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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Se que es muy tarde y todo eso, y lo cierto es que estoy deseando entrar en mi cama, pero me parecció que para much@s sería una tortura dejarl@s con la intriga de cómo estaría Zero y todo eso, por ello he decidido añadir este pequeño cap para que la espera se haga un poco más llevadera.

Espero que os guste y muchas gracias por los comentarios a tod@s.

“¡¡AAAAAAHHHH!!”


Unos ojos borgoñas se abrieron en medio de la oscuridad, una gota de sudor caía por la pálida frente mientras miraba a su alrededor tratando de comprender qué había pasado.


Las pesadas cortinas impedían que la luz del sol entrara por la ventana y cuando su mente se calmó reconoció ese lugar como su habitación, una estancia estilo imperial, amplia y ricamente decorada con muebles finos, tapicería lujosa  y una enorme cama de matrimonio con dosel sobre la cual estaba sentado.


Se llevó una mano a la frente y masajeó sus cervicales con los ojos cerrados, la última imagen en su sueño había sido Zero Kiryuu bañado en sangre y de espaldas a su visión, estaba en un campo de batalla con un extraño uniforme negro y abrazando algo contra su pecho, fue entonces que el joven peli plata se encorvó aún más sobre lo que tenía entre sus brazos y gritaba, un grito de dolor, rabia, odio tristeza, soledad… todas esas emociones las sintió a través del vínculo en su propia piel como si hubiera estado a tan solo unos centímetros del joven… y luego nada, el silencio, ese extraño lazo que los unía desde sus días en la Academia y que siempre latía en el fondo de su alma se había callado por primera vez.


-Mmm- oyó un suave quejido a su derecha y bajó la mirada, allí a su lado estaba ella, su tesoro, la única fuente de luz en su vida, su pequeña hermana y esposa, Yuuki.


Con una suave sonrisa en sus labios le acarició el largo cabello castaño esparcido por la almohada y besó uno de sus mechones antes de salir de la cama, con cuidado cerró la puerta de su alcoba y caminó descalzo por los pasillos alfombrados de su mansión hasta entrar en otra sala.


Esta era tan amplia como la anterior e igual en decoración, lo único que en vez de una cama había un gran escritorio frente a las ventanas (con las cortinas bloqueando la luz) y armarios con distintos licores y libros, su estudio.


Se acercó la zona izquierda de la habitación donde había un sofá de terciopelo rojo intercalado entre dos estanterías repletas de libros, al lado de este había un pequeña mesita de cristal con un teléfono del estilo del siglo XIX, lo cogió y marcó un número con la ruleta antes de esperar a que la otra persona decidiera coger la llamada.


-Aquí Cross Kaien, director de la Academia Cross, ¿En qué puedo ayudarle?- se oyó al cabo de un rato.


-Cross-san, soy yo, Kuran Kaname.-


-¡¡Kaname-kun!! ¡Qué alegría me da oír tu voz! ¡¿Cómo está Yuuki-chan?!-


-Lo está haciendo bien, aunque aún tiene mucho que aprender sobre el comportamiento de una sangre pura- contestó con voz neutra


-¡Ah! Que bien, que bien, me hace muy feliz oír eso, jejeje, la verdad es que no sabía si se adaptaría a ese cambio de una forma tan rápida, pero me alegro mucho de eso-


-Cross-san- le interrumpió Kaname antes de que pudiera seguir hablando- ¿Cómo van las cosas por la Academia?-


-¡Oh! Muy bien, desde que abrimos he recibido muchas solicitudes, aunque solo sean humanas, lo cierto es que el proyecto de convivencia entre vampiros y humanos ha quedado estancada desde que tú y los demás os fuisteis, Kaname-kun.-


-Hm, ya veo- sonrió- sin embargo Kiryuu-kun debe de estar muy feliz por ello, ¿No es así, director?-


-...- un extraño silencio se formó a través de la línea, cosa que hizo que Kuran arqueara una de sus perfectas cejas.


-Cross-san, ¿Ocurre algo con Kiryuu-kun?- volvió a preguntar intentando sonsacarle más información.


-Lo cierto Kaname-kun, es que… Zero-kun desapareció hace ya 10 meses.- soltó al fin el bombazo- desde entonces nadie, ni siquiera Yagari sabe nada sobre él.- Kaname abrió los ojos sorprendido, ninguno de sus hombres le había comentado nada.


-¿Cómo pudo suceder eso, director?- preguntó con voz tensa.


-Bueno Kaname-kun, en verdad no desapareció, sino que se escapó. Desde que os marchasteis Zero-kun me evitaba todo lo posible y más, me contestaba mal y me dirigía unas miradas de odio muy distintas de las que me daba antes de lo de Rido.-


-Estaba preocupado y enfadado, no podía seguir así, no fue culpa nuestra que Yuuki-chan necesitar protección, así que decidí hablar con él, pero me evitó durante una semana entera hasta que al final me harté y fui a su clase a buscarlo, pero no estaba allí, en cambio Sayori-chan me entregó una carta de la Asociación para Zero y dijo que lo habían mandado a una misión- respiró- cosa que al principio me pareció raro, pero al verificar el sello ci que era cierto y no le di más importancia, pero entonces…-


(Flash Back)


Habían pasado dos días desde que Wakaba le entregara la carta a Cross, y este seguía esperando por la llegada de Zero, como el peli plateado tenía que pasar por su oficina para dejar el informe, aprovecharía y le explicaría la situación de Yuuki-chan antes de regañarlo por su comportamiento.


Dicho director estaba revisando unos papeles en su oficina cuando la puerta se abrió de un portazo, acababa de llegar, suspiró y cerró los ojos mientras decía.


-Zero-kun tenemos que hablar, tu comportamiento está siendo inacep- pero calló al ver qe no era Zero el recién llegado, sino Yagari con sus típicos vaqueros, gabardina y sombrero estilo vaquero y su escopeta colgada en el hombro.


-Aaahh…- suspiró- ¿Qué ha hecho esta vez mi estúpido pupilo, Cross?- preguntó con el cigarrillo entre los labios.


-Y-Y-Yagari, ¿Q-Qué haces aquí?- preguntó nervioso el rubio mientras se sonrojaba, ya que desde aquella discusión no habían vuelto a verse cara a cara (capítulo 1, la que escucha Zero). “A lo mejor ha vuelto para…” Kaien se sonrojó aún más ante esas posibilidades.


-¿Qué voy a hacer aquí? Visitar a mi alumno, que es lo único que me obliga a venir a este lugar, al menos hasta que el mocoso se gradúe.- dijo chafando todas las ilusiones románticas de Kaien.


-Pues lamento decirte que aquí no está.- contestó ahora con el ceño fruncido el director.- Hace dos días que no se nada de él, dos días desde que se fue hasta esa estúpida misión.-


-¿Misión?- preguntó extrañado el peli negro, se acercó a la mesa y la golpeó con ambas manos- ¿De qué misión estás hablando, Kaien?- preguntó enfadado.


-La que le mandó la Asociación.- sacó la carta- Aquí tienes.- y se la dió, Yagari leía y releía el papel como si fuera un mantra.


-¡¡Eres un estúpido!!- gritó ya harto de todo y enseñándole la carta de nuevo- ¡¡Es falsa!! Mira el sello, es el antiguo, el anterior al de la guerra contra Rido- señaló el pequeño sello de las dos pistolas cruzadas sobre el corazón de tinta negra y coronado por dos colmillos de vampiros.


-P-p-pero cómo… ¿Cómo ha…?- tartamudeaba Cross.- Es imposible…- susurró.


-No, imposible no porque el chico lo ha hecho, cualquiera que se hubiese fijado en eso lo habría notado, pero no, tú has caído de lleno en la trampa- golpeó el papel contra la mesa.- Pero qué podía esperar de tí… nunca has estado al tanto de él, nunca te ha importado nada sobre él, solo mirabas por esa estúpida chiquilla que solo ha traído problemas a todos y de seguro traerá más en un futuro.- lo miró furibundo- Pero eso tú no lo ves… ¡¡Eres un estúpido!!-


Se acercó a la puerta de entrada, cogió su escopeta que había dejado en el marco de la puerta y la acomodó en su hombro.


-¿Adonde vas?- preguntó Cross levantándose de su silla


-A buscar a mi hijo, o al menos a averiguar a dónde fue, porque sabes una cosa, dudo que vaya a volver- se giró- ¿ Acaso te ha importado siquiera pasar por su cuarto? No, ya veo que no. Pues no hace falta que vayas, está vacío.-


-¡¡Yagari no puedes irte!!- se acercó a la puerta y lo agarró del brazo- Está lloviendo a raudales, quédate esta noche aquí y mañana salimos a buscarlo.- lo abrazaba Cross desesperado.


El rubio sentía que lo estaba perdiendo, perdía el amor que Yagari le tuvo un tiempo atrás, esas noches de pasión, esos besos interminables, las tiernas caricias… todo. Algo le decía que si el azabache atravesaba esas puertas lo perdería para siempre y eso era algo que no podía permitir.


-¡Estás loco Cross! No pienso quedarme en esta maldita Academia ni un solo minuto más, me voy a buscar a mi hijo, no importa que llueva, nieve o sea el fin del mundo, amo a ese niño como si fuera de mi propia carne y sangre, y si tu no quieres cuidarlo lo haré yo.- soltó su brazo de entre los de Kaien y se marchó cerrando la puerta en sus narices.


-Yagari…- susurró el rubio antes de caer de rodillas.- No te vayas…- “Todo esto es culpa tuya, Zero, ¿Por qué no podías quedarte aquí y asumir tu puesto como guardaespaldas de Yuuki-chan? Te odio…” pensó antes de echarse a llorar.


(Fin del Flash Back)


-Y desde entonces no se nada sobre Kiryuu-kun, ni sobre Yagari.- contestó con tristeza la voz del director.


-Ya veo… Sin embargo, Cross-san, le llamaba para decirle que los planes siguen su curso y necesitamos encontrar a Kiryuu-kun antes de que empiecen, sino nadie podrá proteger a Yuuki cuando ese día llegue.-


-Lo sé Kaname-kun, no te preocupes, continuaré con la búsqueda hasta dar con él.- le aseguró el director- Dale recuerdos a Yuuki-chan de mi parte.- se despidió alegre.


-Lo haré, buenos días Cross-san- dijo antes de colgar. -Seiren- la vampiresa se arrodillo detrás suyo esperando órdenes- Encuentra el paradero de Kiryuu-kun, no dejes ni un solo rincón sin inspeccionar.-


-Hai Kaname-sama- respondió la peli lila antes de desaparecer como una brisa de primavera.


Kaname suspiró una vez más antes de volver a su cuarto, en este la oscuridad seguía envolviendo la habitación, se acercó a la cama y se tumbó al lado de su amada.


-Kaname…- murmuró medio dormida mirándolo de frente- ¿Qué ocurre?- su hermano sonrió y llevó su mano derecha al vientre de Yuuki.


-No es nada tranquila, tu descansa Yuuki.- la durmió de nuevo con sus poderes para acomodarse a su lado y volver a dormir un rato más.


En otro sitio en medio de las montañas…


Varios disparos resonaron entre los árboles a la vez que cinco montoncitos de cenizas eran dispersados por el viento.


-¡Yuuhu! Hoy estás que te sale shishou- comentó un joven de cabellera castaña y ojos marrones-verdosos, vestía unos pantalones tejanos con botas militares marrones y una camiseta verde oscura bajo una chaqueta de deporte negra.- Con estos ya van 32 vampiros y apenas son las 12:40 de la mañana.- acabó con una sonrisa torcida antes de mirar con asco los restos de los que una vez fueron vampiros.


-Kaito, ¿No deberías estar en tu misión?- preguntó Yagari dando una larga calada al cigarrillo en sus labios.


-Ya la terminé hace una hora, tengo hasta esta tarde para entregar un informe que ya está acabado, por eso he decidido pasar a saludar- desestimó el joven- Por cierto ¿Alguna novedad con el paradero de Zero?- preguntó con la mirada en lo profundo del bosque, aunque en sus ojos podía verse un brillo de preocupación.


-Nada- suspiró el mayor- por ahora nada y eso es lo que más me preocupa.- dijo mirando al cielo y recordando la última vez que vio a su joven pupilo.


(Flash Back)


La discusión con Cross lo había trastocado bastante, el rubio había cambiado hasta convertirse en alguien irreconocible. Ya no existía ese hombre amable y cariñoso que acogía bajo su ala a cualquier criatura que necesitara ayuda, no, ahora solo le importaba esa estúpida mocosa.


-Tsk, estúpido Kaien- murmuró antes de girar la esquina del pasillo.


Los jardines estaban silenciosos y ahora Yagari solo podía pensar en su joven alumno, el que más había sufrido por los caprichos de esos chupasangre, los odiaba tanto que sentía correr fuego por sus venas.


Los dormitorios de los chicos también estaban en silencio, tanto que parecía que las reformas aún no hubiesen empezado y se encontrara en una atracción del terror como en las ferias, suspiró y golpeó la puerta de la habitación de Zero.


-¡Oi, estúpido mocoso! ¡Abre la puerta antes de que la tire abajo!- ninguna respuesta verbal, pero en cambio, el olor a sangre se filtró por su nariz y con su único ojo brillando de preocupación golpeó la puerta hasta abrirla.- ¡¡ZERO!!- gritó dentro del cuarto, justo en el marco de la puerta del baño.


El peli plata estaba arrodillado junto a la taza del baño mientras vomitaba grandes cantidades de sangre, sus pálidas manos se aferraban al inodoro como si su vida dependiera de ello y sus respiraciones entrecortadas eran interrumpidas por las nuevas arcadas y vómitos sanguinolentos, la ropa del joven estaba teñida de rojo por la sangre que había salpicado fuera de la taza, así como el suelo a su alrededor, Yagari se arrodilló junto a él.


-Tranquilo chico, soy yo.- dijo suavemente cuando Zero se tensó por el contacto de su mano con su espalda temblorosa- Eso es, suéltalo todo.- seguía diciendo el azabache mientras acariciaba en círculos suaves al más joven.


Pasaron así varios minutos, 10 según el reloj de Yagari, hasta que Zero se calmó y dejó de vomitar, se separó de la taza y dejó que su maestro lo recostara contra su pecho a la vez que trataba de calmar su respiración, cuando lo logró tragó saliva llevándose con sigo el regusto amargo de la bilis y el de su propia sangre.


-¡¿Qué mierdda ha sido eso Zero?!- preguntó enojado Yagari.


-Nada- contestó, pero al ver la mirada furiosa de sus sensei dijo- No tolero las pastillas de sangre shishou, y ese es el resultado, vómito las pastillas que se han disuelto y entre un litro o litro y medio de mi sangre, pero luego no tengo sed.- mintió en la última parte.


-¡¿QUÉ?! ¡¿Y no tienes otra forma de conseguir no tener sed?! Digo un hospital o transfusiones.- la ira le hacía hablar sin pensar. Zero negó divertido con la cabeza y contestó un suave.


-Es mejor así- respiró profundamente antes de levantarse y preguntó- ¿Quería algo, shishou?-


-¿Acaso no puedo venir a visitarte cuando se me antoje?- preguntó aún molesto por el tema de la sangre, quería regañar al niño, agarrarlo por los hombros y gritarle lo insano que era ese camino que había escogido para no caer en la locura… pero tras un vistazo al rostro cansado del peli plata le hizo desistir y suspirar.- Me voy a una misión esta noche y dudo que venga por aquí durante unos meses, ¿Crees que podrás mantenerte alejado de los problemas hasta entonces?- dijo levantándose él también.


-Claro shishou, ¿Cuando me he metido yo en problemas?- contestó con una sonrisa tras lavarse la cara en la pileta.


-Hum, claro, en qué estaría yo pensando.- contestó revolviendo sus cabellos con una mano antes de salir del baño.- Zero- le llamó sin girarse- si para cuando vuelva las cosas siguen como están, te vendrás conmigo.- y ahora sí lo miró de reojo antes de despedirse con la mano y salir del cuarto.


(Fin Flash Back)


“Lástima que no acabara antes la misión, de haber llegado 2 días antes hoy estarías aquí con nosotros” pensó con rabia, tristeza y culpa, se colocó bien su sombrero y junto a Kaito miraron un grupo de aves que surcaba el despejado cielo azul de la mañana. “Te encontraremos, Zero… hasta entonces no te metas en líos que puedan costarte la vida.”

Notas finales:

Para todos quellos que se preguntaban cuando iban a salir de nuevo los personajes de VK, espero que lo hayais disfrutado.

Un beso y hasta el próximo.


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