Tanto Fátima cómo Alan querían ir con Estefanía pero ella se negó, no los necesitaba.
Era demasiado obvio para quién la conociera pero a su vez era demasiado difícil para aquellos que no la sabían leer ; Estefanía sabía leer a Alejandra de atrás para adelante, al derecho y al revés, de arriba a bajo. Cada rincón, cada gesto, todo. Y por lo visto Alan no lo consiguió o nunca se interesó en leerla.
« —Fanny, lo sabes. Amo el bosque, si llegara a desaparecer... Sólo recuerda el bosque....— »
El bosque. Alejandra amaba ir a los bosques porque eran tan misteriosos, tranquilos y frescos, ahí es dónde debía estar. A veces Estefanía odiaba tener esa conexión con Alejandra y saber perfectamente sus reacciones y gustos. No era lo mismo cuándo se trataba de su novia Fátima ; ella era más simple a diferencia de Ale.
Mientras Fanny manejaba maldecía mentalmente todo esto, ¿Por qué siempre Ale era tan dramática y no enfrentaba todo lo que le sucedía?. Ese era uno de los pequeños defectos de su gemela hermosa con sonrisa angelical, Estefanía constantemente se mordía el labio por los nervios, ya es mayor de edad y no debería de tener miedos ¿Cierto?, pero pues aunque lo niegue Ale sigue dominándola y teniéndola a su merced. En la carretera no había ni un auto cerca así que sin dudar aceleró y de esta forma se adentró al bosque.
Manejó unos metros más y detuvo el auto, se bajó con desesperación y caminó en dirección hacía el lugar dónde creía que estaba Ale, sabía la ubicación de memoria de aquella casita de madera situada en el bosque. Cuándo llegó a ella vio que uno de los dos columpios ubicados al costado izquierdo estaba ocupado.... ahí está Ale. Y caminó hasta llegar y se posó a unos pasos de distancia enfrente de ella.
—Ale...
—¡Fanny! –gritó Ale emocionada y rápidamente se bajó del columpio para ir y darle un abrazo a su hermana. —¡Me encontraste! –apretó alegremente el cuerpo de su gemela.
—¿Por qué lo hiciste? –cuestionó Fanny molesta porque si, no estaba bien que hiciera eso.
—Porque no me siento bien...
—¡No es pretexto!, ¡Tienes a mamá y a papá preocupados hasta los huesos! –le gritó mientras la separaba de su cuerpo.
—Tú... nunca me habías gritado –la voz de Ale se quebró.
—Pues espero que sea la primera y última vez que lo haga, que seamos mayores de edad no significa que le estemos dando problemas a mamá y papá. No se lo merecen y lo sabes, si no estás bien ve y busca ayuda y deja tus dramas de adolescente... –regañó Fanny cruelmente, los ojos de Ale se cristalizaron.
—Ya busque mi ayuda. Eres tú –la voz quebradiza de Ale y ése "eres tú" hizo electrizar a Estefanía en todos los sentidos habidos y por haber. Simplemente la dejó muda. —No habido ni un sólo día en el que no piense en ti, te extraño demasiado, sonrío melancólica al ver nuestras fotografías y lo peor es que no puedo dormir porque pienso en ti... He tratado de distraerme y dejar de pensarte pero no puedo, siempre va haber algo que me recuerde a ti, nadie más que tú me entiende y piensa de forma complementada cómo yo. No hay nadie que me lea cómo me has leído tú, me enteré que tienes a... tienes una novia y eso fue lo que me hizo empeorar... ¿Por qué dejaste entrar a una desconocida a tu vida y a tu corazón? –se quejó Ale entre lágrimas de amargura. Estefanía encarnó una ceja tras la confesión de su gemela, porque si eso era una confesión pesara a quién le pesara.
—La misma pregunta te hago Alejandra, "¿Por qué dejaste entrar a un desconocido a tu vida y a tu corazón?" –Ale abrió sus ojos. —Yo también te he extrañado...
—No se nota –reprochó dolida la gemela con lágrimas cayendo sobre sus mejillas.
—Tú me sacaste de tu vida, dejaste de escribirme, simplemente deje de existir para ti, te enamoraste y me lastimaste....
—¿Lastimarte?, ¿Por qué crees eso? –cuestionó Ale intrigada. Fanny enmudeció de nuevo. —¡Habla Estefanía!, ¿Por qué según tú yo te lastime? –está vez subió más su voz.
—Porque te amo –confesó Estefanía de una forma indescriptible, Alejandra puso sus ojos en blanco unos segundos y después esbozó una sonrisa.
—¿Ahora puedes entender mis dramas, tonta? –tras eso Estefanía frunció el ceño. Ale rió suavemente. —Yo también te amo –y se abalanzó a Fanny para estamparla de besos en los labios. —Lamento haber tardado tanto en entenderlo, perdóname mi Fanny de ahora en más seré cuidadosa –los besos tomaron un sabor salado debido a las lágrimas de Ale. El corazón de Fanny latía a mil por hora, su lógica estaba en pleno shock y por eso no procesaba más que ese Te amo que le había dicho su hermana, su amiga, su confidente, su amor, su todo. —Déjame amarte.... –suplicó.
—Ya lo haces –y sin más Fanny la tomó de la cintura y ambas se adentraron a la casa, que a su vez el destino era la habitación.
[***]
Ale regresó a su Universidad, regresó a su monótona vida a lado de Alan. Pero había dos cosas que no se podía sacar de la cabeza : A su hermana y a esa sensación rara que se agrandaba en su ser.
Ale llevaba una doble vida ; seguía en el infierno con Alan mientras que creaba ése infierno perfecto con Fanny. Las dos se quedaban de ver en la casita del bosque (fue un regalo de sus padres al graduarse). Alejandra apretó sus labios y sintió un puñetazo imaginario golpear todo su cuerpo.
—Esto no puede estarme pasando... –tomó su cel y marcó a un número mientras tomaba las llaves de su auto. —Alan..... –y salió de su habitación hablando por teléfono.
Mientras tanto Estefanía también seguía con su vida, estaba a dos semanas de tener exámenes finales de semestre y tenía que concentrarse pero su mente no le ayudaba pues la hacia recordar en automático a Ale. Fátima notó el cambio en ella después de haber encontrado a su hermana y aunque Fanny lo niegue Fátima no se equivoca.
Hace días que habían iniciado con peleas muy pequeñas pero eso a Fátima en el fondo no le gusta y le hace tener miedo. En estos momentos Estefanía se encontraba "estudiando" hasta que sonó la puerta de su habitación. Extrañada fue a abrir la puerta y.... ¡Vaya sorpresa!.
—¿Ale? –fue lo primero que dijo Fanny. Ale estaba llorando y tan pronto vio a su hermana se abalanzó a ella.
—Te necesito –decretó la gemela.
—Sabes que estoy para ti siempre.... –le susurró en su oído y le acarició la espalda.
—Fanny.... Creo que... Creo que estoy embarazada –y tras esa confesión el corazón de Fanny se paralizó.