ahora socio le entregó, Sasuke curioseó los detalles gráficos que ésta presentaba. Leyó con premura los datos impresos y sintió el odio colosal invadirle ante la desfachatez de suponer el origen de tan enigmático lugar.

—No me interesa visitar prostíbulos de donceles —cortó el pelinegro tajante—, si quieres divertirte pagando los servicios que éstos ofrecen. Adelante, pero no pienso verme involucrado en propuestas absurdas, Suigetsu.

—¡Tranquilo fiera! Antes que nada, debes de saber que el Konoha Palace es un centro de entretenimiento, sus donceles únicamente muestran bailes temáticos de carácter erótico —Sasuke sonrió con pedantería, indicándole al peliblanco que continuara con el relato—, sus espectáculos son dignos de admirar, ganándose el reconocimiento de los hombres que forman parte del rubro de las inversiones. Muchos desean hacerse con sus cuerpos para el deleite personal, cabe destacar.

Sasuke entrelazó sus manos sobre el escritorio, fijando sus ennegrecidos ojos en la elegante tarjeta. Alzó la mirada, dedicándole una jovial sonrisa al peliblanco varón.

—Aceptaré tu amable invitación, Suigetsu —el moreno habló con firmeza.

—Sabia decisión, Uchiha —respondió complacido el japonés de platinados cabellos.

 

 

Las luces fluorescentes iluminan estratégicamente cada área expresa del Konoha Palace, los donceles encargados de la recepción, atienden a los importantes hombres con fingido entusiasmo, indicándoles con amabilidad los asientos que deben ocupar para el inicio de la gala.

El rubio mira con atención la vestimenta que su cuerpo porta, las largas medias de color negro se incorporan a sus torneadas piernas, junto el leotardo ceñido de la misma tonalidad y guantes de seda que engalanan sus delgados brazos. Detesta lucir piezas de mujer para la libido de los hombres, quienes fielmente gastan impresionantes sumas de dinero por verle.

Naruto dejó que Iruka, uno de los donceles mayores del establecimiento, maquillara su delicado rostro, mientras veía a lo lejos al adolescente huraño, discutir enérgicamente con Jiraiya.

—Hoy será una jornada pesada, Iruka —musitó abatido el rubio.

—El Konoha Palace se está popularizando, el número de comensales incrementa cada noche, Naruto —comentó el castaño, aplicando la fina capa de sombreado en tono marrón oscuro en los párpados del bailarín—. Debemos dar nuestro mayor esfuerzo por Jiraiya.

El Namikaze le dio la razón a Iruka. Cada uno de los jóvenes que viven en el condominio apartado del Konoha Palace, le agradecen infinitamente al pplatinado por la hospitalidad que ha tenido durante años, brindándoles un trabajo y un hogar, sin miramientos o agresiones de por medio.

—Siempre le estaré eternamente agradecido por el apoyo incondicional que me ofreció en su momento —inquirió el blondo—. Mi único deber es cumplir con el trabajo.

Con una seguridad renovada, Naruto se despidió del castaño, dispuesto a salir en escena. Caminó con lentitud hacia el luminoso entarimado, escuchando las ultimas réplicas de Jiraiya y el adolescente pelirrojo, con respecto a la melodía de fondo que abriría el espectáculo.

 

 

Sasuke observó la decoración elegante que mostraba el reconocido establecimiento en su interior. Alabó en silencio la majestuosidad de los rasgos arquitectónicos que permanecían a la vista del público. La atención de los donceles le pareció interesante, incluso le agradó sobremanera el trato mimoso que éstos tuvieron con él, una vez ingresó en compañía de su socio al recinto.

La concurrencia de renombrados hombres de negocios, llamó la curiosidad de Sasuke. Personas con una carrera íntegra, casados y con familias estables, visitando lugares de dudoso prestigio. El pelinegro varón sonrió, agitando la mano con burla a uno de sus conocidos.

—¡Qué encantador lugar! No imaginé encontrarme con personas influyentes que pregonan su correcto estilo de vida, asistiendo a centros de entretenimiento visual —tomando un sorbo de whisky en las rocas, Sasuke hizo el sinuoso comentario.

—No es de sorprender, he visto religiosos que despotrican barbaridades sobre los donceles, visitando diariamente el Konoha Palace —Suigetsu anunció con certeza—. Simples apariencias que guardan con recelo.

Sasuke no respondió, analizando las palabras del peliblanco. Acto seguido, las luces bajaron en su totalidad, apareciendo de forma repentina, la silueta de una exquisita criatura, moviéndose sensualmente entre las sombras.

—¿Quién es? —Sasuke cuestionó embelesado.

—Siéntete afortunado. Kitsune rara vez hace las aperturas —alegó el platinado, disfrutando de la agradable vista.

Revelando finalmente su identidad al público, Naruto se desplazó con erotismo sobre la tarima, haciendo gala de su destreza. La cadencia melódica aligeraba su paso en la barra vertical, deslizándose con fluidos movimientos que, incita la lujuria de los presentes.

El moreno siguió con la mirada la figura curvilínea del doncel. Los ojos color ébano de Sasuke, se mantuvieron fijos en el andar de Naruto. Sin embargo, durante el entremés melódico, el bailarín le dedicó una pequeña sonrisa, capturando por completo su atención.

—Ese doncel será para mí —Sasuke habló con perversidad.

Naruto jamás imaginó las consecuencias que Uchiha Sasuke traería a su vida…

Notas finales:

Opiniones y comentarios son bien recibidos y siempre respondo gustosamente.

Espero que les guste este fic que no será muy largo, cálculo yo que tendrá entre 15 a 20 caps como máximo.   Y antes de que alguien lo pregunte, si señores/as, Sasuke aquí será villano/protagonista o lo amas o lo odias, o las dos cosas juntas...   Nos estamos leyendo...


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